Un "adiós" que separa dos vidas.
Emma esperaba sentada en el sofá de su cuarto a que Tania entrara, cuando lo hizo le indicó con un ademán que cerrara la puerta, su compañera obedeció y luego se recargó en la pared con actitud relajada.
-Y bueno... ¿Qué pasa?-
Emma no pudo más y se soltó.
-¡¿Qué qué pasa?! Pues que ya no te entiendo ni una mierda... Primero eras mi compañera, luego ahora dices que te vas... Tengo dudas, muchas, ¿adónde te vas? ¿Por qué? ¿Cuánto tiempo? ¿Es por mi culpa?-
Tania suspiró.
-Te responderé todo lo que quieras así que empecemos... Primero: ni yo sé a donde me voy, solo sé que es fuera del país, segundo: me voy por razones de trabajo, una nueva misión fuera, tercero: no sé exactamente cuánto tiempo, podrían ser semanas o meses, cuarto: no, no es tú culpa, tú no tienes nada que ver en esto.- La joven se quitó la capucha que le cubría el rostro y miró fijamente a su amiga. -Dicho esto, ¿alguna otra duda?-
-¿Por qué te cambiaste a la UESI?- Preguntó Emma en un susurro.
-Porque Valeska ya no me quería en la UES, además Dahana logró convencerme.- Tania sonrió al recordar los sucesos transcurridos años atrás, donde su, ahora pareja, le había contratado de la forma más poco inusual que se hubiera imaginado.
Emma alzó una ceja pero no dijo nada al respecto.
-¿Por qué no me dijiste nada?-
-Intentaste drogarme... Realmente el vínculo que creí tener contigo se rompió y además por algo es Unidad de Élite SECRETA Internacional...- Tania dijo la palabra "secreta" de tal forma que le dijera todo a Emma.
-Y lo de Minerva... ¿Pensabas decirme algún día?-
-No.-
Esa respuesta tan directa, tan sincera... Le dio a Emma como una puñalada doble.
-¿Cómo funciona? ¿Qué es lo que hace para que puedas tener tantos dones?-
-Si te lo dijera estaría poniendo en grave peligro mi secreto, lo siento mucho... Es algo que no puedo contrate.-
Emma asintió cabizbaja.
-Actualmente... ¿Qué soy para ti?-
Tania abrió mucho los ojos y apretó más sus manos.
-Una conocida...-
-¿Te irás sola?- Cuestionó Emma intentando ignorar el dolor que le había causado escuchar la anterior respuesta de su amiga.
-No, llevaré a mi nuevo escuadrón de élite y amigas.-
Emma volvió a recibir ese comentario como una puñalada, de seguir así sentía que acabaría muerta por dentro.
-¿Quiénes son?-
La sonrisa ladina que se dibujó en los labios de Tania mostraba su diversión y satisfacción.
-Lo descubrirás mañana, las chicas que falten en el desayuno son las que se fueron conmigo.- Respondió tranquilamente.
-¿Por qué mataste a Valeska?-
Los ojos de Tania destellaron con un brillo asesino, tenía su razón, una muy buena.
-Porque intentó matar a Dahana, le disparó de espaldas... De haber tenido otra oportunidad no dudo que hubiera vuelto a darle.- El tono de Tania era serio, profundo, como si estuviera conteniendo su odio.
-¿Amas a Dahana?- Emma sabía la respuesta pero no podía creerla, en una ocasión su amiga la había traído a su casa pero nunca creyó que realmente eran pareja, y como Tania no volvió a mencionarla no le prestó mayor atención, ahora no podía imaginar lo estúpida que había sido ignorando aquellas señales.
-Nooooo, la odio... De hecho tengo una libreta de posibles asesinatos para ella, es más incluso en cuanto acabemos esta charla iré a cortarle la cabeza...- Tania se pasó la mano por el cabello antes de cruzarse de brazos y soltar un suspiro. -Obvio que sí Emma, ¿siguiente pregunta?-
-¿Me invitarás a tu boda?-
-No sabía que me iba a casar pero pues... Si sucede algún día te prometo que estarás en la lista, aunque sea al final pero estarás.-
Emma sonrió un poco.
-¿Volverás a Melien algún día?-
-No lo creo.- Tania apartó la mirada y la centró en el techo. -Melien dejará de ser peligrosa gracias a que los mayores cárteles fueron hechos papilla, además tú te encargarás de mantener el orden, estoy segura, mi presencia aquí ya no será necesaria... Pienso explorar el mundo, aunque puede ser que vuelva, solo de vez en cuando.-
Su compañera no dijo nada y un silencio algo incómodo se apoderó de la estancia, Tania miraba de reojo los relojes esparcidos por las paredes y a Emma no le pasó desapercibido el gesto, sabía que tenían poco tiempo, los minutos eran valiosos pero ya no tenían más preguntas... Ya no sabía que más cuestionarle a su antigua hermana antes de que partiera, quizá para siempre.
-Emma...-
La mencionada alzó la mirada esmeralda y la centró en su compañera.
-¿Si?-
-Quizá ya no seamos tan unidas en estos momentos, hay brechas que ambas hicimos y no creo que podamos cerrar. Ambas metimos la pata varias veces, una, otra y otra vez, nos escondimos cosas y poco a poco fuimos desmantelando nuestra confianza y destruimos nuestra relación fraternal por el trabajo... Sé que te voy a extrañar, por más que las entrene nadie va a poder ocupar tu lugar nunca, no busco reemplazarte ni nada, simplemente busco seguir adelante sin que tú estés a mi lado, me duele, sí, pero es lo mejor...- Tania se secó una lágrima e intentó sonreír como siempre. -Yo no podría volver a confiar en ti como antes y sé que tú tampoco lo harás, ambas nos lo buscamos... Pasamos de ser hermanas a ser simples conocidas de toda la vida, te quiero y te aprecio, siempre tendrás un lugar especial e importante en mi oscuro y retorcido corazón. Los momentos que compartimos y vivimos juntas perdurarán en mi memoria, todo, la vida que llevamos fue grandiosa e increíble aunque ahora quiera negarlo, disfruté estar contigo, disfruté ser tu compañera y pelear a tu lado... A gradezco que me consolaras durante mis peores noches y te pido que hagas lo mismo con las chicas que estuvieron bajo el control de mi madre... Me iré pero antes de marcharme te digo esto: siempre, sin importar el lugar o el momento puedes contar conmigo, aunque estemos distanciadas siempre que necesites mi ayuda allí estaré, y si no puedo ir yo mandaré a alguien, cuando me llames obtendrás mi ayuda sin importar nada... Si alguien te está dando problemas llámame y estaré allí, a tu lado, dispuesta a patearle el trasero a aquel que esté interfiriendo en tu camino.-
Para este punto Emma ya tenía el rostro lleno de ríos de lágrimas, su cuerpo temblaba cuando se puso de pie y se acercó a su hermana para darle un último abrazo.
-Lo mismo digo... Recuerda, siempre tendrás una conocida en Melien.- Agregó en tono tranquilo y suave.
Tania envolvió a su amiga y enterró la cara en su cuello.
-Estúpida... Me vas a hacer llorar.-
La joven rio tristemente, incluso en los peores momentos su compañera tenía una ocurrencia para romper lo emocional del momento, definitivamente iba a extrañarla demasiado.
-Ahora yo... Tú fuiste la del discurso triste y deprimente.-
-Para la otra no te digo ni pío... Es más, ¿quién eres?-
Emma suspiró.
-La asesina cambiante...-
Ambas chicas estuvieron unos minutos en silencio, abrazadas, con miedo a soltarse, con miedo a que sería la última vez que estarían juntas... Tania hacía hasta lo imposible por no llorar y Emma hacía hasta lo imposible por contenerse y no rogarle a su hermana que se quedara.
Cuando el reloj marcó las 11:30 Tania supo que le quedaban 15 minutos más, con pena y dolor en el corazón se fue separando lentamente de Emma quién gracias a sus esfuerzos no la retuvo.
-¿Sabes? Aún recuerdo cuando te vi por primera vez en ese callejón.- Emma aún aferraba las manos de Tania. -Parecías un tigre perdido con la mirada de desconfianza más atemorizante que he visto.-
-Mi mirada es espectacular, ¿qué esperabas?- Tania parpadeó enfatizando más el hecho de que sus ojos eren irresistibles.
-No lo sé...- Emma se encogió de hombros. -Tania...-
-¿Mmm?-
-¿Nos volveremos a ver?- Emma miró a su hermana pero esta tenía los ojos fijos en el agarre de sus manos.
-Eso ya depende del destino.- Tania ladeó la cabeza.
Emma hizo una mueca.
-Tú no crees en el destino.-
Tania lazó la mirada de golpe sonriendo.
-Entonces dependerá de la suerte.-
La joven la soltó y se cruzó de brazos.
-Tampoco crees en la suerte.-
-Pues dependerá de Dahana.-
-Eso está mejor, ahora vete...- Emma negó con la cabeza y le señaló la puerta con el mentón.
-¿Me estás corriendo?- Preguntó Tania falsamente dolida.
-Sí...-
-Que sincera...- La nariz de Tania se arrugó cuando hizo una mueca de reproche asía su compañera.
-Si no te vas ahora no podré dejarte marchar después, vete... Salva al mundo, vive libre, escribe tu historia donde la princesa se salva sola y... Vuelve al menos una vez al año ¿quieres?-
-Lo haré.- Tania se acercó a la salida. -Tú encárgate de mantener este lugar intacto y no se te olvide llevarle flores a tu maestra.-
-Nuestra maestra.- Le corrigió Emma, a lo que Tania respondió con un ademán de muñeca.
-Da igual... Bueno adiós hermana.- Tania salió y ya en el pasillo gritó. -¡SAYONARA QUERIDA! ¡NO ME EXTRAÑES DEMASIADO!-
Emma observó la puerta abierta y volvió a llorar, se envolvió en un abrazo y sonrió tristemente. Sus ojos verde esmeralda se habían vuelto negros... pero esta vez no era por enojo, sino por la tristeza.
-Adiós Nev... Ni se te ocurra dejar Melien para siempre estúpida...-
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