Naomi.
Penny estaba siendo vestida por Arnold cuando Daniel entró llevando a Nilsu con sigo, la pequeña temblaba, Penny no sabía si era por el miedo o por el clima frío del lugar.
-Dice la jefa que prepares también a esta.-
Arnold arqueó una ceja y le tendió una mano amable a Nilsu, la pequeña la tomó y obedeció cuando el joven le indicó que se sentara en la cama junto a Penny. La rubia le acarició con ternura el corto cabello negro de Nilsu.
-Tranquila...-
-Va a venderme.- Las pupilas con forma de reloj de Nilsu se movían de un lado a otro, estaba nerviosa.
-¿Qué?- Penny agrandó mucho los ojos, observó a Daniel. -¿Es verdad? ¿Van a venderla?-
El chico se encogió indiferente.
- Hay una tipa en la entrada que ofrece diez mil soles por ella.-
A Penny se le encogió el corazón, pero por una parte se sintió aliviada, quizá fuera Emma... Quizá quién iba a comprar a Nilsu fuera Emma.
-¿Cómo es?- Penny se puso de pie y atrapó el brazo de Daniel. -¿Cómo es la chica que va a comprar a Nilsu?-
-No tengo ni idea, viene encapuchada.-
-Está lista.- Anunció Arnols apartándose de Nilsu, no sin antes revolverle amistosamente el cabello. - Suerte pequeña.-
Daniel se soltó del agarre de Penny y atrapó la muñeca de Nilsu.
-Bueno, es hora de irnos.-
Los ojos de Nilsu buscaron los de Penny, las manecillas de sus ojos apuntaron a las dos y media, la hora de muerte de Penny, la chica se estremeció.
-Penny...-
Daniel jaló a la pequeña y la sacó de la habitación antes de que completara la frase, Penny estiró la mano como si pudiera atrapar a Nilsu, Arnold le dio unos suaves toques en el hombro.
-Vamos... Debo acabar contigo, ella te espera.-
***
Vera bajó corriendo las escaleras hasta la recepción, la extraña figura encapuchada estaba de pie frente a las puertas abiertas que conectaban el vestíbulo con la sala de entretenimiento.
-Buena tarde, me presento soy...-
-No hace falta.- La mano pálida de la figura, que, sin duda era femenina hizo un ademán para restarle importancia a las palabras de Vera. -La conozco completamente aunque no me guste admitirlo.-
Vera se puso seria y algo despertó en su interior al sentir una poderosa energía manando de la chica. Intentó verle la cara pero la capucha de color negro le cubría por completo el rostro, la única pista que se revelaba sobre su figura era el robusto cabello que se escondía dentro de la capa.
-Su pedido está en camino.-
-Gracias.- La voz era fría, letal y peligrosa.
-Lady Vera.-
Vera se dio la vuelta y sonrió al ver a Emma, la joven caminaba con paso tranquilo y las manos en los bolsillos rumbo a ella.
-Emma, un gusto encontrarte nuevamente por aquí.-
La figura encapuchada se volteo discretamente y luego meneo la cabeza, ese gesto dejó algo confundida a Vera.
-Pues adelante.- Vera señaló el elevador. - Estoy segura de que Penny está esperándote.-
Emma asintió.
-La veo luego.-
-Desde luego que sí.-
Una vez que la joven desapareció tras las puertas del elevador Vera volvió a centrarse en la misteriosa chica que aguardaba paciente como una estatua.
-¿Puedo hacerle una pregunta?- Vera sabía que estaba por pisar terreno peligroso pero, valía la pena arriesgarse.
-Supongo que sí.-
-¿Usted es dotada?-
-Sí.- La respuesta fue inmediata, obviamente la chica no tenía intenciones de mentir.
-¿Qué clase de poder tiene?-
-Soy maestra de pesadillas.-
Vera soltó el vaso que sostenía y este se hizo añicos al entrar en contacto con el suelo.
-¿Maestra... De pesadillas?-
La figura encapuchada asintió.
-La única maestra de pesadillas que aún vive es Valeska Dahen.- Vera recuperó la compostura. - Es imposible que usted también lo sea, toda esa raza fue aniquilada hace años.-
-Hay otras formas de obtener dones, usted lo sabe... ¿No es así?-
Vera se mordió el labio.
- Eso es imposible... Nadie puede aumentar sus dones, nadie, eso no es pos...-
-Su esposo lo hizo posible, o más bien su ex esposo lo hizo posible- La chica se giró hasta quedar de frente. - Un científico apasionado que creía en la posibilidad de que por medio de experimentos los dotados tuvieran más de un poder.-
-Mi esposo murió antes de completar sus experimentos.- Vera retrocedió un paso.
-Lo mataron, pero logró acabar su primer y único proyecto... Un reglo, un obsequio que me fue entregado para que lo usara.-
-Él jamás le daría sus inventos a una desconocida.-
Una sonrisa se asomó por debajo de la capucha.
-No soy una desconocida, te conozco Vera Filandy, también lo conocí a él y conozco a tú hija... Naomi Filandy... Te recomiendo que estés preparada, en cualquier momento la arpía que la tienen presa va a negociar contigo a cambio de una criatura llamada Penny.-
Algo resplandeció en el cuello de la joven cuando se giró, un dije dorado.
-Naomi murió, hace años la perdí en un incendio en el hotel Cast...- Protestó Vera.
-No está muerta, juro por mi vida que esa chica está vivita y coleando.- La encapuchada cruzó los brazos.
La presencia de Daniel le ahorró a Vera la molestia de responder.
-Señorita Vera, aquí está Nilsu.-
Vera tomó la soga que ataba a la pequeña y se la tendió bruscamente a la desconocida quién la tomó con cuidado y con una leve inclinación se despidió.
-Ah, por cierto.- La encapuchada se giró cuando estaba a punto de salir. - También soy Psíquica, antibalas, ladrona de energía, cambiante, armera, entre otros...- Luego se giró y desapareció sin más.
-¿Mi señora?- Daniel se acercó a Vera. -¿Se encuentra bien?-
Vera asintió y comenzó a caminar rumbo al elevador, acababan de abrirse las puertas cuando algo vino a su mente. Un dije de oro en forma de "N", un dije que ella le había dado a Naomi en su tercer cumpleaños, un dije que curiosamente acababa de ver en el cuello de la desconocida...
Vera se llevó las manos al corazón, dio media vuelta y corrió a la salida.
"-No está muerta, juro por mi vida que esa chica está vivita y coleando.-" Las palabras que minutos antes le había dicho la desconocida resonaron en su cabeza. Esas palabras que no había creído ahora cobraban sentido, si ella sabía que su hija estaba viva, si ella tenía el aparato de su esposo... Solo significaba una cosa y era que ella, aquella desconocida era Naomi.
Vera se detuvo de golpe antes de que un auto la arroyara por cruzar la calle sin ver, giró la cabeza en todas direcciones pero la chica encapuchada había desaparecido. Estiró la mano y una lágrima silenciosa rodo por su mejilla.
-Naomi... Estás viva.-
***
-¿Dónde diablos se metió?-
Ruby se encogió de hombros, sirvió un poco de cereal en un tazón y comenzó a comer.
-No fengo ni ifea.-
-No hables con la boca llena.- Le reprochó Lilian.
Emma caminaba nerviosa de un lado a otro, Tania había salido corriendo esa tarde y era la hora que seguía sin volver.
-¿Dónde está?-
-No lo sé, tú eres su compañera...- Ruby se subió a la barra. - Tú deberías saber eso, nosotras solo vimos que salió corriendo como si su vida dependiera de ello.-
Emma golpeó la pared.
-¿No viste para donde se fue?-
-No la seguí, solo vi que salió disparada y ya.-
-Mierda.-
-¿Por qué te preocupas tanto?- Idunn vertió el agua caliente en su taza. - Sabe cuidarse.-
-No es eso lo que me preocupa.-
-¿Entonces?- Ruby dejó su tazón de lado, ella había escuchado la conversación de Emma con Valeska, Tania le había dicho que no dijera nada y cuando la joven salió corriendo Ruby sabía perfectamente a donde había ido, pero no pensaba delatarla.
-Tú la viste en acción, es letal.-
-¿Y qué?-
Emma abrió la boca para responder cuando el sonido de la puerta principal atrajo la atención de todas.
-Llegó.- Ruby se puso de pie y cuando salió de la cocina Emma ya estaba parada frente a Tania, quién venia viva y... Cubierta de sangre.
-¿Qué mierda hiciste?-
Tania desapareció su bate.
-Acabé con el cártel de las calaveras, fue fácil.-
Emma apretó los puños,
-Valeska no ordenó nada.-
-¿Y qué?-
Ruby sonrió.
-¿Cómo qué y qué?- Emma parecía furiosa. - Actuaste por tú cuenta, eso no está bien.-
-Te dije que lo haría.- Tania se encaminó a la cocina. - Que no me hayas hecho caso es tú problema, ahora... Creo que quiero un licuado.-
Emma atrapó la muñeca de su compañera.
-Ve a limpiarte, yo te llevo tu licuado.-
Tania se soltó y comenzó a subir las escaleras.
-Lo quiero de fresa, con mucha, pero mucha crema...-
Emma asintió y se metió a la cocina. Cuando Tania llegó a su habitación abrió la ventana y Minerva entró volando, tenía las alas teñidas de rojo y de su pico colgaban pedazos de carne.
-Bien hecho.-
El ave se pavoneó y dejó de su dueña le pasara un trapo húmedo para borrar la sangre que manchaba sus plumas. Luego Tania se metió al baño y tomó una corta ducha de agua caliente, cuando volvió al cuarto el vapor se esparció y comenzó a salir por la ventana.
-¿Puedo pasar?- La voz de Emma sonó al otro lado de la puerta.
-Adelante.- Tania se botó sobre su sillón, su compañera entró con un enorme vaso de vidrio.
-Toma...- Dijo la chica entregándole el licuado que había preparado para ella.
-Gracias.- Tania agarró el licuado y lo colocó en el suelo.
-Bebe.-
Aquella palabra sonó más como una orden que no se podía desobedecer que una opcional.
-Lo haré cuando yo quiera.- Soltó Tania en tono rebelde, obviamente no iba a dejarse mandonear por nadie,
Emma suspiró y cerró la puerta.
-¿Por qué lo hiciste?- Preguntó cruzándose de brazos en actitud severa.
-¿Hacer qué?-
-No te hagas la tonta.-
Tania sonrío y acarició a Minerva.
-Porque quise, punto.- Respondió sinceramente.
-¿Acabaste con todos?-
Los ojos esmeralda de Emma la observaban como un depredador observaría a su presa.
-Ni un sobreviviente.- La mirada de Tania era igual o más felina y atemorizante que la de Emma, sin duda sabía como mostrar su superioridad en cualquier situación.
-Valeska se pondrá furiosa.- Reprochó Emma sin ceder.
-¿Me importa?-
Era verdad que Tania había dejado de preocuparse por lo que su maestra pudiera o no hacerle, eso le valía tanto como su vida, en resumen... Poco.
-Eres la segunda al mando.- Dijo Emma como si aquello pudiera hacer entrar en razón a su amiga.
-Y aún así no me invitó a la pequeña reunión que tuvo contigo hoy.-
Si Emma iba a jugar enserio Tania igual lo haría, al final de cuentas contaba con una baraja aún más poderosa que la que tenía Emma.
La cara de Emma se tornó pálida al escuchar aquello de los labios de la armera frente a ella.
-No sé de qué hablas.-
-No te hagas la tonta.- Dijo Tania volviendo las palabras de Emma contra ella.
-¿Cómo...?-
-Eso no importa, el asunto aquí es... ¿Qué te dijo?- Tania lo sabía, pero le gustaría que Emma fuera sincera, al menos por una vez.
Emma suspiró.
-Nada importante.-
-Bien, ¿puedes retirarte?-
-Nev...-
-Por favor, mi anime ya va a empezar y a ti no te gustan esas cosas.-
Emma se dio la vuelta y salió lentamente, como si estuviera dándole tiempo a Tania para cambiar de idea y la dejara quedarse, cosa que no ocurrió.
Cuando estuvo sola de nuevo Tania tomó el vaso del licuado, caminó hasta llegar al lavabo del baño y vertió todo el contenido del vaso.
-Y así es como se desperdicia la comida señores y señoras.-
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