Hablemos del ataque.
-Así que... ¿Renunció?- El tono de Romina era triste, nostálgico incluso, sabía que Tania no renunciaría por nada a la UES, debía de haber ocurrido algo para que tomara aquella decisión y sabía de igual manera que aquella decisión pudo verse afectada por algún truco de Valeska.
Valeska bebió un sorbo de su té y luego asintió.
-Como pudiste...- Romina apretaba la mandíbula, sus manos estaban cerradas en puños y tenía una mirada de odio dirigida solamente a la maestra.
La habitación se encontraba semi oscura, la única iluminación provenía de los escasos rayos de sol que aún se desplegaban del cielo color naranja. Gracias a aquella oscuridad eran aún más visibles pequeñas sombras que s desplegaban del cuerpo de Valeska como una advertencia a sus subordinadas de que si intentaban desafiarla no dudaría en usar su poder contra ellas.
-¿Dijiste algo Romina?- El poder de Valeska comenzaba a tomar forma y Henna le apretó la muñeca a su hermana para que esta no hablara.
-No.- Emma respondió por la joven. -Romina no dijo nada.-
Romina fulminó con la mirada a Emma pero se mantuvo callada, si algo le gustaría evitar era volver a enfrentarse a sus pesadillas con forma real en aquel momento.
-Bien, ahora...- La maestra se puso de pie. - Dejemos de hablar de cosas sin sentido y empecemos a planear nuestro ataque contra Vera.-
-Despediste a tu mejor carta...- La voz de Romina se había vuelto entrecortada, de sus rostro habitualmente sonriente, enérgico y alegre, caían varias gotas de agua salada que resbalaban por sus mejillas para finalmente caer por su mentón hasta el suelo.-¿Y ahora quieres que acabemos con el mayor cártel?-
-Sí, eso es lo que espero que hagan y lo que vamos a hacer.-Dijo Valeska sin siquiera apiadarse o mostrar algo de empatía por el dolor de la pelirroja.
Las manos de la joven temblaban, aquello era demasiado, primero había perdido a su amiga, Valeska comenzaba a concentrarse solo en sus intereses y parecía que no le importaba en absoluto el hecho de que Tania ya no estuviese allí, es más, parecía aliviada.
Romina se levantó y con sus poderes sacó un papel de uno de los cajones del escritorio de Valeska, tomó un lapicero de la mesita a su lado y firmó. Luego se levantó y clavó la hoja con un cuchillo frente a la maestra.
-Si Nevor renuncia...- Romina se secó las lágrimas. -Yo también, nuestra familia se está desmoronando... Por tú maldita culpa.- Soltó de forma desafiante.
-¿Me estás insultando Romina?- Preguntó Valeska mientras agregaba más azúcar a su bebida.
Las sombras de Valeska acariciaron el mentón de Romina, la pesadilla de la misma poco a poco iba tomando forma.
-No te tengo miedo...- La pelirroja le escupió las palabras a la maestra y salió dando un portazo.
Henna miró a su hermana partir, luego suspiró y negó con la cabeza. Sabía que su gemela era bastante empática, había ocasiones en las que incluso se compadecía de los insectos, sin duda la noticia de que Tania había dejado su puesto era abrumadora para ella, y sí su hermana se alejaba junto a la armera ella pensaba seguirla.
-¿Tú también?- Preguntó Valeska dirigiéndose a Henna, sin molestarse en contener su mal tono y humor.
La joven se encogió de hombros indiferente, personalmente no le importaba lo que Valeska hiciera, de igual manera lo le importaba saber los motivos por los que Tania se retiró de forma inesperada pero... Sí le importaba que tanto ella como su hermana estuvieran bien, y sabía que cerca de la maestra aquello era muy poco probable.
- Escucharé lo que tengas que decir pero... Mi lugar está con mi familia.- Henna se mantenía seria, tal y como decía pensaba darle una oportunidad a su maestra solo por lo que había hecho por ellas, pero que la escuchase no significaba que iba a apoyarla como naturalmente haría.
-Yo soy tu familia.-Protestó Valeska.
-¿Lo eres?-Henna alzó una ceja, era verdad que aquella mujer las había criado pero no por eso debería considerarla familia.
Valeska echaba humo por las orejas, su grupo comenzaba a revelarse y eso era algo que no toleraba, se suponía que las había entrenado para ser obedientes, esto no estaba para nada en sus planes.
-Prácticamente te crie.- Agregó la mujer intentando por todos los medios no perder a aquella psíquica.
-El hecho que me criaras no significa que te considere parte de mi familia.-Respondió Henna con la misma tranquilidad que antes.
-Henna....- Comenzó la maestra, pero se vio interrumpida por las palabras cortantes de Emma.
-Basta.- Los ojos de Emma eran negros, estaba furiosa. -Comencemos a planear nuestro ataque.-
La maestra volvió a sentarse, era cierto que había estado perdiendo el tiempo, ya tendría tiempo luego de regañar a sus subordinadas, por ahora pasaría a lo crucial.
-Tienes razón, lo siento mucho, me dejé llevar.-
-Mmm.- Henna revolvía el líquido de su termo perezosamente. -Hagamos algo Valeska, tienes mi atención que aquí hasta que mi café se ponga frío.-
-Con eso basta.- Emma se dejó caer sobre el segundo sofá de la estancia. -Ahora que nos han abandonado dos de nuestras mejores chicas ¿cómo procederemos?-
-Como siempre, los escuadrones inferiores serán dirigidos por la oficina de policía, ustedes dos y yo nos encargaremos de los pesos pesados, usaremos la confianza de Vera para destruirla, ella cree que Emma irá con refuerzos... En vez de eso nos llevará a nosotras y acabaremos con ellos. Lo primero es tener a Vera para la negociación, luego le daremos entre dos opciones... De ella dependerá si acepta cooperar o ser destruida.-
-¿Negociación?- Henna dejó de revolver su termo. -¿Qué vas a negociar?-
-La libertad de Penny a cambio de Nevor.- Dijo Valeska cruzando las manos sobre su escritorio.
-¿Penny?- Henna observó a Emma. -¿Esa es la chica que te dio información?-
Emma asintió lentamente, le alegraba que al menos Henna fuera una persona racional y tranquila, si seguían así tal vez ella decidiría quedarse.
-Sí.- Contestó un poco más calmada que antes.
-¿Y por qué ella?- Henna sabía que allí había algo más, algo que aquellas dos se habían guardado.
-Porque es mi nieta.- Valeska observó desafiante a Henna quién se había puesto pálida. -Después de tanto buscarla por fin di con ella y no pienso volver a perderla.-
-¿Y por qué Nevor?-
Henna tenía una pista del porqué, su mente aún era lo suficientemente ágil como para ir atando cabos de poco en poco, pero aún así quiso confirmarlo de la boca de su mentora.
-Porque es la hija de Vera, Tania Nevor es Tania Naomi Nevor Filandy.- Valeska soltó aquello sin más, sin saber que acababa de perder a otra de sus chicas solo por su forma desinteresada y egoísta de ser.
La psíquica se llevó una mano a la boca y comenzó a reír.
-Mierda... Ahora todo tiene sentido...- Henna se pasó las manos por el cabello, así que no se había equivocado, Valeska solo había estado utilizando a Tania durante todos los años que la tuvo bajo su cargo, solo era su seguro para poder recuperar a su nieta.
-¿Lo comprendes no es así?- Valeska siguió hablando ajena a lo que cruzaba por la mente de la joven que reía frente a ella.
Henna no paraba de reírse. Valeska alzó una ceja.
-¿Qué es tan gracioso?-
La chica se puso de pie y bebió un sorbo de su termo, del cual aún brotaba un hilo de vapor.
-Siento mucho decir esto pero... Mi café está frío.-
Dejó el termo junto a la hoja de renuncia de Romina y salió con las manos en los bolsillos, Emma la observó marcharse con una mirada de tristeza en los ojos.
-Mintió.- Valeska bajó el termo al cual acababa de darle un sorbito. -Su café está aún caliente.-
-Pero ella ya no quería estar aquí.- Emma se abrazó a sí misma, nunca creyó terminar así de sola, así, con una familia rota.
- Puff... Y así es como veo que las chicas que crie con tanto amor son unas malagradecidas.- La maestra se pasó las manos por el cabello suelto. -Realmente estoy reconsiderando si salvarlas fue o no una buena decisión.-
Emma se cubrió el rostro y comenzó a llorar justo como Romina momentos antes, solo que por motivos totalmente diferentes.
-¿Y ahora que te pasa a ti?- Valeska recargó su cabeza en una de sus manos y posó su atención a la única joven que permanecía en la oficina junto a ella.
-Nada... Me siento mal por todo lo que pasa, ver como nuestra familia se desmorona no es tan fácil.- Emma se intentaba calmar pero simplemente no podía lograrlo, las lágrimas brotaban como flores en primavera y por mucho que las apartara de sus ojos, estas seguían saliendo de manera precipitada.
-Nada es fácil en esta vida Emma, tú más que nadie debes saberlo.- Valeska tomó la hoja de renuncia de Romina y la guardó en un cajón, tendría que arreglar aquel detalle más tarde.
-Lo sé...- Emma se frotó los ojos, harta de no poder moderarse.
-¿Entonces?-
Emma negó con un suave gesto de muñeca.
-¿Qué haremos?- Preguntó desviando el tema para ver si así su llanto se iba.
-Atacar, no voy a cambiar nada.-
-Tres nos dejaron.-
-¿y?- Valeska acarició a su loro. -A mí me enseñaron a no depender de nadie, estén ellas o no yo voy a conseguir lo que quiero.-
La cambiante no dijo nada y Valeska prosiguió.
-¿Estás conmigo o también tengo que dejarte fuera de la partida?-
Emma dejó caer la cabeza hacía atrás.
-¿Qué pieza me toca ser?-
La sonrisa de Valeska fue oscura.
-La puta reina que va a dar jaque.
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