"-Persíganla, la quiero viva. Quiero que piense que la fue secuestrada, de esa manera no podrá darnos más problemas, quedará fuera de mis misiones y la tendré para cuando sea la hora de ocuparla.-

-Podemos hacerlo sí, pero... ¿Qué ganamos nosotras?-

-Tres millones de soles, si no es suficiente pueden pedir otra cantidad. El precio no importa, la quiero fuera y viva.-

-Bien, ¿entonces no podemos lastimarla?-

-Pueden, debilítenla, lastímenla o hagan lo que sea que tienen que hacer con tal de atraparla pero quiero que su corazón sigua latiendo, de lo contrario ustedes cargarán con toda la culpa.-

-¿Podemos dejarla media muerta? Su corazón estará latiendo, no tendrá oportunidad alguna de escapar y le costará recuperarse, lo cual nos dará una ventaja para que no escape.-

-No me importa si está media muerta.-

-¿Dónde la encerraremos?-

-Eso... Le mande a hacer una jaula especial, esta es la llave, cada que intente escapar se activará una alarma que le disparará una descarga eléctrica. Otra cosa, tendrán que alimentarla dos veces al día, de ese modo no recuperará por completo su energía y no podrá usar su poder a menos que quiera entrar en coma... ¿Tenemos un trato?-

-Desde luego, cuente con nosotras para capturar a la famosa Tania Nevor.-"

Las palabras pasaban una, otra y otra vez por la mente de Henna. Debía de hacer esto, tenía que hacerlo... 

Aceleró el paso para agarrar impulso y saltar de un edificio a otro, perdió el equilibrio al momento de caer y rodó un poco antes de detenerse y levantarse para continuar con su carrera.

Era tarde, el sol ya se había puesto y las luces comenzaban a hacerle competencia a las sombras que envolvían los callejones. Henna saltó de nuevo, esta vez con más éxito, llegó hasta la esquina de la azotea en la que se encontraba y espero.

Había divisado a Tania calles atrás y sabía que tendría que pasar por debajo de donde se encontraba para volver a su casa, toda la tarde había estado buscando a su compañera y apenas la había encontrado por suerte. La descubrió paseando en unos callejones que estaban cerca de una antigua bodega, Tania parecía estar caminando sin rumbo cuando la encontró pero Henna sabía que con Nevor todo tenía una razón, aunque no se supiera a simple vista, además... Ella no estaba sola.

Había visto a Tania caminar a lado de una joven de cabello negro y rebelde, con unos profundos ojos rojos... Por la energía que manaba de su acompañante Henna supo que se trataba de una Psíquica, y la pregunta aquí era... ¿Qué diablos hacía Nevor con una psíquica cerca de la bodega?

Si se tratara de alguien más Henna hubiera supuesto que estaban en una caminata romántica pero, siendo Nevor esa opción quedaba descartada.

Las calles de este lado de la ciudad estaban casi desiertas y Henna vio con claridad cuando Tania y la joven que la acompañaba pasaban debajo de donde se encontraba, desde las alturas las siguió con la mirada hasta que se detuvieron en la esquina para esperar que el semáforo se pusiera en rojo.

Una leve brisa sopló y le alborotó el corto cabello a Henna, ella sacó dos pistolas de su cinturón y saltó.

Eran cinco pisos de caída, pero la joven no espero hasta tocar el suelo para atacar, disparó cuando iba cayendo por el segundo piso y al llegar al suelo ya tenía dos cuerpos sangrando sobre la acera.

Una de las jóvenes que estaba tirada se movió y Henna volvió a disparar, una vez, dos, tres... Ella no volvió a moverse, estaba muerta. La sangre comenzaba a escurrir y formaba un enorme charco alrededor de las víctimas, una estaba muerta, otra medio muerta. 

Henna suspiró, sacó su termo de café y bebió un ligero sorbo antes de que una mano familiar le tocara la espalda.

-Te falta matar a una.- Romina estaba seria, demasiado seria.

Henna revolvió el líquido de su termo.

-Este café está frío... Y sabe mal.- 

Apuntó a la cabeza de la mujer que tenía coletas y sin dudar disparó, la bala le atravesó la frente en un tiro limpio y ella murió.

-Vaya... Sí que saben como lucirse ustedes dos.- Tania apareció a un lado de Romina, la joven que la acompañaba tenía una mirada perdida.

Henna se encogió de hombros, vertió su bebida sobre los cadáveres, sacó una caja de fósforos y les prendió fuego a los cuerpos.

-Te querían a ti.-

Tania sonrió de medio lado.

-Me alagan, pero nunca me he considerado una persona que guste de su mismo sexo, es más, ni siquiera gusto del sexo opuesto.-

-Sabes a lo que me refiero.- Henna guardó sus armas. -Estaban cazándote.-

-Las hubieras dejado intentarlo.- Tania puso una falsa expresión de decepción. -Me hubiese gustado ver que tanto potencial tenían.-

-No podía... Quería acabarlas yo.- Henna observó a las dos mujeres arder. -Te siguieron desde Rum Rol, y yo las seguí a ellas desde que salieron de la UES.-

-Así que fue la querida Valeska.-

-Es una vieja despreciable.- Ruby parecía querer escupir al pronunciar el nombre de la maestra.

-Lo sé.- Tania apareció su bate y le dio unas cuantas vueltas. -¿Cómo se enteraron de que mandó dos lindas criaturas a matarme?-

-No te quería muerta. -Romina se colocó la capucha y con un sutil movimiento de su muñeca los cuerpos y las llamas desaparecieron. -Quería secuestrarte, y nos enteramos porque escuchamos desde la habitación de a lado.-

-Mmm, creo que va a mandar más personas a intentarlo.-

-¿Por qué quiere hacer esto?- Henna no apartaba la mirada del lugar donde antes estaban ardiendo los cadáveres. -¿Por qué quiere que estés fuera?-

-Porque solo quiere utilizarme y ya vio que no es tan fácil controlarme.-

-Para empezar, nunca te ha controlado.- Henna escupió las palabras.

-Buen punto, pero ya sabes como es Valeska, odia sentir que las cosas están fuera de control.-

-¿Tú estás fuera de control?- Preguntó Ruby, Tania alzó una ceja.

-¿No me viste ese día? Soy lo peor de lo peor en descontrol y Valeska odia eso.-

-¿Entonces porque no solo despedirte?- Romina alzó la vista al cielo. -¿No sería más fácil?-

-Si lo que quisiera fuera librarse de mí sí, pero lo que la maestra quiere tenerme para cualquier amenaza futura, cree que en esos casos si puedo ser de utilidad y además en caso de un intercambio.-

-¿Intercambio?-

Tania asintió y suspiró, la luna estaba llena y brillaba iluminando la noche.

-¿Les parece si vamos a cenar? Conozco un buen lugar para el café.-

A Henna le brillaron los ojos.

-Vamos... Una taza no me vendría mal.-

Comenzaron a caminar en silencio, las hermanas por delante y Tania con Ruby atrás.

-¿Mañana volveremos?- Susurró Ruby en un tono tan bajito que solo Tania alcanzó a oírla.

-Mañana... Mierda, hay muchas cosas que debo hacer mañana, pero sí.- Nevor miró de reojo a Ruby. -Por cierto, hoy lo hiciste bien. Los poderes psíquicos son un desastre a veces, y tú los controlas bastante bien.-

-¿No podemos decirle a ellas que nos apoyen?- Ruby señaló con un gesto de cabeza a las dos jóvenes que venían frente a ellas.

-No sé si....-

-¿De qué hablan?- Romina giró la cabeza, a Tania le ponía de nervios ese gesto, le recordaba a Minerva cuando giraba la cabeza a 360 grados.

-De nada...- Ruby desvió la vista a los carros que pasaban a su lado.

Tania pensó un momento en las palabras que Ruby le había dicho y al final dijo:

-Romina, Henna... ¿Les gustaría ser maestras?-