La varita del señor Longbottom
NEVILLE LONGBOTTOM Y LA PIEDRA DEL HECHICERO
CAPÍTULO 3: LA VARITA DEL SEÑOR LONGBOTTOM
Transcurridos los días, la situación de Neville no mejoraba, seguía siendo malo para la magia y los profesores lo inundaban con tareas, Snape seguía siendo malvado con él y debía soportar los abusos de los integrantes de su casa, siempre tenía que sentarse al final de los asientos, de lo contrario sus compañeros de atrás le metían la varita por entre las nalgas.
Los otros estudiantes de las demás casas tampoco querían hablar con él salvo los de Hufflepuff que algunas veces le saludaban. Los Slyterin eran particularmente abusivos y mordaces cuando se dirigían a él. Lo peor fue cuando Pansy Parkinson también se burló de él, ella, al parecer, estaba siempre al lado de Malfoy y sus gorilas, y se veía que a la chica le gustaba mucho el cruel rubio.
Meditaba todo esto una noche muy tarde en su sala común.
―Ya no me interesa Pansy.
»A mí no me gustan las chicas malvadas, sin importar lo bonitas que sean ―volvía a decir.
»Bien dicho, tú también tienes dignidad ―concluyó, no se percataba que estaba hablando consigo mismo.
Una esfera se hallaba en una habitación oscura y en silencio, sólo el ruido del latir de un corazón estaba en el ambiente, la hermosa esfera era roja como un rubí, cuando de repente, la superficie de está comenzó a astillarse.
―No te preocupes, utilizaremos la capa de invisibilidad de Harry ―dijo alguien sobresaltando a Neville, quien agarró a su sapo y se ocultó en el sofá de respaldo alto.
―No dejaremos que Snape robe la piedra del hechicero mientras Dumbledore no esté presente ―dijo resuelto Harry.
Neville vio cómo su amiga Hermione y los otros dos odiosos se cubrían con la capa de invisibilidad y salían por el retrato. Neville no podía dejar ir sola a Hermione con esos dos patanes para enfrentar Merlín sabe que peligros y se apresuró a ir a su habitación común, había algo que debía llevar primero.
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Neville se acercaba dónde estaba el perro de tres cabezas y pudo escuchar como ladraba furioso, se extrañó que Filch no estuviera presente pese al estruendoso ruido, aunque agradeció eso ya que tal vez el celador lo hubiera descubierto.
Abriendo la puerta con cuidado, pudo ver como el perro ladraba a la trampilla del suelo que estaba abierta, Neville sacó de su bolsillo su nueva recordadora y giró un mecanismo antes de arrojar está dentro de la habitación. La esfera que parecía estar hecha de plástico transparente, emitió una melodía que llamó la atención del perro e hizo que este se quedara dormido.
―Gracias por la nueva recordadora, abuela ―susurró Neville, y pese a su miedo, se lanzó por la trampilla, tenía que proteger a Hermione.
―¡¿Qué haces aquí?! ―gritó Hermione cuando Neville aterrizo justo a su lado.
―Vine a protegerte ―dijo el chico adolorido.
―Genial, y ahora ¡quien te protegerá a ti! ―gritó Harry frustrado por no poder soltarse de las plantas que lo envolvían.
―Maravilloso, ahora moriremos junto a este imbécil ―le increpaba ron.
―No tenemos que morir ―les dijo Neville.
―¿Y quién nos salvara, tú?, só eres un inútil ―le criticó Harry.
―Quiero a mi mami. ―Lloraba Ron.
―No tenemos que morir, este es el lazo del diablo, si no tensamos los músculos, la planta nos dejará ir ―les explicó Neville.
―Eres un genio ―le alabó Hermione, y ella y su amigo se relajaron con lo que la planta los soltó, Harry siguió su ejemplo, pero Ron seguía llorando y resistiéndose.
―Al lazo del diablo le debilita la luz del sol. Hermione, utiliza un hechizo lumínico para liberar a Ron ―dijo Neville, y Hermione, haciendo uso de ese hechizo, liberó al pelirrojo quien se encontraba avergonzado.
―¿Y tú qué diablos miras? ―le dijo Ron a Neville, el cual bajo su mirada.
―Debemos continuar ―dijo Harry, y los chicos siguieron avanzando. Primero encontraron un enorme trol tirado en el suelo y luego, en otra habitación; Harry tuvo que utilizar una escoba para atrapar una llave voladora; pasado ese peligro, los muchachos entraron en lo que parecía ser un tablero gigante de ajedrez. Ron tomó el mando de la situación, pero con cuatro chicos en vez de tres, el juego se tornaba difícil y llegó a un punto muerto.
―Déjame tratar a mí ―le dijo Neville.
―Pero si eres el burro de la clase, ¿cómo podrías jugar ajedrez? ―le dijo ron
―Mis parientes lo único que juegan es ajedrez y cartas, mi abuela no me permitió aprender a jugar cartas, pero si soy bueno jugando ajedrez ―dijo Neville, pero Harry y Ron bufaron.
―Dejen que lo intente ―les dijo Hermione, con lo que Neville tomó el control del tablero, y lo hizo muy bien, ganando la partida y no sacrificando a ninguno de los muchachos como piezas.
―Eso fue brillante ―le dijo Hermione. Harry y Ron intercambiaron miradas de asombro.
Llegaron a una habitación llena de diversos frascos llenos de pociones, de repente, los chicos fueron rodeados por muros de fuego y no tuvieron otra opción que descifrar el acertijo. Fue una suerte que Hermione estuviera con ellos, de lo contrario, no lo hubieran logrado.
―Bien, Neville, toma la poción y atraviesa el muro de fuego ―le dijo Hermione.
―Epa, ¿porque él tiene que ir y yo no? ―dijo Ron.
―Es cierto, ¿crees que él con lo torpe que es, pueda vencer a Snape? ―dijo Harry.
―Este "torpe", nos salvó la vida con el lazo del diablo y el ajedrez mágico, además, antes Neville venció a quien-tu-sabes, es su derecho detener a Snape ―les dijo enojada Hermione.
―Nadie sabe cómo venció a quien-tu-sabes, pudo ser simple suerte, dame la poción ―le ordenó Ron.
―No, yo soy el mejor de todos, dámelo a mí, Hermione ―ordenó Harry.
Los dos chicos le arrebataron la poción a la chica y estaban forcejeando por ser el que se la tomara.
―¡Basta, la van a romper! ―gritaba Hermione y decidió embrujarlos con el hechizo paralizante.
―Bien, ahora tomate la poción ―le dijo Hermione, luego de sacar el frasco de las manos inmóviles de los dos muchachos, Neville se veía nervioso.
―¿Estás segura?, Harry y Ron tienen razón, ellos son mucho mejores magos que yo, tú eres mucha mejor hechicera que yo ―le dijo temblando ante la perspectiva de tener que enfrentarse al hombre que tanto temía.
―¿Estudiar muchos libros? ¿Volar bien en una escoba? ¿Bravuconería? ―dijo Hermione mirando a Ron al decir esto último―, hay muchas cosas más importantes como la lealtad y el valor, tú tienes mucho valor.
―No, no tengo.
―Claro que lo tienes, sino porque viniste, sino para detener a Snape.
―Sólo vine por ti, quería saber si estabas a salvo, quería protegerte ―le dijo sonrojado, Hermione le miró.
―Neville, eso es muy tierno y valiente. Tú eres valiente, créeme yo te lo digo ―le dijo acariciándole una mejilla.
Se sorprendió mucho y olvidó todo el miedo que tenía y se tomó la poción atravesando después el muro de fuego.
Luego de atravesar el muro, recorrió un pasillo oscuro y sombrío para llegar a un semisótano, de nuevo estaba temblando, tenía tanto miedo, que olvidó sacar su varita, la cual estaba en el bolsillo de su pantalón.
«Hermione, como quisiera que estuvieses conmigo».
Al acercarse, vio la figura de un hombre frente a un enorme espejo, pero no era Snape, era Quirrell.
―¿Profesor Quirrell, señor?
El profesor se dio la vuelta y le habló, ya no con una voz tartamuda y aguda, ahora su voz era fría y dura. Quirrell se burló de Neville y sus amigos al pensar que era Snape el sospechoso y no él, al final, terminó su monólogo expresando su frustración por haber llegado tan lejos y no poder aún tener la piedra.
―Haz que el muchacho mire el espejo ―dijo una voz ultraterrena que hizo que a Neville le doliera la cicatriz.
Quirrell obligó a Neville a mirar el espejo y vio su imagen reflejada en este. Su imagen del espejo le mostró que tenía la piedra en un costado, palpó con disimulo su pantalón y comprobó para su asombro que la piedra del hechicero estaba en su bolsillo.
Trató de engañar a Quirrell, pero la voz ultraterrena le ordenó a Quirrell darse la vuelta. El mago obedeció y se quitó el turbante.
Neville quiso gritar, pero el miedo fue tal, que un sonido gutural salió en vez por su garganta, frente al muchacho se hallaba Voldemort.
Voldemort se burló de él, pero luego le invitó a entregar la piedra y unírsele.
―Ya no tienes por qué sentir miedo, no tienes por qué sufrir el maltrato de los demás, puedes ser fuerte, puedes ser amado y respetado por todos ―le dijo Voldemort―, sólo mira al espejo, ve todo lo que puedes obtener.
El espejo bombardeó a Neville con visiones fantásticas: Ron y Harry siendo amigos de Neville, Seamus y Dean compartiendo momentos divertidos con Neville, los demás griffindors ayudando y riendo con Neville, las chicas sonriendo a Neville... Pansy Parkinson mirando fija a los ojos de Neville mientras le sonreía.
La esfera roja (su corazón) astillada emitía un gentil latido de corazón cuando de pronto comenzó a astillarse, por el rostro de Neville surcaban gruesas lágrimas.
«Sí, es lo mejor», pensó Neville. «La decisión más práctica, la decisión más lógica, la decisión más conveniente».
Introdujo su mano en el bolsillo, dispuesto a entregarle la piedra a Voldemort, cuando sus dedos rozaron y luego sostuvieron la varita de su padre. El muchacho sacudió su cabeza como si despertara de un trance y, entonces, clavó la varita directo a la yugular de Quirrell.
La sangre del profesor manchó todo el rostro y pecho de Neville, salía en increíbles cantidades, pero aún así Quirrell se dirigió al muchacho y trató de estrangularlo, la piel de las manos de Quirrell se derritió y Neville le sostuvo el rostro hasta que este se despellejo por completo, muriendo Quirrell poco después.
Neville al ver el cráneo de Quirrell se hizo a un lado y vomitó con fuerza, cuando se incorporó el espectro de Voldemort atravesó su pecho y Neville perdió la consciencia.
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Despertaba, al parecer se encontraba en la enfermería, unos objetos estaban junto a su cama, parecían cajas de regalos multicolores, el muchacho se frotó los ojos y vio que no había nada, todo fue una ilusión debido al reflejo de los rayos del sol entrando por la ventana. En ese momento Dumbledore entraba a la enfermería.
Se puso nervioso y saludó tímido al director, luego, le urgió preguntar algo.
―¡Señor!, ¡¿qué pasó con Hermione?!, ¡¿está bien?! ¡¿Qué hay de Harry y Ron?!
―No te preocupes, Neville, tus amigos están a salvo ―le dijo Dumbledore, el hecho de que tuteara al muchacho hizo que se sorprendiera y se relajara.
―Lo que sucedió en el castillo con el profesor Quirrell, es un secreto, por lo tanto, todo el mundo lo sabe ―le dijo Dumbledore, quien recorrió con la vista las mesas vacías alrededor de la cama de Neville, el anciano parecía algo desilusionado.
Dumbledore le explicó a Neville acerca de la piedra del hechicero y la relación entre Snape, los padres de Harry y la madre de Neville. El muchacho se sorprendió cuando Dumbledore le dijo acerca del sacrificio de su madre y porque Quirrell no podía tocarlo.
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Neville decidió ir al gran comedor, este se hallaba repleto de banderas de la casa de Slyterin.
Cuando se dirigió a su mesa todos murmuraban entre si y señalándolo con gestos de incredulidad.
Apenas el muchacho se sentó, Dumbledore se levantó y comenzó su discurso de fin de año, felicitó a Slyterin por ser la casa con mayor puntaje, pero decidió agregar puntos extraordinarios a Gryffindor.
A Hermione le otorgó puntos por su aplicación de la fría lógica en la habitación de las opciones, a Harry, le otorgó otros puntos por su vuelo con escoba al atrapar la llave, a Ron le otorgo también puntos por su lealtad, y a Neville, le otorgó la mayoría de puntos por su sabiduría con el lazo del diablo y por el ajedrez mágico. Gryffindor había ganado la copa de las casas.
Todos los Gryffindor aplaudieron a los chicos y celebraron el haber ganado la copa de las casas. Harry, Ron, Seamus y Dean intercambiaron miradas y alzaron los hombros mientras se sumaron a los aplausos, al parecer habían decidido perdonar a Neville por haber estrechado la mano de Malfoy.
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En el tren que se dirigía a Londres, Neville se encontraba solo en una cabina preguntándose donde estaría su amiga Hermione.
―Seguro está con Harry y Ron.
»Al menos alguien hubiese estado conmigo.
»¿Y quién diablos hubiese querido estar contigo?
»Me hubieran preguntado acerca de la aventura con la piedra del hechicero.
»Para eso tienen a Harry y a Ron, ¿quien en su sano juicio creería que tú tuviste algo que ver?
»Es cierto, de seguro piensan que Dumbledore te dio esos puntos porque eres el-niño-que-vivió.
»O porque está senil
»¡Ya basta! —se calló a sí mismo.
Miraba triste la ventana y se alistó al ver que el tren se acercaba a la estación, al preparase, notó su varita y la sostuvo en su mano.
―Sabes, Trevor, mi madre me salvó once años atrás y mi padre me salvó hace dos días, tal vez no sea la mejor varita del mundo ni podré realizar grandes hechizos con ella a diferencia de otra varita que si me elija en Ollivander's. No importa, igual la conservaré.
Salió del tren antes que los demás, su abuela lo estaba esperando y Neville le dio un gran abrazo y un beso en la mejilla. La anciana estaba sorprendida por que Neville siempre era tímido cuando estaba con ella.
―No me importa que los demás vean que quiero a mi abuela o a mis demás parientes ―dijo Neville sonriente y tomados de la mano, él y su abuela atravesaron el muro hacia el mundo muggle.
FIN
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