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El silencio de Neville

Notas del autor: Harry y Ron perdonaron a Neville por haberle estrechado la mano a Malfoy, pero eso no quiere decir que ahora serán amigos. La abuela de Neville, no sabe aparecerse, al igual que muchos sangre pura, a los cuales les importa un cacahuate su instrucción mágica, total, nacieron con una cuchara de plata en la boca, la excepción son los mortifagos que deben saber aparecerse por orden de voldi.


NEVILLE LONGBOTOM Y LA CÁMARA DE LOS SECRETOS

CAPÍTULO 2: EL SILENCIO DE NEVILLE


Pasaron los días más aburridos en la vida de Neville y sólo pudo salir de la habitación para comprar sus útiles escolares. Al llegar al callejón Diagon, se encontró con Hermione.

―¡¿Neville, como estas?! ―le dijo sonriente la chica.

―Bien ―le contestó ruborizado―, oye, Hermione, te escribí... ―En eso, los inoportunos de Harry y Ron aparecieron y se llevaron a la chica con ellos.

―¿Quién era esa chica? ―le preguntó muy interesada su abuela.

―Es mi amiga Hermione, es la más lista de mi casa.

―Y tu amiga tiene apellido, ¿no?

―Se apellida Granger, abuela.

Humm... Granger, Granger... No me suena, ¿es extranjera?, aunque su acento indica que es inglesa.

―No, no es extranjera, sus padres son muggles.

―Claro, tenían que ser muggles ―dijo la anciana que al parecer ya había perdido el interés en la muchacha.

Entraron a una tienda para comprar libros, pero estaba atestada de clientes, en su mayoría mujeres. La anciana entró abriéndose paso a empujones y jalando de la ropa a su nieto.

―¿Qué demonios pasa aquí? ―se quejaba la iracunda anciana.

―Augusta, querida, ¿tú también vienes a ver a Gilderoy Lockhart? ―le decía una mujer bajita y regordeta de cabello rojo.

―Hola, Molly, Arthur ―les dijo la mujer―. ¿Quién es ese Lockheart?

―Lockhart, Augusta, se llama Gilderoy Lockhart y está justo aquí firmando sus libros. Tú debes ser Neville ―le dijo la señora Weasley con una amplia y sincera sonrisa.

Neville se presentó ante los Weasley y vio al hombre causante de todo este revuelo. El muchacho se quedó impresionado, comprendía el por qué de las mujeres de estar todas embobadas con el sujeto. Gilderoy Lockhart parecía un galán de cine, y tenía la sonrisa encantadora de uno.

―Que estupidez, vámonos, Neville, volveremos cuando este teñido ya no esté ―le ordenaba su abuela.

―¿Neville? ¿Neville Longbottom? ―dijo Lockhart al escuchar Merlín sabe cómo el nombre de nuestro héroe―. ¡Pero miren! Si es nada más ni nada menos que Neville Longbottom ―decía a los cuatro vientos Lockhart. En eso, agarró al muchacho e hizo que posara junto a él para unas fotografías. Neville no podía hacer nada al respecto, lo mismo que su abuela, al final, luego de terminadas las fotografías, Lockhart reveló que él sería el nuevo profesor Contra las Artes Oscuras en Hogwarts.

Neville y su abuela se dirigieron a la salida de la tienda (Lockhart regaló a Neville todos los libros que llevaría en Hogwarts este año, bueno los libros de Lockhart), al acercarse a la salida, el chico vio como el señor Weasley y un hombre de largo cabello rubio discutían. El señor Malfoy y el señor Weasley se agarraron a golpes pero por fortuna fueron separados por Hagrid.

―Toma querida ―le dijo Lucious Malfoy a una chica pelirroja―no pierdas tu libro.

.

.

Pasado el incidente, Neville y su abuela retornaron a su mansión y el día en que debían regresar a Hogwarts paso algo extraño, la puerta principal de la mansión por alguna razón no se abría, fue necesaria la ayuda de los elfos domésticos para que esta cediese. Neville y su abuela llegaron con el tiempo justo (la anciana era enemiga de aparecerse en cualquier lugar, según ella, le arrugaba la ropa), primero pasó la anciana y cuando Neville se disponía a cruzar, el chico se estrelló contra el muro.

―Sí que eres torpe ―le dijo alguien detrás de él y riéndose.

Se levantó, y vio que Potter y Ron le miraban burlones.

―Aparta, idiota ―le ordenó Ron, e intentó cruzar el muro, pero al igual que Neville, se estrelló contra la dura pared.

Potter también lo intentó y no pudo pasar, los tres chicos intercambiaron miradas nerviosas.

―Ron, al pasar las vacaciones en tu casa me dijiste algo acerca de un auto volador que tenía tu papá.

―¡Es cierto! Tomemos el auto y vayámonos a Hogwarts.

―¿Y nuestros padres?

―Están al otro lado del muro, no creo que puedan ayudarnos, ¡vámonos!

―Tú también, Neville ―le dijo Potter.

―Creo que lo mejor es si nos quedamos aquí y esperamos por...

―¡Apúrate! ―le ordenó Ron mientras ambos chicos le jalaban de la ropa. Al llegar a la calle, Potter y Ron se metieron al auto, Neville seguía dubitativo.

―¡Apúrate! ―le apremiaron los chicos y Neville se decidió

Cuando Neville quiso entrar al auto, Ron avanzó unos cuantos metros.

―Que lerdo, bueno, ¿vas a entrar o no? ―se burló Ron.

Neville se rió e intentó entrar, sin embargo, paso lo mismo, Potter y Ron se morían de la risa.2

―Bueno, está vez va en serio, entra ―le dijo Potter con una cara de inocencia.

Neville abrió la puerta, pero está vez el auto salió disparado al firmamento con los dos chicos riendo.

―¡Esperen, no me dejen!

Descorazonado, decidió volver a la estación y allí encontró a varios magos adultos entre los que destacaban su abuela, Arthur y Molly Weasley, también estaban James y Lily Potter quienes llamaban a gritos a sus respectivos hijos.

―¡Neville, que pasó! ―gritaba su abuela.

―¡Abuela el muro no me dejó pasar!

―Lo sé, cuando intenté regresar para ver por qué no habías cruzado, el muro tampoco me dejó pasar.

―¿Viste a Ron? ―le preguntó Arthur Weasley

―Sí, él y Potter subieron a un coche volador y se dirigieron a Hogwarts ―les dijo explicándoles como los chicos tomaron el auto y le dejaron abandonado.

―¿Qué haremos ahora? ―preguntó ansiosa Lily.

―Al menos sabemos que están a salvo ―dijo Arthur, su esposa le miraba enojada.

―Augusta, lo mejor será que tú y Neville se aparezcan en Hogsmeade y de allí se dirijan al colegio, sabes bien que nadie se puede aparecer en los terrenos de Hogwarts ―sugería James.

―Pero estoy tan cansada... Mi corazón...

―Yo llevaré a Neville ―les dijo Molly―. Arthur, tú tienes que ir al trabajo, lo mismo que Lily y James.

―Espero que no suceda otra cosa extraña ―le dijo Lily al muchacho y Neville se ruborizó mucho, la madre de Potter era muy guapa.

―Gracias, señora Potter ―le dijo Neville nervioso y bajando la vista.

Se despidió de su abuela y de los otros adultos, luego, gracias a la ayuda de Molly pudo aparecerse en Hogsmeade . La mujer pidió los servicios de un carruaje del pueblo y se dirigieron al colegio.

―¿Por qué no nos aparecemos todos en Hogsmeade? ¿Por qué debemos tomar el tren todos los años?

―No todos los magos adultos saben aparecerse ―le dijo de forma cariñosa la mujer.

Luego de un rato, llegaron a Hogwarts y fueron recibidos por McGonagall, la mujer le explicó la situación y Neville corroboró cada palabra suya. Mandaron a Neville a su sala común hasta que llegaran los demás alumnos.

Se hallaba descansando en el cuarto común cuando Dumbledore entró y le preguntó unas cuantas cosas respecto al incidente con el muro. Satisfecho, Dumbledore se despidió del chico, pero cuando estaba a punto de salir de la habitación Neville le llamó.

―Disculpe, director, pero acabo de recordar algo más ―se excusó y procedió a contarle al director acerca de Dobby y el incidente en su casa.

―Y este elfo, Dobby, ¿no te dijo en qué consistía la amenaza?

―No, señor, tampoco pude averiguar quién era su amo.

―Ya veo, gracias Neville por contarme todo esto, te pido que todo lo relacionado con Dobby y lo que te dijo quede entre nosotros, no le digas a nadie más de esto.

―Sí, señor director.

.

.

En la noche, Neville y los alumnos que llegaron en el tren estaban en el gran comedor. Hermione le preguntó al chico por qué había llegado más antes que todos y Neville le contó del incidente con el muro (evito contarle de Dobby como le pidió Dumbledore). Todos estaban asombrados de que Harry y Ron pronto llegarían en un coche volador, pero al final, tuvieron que regresar a su sala común y el dúo aun no aparecía.

―Solo eres un mentiroso ―le criticaban todos y el pobre chico tuvo que irse a dormir con las miradas de reproche de sus compañeros.

.

.

A la mañana siguiente, Harry y Ron corroboraron las palabras de Neville. Resulta que no pudieron llegar antes porque se perdieron en el camino y al final se estrellaron contra el sauce boxeador, rompiéndose la varita de Ron en el proceso.

Durante la explicación a Harry y a Ron les llegan los respectivos vociferadores de sus familias. Los chicos abren las cartas y las voces de los padres de los dos chicos retumbaron en el gran comedor, no solo escucharon las reprimendas por haber ido en el coche volador, también por haber tratado mal a Neville. Los dos muchachos le dirigieron miradas de odio intenso, el pobre Neville sabía que nada bueno saldría de esto.

.

.

―¡Nos delataste! ―le gritó Ron en el cuarto común mientras tumbaba en el piso al pobre Neville de un fuerte puñetazo en el rostro.

―¡Estúpido, ahora vas a saber lo que es bueno! ―le gritó Harry, y ambos chicos con la ayuda de Seamus y Dean le dieron una tremenda paliza, que hizo que Neville se derrumbase perdiendo el conocimiento.

―Creo que se nos pasó la mano ―dijo nervioso Seamus.

―Mejor lo llevamos a la enfermería ―gimió Dean.

―Harry ¿qué haremos? ―decía está vez Ron.

―Yo me encargo ―les dijo Harry y le echo agua a la cara. Neville recuperó el conocimiento, luego, con la ayuda de la capa invisible, lo llevó a la enfermería.

―Si le dices a alguien que pasó, te ira peor, Longbottom ―le amenazó .

Asintió y entró a la enfermería.

―Señora Pomfrey...

―¿Quién es a estas horas?... ¡Señor Longbottom!, ¡¿por Merlín, que le pasó?!

―Me, me caí...

―¿Cómo que se cayó?, dígame la verdad, señor Longbottom.

―Me caí.

La enfermera trató al muchacho, no pudo sacarle más palabras. Al regresar a su sala común fue pescado por Filch, pero el conserje no le castigó por haber estado en la enfermería.

Llegó a su cama y se desplomó en ella.

.

.

Al otro día, se dirigió a sus clases de Defensa Contra las Artes Oscuras y en el camino se cruzó con Pansy. El chico quería decirle a la muchacha que no fue su culpa lo del accidente con el pastel en su casa, pero la Slyterin hizo gala de indiferencia suprema, una fría indiferencia suprema.

Lockhart, pese a lo que decían sus libros sobre él, demostró en la clase ser un inútil y el pobre de Neville quedo colgando del techo.

―Bueno, vámonos al recreo ―le dijo Ron a Harry.

―Espérame que ya voy, vamos, Hermione.

―Deben estar bromeando, no podemos dejar a Neville colgado allí arriba ―les riñó.

―Bueno, entonces ayúdalo ―le dijo alzando los hombros Harry y los dos chicos salieron al recreo.

Neville fue bajado por Hermione, pero ella se enojó cuando Neville se quejó del profesor, según su amiga, Lockhart sólo quería que los chicos demostraran conocimientos prácticos al tratar con los duendecillos.

Hermione dejó plantado a Neville para ir al campo de quidditch, al parecer Harry había sido elegido buscador por segundo año consecutivo, Neville decidió no ir a alabar a ese odioso.

.

.

Una noche, se disponía dormir, pero como sucedía a menudo sus cuatro "amigos" le movían la cama gritando terremoto y metiéndole sus varitas por el trasero.

«¡Ya basta, ya basta, papá, mamá ayúdenme!», gritaba por dentro mientras cerraba los ojos y se sostenía con fuerza la cabeza con ambas manos.

Todo esto hacia que estuviera muy tenso y le resultaba muy difícil conciliar el sueño. Ya por las tres de la mañana el chico escuchó una voz misteriosa.

Matar, desgarrar, matar.

Se puso nervioso, pero lo atribuyó al estrés y no le dio mayor importancia.

CONTINUARÁ...

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