Lisa los invitó a almorzar, Jungkook estaba feliz, parecía que eran una familia unida, pero la realidad era que la familia de Jennie se estaba destruyendo. Al llegar a casa Lisa y ella no se dirigieron la palabra, cada una hacía lo que quería, pero por suerte, Jungkook no sospecho nada.

Al día siguiente, Jennie se levantó a su hora habitual junto con Lisa, se alistaron y bajaron a la cocina a preparar el desayuno hasta que la puerta sonó y fue a abrir.

— Buenos días hermanita — sonrió Namjoon, su hermano mayor.

— Namjoon…

Jennie se hizo a un lado dejándolo entrar a su hogar.

— Hola Lisa — saludó animado a su cuñada y ésta le devolvió la mejor sonrisa que pudo.

— Hola Nam.

— ¿Cómo está la hermanita más hermosa de este mundo?

Su hermano le dio un fuerte abrazo, como esos que solo él le sabía dar.

— Muy bien — se separó y finalmente vió su rostro sonriente y sus ojos puestos en él — ¿Qué haces aquí? — preguntó rápidamente mientras se giraba para alzar a Jungkook que recién se despertaba, volteando un poco la cara y cubriendo su mejilla.

— Bueno Jennie, espero que no me odies por esto, se supone que es una sorpresa.

— ¿Namjoon? ¿Qué clase de sorpresa? — sonrió.

— Tengo que presentarte a mi novio y tú mejor amigo, Kim SeoJin — su mejor amigo apareció con una sonrisa.

— Un momento… ¿Ustedes son novios?

— S-si... yo sé que esto es raro y-

— ¡Felicidades!

Jennie salto a los brazos de su hermano y posteriormente a los brazos de Jin.

— Pensó que te ibas a enojar — confesó Jin.

— Para nada ¿Por qué lo haría? Mi hermano mayor y mi mejor amigo juntos.

— Muchas felicidades, les deseo lo mejor.

— Gracias cuñada.

— Merecen ser felices, siempre supe que terminarían juntos — Jennie hablaba con emoción y no se dio cuenta que Nam había mirado la mancha morada en mi mejilla.

— ¿Qué rayos te paso en la cara Jennie? — se acercó cogiendo su cara en sus manos.

— N-nada Namjoon.

El corazón de Jennie iba a mil por hora, mientras con sus manos se zafaba de su agarre y lo alejaba un poco.

— ¿Como que nada? ¡Eso no es nada!

— No te pongas estresante Kim Namjoon — le dijo revoloteando los ojos, pero con el corazón a
punto de salir de su pecho.

— Solo dime que no fue por andar en peleas —Jin se burló y lo dijo en doble sentido.

— Jennie — Namjoon estaba esperando una respuesta.

— Claro que no, sabes que no soy así, sólo me caí, sabes lo torpe que soy Nam — Mintió.

Jennie odiaba que le mintieran y no soportaba haber mentido, mucho menos a su hermano. Agradecía de sobremanera que Namjoon no hubiera dado más cuerda al tema de sus marcas, agradecía tener fama de torpe y bueno, el hecho que el maquillaje disimulaba bastante la marca, porque sabía que debajo de aquella capa de maquillaje estaba una enorme marca de color casi negro, pensar en eso hizo que su corazón se estrujara en una pequeña bolita al fondo de su maltratado pecho.

En su mente los recuerdos pasaban, mientras rasgaban cada pedazo de su pobre alma, como cuchillas afiladas y dispuestas a dejarla rota a la mitad de su cuerpo, hecha polvo, porque bueno, eso era, polvo, así se sentía.

— ¿Qué les parece si vamos al parque de diversiones?

— Si! — saltó su hijo.

— No creo, ayer fuimos al parque.

— Entonces vamos a otro lugar — Minho tomó la mano de Jin.

— Vamos a montar caballo — Jennie sonrió al ver como Jin entrelazaba sus dedos.

— Es una buena idea ¿Que dices Jendeuk?

— Sí, está bien.

Las parejas habían quedado en encontrarse en casa de Jennie, todos fueron a cambiarse de ropa y a alistar sus cosas. A Jennie le encantaban los caballos y a su hijo también, era una de las cosas que tenían en común.

Cuando ya estaban listos, Namjoon y SeokJin aparecieron con una sonrisa y juntos fueron al
club de equitación.

— Jendeuk, ven cabalguemos juntos — Jin tomó su mano.

— Vamos — Nos alejamos de los demás.

— A Nam lo puedes engañar, pero a mí no, lo sabes, sé perfectamente que Lisa te hizo eso.

— Jin, ya les dije que me caí.

— Lisa me contó lo que pasó hace días, Jennie.

Jennie palideció y se quedó viéndolo un rato antes de bajar la mirada.

— No se lo digas a Namjoon, por favor.

— Eres mi mejor amiga Jendeuk y le tengo mucho cariño a Lisa, pero como le dije a ella, si te vuelve a poner un dedo encima, tú dime y voy a denunciarla, los problemas se resuelven hablando y no con golpes.

— No quiero que vuelva a pasar esto — sollozó y lo abrazó.

— No volverá a pasar, Jen.

Nam y Lisa se les unieron, las cosas entre la pareja Manoban se pusieron incómodas, pero, aun así, cada vez que sus miradas se cruzaban era como si el dolor creciera en sus pechos, haciendo que sus piernas se debilitaran y desearan desaparecer, al mirarlo lo único que quería era correr a sus brazos y volver a ser lo que eran antes, pero ¿Cómo lo  iba a hacer? Estaba dolida.

Jennie pudo notar que Namjoon, estaba más enamorado de lo que pensó ¿A quién engañaba? Hacían una hermosa pareja, era como cuando Lisa y ella eran novias, como cuando todo era amor y no golpes.

Finalmente, en casa, Lisa y ella tampoco se dirigieron la palabra, pero ya era hora de afrontar la realidad, era hora de enfrentar los miedos. Lisa estaba en la habitación, mientras que Jennie permanecía en la cocina respirando agitadamente una y otra vez, dudosa de subir a su habitación.

Al final, supo que no había remedio, que era hora de afrontar todo, así que se levantó de su asiento, subió lentamente las escaleras y colocó mi mano en la perilla de la puerta, dió un enorme suspiro, finalmente abrío la puerta y se encontró con un Lisa hecha un manojo de nervios, caminando de lado a lado con sus manos frotándose una con la otra, impaciente.

Al notar su presencia dió un salto enorme y se giró para mirarme. Sus ojos estaban llenos de arrepentimiento, o al menos eso fue lo que vió.

— Lisa... — Empezó a hablar, pero ella ágilmente le interrumpió.

— No… Por favor, quiero que me escuches —rogó con la mirada y ella asintió, caminó lentamente a ella, con su mirada puesta en sus ojos — Jennie perdóname, sé que no me merezco que me perdones, sé que soy la peor persona de este mundo por hacer lo que hice, pero yo no sabía lo que hacía, aún me cuesta recordar bien lo que hice esa noche, aún no puedo recordar bien que fue exactamente lo que paso, jamás te haría daño, jamás querría hacerlo y me siento como basura ahora, siento que no valgo nada y es la verdad, no valgo nada, no valgo nada sin ese brillo en tus ojos con lo que me miras, sin esos besos que me hipnotizan a diario, sin esas sonrisas que me dedicas, simplemente no soy nada sin ti, nada — Sus últimas palabras estaban acompañadas de lágrimas — Te amo, por favor perdóname —Finalizó y sin darle tiempo a responder, la besó con todo el amor que en aquel momento le pudo mostrar.

Las lágrimas se hicieron presentes, Jennie sabía muy bien la decisión que iba a tomar, la amaba, no podía negarlo.

— Te perdono — susurró separándose de ella.

— Jamás volverá a ocurrir te lo prometo, Jendeuk — volvió a unir sus labios.

Su beso se profundizó cada vez más y más, sus manos quitaron su ropa lentamente y sus manos hacían lo mismo, los labios de Lisa fueron a su cuello, dejando besos y mordidas, Jennie acariciaba su espalda con las yemas de sus dedos. Lentamente Lisa la acostó en la cama y se posicionó entre sus piernas, se miraron fijamente unos segundos y ella entró en Jennie, un gemido salió de sus labios y ella sonrió.

Se perdieron en sus labios, cada caricia era como estar en las nubes, amaba como la besaba, amaba sus caricias, sólo ella podía hacerla sentir de esa manera, sólo ella la hacía sentir mujer. En un abrir y cerrar de ojos, estaban desnudas bajo las sábanas, no recordaba como llegaron a hacer el amor, pero estaba contenta, después de tanto tiempo, otra vez, volvío a ser suya.