Capítulo Uno
UN AÑO ANTES
TaeHyun se miró al espejo. Estaba listo, terminó de delinear sutilmente sus ojos y aplicó un poco de brillo a sus labios. BeomGyu había prometido llevarlo a comer, con Kai. Últimamente su marido pasaba mucho tiempo en el trabajo, tanto así que llegaba en la madrugada y a TaeHyun le entristecía no pasar tiempo con BeomGyu, que él ya no esté con su familia como antes. Suspirando, salió del cuarto mientras llamaba a Kai, que seguro debía estar jugando en su cuarto.
— ¡Kai! — gritó.
— Dime, papi — le dijo su hijo, saliendo con su avión en sus manos.
— ¿Ya te echaste perfume?
— Sipidipi — empezó a imitar el sonido de su avión.
— ¿Te lavaste las manos? — preguntó nuevamente.
— Sipidipi — respondió otra vez.
— Bueno, amor, entonces corre abajo y espera a papá sentado — dijo mientras se acomodaba su ropa un poco.
— Está bien, papi.
TaeHyun no podía creer que su hijo ya tuviera seis años. Kai era una de sus más grandes alegrías, pues su hijo había crecido muy rápido y, de alguna manera, se parecía mucho a BeomGyu, tanto en su carácter como físicamente. Eran dos copias.
Volvió a entrar a su cuarto y se puso perfume. La verdad era que la relación de BeomGyu con su familia se había estancado un poco, y realmente TaeHyun solo esperaba que todo fuera como antes.
Bajó a la sala para esperar a su marido y después finalmente escuchó al carro de BeomGyu. El mayor había aparcado su coche y entró a la casa muy enojado, tirando la puerta de una manera tan fuerte, que hizo asustar a Kai. Por su parte, TaeHyun soltó un pequeño suspiro y se puso al lado de su hijo, recibiéndolo con una gran sonrisa.
— Buenas noches, amor — dijo, tratando de darle un beso, pero BeomGyu volteó la cara con disgusto. — ¿Pasa algo, cariño?
— Nada — y el mayor habló muy serio. — Hoy no tengo tiempo para tus cursilerías — dijo fríamente y caminó hacia la cocina. — ¿Y la comida?
— BeomGyu — respondió, sereno —, prometiste llevarnos a comer hoy.
— Hoy estoy demasiado cansado, será otro día.
— Kai y yo ya estamos listos — la tristeza de TaeHyun era palpable
— ¿Entiendes que hoy no saldremos? Mejor corre a la cocina y prepara algo — le dijo, levantándole la voz.
— Pero, amor... — TaeHyun trató de hablar.
— ¡DIJE QUE NO! ¡¿ACASO NO ESCUCHAS?! ¡YA CÁMBIATE DE ROPA, TE VES RIDÍCULO ASÍ, NO ERES UN CHIQUILLO! ¡AHORA APRESÚRATE Y COCINAME ALGO! — gritó con enojo.
TaeHyun no sabía cómo responder. Estaba seguro de que era el estrés, pero, sin quererlo, una lágrima cayó por su mejilla. Se limitó a subir corriendo a su habitación y se apresuró en ponerse otra ropa mientras lloraba lleno de rabia. Aunque TaeHyun trató de controlarse cuando vio a su hijo entrar con una expresión de tristeza y decepción.
— Papi, ¿ya no saldremos?
— No, corazón, papá está muy cansado — le respondió, forzando una sonrisa. — Corre a ponerte la pijama que la cena estará lista en un momento, ¿está bien, cariño? — agregó, mirándolo con dulzura.
— ¡Sipi! — respondió, ahora con un poco más de ánimo. — ¿Puedo ayudarte a cocinar?
— Claro, corazón — sonrió.
A Kai siempre le gustaba ayudar en los labores de la casa, sobre todo si se trataba de cocinar; por esa y muchas otras razones TaeHyun amaba a su hijo, a su pequeño niño.
Juntos prepararon algo rápido, y el mayor de los dos llevó los platos a la mesa, pero la cena fue en completo silencio, parecía un cementerio. Kai les empezó a contar cosas sobre su jardín, pero, como era de esperarse, BeomGyu no le tomó importancia y en poco tiempo acabó su comida.
— Provecho, buenas noches — les dijo, yéndose de la cocina.
— BeomGyu... — susurró con dolor al ver su reacción, y TaeHyun no aguantó más y se puso a llorar.
— Papi, no llores, tú mismo dijiste qué papá está cansado.
— Tienes razón, mi vida — le acarició su mejilla. — Ahora acaba tu comida.
— Está bien — y Kai empezó a comer. — ¿Luego me cuentas un cuento? — el menor le habló con la boca llena y TaeHyun no pudo evitar reír.
— Claro que sí, mi niño.
Su pequeño acabó de comer y se fue a su cuarto, mientras que TaeHyun recogía platos de la mesa, los llevó a la cocina, los lavó, secó y guardó.
Luego, subió a la habitación de su hijo para contarle un cuento como todas las noches. Entró a su cuarto y lo vio acostado con su tierna pijama de Molang, a TaeHyun le dio tanta ternura y se sentó a su lado.
— Corazón, ¿qué cuento te gustaría qué te lea? — preguntó, viendo sus cuentos.
— Una de superhéroes.
Sacó uno de sus libros favoritos y lo empezó a leer, poco a poco fue cerrando sus ojitos hasta quedarse dormido. TaeHyun lo tapó bien, guardó su libro, le dio un beso en la frente y se fue a su cuarto.
Cuando entró, vio a un BeomGyu con la cabeza en las manos. ¿Acaso el trabajo lo tenía muy estresado? ¿Qué estaba pasando con su marido?
El verdadero problema fue que nadie lo preparó para lo que estaba a punto de pasar.
¡Gracias por leer! <3
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