Habían pasado tan solo días desde que Kai se enteró que su padre, el gran empresario Choi BeomGyu, golpeaba a su otro padre.

En su mente eso no podía ser cierto, porque todos esos años y, desde que tuvo uso de razón, consideró a BeomGyu como su héroe, como un hombre bueno, amable y dulce, y al final resultó ser alguien violento.

Uno de los días más felices para Kai fue cuando su hermana nació, porque él adoraba a esa pequeña traviesa, pero así como tenía recuerdos felices, también tenía los recuerdos tristes. Y uno de los peores días fue cuando se enteró que BeomGyu había muerto. El corazón inocente de Kai se partió en mil pedazos.

Tiempo después, su padre TaeHyun, inició una relación con Choi YeonJun, un hombre que frecuentaba mucho su casa, un hombre que le agradaba y que, cada vez que estaba con ellos, hacía reír a su padre. Ese hombre, a pesar de no ser su padre biológico de ninguno de los hijos de su esposo, los trataba y los amaba como si lo fueran.

Dos semanas después, Kai había notado un comportamiento raro en su padre. TaeHyun revisaba su celular con cierta ansiedad, como si esperara que alguien le mandará un mensaje o como si esperara recibir una llamada.

— MinJeong, se nos hace tarde — llamó a su hermana menor, quien seguía en su habitación.

— Ya estoy lista, hermano, quita esa cara de viejo amargado.

— Bien, mocosa impuntual.

Kai ayudó a su hermana con la mochila y caminaron directo a la casa de JiMin, o como le gustaba que la llamaran: Karina, que era la novia de Kai desde hace dos años.

A primera vista ella llamaba la atención por ser indescriptiblemente hermosa, pero su belleza no solo era física, sino que, por dentro, ella era una persona dulce y divertida, que siempre había estado con él en sus peores momentos.

Solo pocas personas la conocían bien, ya que muchos en la escuela la consideraban antipática o grosera solo por ser hija de la pareja de cantantes TaeYeon y BaekHyun.

Sus familias se llevaban bastante bien, y tanto los padres de Kai como los de Karina aceptaban a la pareja de sus respectivos hijos. En cuestión de minutos, mientras caminaban, llegaron a la casa de la joven muchacha, quien, al sentir el timbre de su casa, salió muy sonriente.

— Preciosa como siempre, Karina — Kai besó rápidamente los labios de la chica.

— Qué asco — y MinJeong hizo una mueca.

— Silencio, mocosa.
 
— Kai, deja de tratar así a tu hermana — Karina se giró a ver a la pequeña. — Hola, Mimi — y besó la mejilla de la menor, tomando su mano. — Vámonos, se nos hace tarde.

Kai rodó los ojos y le sacó la lengua a su hermana, mientras los tres empezaban a caminar hacía la escuela. MinJeong y Karina charlaron todo el camino, cantaron, jugaron y hasta hicieron bromas. Kai no participaba en eso, pero para él era más divertido verlas jugar. Al llegar, Karina dejó a MinJeong en su salón y luego ellos se fueron al suyo.

El día pasó normal.

Como siempre, Kai y Karina fueron señalados por el resto de sus compañeros. Él era el chico más reclamado por todas las chicas del colegio, mientras Karina era deseada por todos los chicos y envidiada por ser novia de Kai. Los jóvenes se habían acostumbrado a esos rumores y malas habladurías de ellos, pero confiaban mutuamente el uno en el otro.

A la salida de la escuela, como todos los días, MinJeong esperaba a Kai en una banca, mientras leía algún libro para distraerse. Su hermano siempre aparecía junto a Karina y juntos emprendían su camino a la casa de la joven. MinJeong iba adelante, siendo seguida por los otros dos mayores.

Esta vez, Kai estaba tan concentrado hablando con Karina, que no se dio cuenta de que su hermana se había quedado atrás, hasta que escuchó su voz emocionada.

— ¡BeomGyu! — y MinJeong salió corriendo hacia una persona.

Kai, al ver que su hermana no estaba, la buscó con la mirada y se giró desesperado, viéndola corriendo hacia alguien, una persona que recordaba y se suponía que debía estar muerta. La persona a la que supuestamente había enterrado hace ocho años.

— Hola, princesa. ¿Cómo estás? — BeomGyu saludó a su pequeña hija, a la que deseaba abrazar.

— Muy bien... Acabo de salir de la escuela y me estoy yendo a casa, con mi hermano y su novia.

BeomGyu había visto a Kai y MinJeong de lejos las últimas dos semanas. Él no se había acercado con temor a que lo vieran y lo rechazarán, pero, cuando iba a darse la vuelta para ir a su casa, su hija lo vio.

Eso era de mala suerte, porque por fin era hora del temido encuentro con su hijo.

— Kai... hola — BeomGyu se acercó lentamente hacia él.

— Tú deberías estar muerto.

BeomGyu intentó ser fuerte para evitar que se notara el nerviosismo que invadía su ser y el estado de shock en el que se encontraba.

— Sé que todos piensan que estoy muerto, pero no es así. Yo regresé-

— ¿A qué regresaste? Mi padre y yo estamos muy felices sin ti. Nosotros tenemos una nueva familia, donde tú no estás de más.

— Kai.. No me digas eso, por favor.

— ¡LE PEGABAS A MI PADRE, LO ENGAÑABAS Y TE LARGASTE CON TU AMANTE! ¡TE FUISTE SIN MIRAR ATRÁS! ¡SIN IMPORTARTE TU FAMILIA!

— ¡Kai! — Karina gritó, mientras abrazaba a MinJeong que parecía estar muy asustada.

— No... Déjame explicarte las cosas.

— ¡ALÉJATE DE MÍ!

Después del entierro de su padre, Kai no había vuelto a llorar, pero ahora sentía unas inmensas ganas de hacerlo. Él no quería gritarle, pero una parte de él lo odiaba por lo que le había hecho a su otro padre.

Tomó un taxi, dejando a su progenitor atrás y llevó a Karina a su casa, quien seguía abrazando a MinJeong, y en todo el camino ninguno dijo nada. Al llegar, bajó del taxi y acompañó a su novia hasta la puerta de su hogar.

— No sé quién era ese hombre con el que te encontraste y no importa lo que haya pasado, yo siempre estaré para ti, Kai. Tú puedes confiar en mí — le sonrió y besó sus labios delicadamente.

— Nos vemos mañana, Karina.

Kai volvió a subir al taxi donde estaba su hermana, pero, al igual que con Karina, ella no dijo nada y se mantuvo un poco alejada de él. MinJeong estaba muy asustada por su actitud.

Cuando llegaron a casa, Kai entró muerto de nervios. Él tenía que contarle a su papá lo que había visto, bueno, a quién había visto.

TaeHyun estaba sirviendo el almuerzo, hasta que sintió la presencia de su hijo.

— Buenas tardes, papá.

— Hola, amor. ¿Qué tal tu día?

— Tenemos que hablar.

— ¿Qué pasó? ¿Todo bien en la escuela?

— H-hoy vi a alguien que pensé que nunca volvería a ver...

— ¿A quién viste, hijo?

— A mí papá...

TaeHyun suspiró y se sentó, viéndolo a los ojos. El mayor sabía que BeomGyu quería acercarse a él, porque dos semanas antes había recibido un simple mensaje: "¿Dónde estudian mis hijos?". Eso fue lo único que le había escrito y eso lo estaba matando, TaeHyun esperaba que BeomGyu no le volviera a escribir, pero una vez que le respondió, el mayor no le volvió a hablar.

— ¿Qué te dijo?

— ¿Cómo? ¿Ya lo sabías, papá?

— Vi a tu padre hace dos semanas. Fue tan impactante para mí, que no sabía cómo decírtelo... Aún es difícil aceptarlo, yo no lo creo aún.

— Papá, eso no es todo... MinJeong lo conoce.

— Lo sé... y le dije a tu padre la verdad, que ella es su hija.

— ¿MinJeong lo sabe? ¿Sabe que él es su padre? — y TaeHyun negó.

— ¿Qué yo sé qué? — preguntó MinJeong, apareciendo y viéndolos confundida.

TaeHyun volvió a suspirar con algo de frustración. Él nunca les había ocultado nada a sus hijos, pero la situación era complicada en sí. ¿Cómo iba a decirle a su hija de ocho años que su padre no era su padre?

— MinJeong... tenemos que hablar. Por favor, siéntate.

— ¿Qué me vas a decir, papá...? Te juro que no me comí los dulces de Kai.

— ¿Te comiste mis dulces, mocosa?

TaeHyun no dijo nada y se levantó, indicando con la mirada que lo siguieran. TaeHyun daba cada paso con miedo, porque MinJeong era muy impredecible y no sabía cómo iba a reaccionar. Si ella se quedaría en shock, si gritaría o lloraría.

— Cariño... ¿Tú quieres a YeonJun?

— Claro que sí, papi, por algo es mi papá — MinJeong respondió, como si fuera lo más obvio del mundo.

— ¿Y qué piensas de BeomGyu?

— No lo sé, parece buena persona... Además, Kai y él son idénticos, es como ver una copia.

— MinJeong... Lo que pasa es que BeomGyu es tu verdadero papá.

— ¿Qué...? No, papi. Eso no es cierto, porque YeonJun es mi papá, ¿verdad...?

Buscó la mirada de su hermano, esperando alguna respuesta contradictoria a las palabras sobre BeomGyu, pero no recibió nada de su parte.

— Hay cosas que aún no entiendes porque eres pequeña, per

— ¿A quién debo querer? ¿A YeonJun o a BeomGyu?

— Ambos son tus padres y los dos te quieren.

— Entonces... ¿A quién le debo decir "Papá"? — preguntó ella.

— YeonJun es tu papá de cariño, el hombre que te ha criado, pero BeomGyu es tu papá biológico.

— ¿Entonces por qué mi verdadero papá, o sea BeomGyu, no estuvo conmigo?

— MinJeong... Cuando papá estaba esperándote, pensamos que papá estaba muerto, pero no es así. Él no está muerto y él nunca supo que tenía otra hija.

MinJeong, sin poder aguantarlo más, se puso a llorar, buscando refugio en los brazos de su padre. TaeHyun siempre se caracterizó por ser honesto, por no guardarse nada de lo que pensaba o sentía. Por eso, en su vida trataba de que no hubieran secretos, y sus hijos agradecían eso.

Al caer la noche, TaeHyun le confesó a YeonJun que MinJeong ya sabía la verdad sobre quién era su verdadero padre. La mirada en el rostro de YeonJun demostraba todo menos felicidad, él estaba triste y le dolía, pero aun así sabía que era lo correcto. Sin embargo, el trato de MinJeong no cambió con YeonJun, porque seguía siendo la misma niña cariñosa y alegre.

BeomGyu y TaeHyun llegaron a un acuerdo: el mayor llevaría y recogería a sus hijos del colegio y también pasaría los fines de semana con ellos, porque el mayor necesitaba recuperar a sus hijos que eran una pequeña parte de él.

MinJeong, con el pasar del tiempo y con los momentos que pasaba con BeomGyu, poco a poco se acostumbró a decirle "Papá", encariñándose con él.

La verdad era que juntos se divertían mucho y, gracias a TaeHyun, Kai poco a poco volvió a recuperar la relación que tenía con su padre.

¡Gracias por leer! <3