Capítulo Treinta y Seis
TaeHyun, al llegar a su casa, se dio cuenta que estaba solo.
Sus hijos estaban en talleres de su escuela y YeonJun no llegaba de trabajar, y eso era un alivio para el menor, ya que pudo encerrarse en su habitación y llorar. Lloró como nunca antes había llorado, y gritó un poco hasta desahogarse y tranquilizarse. TaeHyun buscó entre sus cosas, encontrando su álbum familiar, donde él y BeomGyu se veían tan felices y enamorados. TaeHyun deseó retroceder el tiempo y volver a esos momentos donde todo era amor.
Sus celos fueron muchos, y esa tarde hizo cosas de las que se arrepentía. Sus actos se veían reflejados en el correo electrónico que acababa de recibir. HyeongJun estaba con él, regañándolo por su inmadurez y su imprudencia.
— ¿Cómo se te ocurrió hacer eso?
— No sé… Estaba enojado y celoso.
— Pues ahora asume tus consecuencias. Lee el correo y responde.
— Bien…
Con temor, abrió el correo que había recibido.
De: [email protected]
Para: [email protected]
“Hola, soy TaeHyun, el ex-esposo de BeomGyu. Por cierto, ya me contó todo, sobre que estuvo contigo y que le mentiste, pero él te ama y volverá contigo. Ganaste, JeongIn. Qué astuto. Solo espero que lo hagas feliz.”
De: [email protected]
Para: [email protected]
“¿TaeHyun? Me sorprende tu mensaje… No sé a qué se debe esto, pero los problemas que tengas con él deberías arreglarlos.”
De: [email protected]
Para: [email protected]
“Oh, vamos, JeongIn. Arruinas una familia, ¿y quieres que yo arregle el desastre que causaste? Felicidades, él ya es todo tuyo.”
De: [email protected]
Para: [email protected]
“TaeHyun… Durante todos estos años que estuve con él, jamás me tocó o tuvimos algún tipo de intimidad, porque, aún con amnesia, tú seguías estando presente para él. Y, aunque no te recordará, siempre estuviste en su mente.”
De: [email protected]
Para: [email protected]
“¿Cómo creo en tus palabras? ¿Cómo sé que no me mientes? Por qué él se irá, y supongo que a tus brazos.”
De: [email protected]
Para: [email protected]
“No, TaeHyun, él y yo no hemos vuelto a hablar. Y estoy ocupado, trabajando para darle una vida digna a mi bebé y, antes de que te hagas ideas en tu cabeza, no es de BeomGyu. Mi hijo es del hombre que realmente amo, así que debo seguir trabajando para cuidar bien de él. Cualquier cosa, escríbeme, pero recuerda que BeomGyu solo te ama a ti. Cuídate.”
Era sábado HyeongJun lo regañaba fuertemente, mientras él se alistaba para salir con BeomGyu y sus hijos. Sí, con BeomGyu y sus hijos, ya que el mayor había decidido irse definitivamente a Buenos Aires para manejar su empresa desde allí, y que HyunJin se quedaría a cargo de su empresa en Seúl.
La noche anterior le había llegado un mensaje de BeomGyu, diciendo que quería pasar un día con ellos en la playa, porque quería que sea uno de los pocos recuerdos memorables en la mente de todos.
BeomGyu, por otro lado, se dirigía a la casa de TaeHyun en su camioneta. Cuando estacionó, le dio una timbrada al teléfono y esperó por varios minutos, hasta que lo vio salir de su casa, tan hermoso como siempre y tan radiante como los rayos de sol. Al lado de él estaba su princesa, su MinJeong, quién era igual a su padre; ella tenía sus bellos ojos y su dulce sonrisa. A su otro costado estaba Kai, su primer hijo y su orgullo entero.
— Buenos días, papi — MinJeong habló emocionada, subiéndose al auto.
— Hola, mi princesa hermosa.
— Buenos días, papá. ¿Cómo has estado? — su hijo mayor se sentó en la parte de atrás junto a su hija.
— Kai, buenos días, hijo. Hoy amanecí con un horrible dolor de cuello, pero nada que no se pueda arreglar.
En ese preciso instante, antes que Kai pudiera responder, entró el hombre que amaba, sentándose a su lado en el lado del copiloto. Verlo de lejos era una cosa y tenerlo cerca era otra muy diferente. TaeHyun lo miró y sonrió, con esa dulce sonrisa que lo hacía estremecer.
— Buenos días, Gyu, te ves radiante.
— Tae, no creo verme tan radiante como tú.
TaeHyun se sonrojó y no dijo nada más.
— ¿A dónde iremos, papi? — preguntó una curiosa MinJeong.
— A un lugar que cura todo mal y tristeza.
BeomGyu comenzó a conducir y de reojo vio cómo se puso TaeHyun. El menor estaba nervioso y sonrojado, como la vez que se entregó a él en cuerpo y alma. Ese día TaeHyun estaba tan tímido y tan inseguro, pero, desde ese día, BeomGyu supo que él era suyo, solo suyo y de nadie más.
Luego de dos largas horas, llegaron a un bosque, con una cabaña lo suficientemente grande para los cuatro.
— ¡Papá Gyu, mira, hay un lago! ¡Quiero meterme al lago! — MinJeong comenzó a saltar alegremente.
— Sí, amor. Ahora nos metemos, pero primero debemos sacar las cosas que trajimos.
MinJeong, al estar tan emocionada, colaboró sacando todas las pocas cosas del auto. Ella era una gran fan del agua y por eso ansiaba meterse en el lago.
En cuestión de minutos, sus hijos y su ex-esposo estaban metidos en el lago, disfrutando del agua y del sol. BeomGyu, por su parte, disfrutaba de verlos sonreír y le alegraba saber y pensar que, después de tanto tiempo, pudo hacerlos felices. Aunque sea solo un momento, BeomGyu los hizo felices.
— Papá, no seas aburrido y entra con nosotros — le dijo Kai, viendo a su padre.
— Okey, pero solo un momento.
BeomGyu entró a la cabaña, poniéndose unos shorts y quitándose la camisa que traía. Fue nuevamente hacia el aire libre y se metió al lago, ante la mirada atenta de TaeHyun, que rápidamente desvió la mirada.
— ¡Vamos a atacar a papi! — MinJeong comenzó a tirarle agua.
— No… No, princesa, eso no se hace — se rio e imitó su acción.
— Pienso que debería defender a mi hija porque la mojaste.
TaeHyun sonrió maliciosa y comenzó a lanzar agua de la misma forma.
— Kang TaeHyun, eso solo se lo perdono a mi hija.
— BeomGyu... — TaeHyun se alejó, intentando salir del lago. — La venganza es mala y lo sabes.
En un movimiento rápido, BeomGyu tomó su cintura, lo cargó y lo metió a lo más profundo del lago. Durante su noviazgo, él había aprendido que a TaeHyun le daba miedo nadar en los lugares donde sus pies no alcanzaban y, por inercia, TaeHyun se sujetó fuertemente del cuello del mayor.
— ¡BEOMGYU, SUÉLTAME! — gritó, asustado y él se rio. — ¡BEOMGYU!
— Si tú insistes, Tae.
Sin más, lo soltó, haciéndolo desesperar.
— ¡BEOMGYU! — TaeHyun intentó nadar, pero no pudo.
— Ven aquí, precioso.
Sonrió con malicia, volviéndolo a cargar y sosteniendo su cintura con fuerza para darle seguridad. TaeHyun se aferró a su cuello con sus manos y con sus piernas enredó su cintura, sintiendo como era llevado hasta la orilla.
— Eres malo... — susurró en su oído.
— Siempre te dije que te iba a proteger de todo, Tae.
— ¿Lo recuerdas, BeomGyu?
— ¿Recordar que?
— Nuestra luna de miel…
— Lo hago, como recuerdo cada día de nuestra vida juntos.
— BeomGyu…
Ninguno sabía en qué momento se habían acercado tanto, al punto que sus respiraciones se mezclaban con las del otro. Sus ojos viajaron de los ojos a los labios y el deseo de sentirse, aunque sea con un pequeño roce, fue mucho y, sin pensarlo, sus labios se unieron en un beso suave y delicado, olvidándose por unos segundos de todos sus problemas. Eran solo ellos reviviendo un pasado, un pasado que no podían enterrar por más que quisieran porque TaeHyun era todo para BeomGyu. Después de disfrutar el néctar de los labios ajenos, se separaron.
— Lo siento… No sé qué me pasó, y-yo… Yo estoy casado.
TaeHyun caminó hacia dentro de la cabaña y, desde ese momento, estuvo distante él, pero a BeomGyu le importaba poco porque él pudo sentirlo. BeomGyu pudo sentir que TaeHyun aún lo amaba. El menor lo amaba tanto como él lo amaba, y ese beso demostró que su amor no estaba muerto.
Su amor estaba más vivo que nunca, pero la decisión de BeomGyu ya estaba tomada.
Almorzaron y pasaron su tiempo en familia. Se tomaron algunas fotos, que para BeomGyu eran como un tesoro y, ya casi al anochecer, BeomGyu los dejó en su casa y él se dirigió a la suya. Antes de irse, BeomGyu se acercó a sus hijos y los abrazó con fuerza. No era un adiós definitivo, pero se sentía como uno. Además, él besó la frente de ñ TaeHyun como modo de despedida, y luego partió.
Su vuelo a Buenos Aires saldría al día siguiente. El día donde dejaría todo el pasado y los malos recuerdos atrás, el día donde esperaba comenzar a ser feliz.
BeomGyu tenía bien claro que no iba a olvidar a su TaeHyun ni a sus hijos maravillosos, pero él esperaba no seguir estorbando en sus vidas.
iba a poner correos más tranquis, pero no quería flashear tanta confianza. 😺
este es un universo alterno en el que a tyun le da miedo la profundidad del agua, ¿okei? okei 😼
¡Gracias por leer! <3
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