Capítulo Treinta y Dos
Ese sábado en la tarde TaeHyun estaba en su casa leyendo un libro, pensando en la actitud que había tenido YeonJun el día anterior. El mayor había regresado raro y con la mirada perdida, bastante pensativo y distraído.
TaeHyun tenía temor de preguntarle el porqué. No porque YeonJun le fuera a hacer algo, sino porque temía a su respuesta; en todos esos años, era la primera vez que YeonJun se comportaba así.
El timbre sonó, sacándolo de sus pensamientos y fue a abrir a paso lento, encontrándose con HyeongJun, MinHee y JinSoul. TaeHyun no pudo evitar fruncir el ceño porque se suponía que ellos iban a quedarse Gimpo hasta el domingo a la tarde. Era muy extraño que regresaran antes de tiempo.
— Hola, ¿qué pasó? Pensó que se quedarían más tiempo en Gimpo.
— Pasaron cosas, Tae...
— ¿Todo está bien?
— No, TaeHyun, todo está mal.
— No entiendo nada, discúlpenme.
— Quizá lo entiendas dentro de muy poco, Tae.
— Me están preocupando — TaeHyun los vio con ligera molestia. — Díganme qué es lo que sucede. Si tiene que ver conmigo, es mejor que lo hagan ahora.
— No somos los indicados para decirte lo que está ocurriendo o lo que está a punto de ocurrir, pero solo te puedo pedir que necesito que seas fuerte y te mantengas de esa manera.
— Bien, per-
— ¿Puedes cuidar a JinSoul? — HyeongJun lo interrumpió.
— Sí, claro, ella es mi sobrina.
— Gracias. Nosotros vendremos mañana en la tarde por ella.
— ¿A dónde irán?
— Haremos un pequeño viaje… Hay cosas que tenemos que averiguar, Tae, es todo.
HyeongJun y MinHee salieron de la casa, dejando a TaeHyun con una gran incertidumbre en su mente. Prefirió no pensar en eso, porque terminaría desesperado buscando respuestas, y lo más probable era que esas respuestas no fueran de su agrado.
YeonJun aún no regresaba de su trabajo, MinJeong y JinSoul se pusieron a jugar por toda la casa y Kai había salido con YuNa, pues los padres de su novia lo habían invitado a almorzar. En eso pensó que, antes de que esas traviesas destrozaran su casa, sería una gran idea llevarlas al parque, no había nada más que hacer así que le pareció una buena idea salir con ella.
No, la curiosidad le ganaba, así que, cuando llegaron, dejó que ellas jugaran, mientras él llamaba HyeongJun. TaeHyun tenía que hablar con él sobre lo que había pasado horas antes. La situación fue demasiado rara y su sexto sentido le decía que algo pasaba, algo que no era nada bueno. Después del tercer timbre, HyeongJun contestó.
— Hola, Tae. ¿Qué pasa?
— HyeongJun, sabes que no me gustan las mentiras… Dime qué está pasando.
— BeomGyu, eso pasa — le dijo casi en un susurro.
— ¿BeomGyu? ¿De qué hablas? ¿Qué pasa con él?
— Te diré la verdad, TaeHyun, pero necesito que estés tranquilo. Él-
HyeongJun estaba a punto de decirle la verdad, pero él lo interrumpió al no ver a las niñas.
— Un rato, HyeongJun, no encuentro a las niñas — dijo, buscándolas con la mirada.
— ¿Salieron? ¿Cómo está JinSoul? — preguntó, con la preocupación notable en su voz.
— Está muy bien, de hecho, estamos en el parque juntos. Ella estaba con MinJeong en el columpio, pero ya no las encuentro.
— Deben estar jugando, TaeHyun...
TaeHyun colgó cuando vio a las niñas a lo lejos, hablando con un desconocido.
— ¡MinJeong, JinSoul! ¡Vengan aquí! — levantó la voz, sobresaltando a las pequeñas que se giraron y corrieron a su encuentro.
El mundo de TaeHyun se paralizó cuando aquel desconocido también se volteó, revelando su identidad. Era Choi BeomGyu.
Su boca se abrió en una perfecta O, mientras que su cuerpo comenzó a temblar y su corazón empezó a latir rápido. Tenía que ser una mentira, porque BeomGyu no podía estar ahí. BeomGyu no podía estar caminando para quedar frente a frente. No, BeomGyu no estaba ahí, ¿o sí? ¿Acaso todo era un sueño?
— BeomGyu…
— TaeHyun...
BeomGyu lo tomó entre sus brazos y su boca todavía no pronunciaba palabra alguna, lo único que podía sentir eran las lágrimas cayendo por sus mejillas y, sin más, se rompió.
TaeHyun se rompió, al estar nuevamente entre los brazos del hombre al que más había amado en toda su vida
— Estás vivo… BeomGyu. Tú estás vivo… — sollozó en su hombro.
— Estoy aquí, Tae, yo regresé por ti…
TaeHyun tenía una gran sonrisa en su rostro, la cual se desvaneció al escuchar a su hija hablar.
— Papi, ¿conoces al señor BeomGyu? — le preguntó MinJeong.
TaeHyun vio claramente cómo BeomGyu fruncía el ceño al escuchar a MinJeong. Claro, BeomGyu no sabía que, cuando se fue, TaeHyun estaba esperando un bebé, y menos iba a saber que él ahora estaba casado con YeonJun.
— ¿Papi?
— Hay algo que no sabes y… — dijo lleno de temor.
Iba a hablar, pero sintió cómo una mano tomaba la suya. TaeHyun sabía que era YeonJun, pero el mayor no se había dado cuenta de nada, pues estaba concentrado en su celular. TaeHyun sentía que todas esas situaciones no le podían estar pasando.
— Amor, necesito que impidas que Soo- — YeonJun intentó hablar, pero se quedó en silencio cuando vio a BeomGyu frente a ellos.
Los ojos de YeonJun parpadearon varias veces, sin dar crédito a lo que veía. El mayor se giró rápidamente a su esposo, quien un lloraba en silencio
— ¿Be-BeomGyu?
— Sí, BeomGyu, y ahora te pido por favor que quites tus manos de mi esposo.
— Te equivocas, BeomGyu — TaeHyun habló y entrelazó sus dedos con los del mayor. — YeonJun es mi esposo, y él tiene todo el derecho.
— N-no... TaeHyun, dime que no es cierto. No…
TaeHyun se sintió culpable al notar que los ojos de BeomGyu comenzaban a cristalizarse.
— Papá YeonJunnie, no entiendo nada — MinJeong los miró a todos, confundida.
— No te preocupes, princesa. Vayan con YeonJun, él les comprará algo — dijo rápidamente TaeHyun.
Aparentemente YeonJun entendió que TaeHyun quería estar a solas con BeomGyu, así que, sin decir nada, se retiró con las pequeñas.
— Te casaste... — BeomGyu se rio sin gracia.
— Todos creímos que estabas muerto, BeomGyu.
— Sí, puedo entender eso. Solo que yo… yo pensé que no me olvidarías nunca.
— No me olvidé de ti, BeomGyu. Tú eres el padre de Kai — y omitió la parte de MinJeong.
— Solo soy eso para ti, el padre de tu hijo, entonces… ¿Ya no soy el hombre del que estabas enamorado?
— Me engañaste, me golpeaste, me abandonaste y te fuiste con tu amante. No sé si lo que siento por ti ahora es amor, BeomGyu.
— Yo no me fui con JeongIn — sus ojos se conectaron con los suyos. — TaeHyun... yo estaba enfermo, ¿sí? Tengo bipolaridad tipo III y ese fue el motivo por el que te golpeaba. Yo sé que no es excusa, pero yo no controlaba mis impulsos... y me fui porque no quería que supieras la verdad… Yo no quería que mi hijo me viera como un loco — le dijo, apretando los puños.
— ¿No era el hombre que amabas? ¿No era el hombre que estaría contigo en las buenas y en las malas? ¿Por qué huiste como un cobarde? ¿Por qué no me dijiste nada?
TaeHyun preguntó con rabia y conteniendo las ganas de llorar.
— Orgullo… No dije nada por orgullo.
— Cómete tu orgullo, BeomGyu. Yo he sufrido mucho por ti y, si YeonJun no hubiera estado a mi lado, Kai y MinJeong hubieran crecido sin la figura paterna que dejaste.
El enojo de TaeHyun no le permitió ver a tiempo que, sin darse cuenta, había revelado frente a él la verdad, la verdad sobre MinJeong.
— ¿MinJeong...? ¿Ella no es la hija de YeonJun?
Ya había hablado, y TaeHyun no iba a mentirle ni a ocultarle nada, no como BeomGyu lo había hecho.
— No, BeomGyu, tú eres su padre — suspiró profundamente. — El día que te fuiste, el día que dijiste que me amabas y me abandonaste, yo salí a caminar… — y las lágrimas se hicieron presentes otra vez. — Me encontré con YeonJun, pero me sentía tan mal con todo esto… Él me llevó al doctor y descubrí que estaba esperando un bebé, a nuestro bebé.
— Imagino que luego MinHee se enteró del infierno que vivías conmigo y por eso me odia tanto...
— Sí, porque él tenía que firmar constancias al ser mi familiar directo — TaeHyun se secó las lágrimas. — Tiempo después, encontraron tu coche en un barranco… Todos pensamos que fue suicidio, te enterramos y… luego inicie una relación con YeonJun, nos casamos y-
— Y él se hizo cargo de Kai y MinJeong, como si fueran sus verdaderos hijos… ¿No es así? — BeomGyu sonrió con la mirada perdida.
— Sí… así fue.
— ¿Lo amas?
— Sí — respondió, demasiado rápido para su gusto.
Era oficial: BeomGyu no tenía nada porqué luchar. Su TaeHyun era feliz con otro hombre, pero era feliz, y estaba seguro de que sus hijos también eran felices con YeonJun. BeomGyu no les iba a quitar esa oportunidad.
— Sabes que no puedes estar casado con dos personas al mismo tiempo, así que voy a iniciar los papeles del divorcio… Lo único que te pido es que me dejes estar cerca de mis dos hijos, por favor, no me quites ese derecho.
Los ojos de TaeHyun se abrieron al escucharlo, porque él no esperaba esa respuesta de su parte.
BeomGyu le entregó un papel con su número y, antes de que pudiera objetar algo, él mayor se había levantado y se había marchado. Aún impactado por las palabras del más alto, TaeHyun se paró del banco y llamó a YeonJun para que lo recogiera.
La rabia de TaeHyun aún estaba en su interior, pero tendría que controlarse.
YeonJun llegó y el menor se subió al auto, y su esposo no le dijo nada durante todo el camino. Al llegar a su hogar, subió directamente a su habitación y se encerró, comenzando a llorar sin hacer mucho escándalo porque no quería que YeonJun se diera cuenta de lo mucho que le había afectado.
Todo eso era mucho para él, porque no era posible que BeomGyu estuviera vivo. Se suponía que, desde su "muerte", TaeHyun lo olvidaría y empezaría de cero. Y sí, eso hizo, pero BeomGyu había regresado.
Volver a verlo, volver a sentirlo y volver a escucharlo fue la confirmación que necesitaba: TaeHyun aún lo amaba y sus sentimientos estaban intactos
— ¿Qué voy a hacer ahora? — se preguntó TaeHyun, mientras las lágrimas caían.
¡Gracias por leer! <3
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