La mañana del lunes fue como todas.

BeomGyu había sido bastante cariñoso y había preparado el desayuno para él, también había alistado a Kai, dejando así dormir a TaeHyun un poco más. Además, lo había despertado con besos en los labios y el cuello.

Amaba esa nueva etapa de BeomGyu, le encantaba ese lado de su personalidad, porque ese era el verdadero BeomGyu. Ese era el BeomGyu con el que se había casado, del que se había enamorado, pero, aun así, no podía quitar aquella sensación de su pecho, aquella que le decía que algo se aproximaba, algo que sería muy malo.

TaeHyun estaba comiendo un poco de fruta picada mientras descansaba un poco en el sofá de la sala de estar, pero, en eso, el timbre sonó. El menor, sorprendido y extrañado, fue a abrir la puerta, encontrándose con su nuevo vecino del otro lado, con una sonrisa tímida y sus ojos alegres.

— Hola... — le sonrió tímido.

— Hola, YeonJun — le sonrió ampliamente. — ¿En qué puedo ayudarte?

— He visto a tu esposo salir esta mañana con su auto… Es un deportivo negro, ¿verdad?

— Sí, ese mismo.

— ¿Tu esposo es Choi BeomGyu? ¿El dueño de la empresa Choi’s SA?

— Exacto, ese es mi esposo.

— Bueno, creo que iré al grano... — el mayor suspiró. — El día que nos conocimos, te dije que era dueño de dos grandes empresas, pero estaba pensado en abrir otra más… Y me gustaría que la empresa de tu esposo y la mía se unan.

— ¿En serio? ¡YeonJun, esa es una gran idea! — dijo sonriente

BeomGyu había llegado más temprano que de costumbre: quería compartir tiempo con TaeHyun e ir juntos a recoger a Kai. Aún agradecía mucho el hecho de que su esposo le hubiese perdonado después de lo que le había hecho. El hecho que lo perdonara era casi un milagro, era simplemente suerte que él lo amara tanto; esa fue y sería su única salvación.

Al aparcar en la entrada, divisó directamente a alguien, un completo extraño para él, y luego visualizó a TaeHyun, quien sonreía ampliamente. Una inexplicable rabia entró en su interior, no sabía el por qué, o simplemente no quería aceptarlo.
 
Bajó de su auto con paso firme, entró a su casa y caminó hacia TaeHyun, que lo miraba con un brillo en los ojos. Ese detalle único y específico de él, pero no duró por mucho ya que su mirada estaba posada en otra persona. Sí, en aquel castaño que estaba junto a su esposo.
 
— ¡Amor! — sonrió TaeHyun cuando se acercó a ellos. — Has llegado temprano.

— Hola… — saludó con un leve tono de frialdad.

— Amor, él es YeonJun Choi, nuestro nuevo vecino — le dijo al castaño, mirándolo. — Él es Choi BeomGyu, mi esposo — lo miró a él esta vez.

— Mucho gusto — estrechó su mano con la mano de YeonJun en un apretón firme.

— Sé quién es usted… Es uno de los mejores empresarios de todo Seúl.

— Obviamente, no hay nadie mejor que yo.

Un pequeño silencio incómodo se formó en aquel momento, ninguno decía nada, así que TaeHyun decidió romper aquel incómodo momento.

— Amor, YeonJun viene con una propuesta increíble — le explicó él, llamando la atención de su esposo.

— Sí, así es, señor Choi — afirmó YeonJun. — Yo soy dueño de dos grandes empresas y me gustaría formar una tercera, pero sería un honor que nuestras empresas se unieran.

— No — anunció con rapidez e inconsciente de lo que decía.

YeonJun y TaeHyun lo miraron sorprendidos por la rapidez de su respuesta.

— ¿Por qué no, amor?

BeomGyu se reparó instantáneamente en lo que había hecho y se puso muy nervioso. Muy en su interior sabía que lo hacía porque no le había caído bien YeonJun, él solo hecho de encontrarlo a solas con su esposo no le había agradado para nada, pero, por obvias razones, no era una excusa muy válida y mucho menos madura.

— Lo siento mucho, pero hoy en la mañana ya nos hemos asociado a una empresa extranjera — explicó con astucia.

— Entiendo, no hay ningún problema, señor Choi — YeonJun le sonrió. — Tendré que buscar a otro empresario... — levantó los hombros con despreocupación, sin perder la sonrisa.

— Lo lamento, YeonJun — habló TaeHyun con un tono dulce y comprensivo, directo hacia YeonJun, que notó BeomGyu y no le agradó para nada. Inconscientemente, cerró los puños levemente, intentando impedir que la rabia se apoderara de su débil mente.

— Dando fin a nuestra charla. Fue un placer conocerte, YeonJun — se puso de pie al lado de TaeHyun, colocando la mano en la puerta, preparándose para cerrarla.

— Un placer conocerte, BeomGyu — dijo YeonJun. — Hasta luego, Tae — le sonrió y salió de ahí.

Cerró la puerta mientras intentaba controlar aquella sensación en su interior, y se mantuvo firme frente a la puerta cerrada, pensativo mientras controlaba su respiración y su leve enojo. Un enojo que era bastante estúpido.

— ¿Por qué fuiste tan grosero con YeonJun? ¿Por qué lo echaste de esa manera? — le reclamó TaeHyun de una manera seria, algo que tampoco le agradó para nada.

— ¿Y qué querías que hiciera? ¿Qué lo invitara a comer? Si quieres voy, lo llamo y los dejo solos a ambos para que conversen con tranquilidad.

— ¿Estás celoso? — preguntó con una risita, pero eso a BeomGyu no le daba nada de gracia.

— No seas estúpido… Yo jamás estaría celoso de alguien como él.

— ¿Por qué me tratas así?

— No seas delicado, yo no te traté mal… Dios, cada vez te pones más insoportable, TaeHyun.

TaeHyun lo miró triste y salió por la puerta de la cocina y, justo cuando lo vio salir por la puerta, volvió a sus cabales, entendiendo por completo lo idiota que era. Rápidamente corrió hacia su Tyun para disculparse, no podía enojarse con él, no otra vez. 

¡Gracias por leer! <3