Capítulo Dieciocho
CUATRO MESES DESPUÉS
Más pasaban los meses y TaeHyun estaba más convencido de que Choi BeomGyu, uno de los mejores empresarios de Seúl, había desaparecido.
Muchos rumores de los trabajadores de la empresa de su esposo decían que se fue con su amante ya que, raramente, JeongIn también desapareció días después que él. BeomGyu le había jurado que nunca más le sería infiel, pero era de suponerse que todo era mentira.
A BeomGyu no le había importado ni siquiera su hijo, y eso a TaeHyun le dolía.
HyunJin, el mejor amigo de BeomGyu, había regresado dos semanas después de la desaparición de su esposo. TaeHyun fue a visitarlo al no comprender la situación, y menos aún con los papeles que le llegaron desde su residencia en Londres. HyunJin le explico a TaeHyun lo que decían aquellos papeles, le explicó que BeomGyu le dejaba toda su empresa por unos meses, y que BeomGyu también le había pedido que se encargará de TaeHyun y Kai con las mensualidades.
TaeHyun, al entender mejor el panorama, se preocupó más de lo que ya estaba y denunció su desaparición con la ayuda de HyunJin. Tenían a casi toda la policía buscándolo y, fuera del dolor que sentía HyunJin por lo que BeomGyu le hizo, no podía evitar estar preocupado por su amigo. Le llamó varias veces, pero BeomGyu no le contestaba; incluso hizo lo mismo con JeongIn, pero tampoco le contestaba.
En esos meses, YeonJun se volvió como el mejor amigo de TaeHyun. Durante todo ese tiempo, el mayor aprendió a llevarse muy bien con Kai. El mayor era la ayuda y compañía de TaeHyun en todo momento, hasta con las cosas más pequeñas. Por otro lado, Kai estaba emocionado con la idea de tener otro hermano o hermana.
Ese sábado, YeonJun acompañaría a TaeHyun al ginecólogo, como cada vez que él tenía una cita para saber el estado de su bebé. Sin embargo, esa vez era diferente, porque sabrían cuál era el sexo del bebé.
— ¿Listo? — le preguntó YeonJun, esperándolo en el carro.
— Hola, YeonJunnie.
— ¿Cómo te sientes, Tae?
— Nervioso… muy nervioso.
— Vámonos y esos nervios se acabarán pronto — sonrió mientras entraban al auto, partiendo hacia el hospital.
— Estoy demasiado nervioso, YeonJun, no puedo evitarlo...
— ¿Ya pensaste en los nombres?
— Sí. Si es niña, se llamará MinJeong y, si es niño, se llamará JungHwan.
— Son nombres muy bonitos, Tae, verdaderamente hermosos.
— No puedo creer que otra vez esté embarazado. Siempre pensé que Kai sería mi único hijo.
— Me encanta ver esa sonrisa en tu rostro… Te ves más hermoso que antes.
— Gracias — TaeHyun se sonrojó, y estaba seguro de que era un completo tomate.
Finalmente, llegaron al hospital y los nervios de TaeHyun aumentaron con cada paso que daban.
TaeHyun se acobardaba muy fácilmente, y no se dio cuenta de lo nervioso que estaba hasta que llegaron al consultorio del doctor. Tan solo unos minutos después de ingresar, TaeHyun se acostó en la camilla, sintiendo que su corazón palpitaba demasiado rápido.
El doctor le puso una especie de líquido en su vientre y, con un aparato, empezó a esparcir el líquido frío sobre su pequeño vientre abultado.
TaeHyun estaba muy atento, mirando la pantalla de la computadora hasta que vio a su bebé moverse. Era tan pequeño... que sintió cómo las lágrimas se acumulaban en sus ojos.
— Ese de ahí es su corazón, señor TaeHyun — señaló el doctor.
— Es tan chiquito — YeonJun sonrió, viendo a TaeHyun tan concentrado.
— Bien, es hora de saber qué será — el doctor siguió esparciendo el líquido. — Vaya, muchísimas felicidades a los dos. Les daré una serie de indicaciones que deben seguir de ahora en adelante, ¿está bien?
— ¿Qué será, doctor? No me deje con la duda.
— Una niña, TaeHyun, tendrás una hermosa niña.
— Hola, MinJeong… ¿Cómo estás? Yo soy tu tío: YeonJun.
Tal y como dijo el doctor, el hombre les dio indicaciones para su próxima consulta.
YeonJun y TaeHyun salieron del hospital con una gran sonrisa en sus rostros y, durante todo el camino de regreso, hablaron sobre la bebé. Incluso parecía que YeonJun estaba más emocionado que el mismísimo TaeHyun.
Llegaron a la casa de MinHee, que ya los esperaba con HyeongJun y Kai. Todos estaban con una sonrisa y, por lo que vio TaeHyun, nerviosos, casi tanto como él.
— ¿Y bien? ¿Qué será?
— Una hermosa y bella niña — les sonrió.
— Así que tendremos a una hermosa princesa — MinHee le dio un abrazo a su hermanito.
— Yo quería que sea un niño… — dijo Kai algo desanimado.
— Pero, campeón, tú tendrás una hermosa hermanita y será tan bella como tú. Además, tendrás que cuidarla, porque serás el mayor — YeonJun cargó al niño.
— ¿Eso es cierto, papi?
— Sí, amor, tú cuidarás de tu hermanita.
— ¡Qué bien! Tendré una hermana,
Kai empezó a saltar, emocionado, provocando que los presentes se rieran.
CINCO MESES DESPUÉS
El dolor que TaeHyun sentía era insoportable.
Aquel debía ser el momento en donde su esposo le debería decir "Amor, todo pasará", pero cierto que olvidó que su esposo estaba desaparecido y que no sabía la existencia de su bebé.
En cambio, en su lugar estaba YeonJun, llevándolo al hospital, pero TaeHyun necesitaba a BeomGyu. Él realmente lo necesitaba, necesitaba de sus palabras y su presencia.
Entraron por emergencia y, de inmediato, se llevaron a TaeHyun a la sala de partos, donde se le iba a practicar una cesárea, que ya estaba programada por el doctor. Lo único que no estaba programado era que su parto se le adelentaría dos semanas. Las enfermeras, por obvias razones, no dejaron pasar a YeonJun; sin embargo, todo el personal médico, que estaba ahí, ya estaba listo para lo que vendría después.
— TaeHyun, no es la primera vez que haces esto. Todo saldrá bien — dijo el doctor, poniéndole la anestesia.
— Tengo m-miedo.
— Vamos a empezar, relájate.
Con mucho miedo, TaeHyun obedeció y cerró los ojos, apretando sus puños; él confiaba en su doctor.
TaeHyun anhelaba tener a su bebé en brazos, cuidarla y protegerla. Se estaba perdiendo en sus pensamientos, hasta que escuchó el llanto de su hija, y entonces supo que todo había acabado.
— Tranquilo, TaeHyun, te trasladaremos a otro cuarto. Le haremos unos exámenes a tu hija y, en minutos, ella estará en tu cuarto — le dijo el doctor.
Tal y como le dijo, las enfermeras trasladaron a TaeHyun a otro cuarto. Estaba muy cansado y el efecto de la anestesia todavía no pasaba; le dolía tanto el cuerpo, pero había valido la pena porque su pequeña había nacido.
Cuando estuvo instalado en una habitación, YeonJun entró y le hizo compañía, hablándole y calmando sus nervios. Media hora después le trajeron a su hija, a su pequeña MinJeong. Ella era tan hermosa, tan chiquita e indefensa.
— Mi princesa... — TaeHyun susurró, cargando a su hija.
— Se parece mucho a ti, Tae, está hermosa — YeonJun agarró una de sus manitos con delicadeza.
— YeonJunnie… ¿Llamaste a MinHee?
— Sí, dijo que primero va a ir a recoger a Kai y que luego vendrá directo acá con HyeongJun.
— Bien, pero ahora tengo otro problema… No sé qué apellido ponerle en el acta de nacimiento. Prácticamente, BeomGyu está desaparecido, y no creo que sea una buena idea ponerle mi apellido. Con el tiempo, ella haría preguntas y…
— TaeHyun, usa el mío. Ayudarte siempre será mi prioridad.
— No, YeonJun. Creo que estoy abusando de tu nobleza, y eso no sería bien visto por nadie.
— Para nada, yo le daré mi apellido. Será momentáneo, hasta que encontremos a BeomGyu y él se haga cargo de sus responsabilidades como padre.
— Me niego, YeonJun. Lo siento.
— Te guste o no, le darás mi apellido. Además, estando anestesiado no estás en condiciones de negarme nada.
— Eres terrible, YeonJun Choi.
Antes de que le dieran de alta, YeonJun hizo lo que dijo: le dio su apellido a la hija de TaeHyun.
YeonJun no quería que TaeHyun tuviera que preocuparse por eso, y tampoco quería ocupar el lugar de BeomGyu. Él solo lo hacía para ayudar a un amigo, ¿cierto?
Dos días después, le dieron de alta a TaeHyun y pudo regresar a su casa. Kai lo esperaba con emoción, y prácticamente HyeongJun se mudó con él para ayudarlo, ya no solo con Kai, sino también con MinJeong. A pesar que le dijo que él podría hacerlo solo, HyeongJun se negó. TaeHyun definitivamente tenía al mejor amigo de todos.
Desde el día en que TaeHyun pisó su casa, MinHee los visitaba todos los días sin falta, al igual que YeonJun, que venía todos los días y se quedaba hasta la noche, ayudándolos en todo lo que necesitarán y viendo si les faltaba algo.
Ese era una de esas noches, en las que él había ido a visitarlos.
— Buenas noches — dijo YeonJun desde el marco de la puerta.
— ¡YeonJun! — Kai fue corriendo para abrazarlo.
— Hola, campeón — sonrió mientras lo cargaba. — Hola, Tae — le dio un beso en la mejilla.
— ¿Cómo entraste? — TaeHyun se rio al recordar que él mismo le había dado la llave. — Okey, antes de que digas algo, lo olvidé... Pensé que no vendrías.
— Tú, Kai y MinJeong son mi prioridad. Ya te lo he dicho, ¿quieres que te lo vuelva a repetir?
— ¿Y dónde está papá? — preguntó de la nada Kai.
— Amor, papá se fue de viaje, ya te lo he dicho.
— ¿Tanto tiempo...? Ya quiero que regrese y que me enseñe a ser un buen hermano mayor.
— Sí, amor, yo también quiero que regrese, per-
— ¿Y por qué no tiene tiempo para llamarnos?
— Cariño, ya te dije: papá siempre está muy ocupado. Él nos llama, pero muy, muy tarde y tú a esa hora duermes.
TaeHyun se lo dijo con la voz más convencida que podía. Odiaba mentirle a su hijo, pero no sabía qué más hacer. TaeHyun ya no sabía qué más decirle.
— ¡MIENTES, MIENTES! — corrió a su habitación, llorando.
— ¡Kai!
— Yo hablaré con él. Tranquilo, Tae — lo miró. — Pero… ¿Cuándo le dirás la verdad? No puedes ocultárselo por más tiempo.
— Es muy pequeño para que sepa la verdad, y-ya se le pasará — suspiró. — ¿Quieres ver a MinJeong?
— Claro que sí.
Ambos se dirigieron hasta la habitación de MinJeong, la cual HyeongJun había mandado a decorar. La pequeña MinJeong estaba en su cuna, durmiendo como todo un angelito. Sería una mentira decir que YeonJun no le había tomado cariño a la bebé, igual que a Kai; esos niños llenaban una parte de su vida.
— La miro y pienso que BeomGyu jamás la conocerá…
— Él no merece tus lágrimas, TaeHyun. Le has dado todo tu amor y él te lo pago con golpes… BeomGyu no merece conocer a esta hermosa niña.
— Basta, YeonJun, por favor.
— Hay hombres que pueden amarte como él no pudo… Tú lo sabes — Choi YeonJun se acercó más, y sus labios se acercaron a los contrarios.
— YeonJun…
— Yo soy uno de ellos.
Choi YeonJun sonrió con levedad y tomó la cintura de TaeHyun, vio sus labios con dulzura y, poco a poco, se acercó a ellos. Primero fue un roce, que luego se convirtió en un beso, lento y suave, sin malicia y solo con ternura.
— Tae, necesito que... — HyeongJun entró y, al instante, se separaron.
— Hye-HyeongJun… ¿Qué pasa?
— Yo… yo no los molesto, olviden lo que dije. Creo que Kai me necesita.
— No te preocupes, Tae. Yo ya me voy, nos vemos, pero piensa en lo que te dije — le dio un beso cerca la comisura de los labios.
— Adiós…
Como era de esperarse de un mejor amigo, HyeongJun le empezó a hacer miles de preguntas sobre YeonJun, y TaeHyun solo se limitaba a responder que era un amigo y lo apreciaba mucho, pero, entonces, la pregunta de oro llegó a sus oídos "¿Te gusta YeonJun?".
Mentiría si dijera que no. A él le gustaba, no podía negarlo, pero ahora estaba confundido.
Mientras no supiera nada de BeomGyu, se forzaría a no mirar a YeonJun con otros ojos. Sin embargo, ya era un poco tarde para eso.
¡Gracias por leer! <3
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