Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo Cuarenta y Dos


Está de más decir que BeomGyu canceló su viaje a Buenos Aires para quedarse al lado del hombre que amaba, de su amado TaeHyun.

Regresaron juntos al departamento que tenía el mayor y no se separaron en ningún momento. Ellos estuvieron sentados en el sofá, simplemente haciéndose compañía, disfrutando de la presencia del otro.

HyeongJun fue a recoger a sus sobrinos. Al no tener más noticias de TaeHyun, dedujo que estaba con BeomGyu y él no quería arruinar ese momento. Claro que le omitió toda esa información a su amado esposo.

Por la noche, una vez que TaeHyun había hablado con su mejor amigo para que cuidara a sus hijos al menos hasta el día siguiente, se fue junto con BeomGyu a una cabaña en medio del bosque, donde habían pasado su primera línea de miel.

El menor estaba poniéndole sábanas a la cama. El día había sido largo y ya quería descansar y dormir al lado del amor de su vida, pero se dio cuenta que todo era muy silencioso, así que decidió salir a buscar al pelinegro.

¿Acaso lo había abandonado...? No, claro que no, BeomGyu se encontraba sentado en una banca que se encontraba afuera de la cabaña, observando las estrellas, tratando de asimilar la idea de que el hombre que tanto amaba estaba a su lado, pensando que tal vez todo sería como antes.

A BeomGyu el futuro no le importaba, mientras tuviera TaeHyun en su presente.

— Aún no crees que esto esté pasando, ¿verdad? — dijo TaeHyun, mientras se sentaba al lado de BeomGyu.

BeomGyu volteó a verlo y sonrió.

 — Pensé que estarías preparándote para dormir, TaeHyunnie.

— En eso estaba, pero vi que estabas aquí, así que solo vine a hacerte compañía. Además, aún no has contestado mi pregunta.

— Esta es la primera vez en tanto tiempo que me siento tranquilo y feliz… como si estuviera completo.

— ¿Me prometes que nunca me vas a dejar, Gyu?

— Te juro que nunca te voy a volver a ocultar nada y que jamás te voy a volver a lastimar.

— Mi hermoso BeomGyu, solo mío.

— ¿Me dirás qué te hizo cambiar de opinión y buscarme?

— Tal vez después… — dijo TaeHyun, sonrojándose, y suspiró profundamente mientras levantaba su vista para ver el cielo. — Se pueden ver muchas estrellas desde aquí. ¿Recuerdas la primera vez que salimos a contar estrellas?

— Por supuesto, nunca he podido olvidar aquella noche.

Esa noche, mientras BeomGyu pasaba enfrente de la casa de TaeHyun, pudo ver al menor observando las estrellas desde el balcón de su habitación, como si estuviera pidiéndoles un deseo. El pelinegro se quedó viéndolo ahí en silencio, hasta que, como si supiera que estaba siendo observado, TaeHyun volteó hacia la calle y lo vio totalmente sorprendido.

— ¿BeomGyu?

— Oh… ¡Hola, Tae! — dijo él, levantando su mano para saludarlo.

— ¿Qué haces aquí?

— No podía dormir, así que salí a caminar un rato… y terminé aquí.

— ¿Saliste a caminar a media noche?

— Me gusta salir a caminar a esta hora... Pero ¿no se supone que tú deberías estar dormido a esta hora? Mañana tenemos escuela y tú eres un buen chico.

— Ser siempre un buen chico a veces me quita el sueño.

— ¿Por qué no vienes conmigo a caminar un rato? Quizás eso te ayude a conciliar el sueño.

— No sé… Si MinHee se despierta y se da cuenta que no estoy, se preocupará y pensará que me paso algo malo y hará un gran escándalo.

— Pero vas a estar conmigo, Tae, a mi lado no te va a pasar nada malo.

— Está bien, pero solo un rato. Dame dos minutos para cambiarme y bajo.

— De acuerdo, aquí te espero.

TaeHyun entró a su habitación para cambiarse y después, lentamente, salió de su casa usando unos jeans, un suéter negro y un par de tenis del mismo color. Se reunió con BeomGyu, quien lo estaba esperando en la puerta de su casa.

Ambos empezaron su caminata por las desiertas calles cercanas a la casa de TaeHyun, llegando hasta un hermoso parque, en donde siguieron caminando hasta que llegaron al pequeño lago que había al centro de este. Se sentaron a las orillas del mismo, recordando entre risas cada uno de los momentos que habían vivido juntos desde el día que se conocieron hasta ese momento. Ellos eran mejores amigos, pero no parecían eso.

— Vamos a divertirnos, ¿de acuerdo?

— De acuerdo — dijo el menor con una pequeña sonrisa.

BeomGyu se acostó en el césped y se puso a observar el cielo.

— Nunca me había fijado que se ven demasiadas estrellas desde aquí — TaeHyun levantó su vista al cielo.

— Si, es verdad… ¿Cómo cuántas estrellas crees que haya?

— Demasiadas, sin duda alguna. Deberíamos de contarlas para saber con exactitud cuántas son.

— Bueno, el que termine primero de contarlas deberá recibir como premio un helado.

— Me parece bien, pero te aviso que quiero que mi helado sea enorme — TaeHyun se rio, mientras se acostaba al lado de BeomGyu.

— No, yo quiero que mi helado sea enorme.
 
Los dos comenzaron a contar cada una de las estrellas que había en el cielo, pero, antes de que pudieran saber cuántas eran, el sueño comenzó a vencerlos hasta que finalmente se quedaron dormidos.

BeomGyu fue el primero en despertar al sentir los primeros rayos del sol sobre su rostro y, al ver a TaeHyun a su lado, una enorme sonrisa se dibujó en su rostro. El menor dormía tranquilamente, y el mayor estaba disfrutando de ese momento que la vida le regalaba junto al chico que tanto quería, pero que sabía muy bien que él no tenía los mismos sentimientos.

A pesar de que esa era su triste realidad, BeomGyu no quería pensar en eso. En ese momento, TaeHyun estaba con él, solamente con él.

Se quedó observando atentamente cada uno de los rasgos del menor, memorizándolos para no olvidarlos nunca: su cabello, su rostro, su nariz, sus ojos, sus labios… Esos labios que tanto ansiaba probar y que no dudo en hacerlo en aquel momento. Lentamente, junto sus labios con los de TaeHyun, en un beso en el que BeomGyu finalmente cumplía su más grande fantasía.

Pero aquella fantasía se volvió más grande, cuando aquel beso robado comenzó a ser correspondido. TaeHyun, en ese momento, parecía necesitar más que nunca ese beso y BeomGyu simplemente se dejó llevar por el momento.

Sin embargo, la realidad y el miedo llegaron a él de golpe ante la posibilidad de que aquel beso pudiera afectar su relación con TaeHyun, así que termino el beso y se acostó al lado del mayor, fingiendo que estaba dormido mientras aún tenía los ojos cerrados.

Segundos después, TaeHyun comenzó a abrir lentamente los ojos, teniendo la sensación de que lo habían besado en un sueño… o quizás no había sido un sueño. Realmente confundido, llevó una de sus manos a sus labios, notando que BeomGyu estaba acostado a su lado con los ojos cerrados. Fue, entonces, que recordó lo que había pasado la noche anterior y en dónde estaba, así que comenzó a mover a BeomGyu para despertarlo.

— BeomGyu… ¡BeomGyu, despierta!

BeomGyu fingió abrir los ojos, dando un largo bostezo.

 —Hola, Tae… ¿Qué pasa?

— Nos quedamos dormidos aquí, ¡ya es de día!

— Sí, es verdad... Te acompañaré a tu casa. Dios, espero que tu familia aún no haya despertado.

— Ni ellos ni MinHee… estaré en graves problemas.

Ambos se levantaron y caminaron a toda prisa hasta la casa de TaeHyun. Al llegar ahí, TaeHyun abrió la puerta sigilosamente para evitar que alguien se diera cuenta de que no había pasado la noche allí.

— Creo que lo logramos, no se escucha ruido alguno.

— Sí, eso parece… — dijo, entrando a la casa, recargándose en la puerta. — Gracias, BeomGyu, me divertí mucho anoche.

— Me alegra saber eso. Cuando quieras, podemos repetirlo...

— Me encantaría, mientras no nos quedemos dormidos a la intempérie.

— Si eso llegara a pasar, llevaré una cobija para cubrirnos del frío.

— Me parece bien, Gyu.

BeomGyu y TaeHyun estaban sonriendo como un par de adolescentes enamorados al recordar ese momento. Fue la primera vez en que TaeHyun dejó de ser un chico bueno, escapándose de su casa con su mejor amigo del que estaba enamorado.

— Es increíble que hayan pasado más de ocho años desde ese entonces… y ahora, nuevamente, estamos sentados observando estrellas como antes.

— Sí… — TaeHyun se puso de pie rápidamente. — BeomGyu, ya es tarde y tengo frío, creo que debemos ir a dormir.

— Sí, y no tenemos aquí una cobija para dormir a la intempérie como antes. Tal vez otro día podamos contar estrellas como antes.

— Ya vamos, mi amor

BeomGyu lo miró con una pequeña sonrisa y se levantó, tomando de la cintura a TaeHyun y dejando un casto beso sobre sus labios, siendo correspondido al instante.

Ambos sonrieron sinceramente por estar uno frente al otro, temblando ante la idea de que, después de tantos años, volverían a dormir juntos, dándose un calor mutuo.

¡Gracias por leer! <3

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro