Nikolai se sentía satisfecho, ahora se encontraba cruzando la calle para encontrarse a su ahora pareja, quién se distraía viendo el móvil. 

Las cosas habían resultado mejor de lo que el pensaba, la noche anterior cuando se lo oferto, pensó recibir una negativa al principio, pero fue todo lo contrario. Al recordar la mirada que el otro le dio, le hizo dar un vuelco en su corazón. 

Ambos no se conocían, o al menos así lo pensaba Fyodor; no se podía decir lo mismo de Nikolai, el había tenido conversaciones con él antes, aunque el otro no lo recordara. Habían pasado años y seguiría lamentando no poder despedirse del otro correctamente. 

Ahora que no le encontraba un sentido a su vida, pensó que lo mejor sería ser acabado por la persona que alguna vez el amo, o al menos el reemplazo que busca en la figura de su ahora novio. 

El chico de ojos violetas, llevaba ropa casual, una sudadera oversize, con unos pantalones que al gusto de Nikolai, le hacían lucir el trasero, junto con una gorra y el pelo recogido en una coleta, aunque dejando cabellos sueltos, dejando ver algunas perforaciones que el chico llevaba en las orejas. 

—¿Te gusta lo que ves? —pregunto con una sonrisa socarrona el otro. 

—He visto mejores. —dijo en un tono burlón. 

Fyodor paso sus manos de su sudadera a liberarlas, para luego extenderle una a Nikolai. 

—¿Estas preparado? —pregunto—, porque esta será la mejor cita de tu existencia. 

Nikolai no lo contradijo, solo le dio la mano para continuar a donde le llevara ese chico pálido. 

Recordaba los términos de su acuerdo, pero no estaba seguro de que haría el chico ruso, incluso que el otro le sugiriera ser novios era bastante impresionante, ¿tal vez manipulación? No, eso sería muy simple ¿Tal vez aislarlo? No, no tenía muchos amigos y no confiaba en ellos de todas formas, entre mas lo pensaba, mas divagaba. 

—Llegamos —Fyodor freno, aunque también agarro con fuerza al agarre de Nikolai—, ten cuidado con los escalones. 

—¿Uhm? —pestañeo dos veces—, es decir, lo sé. 

Ambos subieron a esas pequeñas escaleras, que daban a un mirador dando a la playa, donde el sol se reflejaba en el agua, dándole diferentes colores y degradados. 

Fyodor le invito a sentarse a su lado, casi a la punta del mirador, dejando los pies moverse con libertad y balancearlos. 

—¿Crees que te puedo hacer algo? —preguntó. 

—No lo sé, pero por lo que dicen, si. 

—Dicen muchas cosas, no pregunté eso. 

—¿Qué harás si no te digo? —pregunto Nikolai. 

—Hmm —Fyodor hizo muecas de estar concentrado— ¿Te obligo? Si yo te obligo, me odias, si tu me odias, rompemos, si rompemos, no obtendrás lo que quieres, y si tú no lo obtienes, entonces tampoco saciare mi curiosidad, si no sacio mi curiosidad, no te dejaré en paz y me odiarás mas por eso, pero obvio todo esto es chiste porque me vas a decir ¿Verdad?

Nikolai dejo escapar una pequeña risita por eso.

—Sabes —observó el cielo Nikolai—, no eres tan aterrador como dicen ¿Por qué dejas que crean eso? 

—¿Qué te hace pensar que no es de esa forma? 

—No lo sé, tal vez porque me pareces agradable ¿Tal vez? 

Fyodor solo suspiro, para luego ajustarse bien la mochila y abrazar a Nikolai por la espalda, tomando impulso y lanzándose del miradero hacia abajo. Nikolai ¿grito? Si, y mucho. Tanto que todos pensaron que lo habían secuestrado o algo así. 

Solo se calmó, hasta que vio que ya no caía en picada, si no que ascendió un poco y caía despacio como una pluma. 

No fue hasta que tocaron suelo, que Nikolai se quejo con el chico. 

—¡Estas loco! ¡Podríamos haber muerto! —dijo Nikolai—, me gusta. 

—Miren a quien acusan de loco. —Fyodor rodó los ojos y acomodo el paracaídas. 

Fyodor solo se desperezo, para luego poner una mirada relajada sobre Nikolai. 

—No creas que soy ingenuo, porque se quien eres —respondió—, y la cita acaba aquí, espero que recuerdes este día. 

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