La historia como la conocemos está a punto de dar un giro sombrío, por suerte, no le temo a la oscuridad.

El primero de enero de 2019 fue oficialmente el primer día en la historia de toda la humanidad en el que no se registró ni una sola muerte a nivel mundial.

La celebración no tuvo precedentes, todos bailaban y cantaban, pues hasta el más enfermo mágicamente pareció salvarse de su cruel destino, un milagro.

Pero poco después cuando las masas amorfas de carne putrefacta empezaron a deambular por las calles en medio de violentos ataques hacia los transeúntes, el pánico colectivo le hizo entender a todos que no hay bondad sin castigo y que la esperanza de que algún poder superior los salvará, no era ninguna opción.

Pues el mismo día en que la humanidad decidió enfrentar la plaga, fue el mismo día en el que los cielos se dividieron, y la legión de ángeles con alabardas y espadas en mano que nos observaba desde la altura, nos mostró la cruel realidad.

Bienvenidos, supervivientes, déjenme darles un breve recorrido, aquí hay ángeles, virus mortales, ciudades amuralladas y fanáticos religiosos cada vez más locos, gente muriendo de hambre y una dictadura que me recuerda a cierto país en Latinoamérica.

Si crees que eso da miedo, es que no has visto en lo que se han convertido los pocos supervivientes que quedan.

Recojan sus equipos, acudan a sus puestos, eviten las mordidas y lesiones mortales, así, por poco lo olvido, no confíen en nadie, y cuando digo en nadie me refiero a que ni siquiera confíen en mí, de ustedes depende, hagan su mejor esfuerzo por sobrevivir.

Bienvenidos a la resistencia.

Bienvenidos a NEVERLAND.