육. real life
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—Te avisé de que no deberíamos haber salido —apuntó Miyeon por tercera vez mientras trataba de no mojarse debajo del toldo de una cafetería.
—Lo sé, pero creía que tendríamos más tiempo —se excusó Jeongin, recibiendo una mala mirada por parte de la chica, que le había repetido en tantas ocasiones que era mejor quedarse en casa.
Habían acordado verse ese día, pero lo que no se esperaban era que hubieran previsto lluvia para lo que quedaba de semana, aunque el idol decidió ignorarlo y quedar igualmente ya que quería estar con su amiga y no darle importancia a los comentarios de Miyeon.
Ella había aceptado con el fin de luego molestarle con que tenía razón, que deberían haberse quedado en casa o posponerla para otra ocasión. El mal tiempo les pilló en la calle, por lo que tuvieron que resguardarse.
—Y yo te dije que no, pero no me has hecho caso, otra vez —acusó con una sonrisa para molestar al cantante al repetirlo de nuevo, cosa que consiguió al ver su expresión—. ¿Ahora qué hacemos?
—¿Podrías llamar a Minhee? Seguro que estaría encantado de recogernos. —A la joven le fue difícil no reírse al ver que había ignorado lo primero que había dicho mientras sacaba el teléfono de su bolso, pero antes de llamar a su hermano, se acordó de un pequeño detalle.
—Está con sus amigos —contestó guardando el móvil para mirar a Jeongin, quien no paraba de observar el cielo, como si fuera a ocurrir un milagro y dejase de llover—. No le importó el tiempo y decidió salir de igual forma, como tú, pero la diferencia es que él tiene coche.
—¿Me lo vas a mencionar cada vez que puedas? —Miyeon le guiñó el ojo como respuesta en cuanto se giró para verla, lo que causó que el chico pusiera los ojos en blanco.
Tras unos minutos, se dio cuenta de que se encontraban cerca a de su casa, a la cual podrían ir corriendo. Era mejor opción que quedarse en el mismo lugar esperando a que amainara.
Por lo que sin decir nada, agarró la mano de Jeongin y comenzó a correr, con cuidado de no caerse por culpa del suelo, ya que estaba resbaladizo por el agua. Por un momento no pensó en nada, solo en disfrutar de las gotas cayendo en ella, era una sensación que le encantaba como si de alguna forma la relajaran, como si cada una apartase las preocupaciones que tenía.
Al llegar, entraron de inmediato a la par que intentaban no empapar nada, quedándose en la entrada para quitarse los zapatos, para luego escuchar unos pasos que se acercaban a ellos.
—Justo iba a llamarte para preguntarte si querías que tu padre te fuese a buscar —anunció su madre sin enterarse de la presencia de Jeongin hasta unos segundos después—. Hola, Jeongin, no te había visto, lo siento.
—No pasa nada, señora Park. —Miyeon se aguantó una carcajada al ver la expresión de la mujer, quien le había dicho muchas veces que no hacía falta tanta formalidad, pero con el muchacho era imposible—. Lo lamento por venir sin avisar, es que...
—No tienes que disculparte, siempre eres bienvenido y aún más con este tiempo —le interrumpió con una sonrisa y un gesto con la mano para quitarle importancia—. Ahora id a daros una ducha, no vais a quedaros así. Y Jeongin —añadió antes de marcharse—, no te preocupes por la ropa, yo me encargo de ella y mientras te doy algo de Minhee.
Después de que ambos se secaran y estuvieran cambiados, se dirigieron a la habitación de Miyeon para pasar tiempo a solas y poder hablar tranquilos, sin que Minhyuk, que estaba jugando videojuegos en su cuarto, ni sus padres molestaran.
—Siento que la tarde no fuese como lo tenía pensado, tenía planeado llevarte a lugares que te gustaran —se disculpó Jeongin sentándose en la cama, apoyando la espalda en la pared con la mirada en sus manos, y la chica se colocó a su lado.
—No pasa nada, aún podemos ir otro día, no te preocupes —sonrió a la vez de que trataba que no se sintiera mal.
Además de que en el fondo, no tenía muchas ganas de salir, prefería quedarse en casa. Solo que cuando el cantante le envió un mensaje, no pudo negarse.
—Lo sé, pero quiero mostrarte muchos sitios antes de que empieces la universidad —explicó conectando sus miradas y Miyeon le dio un pequeño golpe con su hombro.
—Jeongin, aún hay tiempo, quedan dos meses y unas semanas, tampoco es que comience mañana —recordó con obviedad. Le agradecía que quisiera hacer todo antes de que estudiara, pero aún quedaba por lo que no debía preocuparse—. Además, seguro que tú empezarás los ensayos para un comeback antes, por lo que no podremos vernos tanto como ahora.
Miyeon sabía que podría ocurrir, habían tenido uno hacía poco, pero conocía bien todo ese mundo por lo que le contaba su amigo, que en muchas ocasiones se había soltado con ella y se había sincerado sobre toda la presión que sentía.
No le gustaba cuando pasaba porque no podía estar a su lado, ayudándole, por culpa de la distancia y escucharle tan agobiado, tan cansado, era horrible. También esa era una de las razones por la que se alegraba de mudarse a Seúl, para poder estar el uno para el otro cuando lo necesitasen, sin kilómetros por medio.
—Mientras yo te hago caso y descanso, ¿tú me hablas de trabajo? —bromeó con una sonrisa y Miyeon trató de no copiar el gesto mientras ponía los ojos en blanco—. Es imposible entenderte.
—Debes dejar de juntarte con Hyunjin, se te pega el drama —soltó una carcajada a la vez que colocaba su cabeza en el regazo del chico.
—Me pides un imposible, ¿tú podrías separarte de Minhee o Minhyuk? —preguntó mirándola con una ceja alzada y ella de inmediato negó. Le pareció tierno que comparase su relación con sus hermanos con la suya con Hyunjin, indicaba que para él el idol era muy importante, como familia.
Se quedaron en silencio, disfrutando de la compañía del otro y del sonido de la lluvia caer, la cual le traía una paz increíble y si no fuera porque estaba Jeongin, se hubiera puesto a leer uno de los libros que había comprado hace poco mientras oía las gotas golpear contra su ventana.
Le encantaban los momentos así, cuando no hacía falta que conversaran y les bastaba con estar juntos.
—Si te soy sincera, no tenía ganas de salir —confesó Miyeon jugando con las manos del muchacho, quien solo la observaba—, pero cuando me mandaste el mensaje no pude negarme, aunque quise hacerlo cuando vi el clima en el móvil.
—Lo sé, te lo noté cuando nos encontramos —respondió sorprendiéndola, no se lo esperaba, creía que había sido buena en ocultarlo—. ¿Qué? Te conozco, además seguro que estabas encantada afuera, pensando en tu sueño de dar un beso bajo la lluvia.
No se creía lo que acababa de escuchar, que aún se acordarse de aquello. Eran pequeños cuando se lo comentó, por culpa de leer un libro, donde los protagonistas disfrutaban de la situación, la cual junto con otras la hicieron querer saber ciertas cosas.
¿Cómo se sentiría querer de esa manera? ¿Cómo sería estar con alguien y que el tiempo se pasé rápido al disfrutar cada instante? ¿Cuándo le ocurriría y así poder experimentar todas esas sensaciones?
Solía reflexionar en la adolescencia, en la manera en que las historias, películas y series le mostraban sobre ese sentimiento, pero al crecer se dio cuenta de que no debía idearlo y que debía enfocarse en los estudios, que ya llegaría la ocasión para responder todas las preguntas.
—Lo dije cuando tenía doce años, ¿vas a molestarme ahora con eso? —cuestionó incrédula mientras Jeongin se reía—. Porque yo también puedo hacerlo con lo que tú mencionaste hace mucho.
—Mejor no, aunque tampoco es que me acuerde, pero cosas habrá. —Miyeon asintió decidida, ya que el chico tenía razón, recordaba bastantes temas con los que podría chincharle, solo que por el momento se las guardaría.
—Sí que las hay, pero me voy a callar, las usaré cuando crea que es la ocasión perfecta —apuntó con falsa soberbia sonriendo, a lo que Jeongin copió el gesto mientras alzaba una ceja como si le expresara que estaba preparado.
—¿Qué pasa? —inquirió Jeongin tras un par de minutos en silencio, en los cuales Miyeon tuvo la mirada fija en una de las fotos que había en una estantería, en la que salía con los pocos amigos que tenía en Busan a la vez que pensaba sobre algunos temas, por lo que no entendió a qué se refería el joven—. Tenías la cara que haces cuando hay algo que te preocupa.
Daba igual cuánto pasara, nunca se acostumbraría a que se conocieran tan bien hasta al punto de llegar a identificar qué significaba cada mueca o cada acción, aún más al haber estado unos años separados y que hubiesen cambiado en cierto sentido.
—Solo es lo que te comenté, el miedo a no encajar, tengo en cuenta que no debo hacerlo y que ya hemos hablado sobre el tema, pero sabes cómo soy—explicó sin verle, solo observando el cuadro para luego sonreír de manera melancólica—. Además de que echo de menos a los de allí, sobre todo a Dawon.
—¿No habláis por mensajes? —quiso saber Jeongin mientras le prestaba atención. Miyeon se levantó de su regazo y se colocó a su lado de nuevo, pero antes de contestar el idol añadió—: Siempre habéis estado unidas, no creo que la distancia os separe, no lo hizo con nosotros, no va a pasar con vosotras.
—No lo sé, quiero creer eso, pero algo en mí tiene miedo a que pase lo contrario —se sinceró poniendo la cabeza en su hombro—. Además no puedes negar que también sentiste lo mismo cuando viniste aquí y yo me quedé en Busan, me mandabas un mensaje cada cinco minutos.
Aún recordaba esa época, en cómo había estado mal por la marcha de su mejor amigo, pero al mismo tiempo se alegraba. Incluso estando a kilómetros de distancia, aún le sacaba una sonrisa cuando le enviaba uno sobre como le había ido o solo un simple te echo de menos.
—Tampoco lo iba a hacer —negó a la par que se encogía de hombros con cuidado de no molestar a Miyeon, ya que seguía apoyada en él—. Tú puedes hacer lo mismo, no al mismo nivel que yo, pero conversar con ella cada día, incluso alguna videollamada. La distancia no significa separarte de tus amistades.
—Por estas cosas deberías juntarte más con Chan que con Hyunjin —se rio, lo que provocó que el chico hiciera lo mismo, para unos segundos después ponerse seria—. Gracias, de verdad.
—No hay que agradecer y ya que no te puedo enseñar los lugares que tenía planeado, te hago de casamentero —bromeó y consiguió que la muchacha soltara una carcajada.
—Sabes que eso solo se usa para parejas, ¿no? —inquirió después de calmarse y Jeongin le tapó la boca con la mano para hacerla callar.
Miyeon no respondió y el sonido de unas notificaciones rompieron el silencio que se había formado. Cada uno cogió su móvil para ver de quién se trataba y ella no pudo evitar suspirar mientras cerraba los ojos al observar lo que le había enviado su hermano, intentando tener paciencia.
—¿Quién era? —interrogó el joven poniendo toda su atención en la pantalla.
—¿Por qué preguntas si me estás espiando? —cuestionó girando la cabeza para quedar cara a cara, más cerca de lo que creía, pero no se inmutó—. Es Minhee, se va a quedar a dormir en casa de Jihoon, un amigo suyo. —Tras decir aquello, se le ocurrió algo y esperaba que él pudiese—. ¿Te quedas hasta mañana? Puedes cenar aquí y usar el cuarto de Minhee, seguro que no le importa, además de que mi madre no te va a dejar irte con lo que está lloviendo.
—Claro, deja que aviso a Seungmin y Felix, que son los únicos que están en el dorm, no quiero que se preocupen como con Jisung —respondió de inmediato a la vez que les mandaba un mensaje—. No sé quien será Jihoon, ¿pero algo que tengas que contarme? El emoji que está junto a su nombre indica muchas cosas.
Miyeon pensaba que no se había dado cuenta de ese detalle, del emoticono guiñando un ojo que había añadido su hermano y que había puesto para molestarla. Desde que se había reencontrado con su amigo, no paraba de mencionarle en cada momento tratando de fastidiarla, y en algunas ocasiones lo conseguía.
—No, la verdad es que nada —contestó con rapidez, esperando que no lo malinterpretara, pero al observar la expresión de Jeongin, entendió que quería saber más—. Es solo que hace unos años tuve un crush con él.
—Gracias por la información, ahora sé con qué chincharte, ya no eres la única que puede hacerlo —apuntó con una sonrisa de victoria y ella no pudo evitar maldecir en voz baja, no se había dado cuenta de aquello—. Me gustaría conocer a Jihoon, debe pasar mi aprobación.
—¡Jeongin! —se quejó mientras dejaba el móvil a un lado para tirarse encima de él queriendo callarle, ya que no paraba de decir comentarios emparejándola con el mayor.
A pesar de que trataba de fingir molestia, había extrañado esos momentos, donde conversaban y se contaban cosas mutuamente. Venir a Seúl tenía tanto sus pros como sus contras, pero por ahora, había más de los primeros y casi todos se debían a Jeongin.
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Hola!! Aquí tenéis nuevo capítulo de los maknaes, espero que os guste. ¿Qué tal os está yendo la semana? Yo ayer iba a ver la nueva pelicula de Thor, pero por algunos problemas no pude ir, espero verla este sábado, tengo muchas ganas como fan de Marvel que soy. Encima también me muero por el calor, menos mal que la siguiente semana va a hacer menos donde vivo, si no...
Este es un capítulo simple, pero de alguna forma me gusta que sea así. Se ve la bonita amistad entre ellos, algunas cosas, guiños, referencias... Simple, pero I like it.
Os recuerdo que tenemos un server de discord, va a haber evento de Itzy en Eunseo, hoy me gasto las gemas ajajajja, pero no todas que no quiero ser pobre. Si queréis entrar, mandadme un mensaje privado y os enviaré el link.
Espero que os haya gustado, os deseo una gran semana y nos leemos en el siguiente💜
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