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십이. real life

──── ∗ ⋅◈⋅ ∗ ────

Miyeon estaba nerviosa, iba de camino a su primer día en una nueva universidad, donde no conocía a nadie y eso le inquietaba bastante, nunca había sido buena en hacer amigos, siempre había sido de esperar a que alguien se le acercara, no al revés.

Al contrario que ella, Minhyuk no tenía ganas de empezar a estudiar, pero sí de hacer amistades, poder salir sin depender de sus hermanos o su madre, por lo que estaba eufórico de saber con quién le tocaría.

—Todo va a ir bien, Mimi —habló Minhee, haciendo que apartara su vista de la ventana para dirigirla a él—. Entiendo que tengas miedo de no encontrar a alguien y quedarte sola, pero estoy seguro de que eso no va a ocurrir.

—No puedo estar positiva como mamá ha dicho, me conoces como para saber cómo soy —explicó a la vez que movía las manos—. No quiero pensar en negativo, pero es imposible.

—Es lógico, te has acostumbrado al mismo círculo durante años, sobre todo a que Dawon sea la que te ayude en esos temas, así conociste a Seokmin. —La joven sonrió ante aquel recuerdo, solían enviarse mensajes, pero no era lo mismo, les echaba de menos—. Aunque siempre tengo en mente a esa Miyeon que se acercó a Jeongin sin la ayuda de nadie.

—Era una niña pequeña, no tenía vergüenza, ahora sí y mucha —respondió de inmediato con la ceja alzada.

Su hermano no podía esperar que fuera igual que antes, ni siquiera él lo era. Aunque no negaba que una parte de ella echaba de menos ser de esa forma, no tener miedo a hablar con alguien, poder conocer a gente con facilidad en este tipo de situaciones.

—Yo te aseguro que todo irá genial, no te pongas paranoica. —Miyeon no pudo evitar soltar una carcajada tras lo último, cosa que confundió al joven.

—¿Me acabas de pedir que deje de ser yo misma? —inquirió con una sonrisa, una que creció al ver cómo Minhee ponía los ojos en blanco, sabiendo que estaba tratando de molestarle.

—Sabes muy bien que no —respondió con obviedad mientras quitaba la vista de la carretera un segundo para mirarla—. Puede ser difícil ahora, eres nueva, la gente ya se conoce de otros cursos, pero eso no significa que vayas a quedarte sola —apuntó a la vez que tenía toda la atención de la chica, que estaba muy atenta al escucharle tan serio—. Es cierto que los primeros días pueden ser duros y puede que creas que no encajas; sin embargo, cuando vayan pasando las semanas la cosa mejorará, incluso puedes tener la suerte de que alguien se te acerque para conversar.

Se sorprendió tras oírlo, no eran muchas las veces que su hermano se ponía de esa manera, solo cuando creía que le hacia falta y, como siempre, no se equivocaba. Sus palabras no le habían quitado los nervios, pero sí que la habían tranquilizado un poco y confiar en que todo iría bien.

—Gracias, necesitaba algo así —sonrió con sinceridad, para luego cerrar los ojos al sentir cómo Minhee le removía el pelo, fulminándole con la mirada cuando terminó. Era un gesto que hacía a menudo y lo odiaba.

—No tienes nada que agradecer, ¿para qué estaría si no fuera para ayudar a mi hermanita? —interrogó a la par que se encogía de hombros.

—Para llevarla a donde quiera —bromeó mordiéndose el labio y rio al observar la expresión del joven.

El resto del camino ella estuvo callada mientras que Minhee no paraba de hablar sobre lo bien que estaría sin Minhyuk, aunque también recalcaba que la echaría de menos, le daba igual que fuera por unas horas.

Lo que le había dicho antes la había calmado, pero eso cambió en cuanto pudo divisar la universidad a lo lejos, por lo que suspiró para tratar de olvidarse de todas las cosas que empezaban a formarse en su mente, tenía que estar serena.

—Ya hemos llegado —anunció a la vez que aparcaba para después acomodarse para poder mirarla—. Tú tranquila, todo irá genial y si no es así, llámame y vengo a por ti —le guiñó el ojo junto con una sonrisa.

Miyeon solo asintió y salió del coche, sabía cuál era su clase desde hacía unos días, pero no tenía ni idea de qué aula era, por lo que no tenía claro qué hacer. A lo mejor debía preguntar en conserjería o incluso a algún alumno o profesora, si se atreviera.

Mientras pensaba en qué podía hacer siguió caminando sin tener ningún destino, ni conocer el lugar. Cuando se dio cuenta de que se había perdido, de que no sabía como volver, comenzó a mirar a cada lado por si algo le sonaba de la entrada, pero no tuvo éxito.

—Hola, ¿puedo ayudarte? —escuchó detrás de ella, al girarse pudo ver que se trataba de una chica que sonreía con amabilidad—. He notado que parecías confundida, lo siento si te he molestado.

—No, no, es solo que soy nueva, no me sé orientar muy bien —respondió con timidez, devolviéndole el gesto. No quería decir nada extraño, por lo que reflexionó sobre qué contestar antes de hacerlo.

—¿Puedo ver tu horario? —interrogó y Miyeon asintió al creer que era su mejor opción, ya que estaba claro que la joven conocía el lugar mejor que ella—. Qué casualidad, compartimos clase, ¿quieres que vayamos juntas? Así no te pierdes ni vas sola.

—Claro, si no te importa —contestó con un poco de vergüenza, aunque más tranquila al haber encontrado a alguien que podía echarle una mano.

Miyeon comenzó a seguirla, ninguna mencionó nada, el silencio entre ambas era un poco incómodo, pero tampoco se atrevía a romperlo. No tenía ninguna idea de qué decir o de qué conversar, solo mantuvo la mirada en sus manos, a la espera de llegar al aula o que la muchacha comentara alguna cosa.

—Lo siento, me acabo de dar cuenta de que no me he presentado —soltó de repente dirigiendo su atención a la chica—. Soy Kim Hyemin, es un placer conocerte.

—Park Miyeon, encantada —respondió esperando sonar igual de formal mientras trataba de que su timidez fuera abandonándola poco a poco—. Gracias por ayudarme, pensaba que me perdería, más de lo que estaba.

—No tienes por qué agradecerme, además de que sé cómo se siente ser la nueva y no conocer el lugar —anunció Hyemin con una sonrisa melancólica, como si lo estuviera recordando—. A mi me ocurrió lo mismo, estaba igual que tú hasta que Nanami me encontró y me echó una mano, podría presentártela si quieres, le hará mucha ilusión, lo malo es que no estudia lo mismo que nosotras —agregó sorprendiendo a Miyeon.

La joven se sintió un poco cohibida, ya que no quería molestar o sentir que no encajaba con ellas, y en ese instante se acordó de su hermano, de cómo siempre la llamaba paranoica. Aunque también se le vinieron a la mente Dawon, que le repetía que debía intentar hacer amistades, y Jeongin, que le aconsejaba que aquello ocurriría en algún momento.

Por eso decidió dejar su negatividad a un lado y aceptar, creyendo que tenía que aprovechar esa oportunidad, para así no quedarse sola.

—Claro, me encantaría —asintió a la par que copiaba el gesto anterior de la muchacha.

—Te va a caer genial, aunque te aviso que es algo... —paró de hablar, como si buscara la palabra correcta— peculiar, pero es muy buena persona. —Miyeon asintió, una parte de ella tenía ganas de conocerla, la otra tenía miedo de que no fuera bien la cosa, pero decidió quitar ese pensamiento—. Ya hemos llegado, este es el aula 2-1, tú estabas yendo justo a la 1-2.

—Muchas gracias, de verdad, espero no volver a "perderme" en el día de hoy —bromeó al estar ya más tranquila y Hyemin soltó una carcajada tras ese comentario.

—Tranquila, puedes estar conmigo si quieres y así te ayudo —contestó a la vez que le hacía un gesto para entrar—. Deberíamos sentarnos, si tenemos al señor Han como profesor es mejor no hacerle enfadar.

Miyeon se sintió feliz, había hecho un pequeño avance, a pesar de que no había sido sola al cien por ciento, para ella era suficiente. Las primeras clases pasaron normal, explicándoles qué harían en el resto del curso y queriendo saber un poco de cada uno, cosa que le había puesto nerviosa al sentir toda la atención en ella cuando era su turno.

A la hora del almuerzo, siguió a Hyemin, que le iba mostrando cada zona para que conociese más el edificio mientras la escuchaba atentamente. Unos minutos después, llegaron a la cafetería y en cuanto tuvieron la comida se encaminaron hacía la zona de las meses hasta que la joven se paró en una que ya estaba ocupada por alguien.

Hyemin se sentó después de saludarle, para luego notar que Miyeon se había quedado de pie, por esa razón le hizo un movimiento con la cabeza para invitarla. Dudó al principio, ya que pensaba que a lo mejor a su amiga podía incomodarle que se uniera así sin más, pero se olvidó de aquel pensamiento tras apreciar una sonrisa por parte de ella.

—Hye, ¿no me la vas a presentar? —preguntó con curiosidad, pasando su mirada de la mencionada a Miyeon.

—Estaba esperando a que hicieras una de las tuyas, ya sabes, emocionarte por conocer a alguien nuevo, abrazar a esa persona sin ningún motivo,... —respondió con obviedad mientras que Miyeon trató de no reír al ver la expresión de la castaña enfrente de ella, que había fingido que le había dolido.

—Ya que al parecer la señorita Kim no nos ayuda para conocernos, tendremos que hacerlo nosotras, ya puedes ver que me odia —dramatizó a la vez que ignoraba la mala mirada por parte de Hyemin—. Me llamo Tanaka Nanami, pero puedes decirme Nami si lo prefieres.

De alguna manera, la primera frase que había dicho le recordó a Seokmin y la primera vez que habló con él, además de que también tenía esa manía de exagerar algunas cosas, pero que aún así le encantaba. Le echaba de menos, al igual que a Dawon, Jaehyun y Dayoung, aunque seguían en contacto, solo que no podía evitar sentirse así.

—Encantada de conocerte, yo soy Park Miyeon —contestó con una sonrisa al darse cuenta de que estaba tardando en presentarse—. Espero que nos llevemos bien.

Ay, qué adorable eres —apuntó Nanami mientras se levantaba para aplastar sus mejillas, haciendo que se quedase con cara de pez.

Le sorprendió la confianza con que lo había hecho, como si llevasen años conociéndose, aunque no le pareció extraña aquella acción, dado que estaba acostumbrada a Seokmin, pero no se esperaba algo tan repentino.

—Nanami, la vas a asustar, ¿así es cómo haces amigos? —inquirió tratando de alejarla, consiguiéndolo unos segundos después—. Discúlpala, ya te dije que era alguien peculiar, no tiene la culpa de ser así.

—Por lo menos yo soy divertida, algo que a ti te falta. —Nanami le sacó la lengua a la vez que Hyemin ponía los ojos en blanco.

—Qué madura, ¿está es la primera reacción que le vamos a dar a Miyeon? —interrogó con una ceja alzada, para luego empezar a molestarse entre sí.

A pesar de que la joven no se esperaba algo así, no se quejaba, si no todo lo contrario, le hacía recordar a su pasado y cómo eran las cosa hacía años.

No conocía muy bien a las dos, pero algo en ella le decía que poco a poco se irían haciendo paso en su vida y por lo que estaba observando, la verdad es que no le importaba, ya que aunque se chincharan se notaba que se preocupaban la una por la otra y eso para Miyeon era lo mejor.

──── ∗ ⋅◈⋅ ∗ ────

—¿Qué haces aquí? —quiso saber Miyeon tras abrir la puerta y encontrarse a Jeongin con una sonrisa, se sabía porque, aunque llevaba mascarilla, sus ojos formaban medias lunas.

Los dos habían quedado en hablar por teléfono debido a la ocupada agenda del idol, por lo que la muchacha lo último que se esperaba era que apareciera en su casa de la nada, sin avisar o preguntar si no estaba ocupada.

Aún seguía tan sorprendida que ni se dio cuenta de que no había dejado espacio para que el cantante entrase, que seguía observándola hasta que le dejase pasar.

—No sabía que verme te haría tanta ilusión —bromeó estando ya en la entrada a la vez que se quitaba el calzado—. No habré venido en mal momento, ¿no?

—No, solo estamos mi madre y yo, estaba organizando una cosas mientras ella está en su habitación —respondió de inmediato con la mirada puesta en él, ya que ahora tenía el pelo platinado y le encantaba cómo le quedaba desde el instante en el que le envió unas fotos el día que se lo tiñó—. No es que no quiera que no estés, ¿pero qué ocurre? ¿no íbamos a llamarnos?

—Al salir antes del ensayo, decidí cambiar el plan para visitar a mi mejor amiga, es mejor conversar en persona —anunció encogiéndose de hombros, para después desordenarle el cabello y recibir una mala mirada por parte de ella.

—No te voy a negar que es una buena idea, pero la razón por la que íbamos a hablar por teléfono era para que pudieras descansar.

Al ver que el joven no le contestaba, puso los ojos en blanco para dirigirse a su habitación, escuchando sus pasos detrás. Tras llegar al cuarto, lo primero que vio fue cómo Jeongin se tumbaba en la cama, acción que ella siguió.

—¿Aquí no lo voy a hacer? —inquirió el cantante unos segundos después—. ¿Me vas a hacer limpiar la casa o hacer tus deberes? —Aquellas preguntas lograron que soltara una carcajada, una que él copió.

—Primero, no creo que seas el más indicado y segundo, sería extraño tener ya cosas que hacer tras el primer día —respondió de inmediato con obviedad.

—Ya que lo mencionas, ¿qué tal ha ido? —interrogó con curiosidad, poniendo toda su atención en ella—. Conociéndote seguro que estabas muy nerviosa, pero confío en que haya ido bien como te he dicho muchas veces.

Iba a contarle, pero tras oír el último comentario, decidió molestarle un poco, no quería darle la satisfacción de que tenía razón y menos que la chinchara con eso.

—La verdad es que no, me perdí al principio, tuvo que ayudarme un profesor —explicó con la mirada en sus manos, intentando no reírse, ya que se daría cuenta de que no decía la verdad—. Luego comí sola, todos tenían ya sus grupos, por lo que yo no tenía otra opción.

—Estás mintiendo —aseguró Jeongin y Miyeon tuvo que evitar poner una expresión de sorpresa, ¿cómo se había dado cuenta?—. No me lo niegues, has hecho ese gesto con la nariz.

—Odio que me conozcas —se rindió, no iba a seguir fingiendo, era difícil engañarle cuando sabía muy bien lo que significaba cada una de sus muecas —. Lo cierto es que ha ido bien, lo primero que te he dicho es cierto, no tenía claro dónde estaba el aula, pero una chica me ayudó, incluso me presentó a una amiga suya.

—Estoy orgulloso —bromeó mientras se quitaba falsas lágrimas, recibiendo un empujón por parte de ella—. Fuera de bromas, de verdad que lo estoy, sé que no has sido tú la primera en hablarle, pero no te has cerrado como alguna vez lo hacías cuando se te acercaba alguien.

No entendía el motivo de por qué esas dos palabras habían significado tanto, no era como si nunca las hubiese escuchado, pero que viniera de él, le hacía sentir mejor. Por eso mismo, no pudo evitar abrazarle de lado, dándole igual que no le gustase aquello.

Sin embargo, no esperó que se lo devolviera pasando el brazo por sus hombros, acercándola más a él, aunque no se quejó, sino que disfrutó del momento.

—A veces creo que me mentiste cuando me dijiste que odiabas el contacto físico, porque esto muestra todo lo contrario —señaló con una ceja alzada, solo que se arrepintió en el momento en el que el idol se separó.

—Bueno, sigue contándome, ¿cómo son ellas? —quiso saber y Miyeon sonrió al ver lo interesado que parecía por ese tema.

—La que me echó una mano se llama Hyemin, es con quien comparto clase y la otra es Nanami, es de Japón por lo que me comentó —respondió recordando lo que habían estado hablando a la hora de la del almuerzo—. Al principio fue extraño, ya que nada más conocerme, Nanami me apretó las mejillas.

—No la culpo, yo también quiero hacerlo en muchas ocasiones. —Y para remarcar sus palabras hizo que Miyeon volviese a tener la cara como esa mañana, como un pez.

No dejo que siguiera, se apartó al mismo tiempo que le fulminaba con la mirada, ya que al parecer había usado un poco de fuerza para chincharla y lo había conseguido, podía ver que estaba satisfecho por la sonrisa que tenía.

—Pero se nota que son buenas personas, Nanami me recordó a Seokmin, se parecen mucho —comentó a la vez que se mordía el labio, imaginándose que cuando se lo contase haría un drama sobre que le echaba de menos, que no podía vivir sin él, que ya lo estaba reemplazando,...—. Hoy solo nos han explicado cómo iba a ser el curso, así que no tengo nada más que decir, ¿tú qué tal?

—Sabes que Seokmin te molestará si se entera, ¿verdad? —Asintió, ya que justo era eso lo que estaba pensando hace un minuto—. Estoy cansado, queda muy poco para el comeback por lo que tanto los chicos como yo estamos practicando cada día para perfeccionar pasos u otros fallos que hagamos a estas alturas.

—Debe ser agotador, y más cuando luego tenéis promociones, ¿no?

Si observaba con atención a Jeongin, se notaba que pasaba demasiado tiempo ensayando, no solo por las ojeras, las cuales indicaban que no dormía mucho, sino también por lo mucho que se le cerraban los ojos en algunas ocasiones.

No le gustaba verle así, pero no podía hacer nada y menos cuando él ignoraba las ideas que tenía para que pudiera descansar, como la de ese día yendo a su casa.

—Lo es, pero merece la pena por todo el apoyo que recibimos de parte de Stay —respondió con sinceridad y Miyeon pudo apreciar un pequeño brillo en sus ojos al mencionar a sus fans—. Además, no creas que me he olvidado de que ibas a venir a un ensayo, sigo esperando.

—Tú mismo me dijiste que no fuera en esos momentos, si no más adelante, cuando ya supieras mejor la coreografía, creía que me avisarías por mensaje cuando pudiese —contraatacó de inmediato uniendo su mirada con la de él.

—Aunque vayas ahora a clase, ¿podrías ir alguna vez? —quiso saber apartando la vista y poniéndola en sus manos—. Ahora que ya has hecho amistades por ti misma, me gustaría que conocieras a Jiyong, incluso al resto de las chicas.

Le daba ternura que Jeongin insistiera tanto con ese tema, aún más cuando le había contado sobre Jiyong y lo importante que era para él, por lo que esta vez no se iba a negar, tenía curiosidad de ver cómo era y si todo lo que le había dicho era cierto.

—Los fines de semana estaré libre hasta que comiencen los exámenes —apuntó después de unos segundos, ya que estaba pensando por si tenía algún día libre, pero difícil con los estudios—. Me encantaría, me has hablado tanto de Jiyong que es como si ya la hubiera visto en persona, aunque no sé nada de las demás.

—Se lo comentaré a Jiyong, así puedo decirte cosas sobre ellas —respondió con emoción. Miyeon no podía sentirse mejor, adoraba cuando el joven la incluía y trataba de que siempre estuviera cómoda, le recordaba a cuando eran pequeños, en la manera en la que se empeñaba en que no se quedase atrás del grupo o fuera de lugar—. Me acabo de dar cuenta de que has colocado las figuras que te regalé, ¿los dos Eevee están protegiendo a Pichu?

—Debo aprovechar de alguna forma que al final me compraste el otro Eevee, con la excusa de que era como hace años —sonrió melancólica al recordar aquellos tiempos y notó cómo él la miraba al mismo tiempo que copiaba el gesto—. ¿Qué pasa?

—Nada, solo pensaba en unas cosas —negó apartando la vista sin quitar la mueca anterior—. De verdad que tengo muchas ganas de que conozcas a Jiyong, es una persona maravillosa, sé que os llevaréis bien.

Miyeon solo asentía mientras le escuchaba atentamente, adoraba verle tan feliz, sobre todo si se trataba de algo que la incluía más en su vida, y al mirar el brillo que tenía en sus ojos y la sonrisa, se dio cuenta de una cosa.

Que haría lo que fuera para que nunca desaparecieran, en especial cuando significaban tanto para ella.

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Helloo!! Bienvenidxs a un nuevo capítulo de NES, quería disculparme por no subir la semana pasada, pero es que no me sentía muy bien cómo para escribir, espero que lo entendáis. Tampoco estoy ahora al 100%, pero poco a poco, ¿qué tal vosotros?

Ay, que la maknae se hace mayor y ha hecho amistades, da igual cómo, pero tiene futuras amigas, crecen muy rápido
🤧.

Y que decir de la amistad entre Jeongin y Miyeon,... es que me encantan y NECESITO que Miyeon conozca a Jiyong y a las otras perdidas, es la única que queda y ya estaría el grupo completo. También quiero un Jeongin, para que me regale figuras de Eevee, es algo imprescindible.

Os recuerdo que tenemos un server de Discord, dónde hablamos, pasamos adelantos y muchas más cosas. Si queréis entrar, mandadme un mensaje privado y os enviaré el link.

Espero que os haya gustado el capítulo, os deseo una gran semana y nos leemos en el próximo o en My Universe si lo leéis.💜

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