사. real life
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Si alguien le hubiese preguntado a Jeongin que tenía pensado para la quedada con Miyeon, habría respondido de inmediato, lo tenía muy claro.
Sin embargo, no había sido así cuando quiso saber si tenía el día libre, actuando por puro impulso. Por eso no le había dado ninguna pista, ni siquiera cuando lo tenía ya todo planeado y su mejor amiga había intentado sonsacarle algo después de felicitarla.
Estuvo unos días mirando qué podía hacer, quería que fuese algo especial, pero daba igual cuánto lo intentara, nada se le ocurría. Fue Chan el que le dio una grandísima idea; enseñarle algunos lugares de Seúl. A pesar de que el líder intentó que considerara otras opciones, unas que no fueran "peligrosas" por ser una figura pública, Jeongin quiso llevarlo a cabo de todas formas, prometiéndole que tendría cuidado, que no había nada de qué preocuparse.
A pesar de que llevaba bastante en Seúl, estuvo informándose un poco sobre los lugares a los que podía llevarla, tenía en mente enseñarle sitios que sabía que le gustarían y tenía ganas de que llegase la quedada para mostrárselos.
Habían hablado por mensajes y ambos habían acordado verse en Gangdong-gu, dado que el idol tenía que ir a la compañía por unos asuntos.
En esos instantes, estaba en donde habían previsto encontrarse, llevaba una mascarilla por si acaso y una gorra en la mano por si el sol le molestaba en algún momento, pero en ese instante eso no era lo importante, solo estaba enfocado en mirar si encontraba a su amiga, ya había pasado de la hora acordada y Miyeon no era de llegar tarde.
—Lo siento por retrasarme, pero mi madre no paraba de pedirme ayuda con unas cosas —escuchó enfrente de él el tono característico de Miyeon, lo que hizo que levantase la cabeza del móvil—. ¿Has estado esperando mucho?
—Solo unos minutos, no te preocupes —contestó para tranquilizarla y no pudo evitar mirarla de arriba abajo, apreciando el conjunto que traía puesto—. ¿Se me reconoce con esto puesto? —interrogó señalando a su cara, ya que le había sorprendido que le hubiera identificado tan rápido, temía que así fuera y que no pudieran disfrutar de esa tarde.
—No, lo he sabido por tu funda —apuntó sonriendo con una gesto de la cabeza señalando al objeto que tenía en las manos—. ¿A dónde me quieres llevar? Tengo mucha curiosidad.
El cantante no respondió, cambió de tema para saber si ya se había acostumbrado a Seúl desde la última vez y como estaban sus hermanos, a lo que Miyeon aprovechó para quejarse de ellos, pero sobre todo de Minhyuk.
El menor, al no tener amigos en Seúl, no salía de casa, cosa que era difícil para él, que no soportaba quedarse mucho en su habitación. Todo lo contrario a Minhee, que casi todos los días quedaba con sus nuevos amigos y solía regresar por la tarde o casi de noche.
Luego estaba ella, que según le había contado, solo iba con su madre a algunos sitios, pero no era que le molestase, ya que era todo lo contrario a sus hermanos y no se lamentaba de quedarse en casa.
—Ya verás que dentro de poco tendrás amigos, excluyéndome a mí, claro —intentó animarla cuando se dio cuenta de un detalle, de que a lo mejor había parecido algo brusco—. No quería sonar mal, es que...
—No pasa nada, te he entendido —le quitó importancia con voz dulce, uno que siempre le tranquilizaba de alguna manera—. Además de que ya he escuchado un comentario parecido de Minhee y tampoco es que sea mentira, no tengo amistades aquí, sin contarte a ti.
—Seguro que harás cuando empieces la universidad —apuntó con una sonrisa, aunque Miyeon no pudo verla por el simple hecho de que él llevaba la mascarilla—. Comienzas dentro de unos meses, ¿no?
—Sí, y tengo ganas, puede sonar extraño, pero es la carrera que me apasiona, por lo que es normal querer seguir —respondió con entusiasmo, uno que le encantaba.
A su mente vinieron momentos del pasado, cuando se pasaban horas hablando de lo que les gustaría estudiar. Ambos querían ser profesores, excepto que Jeongin de primaria y Miyeon de guardería.
—Seguro que te irá perfecto, no por nada eres una de las personas más trabajadoras que conozco —halagó mientras le daba un pequeño empujón de broma, sin hacer mucha fuerza.
—También estoy un poco nerviosa, tengo miedo de no encajar o de quedarme sola los años que me faltan para terminar —admitió un poco desanimada, cosa que a Jeongin no le gustaba, no quería que se sintiera mal. Trató de pensar en algo para cambiarle el ánimo, pero no pudo, ya que la chica añadió—: Aunque ahora no me tengo que preocupar de eso, solo de disfrutar del día contigo, ¿puedo saber a dónde vamos?
—No, es una sorpresa, y me da igual que me digas que no te gusta quedarte con la intriga, no pienso contarte nada —avisó sin dejar de observar a los alrededores, esperando que nadie le reconociese, debía ser precavido. Además de que tampoco quería que Miyeon se lo notase, solo deseaba tener una tarde tranquila.
Mientras se dirigían al lugar, se la pasaron conversando sobre los proyectos de Jeongin, sobre todo del Skz-Record. Llevaba ya tiempo sin subir uno a Youtube y tenía ganas de mostrárselo a Stay.
Cuando llegaron a Gwangaru Hangang Park, lo primero que hizo fue observar la reacción de la muchacha, quien parecía encantada con el lugar, por lo que se sintió orgulloso por tener razón sobre que se enamoraría del sitio.
—Voy a volver más veces aquí, lo veo perfecto para sentarte en un banco y leer algún libro, tampoco parece que suela haber muchas personas, si no que es más tranquilo —anunció con alegría con un gesto que le indicaba a Jeongin que estaba imaginando la situación—. Gracias por traerme.
—No tienes que agradecerme. Ya sabía que te encantaría y encima, como diría Minhee, así te da el aire libre —respondió haciendo mención a lo que antes le había contado, que su hermano insistía bastante que saliera aunque fuera por la zona en la que vivían.
—¿Ahora usas frases de mi hermano? Ya tengo bastante con Minhyuk y él —bisbiseó lo último, que aunque le costó oírlo, pudo escucharla de igual forma.
—Los adoras, y a mí también —contestó haciendo que ambos rieran.
Jeongin aprovechó la caminata para preguntarle cómo le habían ido las cosas en Busan, por si había cosas de las que no estaba enterado. Disfrutaba tanto del tiempo con ella, que el paseo se le estaba haciendo corto y no deseaba que acabase.
—Algún día vendré a montar en bici, seguro que mis hermanos se apuntan, aunque hace tiempo que no lo hago, espero que sea cierto lo de que nunca se olvida —agregó Miyeon mientras volvía por donde habían ido, dado que no querían alejarse mucho de la entrada del parque—. Tú también podrías venir.
—Me encantaría, lo malo es que tendría que ver si tengo algún momento libre, ya sabes —recordó a la par que ella asentía. A continuación, miró el reloj que tenía en su muñeca y al darse cuenta de la hora, añadió—: Quiero enseñarte otro sitio, a ver qué te parece, sígueme.
Antes de continuar andando, se giró para observarla y pudo ver un pequeño brillo en sus ojos, uno que creía que era por curiosidad y ganas de ver a dónde se dirigían.
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Miyeon no había comentado nada, pero había notado lo tenso que estaba el cantante en algunas ocasiones, la forma en la que no dejaba de mirar a todos lados por mucho que tratase de hacerlo de manera disimulada.
Entendía el motivo, para ella era triste que los idols tuvieran que hacer esas cosas para evadir rumores y no poder salir o pasar tiempo con sus amigos como personas normales.
En ese momento tenía bastante intriga de saber a dónde iban, pero tampoco iba a preguntarle, ya que no le respondería como había hecho antes, por lo que se mantuvo en silencio, escuchando atenta a todo lo que él le contaba.
Unos minutos después llegaron a una cafetería, la cual parecía bastante acogedora, tenía un poco de curiosidad de por qué la había llevado allí.
—Este lugar no es el que te quiero enseñar, solo que había pensado en que te gustaría beber algo en el camino de vuelta, como una leche de fresas. —Los ojos de Miyeon se abrieron al escuchar lo último. Se giró de inmediato hacia él mientras sonreía—. Puedes comprar uno para llevar, aunque recuerdo que ya no eran tus favoritas —bromeó con una ceja alzada, a lo que Miyeon le fulminó con la mirada sabiendo que trataba de hacer, aunque prefirió ignorarlo.
—¿Tú quieres alguna cosa en especial? —cambió de tema Miyeon, no le apetecía aguantar sus comentarios sobre su amor hacia esas frutas y al parecer él lo notó, ya que soltó una carcajada, para luego mover la cabeza de lado a lado—. Está bien, entonces espérame aquí, no tardo.
No lo hizo, no cuando poco después de pagar ya estaba con el vaso mientras bebía feliz, sintiendo la mirada de Jeongin en ella porque el chico no era nada disimulado. Cuando ella le observaba, él apartaba la vista de manera rápida, lo que causaba que Miyeon se riera.
—No queda mucho para llegar y lo siento por hacerte dar mil vueltas, pero quería que primero visitaras el Gwangaru Hangang Park, espero que no te moleste —explicó Jeongin y ella no entendió a qué venía aquello. No creía que hubiese hecho o dicho algo que hiciera que él lo pensara, por lo que le extrañó.
—No, todo lo contrario —contradijo después de dar un sorbo a la bebida, la cual estaba tan buena que le apetecía otra—. Por el camino he visto diferentes locales, y me pareció ver que uno de ellos era una tienda de cómics, que tendré que visitar sí o sí.
—Tú y tu obsesión con todas esas cosas —bromeó el cantante con una sonrisa.
—No lo voy a negar, me encantan.
A Miyeon siempre le habían gustado los libros, sobre todo los de romance o sobrenatural. Creía que se debía a todas las veces que de pequeña leía algunas historias a Minhyuk. Tenía en mente que no era la mejor a esa edad, pero adoraba hacerlo y más cuando al final su hermano se quedaba dormido, era una sensación inexplicable.
Con el paso del tiempo, no había semana que no tuviese alguna novela pendiente, incluso llegaba a leerlos de nuevo cuando se quedaba sin nada a lo que darle una oportunidad.
—Pues es aquí, espero que te guste, aunque debería porque justo acabamos de hablar del tema —anunció Jeongin haciendo un gesto, indicando que ya habían llegado.
Cuando levantó la cabeza para ver de qué se trataba, no pudo evitar sorprenderse, en ningún momento le había venido a la mente que fuera una biblioteca, tenía muchas ganas de entrar, pero se dio cuenta de algo.
—Me encanta, pero no creo que debamos —agregó con la mirada puesta en la de él.
—¿Por qué no? No lo entiendo —cuestionó confundido sin dejar de verla, como si intentara comprender lo que había escuchado.
—¿Qué pasa si te reconocen? —preguntó de inmediato sorprendiendo a Jeongin—. No creas que no he notado todas las veces que has mirado de un lado a otro, puedo venir yo otro día y ahora hacer algo juntos.
—No, quiero pasar el tiempo contigo, por eso mismo te he traído —replicó con el ceño fruncido, para después continuar—. Además de que puedo estar como cualquier persona, así que no quiero más peros.
Miyeon no protestó, aunque tampoco es que hubiese tenido la opción, porque tras haber dicho aquello, Jeongin la agarró de la mano y se encaminó al local. Si alguien les veía, pensarían que eran hermanos y que la menor no quería entrar a la biblioteca mientras tomaba su bebida.
Mentiría si decía que no le había sorprendido por dentro, el edificio tenía varias plantas y solo se fijó en todo a la vez que Jeongin la guiaba por el lugar, sin soltarle. Se subieron al ascensor y unos segundos después llegaron al piso que el joven había elegido, dado que ella no tenía ni idea de nada.
Le fascinó ver todo lo que había, se sentía como si estuviese en el paraíso y tenía muchas ganas de empezar a leer los libros.
Se separó de Jeongin y se dirigió a uno de los estantes, emocionada de todo lo que había y sin creérselo todavía, para luego sentir la presencia del chico detrás de ella.
—No me puedo creer esto, hay demasiados —bisbiseó mientras cogía uno para mirarlo. Debían guardar silencio para no molestar, aunque se extrañó cuando vio que el muchacho se había acercado más a ella, haciendo que estuviera entre él y toda la pila de libros—. Hay tantos que no he oído hablar de algunos, muchas gracias por traerme.
—No tienes que agradecerme nada, sabía que te iba a encantar este sitio —contestó a la par que Miyeon se giraba para verle. No había mucha distancia entre ellos, pero no le incomodaba, si no todo lo contrario—. Si quieres, háblame de los que sepas, tengo curiosidad, o incluso nombrarme cuáles querrías.
—Pero a ti no te gusta lo mismo que a mí, puedo llegar a aburrirte —apuntó, confusa. En el pasado el idol le había pillado varias veces con alguna novela romántica, algo que no era mucho su tipo, por eso mismo Miyeon había decidido no mencionar nada de ellas, para no molestarle.
—Eso es algo imposible —contradijo y oír aquello hizo que la chica se alegrase.
La joven sonrió tras aquel comentario y pudo apreciar cómo Jeongin hizo lo mismo, no solo por la forma en la que la mascarilla se había movido, si no también porque se le habían entrecerrado los ojos.
Estuvieron toda lo que quedaba de tarde allí, Miyeon explicándole sobre algunos libros mientras él la escuchaba con atención, gesto que ella apreció mucho. Se lo había pasado genial, tanto que ya quería que llegase la siguiente quedada.
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Hola!! Bienvenidxs a un nuevo capítulo de NES, ¿qué tal os va la semana? La mía algo meh, pero quiero pensar que mejorará.
Ay, que Jeongin le ha enseñado algunas zonas a Miyeon, no me pasa jajaja. La verdad es que he mirado esas zonas y ojalá poder ir, porque>>
Voy a hacer también aquí un poco de spam y quiero decir que subo a Tiktok vídeos relacionados con las historias de Skz y Ateez (aunque por ahora solo he hecho Arisan), el user el Eclxqze por si queréis verlos.
También os recuerdo que tenemos un server de discord, donde todos estamos viciados a Eunseo y el domingo hay evento de Enhypen, fiesta!! Si queréis entrar, mandadme un mensaje privado y os enviaré el link.
Espero que os haya gustado el capítulo, os deseo una gran semana y nos leemos en el próximo💜
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