003. The first heart race.
El disco de Pink Floyd llegó a su fin. Michael empezaba a tener el síndrome de abstinencia, que experimentaba cuando dejaba de fumar unas horas. Por suerte, Eliska también era una fumadora obsesiva, por lo visto, su ex novio, era un Kurt Cobain en el hábito de las adicciones, y ella fue en su pasado, Courtney Love. Eliska abrió el gran ventanal y se apoyaron en el alfeizar mientras encendían los cigarros con el mechero de él. Él no estaba seguro de si ella lograba sentir su corazón latir como la primera vez que ves a una chica y tu corazón late como si fuera a correr una maratón, así se sentía, pero ella estaba demasiado ocupada en sentir la música en cada calada, incluso después de unos minutos se puso a bailar como olvidando que no estaba sola, pero a ella le daba igual lo que pensaran de ella o de su espíritu libre. El siguiente vinilo fue de los Beatles, cuando sonó Blackbird, Eliska empezó a cantar a todo volumen.
" Blackbird singing in the dead of night,
Take these broken wings and learn to fly"
Michael apagó la colilla en el cenicero que había puesto Eliska en la ventana y se sentó en el sofá a observar cómo la rubia bailaba y cantaba. Realmente le pareció un pájaro que con sus alas negras sobrevolaba la habitación lejos de la ruina de la vida cotidiana.
" ¿Qué te apetece más, volver al hotel , o beberte una botella de wodka conmigo?" Michael sabía que entre esas dos opciones siempre escogería la segunda, quedarse con ella hasta que la tarde y la noche se hiciera eterna. De la manera más pura, o más sucia para acabar la nostalgia, una botella de wodka para conocerse, podría enamorarse perdidamente de ella, o descubrir que la detestaba. Pero sabía que no había nada que ella pudiera hacer que la hiciera detestarla. Michael decidió no contestar, porque sentía que su corazón, estaba en el auge de la maratón, y los latidos eran cada vez más nerviosos, debido a la cercanía de ella, pero aun así no quería alejarse. " Intuyo que debería abrir la botella de Wodka. Te aviso de que tengo hábitos sucios, chérie". Eliska le guiñó un ojo y le dio la espalda a Michael para coger de la vitrina de las bebidas, una botella de Wodka. Normalmente, ese líquido rojo era tan asesino, que le dejaba una resaca tan monumental como un rascacielos y sus cúpulas puntiagudas, que parecían espadas. Pero igual, le servía para calmar la carrera que amenazaba con saturar su corazón. Eliska cogió dos vasos azules de tamaño mediano y echó el líquido rojo en ambos, luego, le entregó uno a Michael y dejó la botella a los pies del sofá. "¿Cuánto tiempo piensas quedarte en Praga?"
" Solo me quedo siete días" respondió él. " A no ser.." Michael pensó unos segundos en lo que iba a decir, pero decidió mantener silencio, no era tiempo para revelaciones fuera de lugar. Acababa de conocer a la muchacha, y sabía que pronto tendría que abandonar Praga y dejar su cama, o ese sofá vacío de conversaciones y en su lugar dejaría grietas hinchadas en los rincones deshilachados del sofá.
" A no ser" repitió ella.
" Que hago me haga replantearme mi lugar en el mundo, dónde está mi sitio..." ella sonrió.
" Ninguno pertenecemos a ningún lugar, en realidad nadie lo hace " dijo ella. " Somos ciudadanos del mundo, que tenemos alas para cambiar de lugar cuando un sitio se nos queda pequeño... Las personas emigramos, de lugares fríos a lugares cálidos.
" Todos tenemos alas, pero muchos dudamos de que las tenemos" dijo él. " Hace unas noches me senté a escribir " Mi corazón es un cometa, un reloj migratorio, que marca los compases del mundo y que no pertenece a ningún lugar. Siempre tiene aduanas, marcando controles cuando se enamora de un lugar, le entra la melancolía y ya pierde su camino".
" Bonita reflexión " congratuló ella mientras se llevaba a los labios su vaso de Wodka. " ¿Sabes? Yo solía escribir poemas en mi diario, empecé a hacerlo cuando perdí a mi madre, pero supongo, que nuevamente el dolor de la pérdida de mi hermano me quitó de las manos una pasión que me desbocaba, me pregunto, si mi corazón quiere volver a hacerlo. Tal vez no debería haberlo dejado nunca. ¿Tú qué opinas?"
" Creo que tus canciones también son pequeños poemas. Es cierto, que una pérdida puede ser tan desgarradora que igual que te lleva a desfogarte por la necesidad de desahogo, también te puede dejar sin ganas de expresar tus sentimientos. En una anestesia anímica de tu propia realidad, es quizá un acto reflejo de la mente ante un sufrimiento, como un espejo ante el dolor, sabe que es un espejo, pero no te quiere mostrar lo que ve". Michael probó a beber un trago de wodka. Miró el reloj y se dio cuenta de que ya eran pasadas las doce de la noche, y se sintió como un intruso en casa ajena. " Creo que debería irme, mañana empezamos a grabar temprano".
" Venga, quédate un ratito más, aún no nos hemos acabado la botella" se quejó ella mordiéndose el labio, poniendo caras de un perrito irresistible." Está bien, pero solo una botella" insistió él.
" Prometido, solo una" pero ella se mordió el labio impulsada por la situación o quizá por el éxtasis que le provocaba el vino. Eliska volvió a llenar los vasos con el líquido rojo del wodka. Ya habían escuchado todos los vinilos posibles y no había más opciones. La botella estaba terminada y los vasos vacíos. Michael sentía que ya había bebido bastante, porque sentía su mente anestesiada, y Eliska estaba bastante achispada, con una sonrisa divertida que la delataba. Michael, que incluso durante las efemérides siempre intentaba hacer lo correcto intentó levantarse, pero se tropezó con la botella de wodka vacía y los vasos y cayeron rotos al cielo, provocando un estruendo que retumbó en la ventana abierta. Al resbalarse con los cristales rotos por tener el equilibrio olvidado por su embriaguez cayó al sofá encima de Eliska. La rubia soltó una risa nerviosa, porque por muy tomada que estuviese sabía lo que podía significar la colisión del cuerpo sinuoso por el alcohol de Michael en su cintura. Las manos de él se encajaron en el estómago de ella y ella apoyó las suyas en el hombro de él. Se miraron intensamente durante unos minutos que parecieron eternos, pero la frase de su canción empezó a rondar por su cabeza, tergiversando los actos reflejos de su mente, porque había olvidado si besar a Eliska era un acto reflejo o un impulso.
" We could live for a thousands years,
but if I hurt you,
I'd make wine from your tears.
I told you, that we could fly,
cause we all have wings,
but some of us don't know why".La parte coherente de su cabeza le decía que se apartara, que Eliska en ese estado era un peligro para su mente inepta, y que si seguían mirándose así, la botella de Wodka y los vasos rotos, no serían lo único que se rompería esa noche.
"Tengo que irme " dijo él rompiendo el encantamiento de la fuerza de sus miradas cuando se miraban a los ojos.
" Sí, creo que sí " convino ella. " Soy un peligro cuando bebo".
" ¿Podrías darme tu número de teléfono para llamarte mañana después del ensayo de la grabación? " preguntó él. " Ya pensaré un plan".
" Claro" dijo ella sonriendo, enseguida, arrancó una hoja de su libreta y apuntó su número en el papel. Escribió además, " Eliska, por favor, llámame, me lo he pasado genial" y un corazón. Lo que hizo que la anestesia del alcohol dejara de tener efecto en el corazón de Michael y que su corazón empezara a latir como los kilómetros que se laten en el suelo por dónde pisan los corredores en una Maratón. Michael se puso su abrigo negro y sus guantes, cogió su libreta y salió de la casa de Eliska, por el camino al hotel se encendió un cigarrillo, y se puso a pensar en la próxima canción que escribiría, titulada, " Eliska".
Nota: Nota, estoy enamoradísima de este capítulo. Bueno, lo dejo ya que tengo que irme a dormir. Mañana más, os amo.
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