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CHAPTER TWENTY

Shelby suspiró y miró a su alrededor. La gran mayoría, por no decir todas las personas que fueran invitadas por Grace estaban presentes en esa cena, excepto Davinia y Alfie. Los había buscado desde hacía un buen rato, pero no pudo verlos por ninguna parte, ¡él deseaba ver a Davinia! Hablar con ella y quizá decirle la verdad... Tommy estaba muy tenso, después de su encuentro en las oficinas de Alfie y luego de lo que ella había dicho, la conciencia del hombre no lo dejaba en paz, estaba nervioso e intranquilo. Tenía un mal presentimiento.

-¡Oye Arthur! – Murmuró Shelby acercándose a su hermano mayor - ¿No has visto a Solomons?

-¿Solomons? – Preguntó Arthur con sorpresa - ¿Estaba invitado a la cena? Que yo sepa no es del agrado de Grace...

-¡Lo invité yo! – Respondió Tommy – Y lo que piense Grace poco me importa – Bufó – También invité a Davinia...

-¿No estaba muerta? – Volvió a preguntar su hermano con sorpresa - ¡Joder Tommy! No entiendo nada.

-No, no está muerta – Dijo Thomas – Sólo tuvo un accidente y...

-Pues no hay rastro de ellos – Exclamó su hermano y se alejó.

Tommy suspiró, molesto. ¿Por qué se habían negado a asistir? Se preguntó, ¡necesitaba hablar con ambos y así calmar su conciencia! Sin embargo, sus pensamientos fueron interrumpidos por Grace, quien iba acompañada de una duquesa rusa.

La esposa de Tommy tenía intenciones de presentarle a esa mujer, sin embargo, parecía que ellos ya se conocían, pues la manera en que se abordaron y la charla que sostuvieron daba a entender que se conocían bastante bien, cosa que la molestó de sobremanera, aunque pudo disimularlo un poco y gracias a que el hombre llamó a su hermana Ada, quién condujo a Grace a otros invitados, salvándolos de ese desagradable encuentro con la duquesa.

Thomas y la duquesa intercambiaron algunas palabras más, el hombre se negaba rotundamente a que ella visitara su fábrica de autos y a pesar de su negativa, ella insistía en cumplir con lo que le habían ordenado, incluso planeaba acostarse con él para obligarlo a que los ayudara en contra de los comunistas. Tommy decidió alejarse, pero la mujer continuó hablando.

-¿Tu esposa sabe que el zafiro que lleva puesto está maldito por un gitano? – Preguntó la duquesa riendo con burla ante la mirada atónita de Thomas.

-¿Qué dijiste? – Preguntó Shelby con incredulidad.

-¡Yo no lo usaría por nada en este mundo! – Murmuró la mujer con seriedad.

Durante unos instantes nadie dijo nada, sólo se miraron fijamente hasta que ella se alejó. ¿Qué había querido decir con eso?

Después de ese incómodo encuentro con la duquesa rusa, Tatiana Petrovna en la cena de la fundación Shelby, Tommy se acercó a Grace, quién charlaba con los invitados. La señora Shelby estaba visiblemente molesta por esa incómoda charla sostenida hacía unos minutos con esa mujer y su marido. Parecía que Tommy conocía perfectamente a esa tipa y eso no le gustaba para nada. Había escuchado los rumores respecto a la duquesa, una mujer sin moral, coqueta y promiscua; seguramente quería poner sus garras encima de Tommy.

-¡Grace, déjame explicarte! – Exclamó Tommy sujetando a su mujer del brazo.

Pero Grace se negó a que él le diera explicaciones. Estaba molesta y punto, lo demás sobraba. En ese momento, se iba a llevar a cabo el brindis por el Rey de Inglaterra. Los invitados levantaron sus copas para brindar por su Majestad y así dar por terminada la cena de caridad de la fundación Shelby.

Tommy sujetó a su esposa por los hombros y trató de convencerla para que se quitara ese collar. Las palabras de Tatiana aún resonaban en su cabeza, mezcladas junto a las de Davinia. ¡Él era ese soplón! Y Davinia lo maldijo firmemente, augurándole infelicidad.

-¡Te necesito, Grace! – Murmuró Tommy mirándola a los ojos - ¡Te necesito!

Grace sonrió y lo besó en los labios, riendo y compartiendo más besos con su esposo. Al final terminó accediendo a quitarse ese zafiro, ¡pero lo haría en su casa! Y así lo sugirió a Tommy; la pareja se abrazó y caminaron juntos rumbo a la salida, cuando de entre la multitud apareció un hombre armado.

-¡Por Ángel! – Gritó el sujeto y apuntó directamente a Tommy.

Tommy trató de proteger a Grace, cubriéndola con su brazo. Arthur apareció, dispuesto a detener a ese tipo y en su intento lo empujó y el disparo que iba dirigido a Tommy, terminó haciendo blanco en el pecho de Grace, quién se desvaneció lentamente entre los brazos de su marido.

Se armó una confusión, los invitados gritaban y huían despavoridos.

-¡Llamen una ambulancia! – Gritó Tommy bastante desesperado, ¡pero ya era demasiado tarde! Grace había muerto.

♠ ♠ ♠

Alfie leía el periódico en el comedor antes de tomar el desayuno. El hombre no daba crédito a lo que se decía en las noticias de primera plana. Por lo general no le gustaba leer el diario, pero esta vez lo había tomado por curiosidad y se encontró con esas desagradables noticias.

Davinia entró en el comedor, la mujer se veía radiante, sonreía y se acercó a él para abrazarlo y besarlo en la mejilla, aunque detuvo su andar al notar el ceño fruncido del hombre. Alfie notó la presencia de la pelirroja, despegó sus ojos del diario, lo cerró y lo dobló por mitad, observándola fijamente.

-¿Malas noticias? – Preguntó la joven.

-Me alegra no haber asistido ayer a la cena de la fundación Shelby – Murmuró el hombre extendiendo su mano hacia su mujer.

Davinia tomó la mano de Alfie, quién de inmediato la acercó a él, sentándola sobre su regazo. Ella le echó los brazos al cuello y lo besó varias veces, suspirando con sonoridad.

-¿Por qué lo dices? – Murmuró Davinia - ¿Hay algo importante que deba saber?

-Ayer, durante la fiesta de caridad de la Fundación Shelby, apareció un hombre armado y asesinó a Grace Shelby – Respondió Alfie.

-¿Qué estás diciendo? – preguntó Davinia bastante sorprendida ante la respuesta de Alfie.

¡No podía creerlo! Si bien Grace no era santo de su devoción, ni una persona grata para ella, ¡jamás le deseó el mal! ¿Cómo era posible que estuviera muerta?

-¿No me mientes? – exclamó Davinia mirando fijamente a Alfie.

-No te mentiría y menos con algo tan delicado como la vida de una persona. – respondió el judío y lanzó un suspiro.

-Pero... ¿cómo pasó? – preguntó la pelirroja - ¿Se trata acaso de un ajuste de cuentas?

-Al parecer sí – exclamó Alfie – Parece que tuvieron problemas con la mafia italiana de Birmingham, según menciona el periódico. – dijo el hombre y se rascó la barba.

-¿Se trata acaso de la familia Changretta? – dijo Davinia levantándose del regazo de Alfie para servirse una taza de café.

-¡No lo sé! Pero los chismes corren con rapidez y pronto lo averiguaremos. – respondió Solomons- También podemos asistir al funeral para darle nuestras condolencias a Tommy y al pequeño Charlie.

-¡No me gustan los funerales! – dijo Davinia arrugando la nariz antes de dar un sorbo a su taza de café – Le enviaremos nuestras condolencias por escrito. – murmuró – Una carta, unas flores... ¡con eso será suficiente!

-¡Cómo tu digas, primor! – exclamó Alfie – La verdad nunca traté a la mujer de Tommy y no es que me muriera por hacerlo. Me parecía una señora estirada y muy fría. – dijo Solomons y lanzó una carcajada.

-¡Pero yo era así! – dijo Davinia con una enorme sonrisa – Yo era una señora estirada, fría y calculadora...

-Y sin embargo no me rechazaste – respondió Alfie y la besó con pasión.

-Siempre me has parecido un hombre misterioso e interesante – exclamó la pelirroja y acarició su rostro – Hay algo en ti que me atrae mucho, pero sería difícil explicarlo. – murmuró antes de volverlo a besar.

El ruido de una taza que caía los hizo separarse e inmediatamente Davinia se puso de pie al observar a la madre de Alfie que se encontraba agachada levantando los restos de cerámica que estaban esparcidos en el piso.

-Lo siento tanto – exclamó la señora Solomons – No quería interrumpirlos.

-No se preocupe – respondió Davinia – Permítame ayudarle – dijo la joven al momento que levantaba los pedazos de cerámica.

-¿No te hiciste daño, madre? - preguntó el judío y se acercó a su madre para abrazarla y darle un beso de buenos días - ¿Estás bien?

-No ha pasado nada – respondió la mujer – Sólo se me ha caído la taza, no es nada grave. – dijo la madre de Alfie y se sentó – Estaba leyendo el periódico en mi habitación, ¡no puedo creer que asesinaran a esa buena mujer! – dijo la señora Solomons refiriéndose a Grace – Siempre atenta, dulce y delicada, me hizo llegar una invitación para esa fiesta pero no tenía interés en asistir, detesto a la gente presumida y estirada.

-¡Por fortuna no asistimos! – Murmuró Alfie.

-¿También fueron invitados? – Preguntó la señora Solomons con sorpresa.

-Sí -Dijo Davinia tomándola de la mano – El señor Shelby fue muy amable al invitarnos, pero yo no me sentía del todo bien y preferí quedarme a descansar. Además, Alfie tampoco tenía ganas de estar con esa gente.

-Y por cierto – Añadió la madre de Alfie para dar un giro a la conversación - ¿Cómo te sientes hoy Davinia querida? – Preguntó dedicándole una enorme sonrisa – Te noto más animada y con el semblante menos sombrío.

-¡Me siento mucho mejor! – Sonrió Davinia – Gracias por preguntar – Suspiró – De hecho, estoy pensando en regresar a casa, ya he abusado bastante de la hospitalidad de Alfie.

-Pero ¿qué dices? – Exclamó Alfie algo alarmado - ¿Estás completamente segura?

-¡Por Dios, hija! – Comentó la señora Solomons - ¿Abusar de la hospitalidad de mi hijo? ¡Pero si eres su prometida! Estuviste enferma y... ¡pienso que aún no deberías dejar esta casa! Aquí estás siendo muy bien atendida, ¿qué va a suceder si recaes y te encuentras sola? – Exclamó la mujer frunciendo el ceño – Me parece que aún tienes que permanecer aquí por más tiempo, hasta que te encuentres completamente restablecida.

-Madre tiene razón, cariño – Añadió Alfie – No sé porque crees que abusas de mi hospitalidad... ¡eres mi prometida! – Sonrió envolviendo a Davinia entre sus brazos – Quédate un tiempo más.

-Voy a pensarlo – Suspiró la chica – Realmente me encantaría quedarme aquí por siempre, sin embargo, creo que tanto Alfie como yo sabemos que tengo asuntos pendientes que arreglar y un par de problemas por solucionar. ¡Ya es hora de que me haga cargo de eso!

-¡No sé qué obsesión tienen con los negocios! – Se quejó la señora Solomons – Alfie prefiere atender los negocios a pasar tiempo en familia... y ahora tú también – Suspiró - ¿Qué va a pasar con la boda?

-¡Habrá boda, madre! – Respondió Alfie – Pero comprendo a Davinia, ella debe solucionar sus problemas.

La señora Solomons no respondió, sólo se encogió de hombros y dio la vuelta para regresar a la cocina y pedir a la servidumbre que sirviera de una vez el desayuno. A la mujer le urgía una boda, deseaba que su hijo mayor contrajera matrimonio con esa pelirroja que además de robarse el corazón de su hijo, se había robado su corazón. La señora Solomons estaba encantada con Davinia, la quería y la cuidaba como una hija.

Luego de que la madre de Alfie los dejara a solas, Davinia suspiró y miró a Alfie. El hombre le devolvió la mirada y le acarició el rostro. La señora Solomons desconocía la situación que ella estaba viviendo, ¡lógicamente no le dirían la verdad! Alfie había hablado con su madre respecto a la supuesta enfermedad de Davinia y la buena mujer acudió inmediatamente para cuidar de la chica y ayudarla en lo que pudiera.

Otra cosa que la pareja omitió había sido el embarazo de Davinia y la pérdida de su bebé. No querían ocasionar penas a la señora Solomons, tampoco querían dar más explicaciones, ambos tenían muchos secretos que guardar y temían que la mujer se molestara. Además, Alfie no deseaba que Davinia se ganara el odio de su madre si esta se enteraba que la joven estaba casada y era su amante.

-¿Estás segura que quieres regresar a tu casa? – Preguntó Alfie besando la frente de Davinia – Nilsson y mi abogado me han hecho saber que tus negocios marchan de maravilla y que no hay ningún tipo de problema si aún no apareces – Suspiró apretándola contra su cuerpo – Puedes tomarte más tiempo...

-¡No! – Lo interrumpió Davinia y lo sujetó del rostro - ¡Quiero ir a mi casa! Haré sufrir a Silas y a Evangelina con mi presencia – Bufó.

-¿Y qué harás con Santino?

-¡Tú me ayudarás con él! – Exclamó la joven acariciando el rostro del hombre – Lo de mis padres es asunto mío y lo resolveré rápidamente, ellos van a recibir su castigo, ¡ya lo he estado pensando! Pero la situación con Santino es problema nuestro – Murmuró mientras besaba los labios de Alfie – Juntos trazaremos un plan que incluirá mucho dolor y una muerte lenta para el puerco asqueroso de mi "marido" – Dijo enfatizando con tono de burla la última palabra.

-Se hará como tú quieras, primor – Sonrió Alfie - ¡Ese cerdo debe sufrir! La muerte de nuestro hijo no va a quedar impune y Santino va a desear no haber hecho lo que nos hizo – Murmuró entre dientes – Va a suplicar piedad y ¡no la tendremos! Al contrario, nos regocijaremos con su dolor.

-¡Eso me gusta! – Dijo la mujer y sus ojo brillaron con malicia – Me encanta que seas cruel y que no muestres piedad.

-Soy cruel con quien lo merece – Respondió Alfie – Y los hombres como Santino no merecen ningún tipo de benevolencia o misericordia.

Davinia se arrojó a los brazos de Alfie, quién inmediatamente apretó su cintura, ciñéndola aún más a su cuerpo. Ella levantó el rostro y le dedicó una mirada pícara y algo perversa. Alfie inclinó un poco su cabeza para asaltar los labios entreabiertos de la pelirroja con un beso devorador y apasionado. Ella se entregó a ese beso y recibió la lengua del hombre, entrelazándola con la suya. El beso se tornó más profundo y agresivo, hasta que Davinia se apartó lentamente.

Sus miradas se cruzaron de nuevo, Alfie y Davinia deseaban más uno del otro, pero no era el lugar y el momento. Alfie acarició el rostro de su mujer y la tomó de la mano, ella le sonrió y volvió a besarlo con dulzura.

-¿Te irás esta noche? – Preguntó Alfie con tristeza.

-No – Sonrió ella – Me iré mañana, aún debo terminar de preparar mi regreso.

-¿Estás segura de lo que quieres hacer? – Exclamó Alfie – Puedes tomarte un poco más de...

-¡Está decidido, Alfie! – Respondió Davinia con seguridad – Lo aplacé por mucho tiempo y mira lo que sucedió, ¡ya no puede esperar ni un minuto más! Mañana por la noche, Silas y Evangelina, así como el imbécil de Santino se llevarán una gran sorpresa.

♠ ♠ ♠

Davinia tiene pensado regresar a su casa para así llevar a cabo su venganza. ¿Está haciendo lo correcto? Yo creo que sí, es momento de que todos en la casa Dankworth reciban un escarmiento.
Sé que fue un capítulo corto, pero espero lo hayan disfrutado. Cada vez estamos más cerca del final de esta historia.
¿Qué les pareció el capítulo? No olviden dejar sus comentarios y sus votos.Muchas gracias por leer y por su apoyo.
Maria Decapitated

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