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9. Que empiecen los Juegos del Hambre

A la mañana siguiente, me desperté antes que Peeta. Había que admitirlo, se veía demasiado adorable, durmiendo. 

Me levanté con cuidado y salí de ahí para ir a mi habitación y de esa forma poder prepararme. Una vez que estuve lista, salí de mi habitación para ver como Peeta salía de la suya ya listo.

Dirigió la mirada hacia mí con una pequeña sonrisa.

—¿Lista? —asentí.

Él se acercó a mí y tomó delicadamente mis mejillas para besarme, esto era algo tan nuevo y lindo para mí, que lo único que quería es que nunca se acabara.

—Por lo que veo se te hará costumbre besarme en momentos como estos —le dije una vez que nos separamos viéndolo divertida.

—¿Algún problema señorita Everdeen? —me preguntó él con una sonrisa.

—No, sigue haciéndolo —los dos reímos y bajamos a la planta de abajo. 

Haymitch estaba ahí con una pequeña sonrisa, al igual que Effie.

—Tener cuidado —susurró ella.

Los dos asentimos.

—Llevaré a Peeta y luego vendré contigo Alina —asentí y ellos dos se fueron, Peeta me regalo una pequeña sonrisa antes de irse.

Solté un suspiro y miré a Effie.

  Haz todo lo que esté en tu mano para que Haymitch ayude a Peeta, por favor —ella asintió abrazándome de nuevo.

—Cuídate mi niña —susurró ella y un rato después llegó Haymitch.

—¿Lista? —asentí y los dos subimos al ascensor.

Una vez dentro, nos miramos.

—Tendrás cuidado.

—Y tú evita que Peeta muera —él asintió.

—Te voy a explicar un poco lo que te puedes encontrar —asentí—. Os pondrán todo tipo de cosas delante, en la boca de la Cornucopia. También habrá un arco —le miré—. No lo cojas.

Asentí de nuevo, era algo evidente y eso una vez que empezara sería una baño de sangre. Así que podría intentarlo, pero no podía arriesgarme.

—Date media vuelta, corre, busca un alto y una fuente de agua. El agua, como ya sabes, será tu mejor aliado. No salgas del círculo antes de tiempo o saldrás volando por los aires.

—No lo haré, no te preocupes Haymitch, ya vivimos esto una vez. Creo que algo del año pasado se me ha quedado —él asintió y de pronto las puertas se abrieron dejándome ver el aerodeslizador.

Salimos de ahí y avanzamos unos pasos.

—Alina —los dos nos paramos y le miré con una pequeña sonrisa—. Puedes hacerlo —sonreí y le abracé con todas mis fuerzas.

—Gracias por todo —susurré.

—Gracias a ti por salvarme pequeña testaruda —sonreí y una vez que nos separamos, caminé hasta el aerodeslizador, no sin antes ver una última vez a mi mentor, que incluso podía decir que había sido como un padre para mí.

Sonreí y entré ahí para sentarme en mi lugar.

Empezaron a colocarnos el localizador y nos pusimos en marcha.

Al llegar bajamos todos y yo caminé por el pasillo con dos guardias detrás de mí para ir hacia una habitación donde se encontraba el maldito tubo o cilindro que me llevaría a la Arena. Quería vomitar de los nervios, porque no sabía muy bien lo que pasaría. 

Al entrar pude ver a Cinna, la puerta se cerró y corrí a abrazarlo con todas mis fuerzas.

—Todo irá bien —asentí sin soltarlo, aunque sabía que en unos segundos tendría que hacerlo.

Sería la última vez que viera a todos, porque sabía que yo no volvería.

—Ten —me dijo una vez que nos separamos, él se alejó para ir hacia la chaqueta. La agarró y se acercó a mí para ponérmela.

D pronto vi como en uno de la capa inferior de la chaqueta estaba la insignia del Sinsajo, le miré con una pequeña sonrisa y pude ver como se colocaba el dedo en los labios, dándome a entender de que no dijeran nada, pero no pude evitarlo.

—Gracias —me cerró la primera capa y se escuchó a una mujer decir que quedaban treinta segundos.

Ya sabía eso.

Le volví a mirar y él colocó su mano en mi hombro, sonriendo un poco.

—No se me permite apostar, pero como el año pasado, si pudiera ya sabes que apostaría por ti —asentí con una pequeña sonrisa y me dio un beso en la mejilla para juntar nuestras frentes. 

Le extrañaría demasiado.

—Veinte segundos —suspiré y miré el cilindro en el que debería entrar para poder acceder a la arena.

Caminé rezando para que todo fuera bien, o al menos que mi plan saliera bien.

—Diez segundos —entré y la puerta se cerró, miré una última vez a Cinna y le vi regalándome una pequeña sonrisa mientras asentía.

Empezó a elevarse y de pronto me encontraba en la Arena cubierta de árboles y hierba, si no fuera por todo lo que se venía, hubiera sido un lindo lugar.

Estamos todos en nuestros puestos rodeando la Cornucopia y pude ver un arco y a pesar de las advertencias de Haymitch, podria intentarlo, era rapida.

 Busqué con la mirada a Peeta, asustada porque tal vez no estaba en mi campo de visión y no podría protegerlo.

La cuenta atrás comenzó, todos estaban preparados.

De pronto logré ver a Peeta y suspiré aliviada, él también dirigió la mirada hacia mí y pude verlo un poco aliviado.

Volví a mirar el arco y luego a él para ver como negaba.

Tal vez, solo tal vez debería hacerle caso a Haymitch.

De pronto la cuenta atrás terminó y muchos de los tributos corrieron hacia la Cornucopia, al igual que yo, pero me paré a mitad para ver como Peeta corría hacia el bosque y los demás comenzaban a matar. Decidida fui hacia una de las mochilas con la esperanza de poder agarrarla con éxito y correr en la misma dirección que Peeta. 

La mochila podría ayudarnos. 

Logré agarrar una, así que empecé a correr, pero me tropecé haciendo que cayera al suelo, un tributo se acercó listo para matarme, pero de un momento a otro cayo al suelo sin vida, pude ver a Clove lanzándome uno de sus cuchillos, rápidamente coloqué la mochila como escudo y me levanté rápidamente para adentrarme dentro del bosque. 

Primero tenía que buscar un lugar seguro y ya luego tendría que empezar mi búsqueda, porque no podía dejar a Peeta solo, no quería que nadie le hiciera algo. De pronto me choqué con la chica pelirroja, sinceramente no quise hacerle daño y se le veía bastante asustada, así que cada una se fue por su lado.

Seguí corriendo con todas mis fuerzas, hasta que me caí de nuevo, pero esta vez rodando hasta por fin llegar de nuevo al suelo, solté un quejido, pero rápidamente me levanté y seguí corriendo.

No sé por cuanto había corrido, pero decidí parar un momento y sentarme en un tronco. Abrí la mochila para ver una cuerda, y algunas cosas más de supervivencia, algunas me sonaban del año pasado, así que las guarde.

De pronto escuché el primer cañonazo, así hasta llegar a ocho.

Ocho tributos habían perdido la vida, como predijo Haymitch, había sido un baño de sangre. Decidida me levanté y empecé a crear pequeñas trampas e intentar cazar algo. 

No sé cuanto tiempo paso, pero decidí subir a un árbol porque estaría más segura, así que una vez que estuve en la rama más grande, me aseguré de que todo estuviera bien y me até con la cuerda para no caer si lograba dormir, aunque dudaba de que pudiera hacer eso.

Estuve viendo todo con detenimiento, cualquier cosa podría suponer un peligro. De pronto en el cielo se proyectó los caídos.

Solté un suspiro, ya era de noche y debía dormir un poco, pero era algo imposible. 







NOTA DE LA AUTORA

¿Qué os pareció el capítulo?

Si pudierais comentar lo agradecería muchísimo.

Espero que os haya gustado.

Os amo demasiado y gracias por todo el apoyo. Ya sabéis que podéis seguirme en tiktok para ver todos los edits de mis historias. La cuenta es lvprongs también hay un Hashtag por si queréis hacer edits de la historia, yo encantada de verlos #neverletmegowattpad ❤

Os amo❤


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