Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

4. Llegamos

A la mañana siguiente me desperté y pude ver que Peeta no se encontraba a mi lado, pensé que estaría, pero supongo que se había levantado antes. Lo cual era bastante normal, tal vez yo era la que se había despertado tarde, pensando que era bastante temprano. 

Me arreglé un poco y cuando sentí que ya estaba lista, salí de la habitación para caminar por los pasillos. Tenía algunos planes guardados porque no iba a dejar que Katniss y Peeta murieran en los juegos, era algo que tenía bastante claro y haría todo lo que estuviera en mi mano para cumplirlo.

Al llegar por pequeña ventana que había en la puerta pude ver a los chicos desayunando con Haymitch, así que entré ganándome la atención de todo el mundo.

—Buenos días, querida. Por favor únete a nosotros antes de que Katniss me clave ese cuchillo en la frente —solté una pequeña risa y me senté al otro lado de Peeta.

—Algún motivo tuvo seguro —Haymitch bufó, siguiendo con su desayuno.

—Ahí está —Peeta se levantó para mirar por la ventana—Es enorme... Es increíble.

De pronto una pared se interpuso en nuestra vista y pudimos escuchar a la gente gritar y aplaudirnos. Peeta comenzó a saludar con una gran sonrisa.

—Venir —negué con una pequeña sonrisa y él siguió saludando a la gente.

—Toma el cuchillo —Haymitch se lo dejo a mi hermana—. Él sabe lo que se hace.

Suspiré, para levantarme y acercarme un poco hacia Peeta, él me miró con una sonrisa y tiró de mí para tomar mi mano y seguir saludando.

—¿Te gusta esto? —le pregunté divertida y él asintió soltando una pequeña risa.

Un rato después bajamos para ser recibidos por toda la gente del Capitolio, nos llevaron para prepararnos. Odia eso, porque no es que fueran muy delicados, aunque esperaba que esta vez si lo fueran. Antes de ir pude ver a lo lejos a Finnick con una expresión preocupada buscando a alguien con la mirada.

Finnick y yo nos habíamos conocido el año pasado, aunque ya nos conocíamos desde hace tiempo cuando ganó los juegos, él me ayudó y desde entonces fuimos grandes amigos, incluso lo consideraba un hermano para mí. No solíamos hablar mucho, pero de vez en cuando gracias a Effie podíamos hablar.

—¡Finnick! —él rápidamente se giró hacia mi dirección y corrió hacia mí, abrazándome muy fuerte.

—¿Qué demonios haces? ¿Cómo se te ocurre? —susurró él demasiado preocupado.

—Saldrá bien, te lo prometo.

—Eso no lo sabes —se separó un poco de mí para ver que estuviera bien—. Te extrañé mucho maldita demente.

Sonreí.

—Y yo a ti Dios Griego —los dos reímos y miramos a mi pequeño grupo.

—Os presentó yo porque dudo que ellos lo hagan. Ese es Finnick Odair ganó los juegos con catorce años, y desde entonces ellos dos se conocen, por lo que son muy buenos amigos. Un resumen corto, pero tampoco necesitáis saber más, ya que es obvio que no os ayudaran a ganar los juegos —volteé los ojos hacia el resumen de Haymitch, pero en parte tenía razón.

—Debemos irnos, Finnick puedes pasarte más tarde para verla —él asintió dándome un último abrazo y caminamos seguidos de Effie.

Me giré un momento para verlo y me lo encontré regalándome una sonrisa.

—¡Nos vemos luego! —asentí con una sonrisa y seguí al resto de mi pequeño grupo. 

Entramos y tuvimos que separarnos para que a cada uno les empezara a limpiar y algunas cosas dolorosas que no había echado mucho de menos.

Cuando acabaron conmigo, me llevaron a otra habitación para ver a Cinna, una de las personas que sinceramente había extrañado demasiado. 

Él entró con una gran sonrisa y yo me levanté para abrazarlo con todas mis fuerzas.

—Te extrañé demasiado —susurré.

—Y yo a ti, no puedo creer que vuelvas a los Juegos —solté un pequeño suspiro.

—Tampoco estaba en mis planes, pero aquí estoy. Necesito que me hagas un favor antes de empezar con todo esto. 

Él me miró—. Lo que sea.

—Necesito hablar con Seneca y que él logre que pueda hablar con Snow —él me miró confundido, pero asintió.

—Haré lo que pueda Alina —asentí y lo vi marcharse de ahí.

Solo esperaba lograrlo, porque era la única manera de mantener a salvo a Peeta y Katniss.

Un rato después apareció Cinna con Seneca.

Me sentí un poco incómoda con lo que llevaba puesto, pero no era algo de suma importancia.

—¿Qué ocurre? 

—Necesito hablar con el Presidente Snow, y es algo realmente importante —él negó, pero no me importaba insistir.

—Eso no va a poder ser.

—Yo creo que sí, es algo importante y quiero hablar con él. No tardaré mucho —él miró a Cinna y luego dirigió la mirada hacia mí.

—Voy a intentarlo, pero no prometo nada —asentí y él salió.

—Bien, antes de ponerte lo que tengo pensado, vamos a ponerte otra cosa para que vayas a hablar con Snow —asentí y me vestí con algo realmente sencillo, pero era algo que me gustaba. Era una camisa blanca y unos pantalones negros.

No sé cuanto tiempo había pasado, pero Seneca apareció.

—Tienes diez minutos —asentí y lo seguí por todo el camino para ir hacia donde seguramente estaba Snow.

En el camino vi a Peeta, Katniss, Haymitch y Effie viéndome preocupados. Les regalé una sonrisa y seguí al hombre que tenía delante de mí.

Al llegar a una puerta, él me miró y me indico que fuera hacia ella, así que eso es lo que hice una vez que abrí la puerta lo vi sentado esperándome.

Cerré la puerta detrás de mí y por un momento deseé con todas mis fuerzas poder matarlo porque estábamos solos, pero no hice nada, mi familia corría peligro.

—¿Qué se le ofrece señorita Everdeen? —le miré.

—Quiero que saque a Katniss de los juegos, los dos sabemos que a la que quieres muerta es a mí y no veo coherente que tres tributos del sector 12 tengan que participar cuando en verdad se supone que solo dos de cada sector participaran. Yo voy a participar, pero saca a Katniss, no creo que a la gente le parezca bien que mate a tres personas del mismo sector. Además, todos los sectores tienen a dos tributos.

—Bueno, concuerdo con usted, señorita Everdeen, pero las cosas han cambiado —volteé los ojos, poco a poco estaba perdiendo la paciencia.

—Quiero a Katniss fuera, por favor. Ella no tiene nada que ver. Haré lo que sea —susurré lo último sabiendo que estaba firmando mi sentencia de muerte.

—Bien, Katniss Everdeen estará fuera de los juegos, pero si usted gana, no podrá librarse del Capitolio, tendrá que venir aquí con su querido amigo Odair —asentí y sabía lo que eso significaba gracias a Finnick. Aunque él me había salvado de eso el año pasado cuando gané los juegos. Gracias a él pude estar con mi familia.

Le debía demasiado a Finnick, siempre había hecho todo lo posible para salvarme sin importar nada. Ahora era mi turno de devolvérselo, aunque fuera un poco, no importaba, yo lo haría sin pensarlo.

—¿Algo más? —él me sonrió.

—Lo iremos viendo señorita Everdeen —asentí saliendo de esa sala, al menos Katniss no participaría en los juegos.

Caminé por los pasillos, pensando en todo lo que pasaría después de esto.

Ahora tenía que asegurarme de que Peeta estuviera con vida cuando estuviéramos en ellos. Iba a ser complicado, pero no imposible, pero si pude lograr que Katniss estuviera fuera también lograría que Peeta saliera con vida. 







Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro