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29. Embarazada

Después de mi pequeña presentación fue el turno de Peeta, yo no pude prestar mucha atención, porque estaba pensando en maneras de aguantar las ganas de vomitar lo que sea que pudiera tener. Lo cual me sorprendía porque pensé que no tendría más. 

—Pero Peeta... La boda, el matrimonio que nunca será.

—En realidad nos hemos casado... En secreto —ya me gustaría a mí que eso fuera verdad. 

—¿Una boda secreta? Muy bien, cuéntame más.

—Queríamos que nuestro amor fuera eterno, y no podía esperar más tiempo, además, somos muy privilegiados de estar vivos y poder disfrutar de nuestro amor. Además, no me arrepiento de nada, porque también lo hicimos por otro motivo en especial. 

—¿Cuál es el motivo? —pregunto Cesar curioso y expectante por saber la respuesta de Peeta. 

—El motivo es que estamos esperando un bebé —lo soltó tan de repente que toda la sangre se me esfumo del cuerpo. Si antes quería vomitar, ahora quería hacer urgentemente. 

La gente empezó a hablar sorprendidos por la noticia, la sala comenzaba a entrar en un repleto caos. 

Ay Dios mío.

La gente estaba gritando por la noticia y había un descontrol en la sala.  Mientras Cesar intentaba calmar a la gente pude ver como Peeta caminaba hacia mí.

Le abracé preocupada por lo que podría pasar a continuación.

—¿Estás bien? —susurró él sin soltarme.

Yo me limité a asentir, aunque no creo que nada estuviera bien. 

¿Y si de verdad estaba embarazada? Es verdad que no podía saberlo con certeza porque ni siquiera sabía los síntomas que había en un maldito embarazo, pero si es verdad que lo estaba, sería todo todavía más complicado. 

No podía decirle nada a Peeta porque si no todos mis planes para mantenerlo a salvo se irían a la mierda y era algo que no estaba dispuesta a sacrificar. 

Nos separamos poco después y se colocó a mi otro lado, tomándome de la mano. Miré a la otra persona que tenía y todos los tributos nos dimos la mano y las levantamos. Esperaba que pudiera servir para acabar con los Juegos, pero sabía que eso no pasaría. Snow no dejaría que eso pasara.

Cesar nos dio una mirada seria y ordenó que apagaran las luces, y eso hicieron. 

Después nos llevaron a todos a nuestros apartamentos, nos cambiamos y al bajar me encontré a Johanna y a Finnick hablando con el resto. 

Solté un pequeño suspiro, tenía que decírselo a alguien para estar segura, y a Effie no es que no confiara en ella, pero seguramente de la emoción muchos de nosotros se enterarían y no quería eso. 

Así que solo me quedaba Finnick y Johanna, el primero estaba segura de que me diría que se lo dijera a Peeta, así que tampoco podía arriesgarme.

Johanna era mi única opción y en la que podía confiar para que me guardara el secreto. 

—Johanna —ella levantó la mirada hacia mí, al igual que el resto—. Necesito hablar contigo a solas —los demás, al igual que ella, tenían una expresión confusa y preocupada. Ella se levantó y llegó hacia mí.

—¿Qué ocurre Alina? 

—Vamos —es lo único que le dije y caminamos hacia mi habitación.

Una vez dentro, cerré la puerta.

—Alina, que... 

—Creo que si estoy embarazada de verdad —ella abrió los ojos de golpe.

—Dime que es una broma.

—Me gustaría pensar que sí, pero creo que sí lo estoy. El problema es que ni siquiera sé como afirmar algo así. Nunca he estado embarazada, eso ya es algo obvio, y nunca vi a alguien embarazada, pero desde que soltó Peeta la noticia, me he quedado pensando, porque incluso estoy segura de que tengo un retraso y eso no es nada propio de mí —Johanna me miró preocupada.

—Voy a ver si puedo conseguir alguna prueba de embarazo para quitarnos de dudas, tú ni siquiera te muevas de aquí.

—¿Y si ellos te preguntan? —sería un poco sospechoso todo. 

—Ya se me ocurrirá algo, no te preocupes —asentí poco convencida y vi como ella salía de la habitación cerrando la puerta. 

Estuve un buen rato asustada por lo que podría pasar mientras jugaba nerviosamente con mis manos. 

Solo me pasaban estas cosas a mí, ¿qué haría en la Arena? No podía tener cuidado porque Peeta podría sospechar, y si me pasaba algo, sería todo muy complicado. 

Me levanté para dar vueltas por toda la habitación pensando en todas las opciones que tenía y en lo que haría si es que estaba embarazada. Aunque me gustaría no estarlo, porque dudaba sinceramente de que estuviera preparada para cuidar de un bebé y ni siquiera sobreviviría. 

Un rato después, gracias a Dios, llegó Johanna cerrándole la puerta en la cara a los demás.

—Malditos, siempre queriendo saber todo —le miré divertida, y sacó de una bolsa varias pruebas que tiró en mi cama. 

Creo que eran muchas, supongo que con una me hubiera servido.

—Por si acaso —asentí soltando un pequeño suspiro y las agarré para ir al baño junto a Johanna para leer las instrucciones. Una vez todo listo, ella me regaló una pequeña sonrisa—. ¿Lista?

Negué, estaba aterrada. 

—Todo irá bien, te lo prometo —asentí y ella salió cerrando la puerta para que pudiera hacerme las pruebas tranquila. 

Una vez que por fin acabé las dejé para salir de ahí. 

Había que esperar unos minutos, pero sinceramente yo no quería ver el resultado. Así que dejaría que Johanna lo hiciera, prefería que ella mirara. 

Además, yo estaba a nada de llorar. 

—¿Y bien? —me preguntó ella impaciente y nerviosa. 

—Están ahí, en unos minutos se sabrá, pero no quiero verlo, así que lo verás tú —ella me miró mal.

—¿Por qué yo? —la miré obvia.

—Yo estoy realmente asustada y ya bastante tengo con que me las hice, ya hasta tengo pánico por lo que pueda salir. 

Ella suspiró asintiendo.

—Siempre me como yo el muerto —bufó caminando hacia el baño. 

Yo me senté en la cama porque sentí que en nada mis pies dejarían de funcionar correctamente. Los minutos se hicieron eternos, pero por fin logré escuchar los pasos de Johanna. 

Así que la miré expectante y solamente viendo su expresión sabía la maldita respuesta. 

Estaba embarazada.

—¿Y bien? —susurré esperando que me confirmara la respuesta.

—Lo estás Alina —susurró ella mostrándome una, efectivamente lo estaba y sentí como todo mi mundo se venía abajo.

Esto no podía estar pasando, yo no estaba lista para esto. 

Empecé a llorar en silencio, y sentí como Johanna se sentaba a mi lado para abrazarme por los hombros.

—Todo estará bien, te lo prometo. No dejaremos que nada os pase a ninguno, ni a Peeta, ni al bebé, ni a ti. 

—No estoy lista para esto Johanna, ni siquiera confió en ser una buena madre —susurré sin dejar de llorar.

—Lo sé, pero no estás sola en esto, estoy aquí para cuidarte y ayudarte en todo lo que necesites, ya verás como vamos a salir de esta. Aunque las dos sabemos que lo mejor que puedes hacer es decírselo a Peeta, pero si no lo haces seguiré respetando tu decisión y te apoyaré en todo.

Le regalé una pequeña sonrisa abrazándola. 

Tal vez ella tuviera razón, supongo que Peeta también merecía saberlo.

Pero tenía miedo de perderlo, y sabía que una vez que le dijera las cosas cambiarían drásticamente.
















NOTA DE LA AUTORA

¿Qué os ha parecido el capítulo?

Perdón por la tardanza.

Os amo demasiado y gracias por todo el apoyo. Ya sabéis que podéis seguirme en tiktok para ver todos los edits de mis historias. La cuenta es lvprongs también hay un Hashtag por si queréis hacer edits de la historia yo encantada de verlos #neverletmegowattpad ❤

Os amo❤


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