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27. La verdad puede doler

Les miré con lágrimas en los ojos y el primero en intentar acercarse a mí fue Peeta, pero inconscientemente retrocedí.

—Alina —negué y miré a Haymitch. 

A mi supuesto padre biológico, ¿cómo pudieron ocultarme algo así? 

Merecía saberlo más que nadie.

—¿Es cierto? —es lo único que me salió, limpiándome las lágrimas bruscamente. 

Él tragó saliva nervioso y asintió.

—Sí, pero por favor no te enfades con ninguno de ellos. Yo les pedí que no te contaran nada porque quería hacerlo yo en persona uy cuando pudiéramos estar solos Alina.

—¿Tuviste el valor de decirle a ellos antes que decírmelo a mí después de todo el tiempo que nos conocimos? ¿Y tengo que enterarme a unas horas de irme? —sentí como mi voz se rompía, y era algo que odiaba con toda mi alma. 

Desde que llegamos, había intentado ser fuerte y no quería que nadie me volviera a ver vulnerable nunca, pero sentía como si estuviera fracasando en eso. 

—Alina... —él intentó acercarse a mí y yo negué.

—Ni se te ocurra acercarte a mí, te lo digo en serio. Te prefiero en estos momentos muy lejos de mí. En serio, no quiero odiarte, pero ocultarme algo así, es imperdonable Haymitch.

—Al menos déjame contarte todo —sinceramente no sabía si estaba lista para ello.  

—No creo que esté lista para ello Haymitch, al menos, no en estos momentos cuando está mi vida en juego.

—Necesitas saber todo antes de que me odies por ello. Porque estoy muy convencido de que lo harás, así que por favor déjame contarte todo y luego puedes ignorarme toda la vida si quieres, en serio —volteé los ojos dándome la vuelta para caminar hacia mi habitación—. Tu abuelo es Snow —paré en seco. 

Debía ser una maldita broma, me negaba a que eso fuera posible. 

Me giré para verle, no podía ser cierto. No, me negaba a pensar que compartía sangre con ese maldito desgraciado. 

—¿Qué? Más te vale que sea una broma de mal gusto, porque me niego a pensar que esa persona puede ser mi abuelo. Ya bastante tengo con saber que tú eres mi padre y no tuviste el maldito valor de decírmelo todos estos años —él soltó un pequeño suspiro. 

—Es la verdad, no podría mentirte, además, si sabes que yo soy tu padre, también mereces saber que Snow es tu abuelo.

—¿Y dónde está mi madre? —le espeté molesta.

—Él la mató, tu madre intentó hacer todo lo posible para que no la encontraran, pero desafortunadamente lo hicieron y yo no pude hacer nada para protegerla, porque le prometí que cuidaría de ti y te mantendría a salvo, así que es lo que hice Alina. No podía perderte a ti también, así que te lleve con los Everdeen, porque si sabían de quienes eras hija, acabarían matándote y es algo que no puedo permitir —dejó caer algunas lágrimas. 

—Fantástico — susurré a media voz—. ¿Alguna cosa más que me quieras decir? 

—Alina —negué, caminando hasta mi habitación y me encerré ahí. 

No necesitaba escuchar más.  

Solté un pequeño suspiro y me negué a dejar que las lágrimas se deslizaran por mis mejillas, no quería romperme, y menos ahora cuando en unas horas estaría en la Arena viendo por la seguridad de varias personas. Solo esperaba que mi contacto cumpliera con la parte del trato y llevara a Cinna lejos de aquí, porque sabía de lo que era capaz Snow. 

¿Acaso él podía haberse enterado de que soy su nieta? Aunque según mi supuesto padre, Snow no sabía que era su nieta y tal vez eso era lo mejor, porque mi plan no se iría tan a la mierda.

La puerta se abrió dejándome ver a Cinna con una pequeña sonrisa.

—Aunque me gustaría no molestarte, debo recordarte que hoy son las entrevistas —bufé, volteando los ojos, por un momento lo había olvidado. 

Pasaron muchas cosas y no es que pudiera acordarme de todas ellas, o al menos no de las estúpidas entrevistas. Yo lo único que quería hacer era tirarme a la cama y descansar lo más que pudiera, pero ya intuía que eso sería imposible.

Le miré.

—Qué conste, también estoy enfadada contigo, pero te seguiré hablando porque tengo que hacerlo. 

Él soltó una pequeña risa asintiendo. 

—Pero que conste, no era el más indicado para decírtelo, pero sí insistía Haymitch para que te contara la verdad. El problema es que él tenía miedo de perderle, no le importaba que le odiaras, lo que más le aterraba es que te pasara algo si él revelaba esta información. Ya sabes como es Snow y de todo lo que es capaz. Tu padre lo perdió todo y lo único que le quedaba eras tú, sí que hizo todo lo posible para mantenerte a salvo, aunque eso significara no poder estar a tu lado como tu padre y que tú pudieras saber la verdad. 

Suspiré. 

Podría en parte sentir pena, pero no era justo que tuviera que ocultarme algo como eso. Algo tan importante. 

—Entiendo Cinna, de verdad que lo hago, porque lo estoy pensando mejor y entiendo a Haymitch, pero tampoco es justo que él me haya tenido que ocultar sobre todo eso, porque merecía saberlo. Los dos lo sabemos y estamos de acuerdo en ello. Debía saberlo hace muchísimo tiempo, pero él no tuvo el valor de decírmelo. Entiendo que quisiera protegerme, además, no podemos negar que sufrió demasiado por culpa de Snow, así que comprendo que quisiera mantenerme a salvo, pero pudo decírmelo y hubiéramos encontrado la manera para buscar una solución —sentí como mi voz poco a poco se rompía y las lágrimas amenazaban en salir, pero quería evitar eso. 

—Lo sé Alina, y me duele que tengas que saberlo en estas circunstancias, y quiero que sepas que él se arrepiente de no tener el valor de decírtelo antes, porque hubiera disfrutado más de ti. Ahora tiene miedo de perderte en esa maldita Arena —asentí y él se acercó a mí para estrecharme entre sus brazos.

—No quiero odiarlo y mucho menos quiero que me duela de esta manera —susurré dejando caer algunas lágrimas mientras lo abrazaba fuerte. 

—Debes dejar permitir el dolor Alina, no tiene nada de malo, incluso puede ayudarte a ser más fuerte. Y con lo primero, te diría que no lo odies, puedes estar enfadada con él, pero merecéis una pequeña conversación los dos solos. Haymitch te quiere muchísimo Alina, eres la luz de sus ojos, esa esperanza para seguir luchando en esta mierda de mundo —murmuró él y yo me limité a seguir abrazándolo mientras lloraba en silencio.

Minutos después tuvimos que separarnos y él me quitó las lágrimas delicadamente.

—Anda, intenta calmarte y límpiate un poco la cara para no preocupar a los demás. Cuando estés lista nos iremos, ¿vale? —asentí con una pequeña sonrisa.

—Gracias Cinna —él asintió guiñándome el ojo con una sonrisa y salió de mi habitación cerrando la puerta. 

Suspiré y me quedé pensando en todo, aunque no duró mucho porque tuve que correr rápidamente al baño para vomitar. 

El día no podía mejor más.















NOTA DE LA AUTORA

¿Qué os ha parecido el capítulo?

Perdón por la tardanza.

Os amo demasiado y gracias por todo el apoyo. Ya sabéis que podéis seguirme en tiktok para ver todos los edits de mis historias. La cuenta es lvprongs también hay un Hashtag por si queréis hacer edits de la historia yo encantada de verlos #neverletmegowattpad ❤

Os amo❤




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