24. No...
Después de estar un rato con Haymitch volví con cuidado a casa para encontrarme a Peeta sentado fuera en las escaleras, ¿qué demonios? Podrían matarlo.
Me acerqué rápidamente hacia él logrando captar su atención. Él se levantó limpiándose las lágrimas y tiró de mí para abrazarme con todas sus fuerzas.
—Peeta...
—Sé lo que intentas hacer, pero no vas a conseguirlo. No voy a dejarte ir sola, no voy a perderte, no de nuevo —susurró él sin soltarme.
Dejé que las lágrimas cayeran por mis mejillas, abrazándolo de la misma manera, me dolía pensar en que tal vez hubiera posibilidades de que él fuera conmigo y sabía perfectamente que haría lo que fuera para mantenerlo a salvo, hasta que llegara el momento perfecto. Porque si él estaba ahí, debía sobrevivir sin importar nada.
—No puedo perderte Alina —y yo no podía perderlo a él.
—¿Y crees que yo puedo perderte a ti? Peeta no puedo hacerlo y no puedes hacerme esto —susurré.
Él se separó un poco de mí para verme a los ojos, los dos llorando sin importarnos nada.
—Sí, te pierdo Alina, no me quedará nada por lo que luchar, ¿lo entiendes? Pero tú tienes a mucha gente que te necesita —le interrumpí.
—Y yo te necesito a ti —murmuré y él me tomó delicadamente las mejillas pegando su frente a la mía.
—Te amo, y por eso solo me queda rezar para que salga el nombre de Haymitch y de esa forma pueda ir contigo. Soy capaz de hacer cualquier cosa con tal de ir a esos Juegos contigo. Así que no podrás hacer nada para evitarlo Alina, porque no pienso dejarte morir, me niego a que eso pase.
—Y yo no podría soportar verte morir en esos Juegos —él acarició mi mejilla delicadamente.
—Entonces ya se nos ocurrirá algo —asentí para dejar de discutir por este tema, en el que sabíamos que ninguno iba a ceder.
Yo solo rezaba para que saliera el nombre de Peeta, para que Haymitch se presentara como voluntario, solo eso pedía. Porque una vez ahí, haría cualquier cosa para salvarle la vida a Haymitch.
—Vamos a entrar antes de que alguien nos descubra —susurró él, yo asentí y los dos entramos con cuidado y fuimos a mi habitación.
Los dos nos acostamos en mi cama sin soltar al otro y yo tomé su mano, para sentir que él estaba ahí a pesar de que lo tenía pegado a mí.
Tenía tanto miedo por lo que pudiera pasar.
—Estaremos bien —siempre lo decía y yo siempre le creía porque todo el tiempo había sido cierto.
Pudimos con todo y estaba segura de que podríamos con esto.
—Te amo —susurré cerrando los ojos.
—Yo te amo más —le escuché decirme para quedarme poco después dormida o al menos poder descansar, aunque sea unas horas antes de enfrentarnos a la dura realidad.
Esperaba que no saliera el nombre de Haymitch porque entonces las cosas serían demasiado complicadas, pero, por otro lado, también estaba asustada. Porque si Peeta no participaba, Snow podría hacerle algo y yo no podría evitarlo.
Snow sabía como dañarme.
Me desperté antes que Peeta y tuve que despertarlo para que pudiera irse a su casa, para que él también se preparara.
Estaba tan nerviosa y no por mí porque yo ya sabía a lo que me enfrentaba, más miedo me daba lo que podría pasar con los tributos masculinos.
Me despedí de Peeta y mi madre vino a ayudarme con el peinado, algo bastante sencillo, una trenza.
Una vez lista me miré en el espejo, y solté un pequeño suspiro.
—Estás hermosa —susurró ella y le regalé una pequeña sonrisa, girándome para verla mejor y poder abrazarla. Las cosas estaban complicadas, y debía ser fuerte por Katniss y Prim.
La escuché sollozar y me abrazó más fuerte.
—No te preocupes mamá, todo irá bien, pero tienes que ser fuerte por ellas, ¿vale? —me separé un poco para verla—. Debes cuidarlas, porque ahora solo te tienen a ti y Katniss aún puede ayudarte al igual que Prim, pero tenéis que cuidaros mucho, no sé qué pasara una vez que yo esté ahí y me da miedo que algo malo os pase.
—Estaremos bien hija —susurró ella sin dejar de llorar—. Intenta sobrevivir, por favor.
Asentí.
—Vosotras cuidaros mucho, y cualquier cosa espero que Haymitch os pueda ayudar. Intentaré hacer todo lo posible —ella asintió.
—Hija, necesito contarte algo —la miré esperando que continuara, pero la puerta nos interrumpió porque alguien la abrió y pudimos ver a Katniss y a Prim entrar. La primera se le notaba que estaba triste, pero la segunda no pudo aguantar las lágrimas.
Me acerqué a ellas y las abracé con todas mis fuerzas, no era necesario hablar, simplemente con abrazarnos era suficiente.
Un rato después ellas se fueron, y yo me preparé mentalmente para ir con los demás.
Yo encabezaba la fila y caminamos hasta el lugar, el cual ya me sabía de memoria.
Mentalmente, pensé en todas las personas que me importaban, o al menos eso podría ayudarme a quitarme un poco los nervios que estaba sintiendo en estos momentos.
Estaba demasiado aterrada y ni siquiera sabía como es que podía caminar. Yo lo único que quería hacer era correr hacia otra dirección, aun sabiendo que corría el riesgo de morir.
Al llegar miré una última vez a mi familia y subí al escenario colocándome en mi lado correspondiente.
—Bienvenidas y Bienvenidos. Hoy celebramos el 75º aniversario y el tercer Vasallaje de los 25 de los Juegos del Hambre. Y como siempre las damas primero —ni me molesté en mirarla, solo me quedé viendo un punto fijo aguantando las lágrimas—. El tributo femenino del Distrito 12... Alina Everdeen —pude notar su tristeza en su voz, pero era obvio, siendo que había sido la uncia que había ganado.
La miré y caminé hacia ella para ponerme a su lado.
—Maravilloso —hizo una pequeña pausa—. Ahora vamos con el tributo masculino.
Miré a Haymitch por un momento en lo que Effie agarraba la pequeña nota y él me regaló una pequeña sonrisa asintiendo.
Volví a mirar en un punto fijo del suelo en lo que ella hablaba.
—El tributo masculino del Distrito 12... Haymitch Abernathy —los miré a los tres sorprendida y asustada porque sabía cuál sería la siguiente jugada de Peeta.
—Me presento voluntario —aparté la mirada dejando que las lágrimas recorrieran mis mejillas.
No podía ser.
No...
Él no podía participar de nuevo conmigo. No podía perderlo.
Todo mi mundo, si no se había caído ya, lo había hecho con esta noticia.
Él no podía hacerlo.
Me negaba a creerlo.
—Muy bien, los tributos del Distrito 12... Alina Everdeen y... Peeta Mellark —hizo una pequeña pausa—. Ahora solo nos queda...
Vi de pronto como mi madre y mis hermanas levantaban la mano para hacer el signo de Respeto, y más gente se les unió. Peeta también lo hizo, al igual que yo.
De pronto sentí como me agarraban del brazo y tiraban de mí.
—Esperen, quiero despedirme —intenté soltarme, pero fue inútil.
Miré por una última vez a mi familia.
—Cambio de planes, iréis al tren —me limpié con la mano libre las lágrimas.
Sabía que estos Juegos serían diferentes, y necesitaba toda la ayuda posible para mantener a Peeta con vida.
Así que tal vez pudiera hablar con Finnick y con Johanna para que me ayudaran, aunque estaba segura de que ellos harían lo que fuera para mantenerme con vida.
NOTA DE LA AUTORA
¿Qué os ha parecido el capítulo?
Perdón por la tardanza.
Os amo demasiado y gracias por todo el apoyo. Ya sabéis que podéis seguirme en tiktok para ver todos los edits de mis historias. La cuenta es lvprongs también hay un Hashtag por si queréis hacer edits de la historia yo encantada de verlos #neverletmegowattpad ❤
Os amo❤
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