22. ¿Y si te hubiera pasado algo?
Al llegar a casa lo primero que hicimos fue tumbarlo en la mesa que teníamos, mamá y Prim tiraron las cosas para hacer sitio y los demás se fueron a sus casas.
Los únicos quedábamos éramos Haymitch, Peeta y mi familia.
—El nuevo Jefe de los Agentes de la Paz no es muy pacífico —Prim sujeto con cuidado mi rostro para ver la herida.
—Has tenido suerte, no te ha dado en el ojo, y tampoco hace falta puntos —asentí manteniéndome callada viendo la espalda de Gale, la cual no tenía muy buena pinta.
—Hay que ponerle una capa de nieve —habló mi madre acercándose a Gale con un frasco. Seguramente contenía alcohol en él.
—Peeta trae la nieve y yo cortaré las hierbas —dijo esta vez Prim haciendo lo que dijo. Mi hermana Katniss se encontraba cerca de Gale dándole la mano con cuidado preocupada por ka situación.
Peeta salió de casa y yo decidí salir tras él porque estaba segura de que mi hermana no necesitaría mi ayuda, así que ayudaría a Peeta.
Al salir lo vi recogiendo toda la nieve posible, así que callada me acerqué a su lado y le ayude, ninguno de los dos dijo nada. Los dos en silencio recogiendo la nieve que nos había pedido mi madre y simplemente odiaba el silencio entre los dos.
—Peeta...
—¿Cómo se te ocurre Alina? Por un momento pensé que podría perderte en ese instante. Por Dios, ¿qué hubiera hecho si algo te hubiera pasado? No podría soportarlo Alina —ni siquiera sabía qué podía decir y tampoco quería discutir con él sobre el tema, porque, por una parte, le entendía demasiado bien.
Si las cosas hubieran sido al revés, yo también estaría demasiado asustada, incluso lo estuve cuando vi como ese idiota lo apuntaba por un momento antes de Haymitch lo colocara detrás de él.
—Lo siento —susurré, de verdad lo sentía, pero sabía que si hubiera sido Peeta en lugar de Gale, Katniss haría lo mismo por mí si yo no me encontrara en ese momento ahí.
—Solo mantente al margen Alina, creo que las cosas ya están muy mal y sinceramente, aunque no te lo diga, estoy demasiado aterrado por lo que pueda pasar, porque esto apenas es el comienzo —yo pensaba lo mismo.
—¿No dijiste que debíamos dejar de pensar en el futuro?
—Lo sé, pero me estoy dando cuenta de que eso va a ser muy difícil, después de lo que paso hoy, tengo miedo de que te pase algo —agarré de sus manos y él me miró.
—Saldremos de esta Peeta, y no vas a perderme por nada del mundo. Así que hazte a la idea de que estaremos juntos por mucho tiempo más.
—Lo único que quiero es que nada malo te pase Alina, y estaba dispuesto a recibir esa bala por ti...
—¿Y qué pasaría conmigo después Peeta? En serio crees que podría vivir sin ti —él soltó un pequeño suspiro bajando la mirada.
—¿Escuchaste lo que se dice Alina? —le miré esperando que continuara—. Todos estos cambios son porque se han cansado y están tomando medidas gracias a ti, porque les diste esperanza. Después de todo, nunca una persona ganó dos veces los Juegos, y menos participo en los mismos dos veces.
Esta vez fui yo la que soltó una suspiro.
Ni siquiera tenía nada en especial, todo lo que hice fue para sobrevivir sin pensar mucho en las consecuencias de ello, así que no entendía muy bien por qué yo les había dado esas esperanzas. Simplemente, me salvé para poder volver con mi familia y salvarlos a ellos del Capitolio.
—Ellos dependen de ti Alina —me miró.
—No quiero que lo hagan Peeta, no quiero que nadie dependa de mí porque yo no soy su salvadora ni puedo serlo.
—Nadie te pide que seas su salvadora, sigue siendo tú y demuéstrales que el Capitolio no te tiene a su disposición. No te digo que lo hagas en público, pero si dales señales y cuando sea el momento indicado, pues cambia las cosas.
—Se supone que el racional y el sensato de la relación eres tú —él me regaló una pequeña sonrisa.
—No quiero ser uno de sus títeres Alina, y menos quiero que tú lo seas. Los dos sabemos que debemos acabar con el Capitolio y las cosas están cambiando gracias a ti, porque tienen la valentía de hacerlo —asentí.
—No sé si estoy preparada para todo esto, y tengo miedo de que las cosas se compliquen. Lo que menos quiero es que os pase algo Peeta, no puedo arriesgarme.
—Lo sé, pero podremos con ello y vamos a estar a tu lado —suspiré—. Iré a dejarles la nieve y luego vuelvo contigo, podemos dar una vuelta.
Volteé los ojos divertida.
—Ay toque de queda por si se te ha olvidado —él se levantó divertido guiñándome el ojo.
—Bueno, tampoco es algo que me preocupe.
—Vaya Peeta, no conocía ese lado de ti —me levanté yo también y él me dio un beso en la mejilla para caminar hacia mi casa y adentrarse a ella.
Suspiré viendo todo y solo podía pensar en que si cometía un error, mi familia y Peeta podrían salir afectados y no podía arriesgarme a ello.
Aunque pensando en todo lo que había dicho Peeta, estaba bastante feliz de ver que la gente por fin se atrevía, estaba demasiado harta del Capitolio y del Presidente Snow. Quería que sufriera al igual que muchas familias y muchas personas estaban sufriendo. Lo quería muerto.
Y ya era el momento de hacer algo, porque estaba harta de permanecer callada y de dejar que él pudiera tener control sobre mí por el simple hecho de que sabía lo importante que era mi familia para mí.
No iba a dejar que siguiera ganando y seguro que se me ocurriría algo, pero primero debía asegurarme de que mi familia y Peeta estuvieran a salvo. Porque tampoco quería arriesgarme a que algo malo les pasara, además, también debía proteger a la familia de Peeta porque sabía que era muy importante para él, al igual que debía proteger a Gale por Katniss.
Todo sería demasiado difícil, pero haría un último intento por ellos, haría lo que pudiera para que ellos tuvieran una vida mejor que esta, aunque me costara la vida.
—Listo —me giré para ver a Peeta acercándose a mí.
Sería capaz de hacer cualquier cosa por él, era algo que tenía muy claro y no me importaba sacrificar mi vida si él podía estar a salvo.
Una vez que llegó conmigo, tiré de él para abrazarle fuerte. No era una persona muy cariñosa, pero creo que a veces debía empezar a serlo, porque me gustaba que él lo hiciera.
—¿Estás bien amor? —susurró abrazandome.
—Si lo estoy porque estás aquí —murmuré sin soltarlo.
—Y voy a estar siempre a tu lado sin importar nada, no pienso dejarte nunca más —eso me gustaba.
—¿Nunca? —sentí como negaba sin soltarme.
—Voy a luchar por nosotros y espero que no vuelvas a hacer lo que hiciste, porque no quiero que me protejas de esa manera, si pasa algo, yo voy a estar ahí para ti, y no pienso dejarte marchar tan fácilmente, no de nuevo —sonreí.
—Pienso luchar por nosotros Peeta, te lo prometo —él se separó un poco de mí para mirarme a los ojos.
—No te lo digo mucho, pero amo demasiado tus ojos... ¿Recuerdas que te dije que mi color favorito era el naranja? —asentí, el naranja de un atardecer—. También es el color de tus ojos, nunca podría cansarme de verlos, son realmente hermosos, es como ver el mar en ellos, es un tono azul suave y no sabes la tranquilidad que me da verte a los ojos y estar a tu lado.
Me sonrojé y sentí como me acariciaba la mejilla delicadamente.
—Te amo Alina Everdeen —susurró cerca de mis labios.
—Yo te amo más Peeta Mellark —y juntó sus labios con los míos en un suave beso.
Estaba completamente enamorada de él y nadie podría cambiar eso jamás.
NOTA DE LA AUTORA
¿Qué os ha parecido el capítulo?
Perdón por la tardanza.
Os amo demasiado y gracias por todo el apoyo. Ya sabéis que podéis seguirme en tiktok para ver todos los edits de mis historias. La cuenta es lvprongs también hay un Hashtag por si queréis hacer edits de la historia yo encantada de verlos #neverletmegowattpad ❤
Os amo❤
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