A Lukin le daba exactamente igual quien supiese sus planes.

Estaba en medio de la ciudad con sus perros guardianes; en los que estoy segura, estaría yo si no fuera por que Steve y James me sacaron de ahí.

Sus científicos corrían de un lado a otro, comparando datos y a saber que más cosas. La calle estaba desierta. Parecía un lugar fantasma de no ser por HYDRA y nosotros.

Habíamos llegado tarde, el portal estaba abierto, la gema estaba haciendo su trabajo muy bien. En el cielo había un remolino y las nubes del centro eran muy oscuras. Soplaba un viento de mil demonios.

- ¡¿ A que esperamos?! Ataquemos !- Gritó Bucky. Me dirigí a la gema, intenté moverla, hacerla levitar, cualquier cosa, pero mi poder no le afectaba en absoluto. Completamente frustrada, la emprendí a patadas con el aparato que la sostenía, que ligeramente se movió a la derecha. Ahí me di cuenta, podría derribar el aparato y así la gema caería. Volví a desquitarme a patadas con el artilugio.

Pero uno de los perritos falderos de Lukin me vio y me golpeó con el arma en la espalda. Sí que dolía... Nos peleamos, hasta que empezaron a rodearme, tres, cuatro, cinco... Hasta ocho soldados. Intenté repartir golpes sobre todos, pero cuando le daba a uno, enseguida tenía otro sobre mí. No había tiempo para esto. Los lancé a todos lejos.

Cuando me giré para seguir con mi plan de romper la máquina, una onda expansiva que no sé de donde salió, me lanzó sobre Barton.

- Lo siento, Clint - le ayudé a ponerse en pie - necesito ayuda con... -un estruendo realmente espantoso hizo estremecer la tierra. Los ojos de Barton se abrieron como platos y su mandíbula casi toca el suelo. Me giré a mirar lo que él miraba. Una criatura de color violeta estaba ahí parada en medio de la calle, con una rodilla apoyada en el asfalto, cuando levantó la vista una sonrisa macabra se dibujó en su rostro. El ser se levantó. Debía medir cerca de dos metros de altura, era fuerte, portaba una armadura dorada y negra, que le daba un toque más imponente si era posible. Me miró.

- ¿ Así que tú debes ser la insignificante mortal que está encontrando las gemas ?- se ríe estruendosamente - no sé que han visto ellas en ti, para que puedas controlarlas.

- Puede que el Guante del Infinito tenga algo que ver, ¿ lo recuerdas Thanos? Mandaste un ejército a Asgard a por él, aún así logré traerlo - dice Thor con una sonrisa arrogante en la cara. La sonrisa de Thanos se esfuma y aprieta la mandíbula con odio.

- No conseguiréis vencerme... El primer reino que destruiré después de Midgard será Asgard - Thor suelta un gruñido mientras aprieta el Mjolnir.

Tengo que conseguir esa gema como sea... Mientras ellos siguen discutiendo y recriminándose cosas, me muevo sigilosamente hasta la gema. Por algo me llaman Sombra. Rompo un trozo de mi camiseta y cogo, ahora que la máquina no funciona. La coloco en el guante.

- ¡ Coged a la midgardiana, tiene mi gema! - escupe Thanos. Le apunto con el guante, pero no hace nada. Él se ríe. - ¡ Estúpida humana, tienes en tu poder un arma que destruiría la vida de todo lo que conoces y ni siquiera sabes usarlo! - se ríe de nuevo.

- ¡ Thor ! - el pánico se apodera de mi,¿por que no funciona? Cuando Steve se colocó el guante funcionó,¿ que pasa ahora? Retrocedo asustada. Intento lanzar lejos a Thanos, pero apenas consigo que retroceda unos pasos. Está a punto de darme un manotazo cuando Steve se interpone y nos cubre con su escudo. El golpe es demasiado fuerte, Steve apenas puede mantener firme el escudo.

Thanos se aprovecha y le da un manotazo con su otra mano, lanzándolo lejos.

- ¡ Steve! - lanzo varias bolas de fuego que hacen que el ser púrpura retroceda. Me lanza algún tipo de magia con un destello plateado y logro esquivarlo por muy poco. Vuelve a insistir, consigo apartarme rodando por el suelo. Luego de eso, me lanza algo que no logro distinguir que es, pero tiene una llamarada rosácea que me toca un poco en la pierna y me provoca una herida. Chillo de dolor mientras él sonríe complacido.

- Dame el guante, insignificante insecto y puede que te deje vivir.

- ¡ Nunca! Tendrás que matarme para quitármelo.

- Pues que así sea - se prepara de nuevo para atacar. Yo solo cierro los ojos esperando el impacto que nunca llega.

- ¡ Isabelle!- Thor se lanza sobre mi para cubrirme mientras Bucky se lanza sobre Thanos que lo aparta de un simple puñetazo. El dios del trueno me coge en brazos y me saca de allí volando. Thanos nos mira con odio, se da la vuelta y se va con Lukin.

- ¿ Se va? ¿ No va ha atacar a los Vengadores?

- No los quiere a ellos Isabelle, te quiere a ti.

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- ¡¡ Deberías habernos dicho que el guante no funciona sin todas las gemas!!¿ Cuando pensabas decirlo? Cuando matase a Isi - chilla molesto el Capitán América.

- No creí necesario decirlo, pensé que nos daría tiempo a recolectar las gemas - dice el dios con tranquilidad, provocando que Steve bufe molesto y se siente en una silla.

-¿ Por que ha funcionado cuando Steve lo usó? - pregunto mientras curan mi pierna.

- No es que hubiese funcionado exactamente... Tú tenías la gema y necesitábamos algo que la atrajera, el guante las atrae. Por eso funcionó - hace una pausa - Isi, se que lo que te voy a pedir es demasiado en tu estado - señala mi pierna.

- Solo dilo Thor.

- Tenemos que encontrar la última gema, estoy seguro de que ellos irán a buscarla con el Chintamani. La única gema que falta es la del alma, si Thanos la consigue podría ser muy peligroso. Él es poderoso, podría ser capaz de controlar las gemas individualmente.

- ¿ Pretendes que Isi vaya a buscar la gema así? - Steve señala mi pierna - No lo permitiré - dice con seguridad.

- Steve, debemos encontrarla.

- No Isi, debes recuperarte, no estás en condiciones.

- Steve, cariño - coloco mis manos en sus mejilla - esta es nuestra segunda oportunidad para estar juntos, para tener un futuro juntos. No creo que la vida nos dé más oportunidades, debemos ir a por ella, no podemos dejar que ellos la cogan. Ahora que está aquí debemos destruirle, mira lo que ha echo sin gemas, imagínate lo que podría hacer con una de ellas en su poder...

- Isi...

- No Steve, no volveré a dejar que nos alejen, si Thanos la consigue, tendremos serios problemas. No dejaré que le haga daño a la gente que quiero. No puedo perderos. No puede perderte, Steve. A ti no. Iremos a por esa piedra y vosotros me ayudaréis - Steve se da por vencido y se remueve en la silla, con la mirada fija en sus zapatos. Sé que no quiere que vaya, pero no me arriesgaré a perderle, no ahora que empiezo a ser feliz y...empiezo a quererle. Tony me pasa el guante - nos vamos a Inglaterra, a un laberinto de plantas llamado Longleat - Steve me mira con tristeza y asiente lentamente.