15.¿ Poseída ?
- Creo que vamos a tener que aplazar nuestra cita - le digo al rubio de ojos azules sentado a mi derecha.
- Lo sé, parece que la suerte no está de nuestro lado - suspira.
- Oye, no seas tan pesimista - entrelazamos nuestras manos y le beso.
- Eh ! Dejad algo para el postre - nos dice Stark en tono burlón.
- ¿ No tienes algo mejor que hacer que estar siempre metiendo las narices en todos lados ? - le suelta Steve molesto.
- La verdad es que no. Además, me aburro.
- Pues haz un sudoku, pero deja de molestar.
El desierto de Arizona era realmente extenso, el terreno era árido y los colores predominantes eran el rojo y el naranja. Mirases donde mirases, la imagen que veías era de un terreno con subidas y bajadas y grandes grietas. Me puse de nuevo el guantalete que ahora portaba las dos gemas.
Enseguida esa voz volvió a mi cabeza. Irremediablemente me seguía sintiendo atraída por ella, empecé a avanzar mientras el resto seguía mis pasos.
Llevábamos más de tres horas caminando, el calor era insoportable, pero me daba igual, solo deseaba encontrar esa voz o más bien esa gema.
- Isabelle, necesitas hidratarte - la voz de Steve parecía lejana. Terminó por agarrarme de la cintura y quitarme el guante. Eso pareció hacerme salir del trance, pero aún así, me costaba mantener el control de mi misma. - Toma, bebe un poco - cogí la botella y practicamente la vacié. Seguimos con la búsqueda durante cuatro horas más, cada metro que avanzábamos la voz se volvía más fuerte y clara. Hasta que al final, dejé de escucharla.
- Es aquí - me quité el guante. Miramos a nuestro alrededor, no había nada, solo arena y piedras, además estaba empezando a anochecer.
Unos destellos dorados llamaron nuestra atención, se movían, nos acercamos a ellos con precaución. Era brillante y hacía extraños giros en el aire. Era realmente hermoso y llamativo.
Extendí mi mano izquierda hasta tocarlo y se metió en mi cuerpo. Todo a mi alrededor cambió. Ahora todo tenía una extraña aura oscura. Mi mano se extendió y atacó a Bucky, lanzándolo lejos. No controlaba lo que hacía, alguien se estaba apoderando de mi voluntad y no podía evitarlo.
- ¿¡ Isi, pero que haces?! - me recrimina Steve.
- Está bajo el efecto de la gema realidad, es capaz de transformar cualquier materia, en materia oscura; en este caso, la ha transformado a ella en un ente oscuro - dice Thor.
- ¿ Y como la detenemos ? - dice Clint. Esta vez, la que salió volando fue Natasha. Empezaron a pelear contra mí, o contra lo que me manejaba. Thor consiguió inmovilizarme.
- ¡ Steve, usa el guante, apunta con el a Isabelle ! - Rogers le miraba confuso, no sabía que hacer, pude ver algo de miedo en sus ojos - ¡ Hazlo, si quieres salvarla!- rugió el dios. El rubio se colocó el guante y me apuntó con él.
Me empecé a sentir más pesada, me costaba moverme y mi forcejeo con Thor resultaba ahora inútil. De mi cuerpo empezó a salir esa sustancia dorada y se colocó en el guante, mientras yo me desvanecía en los brazos del dios asgardiano.
- ¿ Isabelle? - su voz grave resonó en mis oídos.
- Estoy bien, estoy bien - susurré. Levanté mi vista hacia Steve y este tenía el guante en sus manos, con la tercera gema colocada - lo siento, no sé que me ocurrió para atacaros. No era yo...
- Tranquila, la gema tomó posesión de tu cuerpo, transformándote en un ente oscuro, creyó que nosotros éramos una amenaza- Todo va bien - me sonrió para tranquilizarme.
Volviamos a SHIELD y le contamos las buenas nuevas a Furia. Aunque yo no me sentía nada bien por el simple echo de haber atacado a mis compañeros, sobre todo a Bucky y a Steve, este último me había afectado bastante.
- Ey Isi...-el rubio me sujeta con cuidado del brazo - ¿ qué ocurre ?
- Nada - susurro.
- Vamos Isi, te conozco,¿ estás así por lo de la gema ? - asiento - ven aquí - me abraza - vamos, tengo una sorpresa para ti.
- ¿ Ahora Steve? Son las cuatro de la madrugada.
- Veeeeeen - me sujeta de la cintura y me conduce a su habitación - No tendremos una cena en un restaurante ni un picnic, pero a cambio, podremos disfrutar de una tranquila cena a la luz de las velas que resulta igual de romántico, ¿ que dices?
- Sí, si,si ¡¡ Si!! - nos reímos. Miro a mi alrededor, las luces están apagadas y a cambio, hay velas colocadas en puntos estratégicos para iluminar la habitación de una forma hermosa. En el suelo había una manta perfectamente colocada y unos cojines.
- Vamos, es hora de cenar - me sonríe. Cenamos entre risas y anécdotas de nuestra época.
Nos acomodamos en los cojines al terminar de cenar y le doy un beso en los labios, esos tan carnosos y apetecibles.
- Gracias Steve, necesitaba relajarme un poco después de lo ocurrido - me besa. Necesitaba su contacto, volver a sentirme segura y protegida, después de este día. Sus labios rozaban los míos mientras me acariciaba las mejillas. Me hacía sentir especial la manera en que me trataba. Llevé mis manos a sus espalda, recorriéndola en toda su extensión, notando bajo mis manos cada uno de sus trabajados músculos. Bajó sus manos a mis muslos y comenzó a acariciarlos. Las cosas se estaban poniendo interesantes demasiado pronto...
- Steve, es muy tarde, se va ha hacer de día, necesitamos dormir - asiente.
- No te vayas... por favor - susurra contra mis labios - quédate a dormir.
- De acuerdo.
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