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꒰ 035 !

capítulo┊ ✦. :: treinta y cinco
♡ ﹙habilidades﹚ ❋  ˚  ݂ ꛒ

Lydia nunca había visto a tanta gente en la residencia Cullen pero al menos Esme conocía a la mayoría y fue la encargada de presentarlos con Lydia.

Con todos fue la misma charla, tratando de explicar lo que ocurría, pero en estos casos también era un arma de doble filo pues todas esas personas debían saber que Lydia y Maven tenían sangre de ángel, lo que significaba que debían confiar en que no les harían daño y en que no los traicionarían.

Omitían la parte en que toda la familia había consumido la sangre de Lydia para cambiar. No querían mentir pero eso sería tal vez lo más peligroso.

Afortunadamente, los Denali fueron un gran apoyo, pues daban absoluta fé a la palabras de los Cullen pues habían tratado a Lydia por un tiempo relativamente largo, o al menos más que todos los demás.

Luego de los Denali, los siguientes en llegar fueron Benjamin, Tía, su compañera, Amun y Kebi. Benjamin era probablemente el más agradable de todos ellos, cargó muy felizmente a Maven por todas partes mientras le mostraba sus habilidades. Maven por su parte sólo reía y miraba con interés.

Al mismo tiempo aparecieron Senna y Zafrina. Unas chicas del Amazonas. Al principio daban un poco de miedo y Maven casi se hecha a llorar cuando las dos chicas lo miraron fijamente con absoluto interés. En realidad resultaron ser muy agradables, aunque no hablaban mucho y se la pasaban mirando a Maven como si fuera un bicho raro... o tal vez era fascinación.

Edward le explicaría más tarde a Lydia que era debido a que Maven tenía una belleza extraordinaria a los ojos de esos vampiros. Se sentían atraídos a Maven, era tan hermoso como un vampiro pero había algo más, le dijo que suponía que era debido a la sangre de ángel, pero a la vez, igual que Lydia, su olor era casi imperceptible. Lydia lo entendió a medias, ella aún no se acostumbraba a sus nuevas habilidades y en realidad se sentía como siempre.

Un hombre llamado Garret fue el siguiente en aparecerse por la casa. Según lo que Esme le explicó a Lydia, es que ese hombre había sido muy cercano a Carlisle y fue probablemente por eso que no lo dudó ni un segundo cuando decidió ayudarlos.

Pero vaya que ni un millón de años se hubiera imaginado que su viejo amigo ahora era padre. Literalmente. Al principio no se lo creyó para nada, pero poco a poco, todo comenzó a tener sentido. Sin embargo, no se animó a estar muy cerca de Maven.

Y así comenzaron a llegar cada vez más. Al final, eran 18 vampiros que rondaban en la casa Cullen. Sin embargo, Seth mencionó que también había muchos chicos Quileutes que comenzaban a transformarse en lobos. Eso era bueno y malo a la vez, significaba que había más lobos involucrados en la causa pero lo malo, era que aún debían adaptarse a este nuevo mundo y eso no era una tarea sencilla.

Así pasaron un par de días en lo que todos trataban de adaptarse. Habían prometido no cazar en el área, pero tarde o temprano les daría sed y nadie podría hacer algo al respecto. Era algo en que los lobos no estaban de acuerdo, pero mientras los vampiros no hicieran nada en las cercanías, no podían interferir.

Aquel día, estaban Carlisle, Lydia, Edward y Senna y Zafrina afuera de la casa, junto al pequeño río. Maven estaban por ahí cerca con Seth, quien era probablemente la persona que más tiempo pasaba con el bebé. Y Seth parecía adorarlo absolutamente.

Zafrina les estaba mostrando su habilidad a Lydia y Carlisle, que básicamente consistía en hacerlos ver lo que ella quisiera. Era simplemente fenomenal y Lydia estaba más que encantada.

—Esto es increíble —murmuró la chica, mirando todo a su alrededor.

—Vaya que lo es —habló Carlisle con una pequeña sonrisa, mirando con interés la ilusión.

—Si no fuera porque escucho las risas de Maven, realmente pensaría que esto es real.

La ilusión desapareció justo cundo Eleazar se acercó con una sonrisa.

—Antes no me había dado cuenta, pero ya descubrí cuáles son las habilidades de Maven y Lydia.

La nombrada lo miró con curiosidad al mismo tiempo que miró por un segundo a Carlisle. El hombre le había explicado un poco respecto a las habilidades de los vampiros, pero pensó que al ser híbrida, no tendría ninguna y ya que Maven aún era muy pequeño, tal vez no había desarrollado alguna habilidad.

—¿Qué quieres decir? —fue Carlisle el que preguntó.

Eleazar rió con cierta amabilidad.

—¿Recuerdas que no podíamos percibir el olor de Lydia cuando aún era humana? —ambos asintieron— ella puede... por decirlo de algún modo, pasar desapercibida aunque esté en medio de una multitud. Algo así como hacerse invisible pero no en el sentido literal de la palabra.  

Ella en realidad no comprendía. Pero poco a poco se comenzaron a acercar más personas.

—Creo que tiene sentido lo que dice Eleazar —comentó Edward— incluso ahora me es complicado detectar tu rastro.

—Mira, te lo explicaré con una pequeña demostración —continuó Eleazar— Alistair es un rastreador extraordinario mientras su objetivo no esté en movimiento —Alistair saltó de un árbol y sonrió con cierto orgullo.

—Soy el mejor, de hecho —habló con fanfarronería.

—Lydia, le pediré a Alistair que te intente encontrar mientras tú te escondes en cualquier lugar que preferías. Ningún vampiro verá dónde estás, y trataremos de encontrarte. Cuando te escondas, trata de concentrarte en que no quieres ser encontrada, como si hubieras desaparecido de la fas de la tierra.

—De acuerdo —nada tenía sentido para ella, pero parecía divertido.

—Alistair, puedes olerla si quieres.

El bufó, pero aún así se acercó a la chica y la olfateó un poco para capturar su aroma.

—Soy el mejor. Nada ni nadie se puede ocultar de mi —miró a Lydia con una pequeña sonrisa ladina pero parecía algo confundido. Tal vez porque el olor de la chica era apenas perceptible.

Ella seguía con el ceño fruncido, pero aún así comenzó a caminar entre las hojas del bosque, no avanzó mucho, tal vez un par de metros y se ocultó detrás de un árbol no muy grande. Hizo lo que Eleazar le indicó y cerró los ojos tratando de concentrarse en que no existía. Una extraña sensación le recorrió el cuerpo y entonces abrió los ojos.

Vio a Alistair pasar por su lado, a un par de pasos de distancia, pero él parecía molesto y ni siquiera la había notado pese a que básicamente la tenía de frente. Ella sonrió para sí misma. Carlisle dejó salir una risa por lo bajo, él era el único de todos los vampiros presentes que aún la podía ver y oler con muchísima claridad. Pero nadie más parecía darse cuenta de su paradero, probablemente ni siquiera necesitaba moverse de su lugar para ocultarse.

—De acuerdo, Lydia. Puedes volver —le dijo Eleazar.

Despejó su mente y con un gran suspiro dejó que esa entraña barrera que la cubría desapareciera y todos la voltearon a mirar. Alistair con el ceño fruncido se acercó a ella y la tomó de los hombros.

—¿Estuviste ahí todo el tiempo?

—Sí —sonó más como una pregunta.

Parecía fastidiado, pero una pequeña sonrisa se asomó en sus labios. Era como un reto para él.

—¿Y puede hacer desaparecer a alguien más? —preguntó Garret.

Lydia se encogió de hombros.

—No estoy segura, pero podría intentarlo —se acercó a Edward y lo tomó del brazo— ¿te gustaría ser mi conejillo de Indias?

El rió.

—De acuerdo.

Ambos caminaron lejos de los demás y se detuvieron no muy lejos. Lydia tomó a Edward de la mano y volvió a concentrarse. Era como si una barrera la estuviera cubriendo pero esta vez, intentaba cumbarí también a su contrario. Tardó más pero lo logró.

Vieron a Alistair pasar junto a ellos y mirar en su dirección pero en realidad, no los miraba a ellos. Parecía estar buscando algo con desesperación y era gracioso, porque literalmente estaban frente a él.

Lydia presionó la mano de Edward y lo hizo caminar con cautela.

"¿Crees que si hablamos se den cuenta?", preguntó Lydia mentalmente.

El chico se encogió de hombros.

—Kate —le llamó Edward a la chica que estaba junto a Garret pero nadie volteó a excepción de Carlisle.

—Eleazar —llamó Lydia— estamos por aquí. ¿Alistair?

Pero era como si fueran invisibles para los demás. Seth se acercó cargando a Maven y frunció el ceño.

—¿Donde está Lydia? Creo que Maven tiene hambre.

Fue bastante gracioso, ya que Lydia y Edward estaban junto a Seth. Sin embargo, quien sí notó la presencia de ambos, fue Maven, que extendió sus bracitos en dirección a su madre.

Lydia dejó de que la barrera desapareciera y se acercó con una gran sonrisa a su hijo. Todos voltearon entonces a mirarla. Seth casi saltó del susto.

—¿De donde rayos saliste?

—Estuve aquí todo el tiempo —cargó a Maven en sus brazos.

—Considero que es una habilidad que sólo funciona en seres sobrenaturales. De acuerdo a lo que nos has contado, debido a que tu sangre de ángel te oculta de todos los seres fuera de lo normal, son incapaces de detectarte. Si es un humano, probablemente no funcione —explicó Eleazar.

—¿Crees que mientras pasa desapercibida, le pueden afectar los demás dones? —fue Kate la que preguntó, mostrando unas chispas saliendo de sus dedos.

Lydia frunció el ceño.

—No es algo que realmente me interese saber —murmuró.

—Yo creo que sí —comentó Edward— en el primer intento, aún escuchaba los pensamientos de Lydia con bastante claridad, pero no podía verla ni olerla por ningún lado y también podía leer sus pensamientos en el segundo intento cuando desaparecí con ella.

—¿Ese voltaje es realmente poderoso? —preguntó Garret mirando a Kate con una sonrisa.

Ella también sonrió con cierta superioridad mientras lo observaba.

—No lo sé, ¿quieres probarlo? —levantó un poco su mano y movió sus dedos— no creo que esa algo apto para débiles.

Él sonrió aún más, aceptando el reto y lentamente se acercó con la mano extendida.

—Garret, no creo que sea una buena idea —le dijo Carlisle. Pero él lo ignoró por completo.

El dedo índice de Garret tocó la palma de Kate y de pronto estaba en el suelo, arrodillado y mirando con extrema fascinación a la rubia.

—Eres una mujer asombrosa —le dijo con una gran sonrisa. Parecía incluso embelesado, como si no hubiera recibido una potente descarga eléctrica.

Kate también le sonrió.

—Eleazar —habló Lydia— mencionaste que descubriste cuál es la habilidad de Maven.

Todos voltearon a ver al hombre.

—Oh, sí. Es algo parecido a la habilidad de Jasper, no exactamente igual pero para que comprendan lo que quiero decir —explicó— ¿Se han percatado de que cuando miran los ojos de Maven, se sienten calmados? No hay ninguna emoción negativa, es simplemente... calma. Como si todo lo demás se borrara.

Se escucharon murmullos pero todos sacaron sus propias conclusiones. Era cierto. Desde el momento en que habían visto los intensos ojos azules del bebé era como si una increíble paz los invadiera. Era algo realmente agradable pero no lo habían notado hasta ese momento en que Eleazar lo mencionaba.

—Veamos si eso es cierto —habló Alistair con cierto enfado— estoy muy molesto porque no pude encontrar a Lydia.

Se acercó al bebé, quien de inmediato lo volteó a ver con cierto pánico pero luego comenzó a reír.

Extrañamente, Alistar dejó de parecer molesto y sonrió un poco. Fue sorprendente. Dejó de mirarlo y volvió su ceño fruncido, se aclaró la garganta e inmediatamente se marchó.

Los presentes rieron.

—De acuerdo, llevaré a Maven a comer algo. Los veré más tarde —se despidió Lydia y caminó rumbo a la casa, donde Esme ya le había preparado el biberón al niño.

Lydia se lo agradeció y se dirigió a la habitación de Carlisle para alimentarlo e intentar que se durmiera. Pero el bebé tenía los ojos muy abiertos y miraba fijamente a su madre. Casi como si intentara decirle que todo estaría bien. Lydia le tarareó una canción que no recordaba donde la había escuchado mientras mecía a su hijo en sus brazos con muchísima suavidad.

Le encantaban esos pequeños momentos donde nada parecía ser más importante. Hubiera sido un momento perfecto si Carlisle hubiera estado allí con ellos, pero entendía que debía ocuparse de los invitados y planear sus estrategias.

Al menos por ahora, disfrutaría el momento estando con su hijo.

No pudo evitar pensar en su hermana. ¿Donde estaría ahora? ¿Qué había sido de ella y su sobrino? Quería que no le importase pero muy en el fondo se sentía un poco mal por su sobrino, el pobre niño no tenía la culpa de todos los errores que había cometido su madre. Esperaba poder verlo en algún momento en un futuro no tal lejano. Aunque fuera de lejos pero saber que estaba bien y qué tal vez él y Maven pudieran conocerse y ser buenos amigos.

¿Qué habría sido del bebé de Bella? Fue otra pregunta que llegó a su cabeza. Jacob parecía muy interesado en el tema y Lydia apostaría que si no fuera por la situación, el chico estaría muy feliz por ser padre. Tal vez era muy joven, pero eso no parecía importarle ni un poco a Jacob. Sentía un poco de pena por él y sinceramente esperaba que su hijo o hija estuvieran a salvo.

Era un completo caos ahora mismo y sólo esperaba que las cosas no empeoraran.

Afortunadamente, Maven se quedó dormido luego de algunos minutos, Lydia lo acomodó en la gran cama y se acostó junto a él, cerrando también los ojos. En el silencio, podía escuchar los latidos del menor y era un sonido que le encantaba. Ahora comprendía un poco más a Carlisle, ese pequeño sonido era como música para sus oídos.










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