꒰ 024 !
capítulo┊ ✦. :: veinticuatro
♡ ﹙problemas﹚ ❋ ˚ ݂ ꛒ
Lydia en realidad nunca se había imaginado a sí misma con hijos o formando una familia, lo que era extraño, pues era justo lo que iba a ocurrir con Jonah. Ahora que lo pensaba con calma, nunca vio un futuro con ese hombre, no como lo veía con Carlisle. Todo se sentía completamente diferente y no es que quisiera compararlos, pero a simple vista se notaban todas las diferencias.
E incluso en el presente, seguía sin poder creer por completo todo lo que estaba ocurriendo. Era como si todo hubiera pasado tan de pronto pero a la vez como si llevara una hermosa eternidad junto al hombre de sus sueños. Y no sólo eso, también esperaba un bebé de ese hombre. Todo era tan irreal pero magnífico al mismo tiempo.
—Doctora Lydia —escuchó que la llamaban y salió de las profundidades de sus pensamientos— una ambulancia viene en camino.
—Enseguida voy —sonrió un poco mientras trataba de poner sus pensamientos en orden para centrarse en el trabajo.
Liberó un gran suspiró y se puso en marcha. Con tanto drama al rededor de Bella, a veces sentía que su único escape era el trabajo. Al igual que los demás, temía por la seguridad de la chica, pero ella no podía hacer realmente mucho para ayudarla. Aunque constantemente pensaba en las palabras de Evander, sobre que Bella mentía mucho y eso le hacía dudar sobre su decisión de estar de acuerdo en que se transformara.
No conocía mucho a Bella, pero lo poco que la había tratado... en realidad no conectó mucho con ella. Le encantaba que la consideraran parte de la familia, pero no le gustó que su decisión fuera la definitiva. ¿Y si estaba equivocada? ¿Qué tanto podía influir su decisión en el futuro? En realidad trataba de no sobre pensar las cosas pues sólo le dolía la cabeza. Aunque tal vez era momento de investigar más sobre esa chica y entender un poco sobre lo que pasa por su cabeza.
El día transcurrió con normalidad, atendiendo pacientes y con Carlisle robándole besos a Lydia de vez en cuando. A la hora de la salida, la chica tenía antojo de algo dulce, por lo que pasaron por un café y Carlisle se encargó de comprarle diferentes postres sólo para ella.
Luego continuaron con su camino a casa.
—Carlisle —le llamó suavemente Lydia mientras comía el pay de limón.
—¿Qué sucede, cariño? —la miró rápidamente antes de seguir viendo al frente.
—¿Qué tanto conoces en realidad a Bella?
El rubio frunció el ceño.
—¿Qué quieres decir?
Se aclaró la garganta.
—Bueno... sé que sólo es una niña pero... siento que hay algo que no nos ha dicho. Edward no puede leer su mente y Evander dice que miente mucho. Siempre está en el lugar y momento más oportuno y... no lo sé. Hay algo extraño con ella. Como si... bueno, en realidad no sé explicarlo.
Carlisle se mantuvo en silencio un largo momento, solamente mirando la carretera frente a él. Su mano la colocó sobre la pierna de Lydia, dejando suaves caricias con su pulgar.
—En realidad sí. Es algo que no he podido dejar de pensar desde que regresamos, pero intento que la idea se esfume cuando estoy en casa. Principalmente por Edward. Aunque he hablado con Evander y Esme sobre esto —se quedó en silencio un momento más— Esme es muy positiva al respecto pero Evander tiene muchas inquietudes. Yo estoy agradecido con Bella por salvar a Edward, pero me inquieta lo insistente que es por transformarse. Edward no quiere eso pero Bella es muy insistente y ya sabes lo demás.
Lydia se limitó a asentir en comprensión.
—Además —continuó— es algo sospechoso la relación que tiene con Jacob, el chico lobo de la reserva Quileute. No dijo mucho al respecto y ya que Edward no puede leer la mente de Bella, hay algunos huecos en la historia que no logro comprender del todo.
Lydia lo miró con el ceño fruncido y colocando una mano sobre la de Carlisle.
—Hablando de lo Quileute... quisiera conocerlos.
Carlisle la miró confundido.
—¿Por qué?
Se encogió de hombros.
—Bueno, para empezar soy la única que no conoce a los famosos hombres lobo. Además, el libro que me dio mi madre habla de ellos, pero hay una página arrancada y me parece curioso. Tengo algunas preguntas.
Carlisle asintió.
—No me encanta la idea de que estés cerca de ellos, pero está bien. Si es lo que quieres, encontraremos la manera para que te acerques a ellos.
Ella sonrió.
—Gracias.
No tardaron mucho más en llegar a la casa. Ambos se dirigieron a la sala, donde Lydia se dejó caer y continuó comiendo otro de los postres que el rubio le había comprado. Emmet se sentó a su lado y ambos comenzaron a hablar con cierto entusiasmo sobre su día.
Pero entonces llegaron Edward y Bella con malas noticias. Muy malas noticias. Al parecer alguien había entrado a la casa de Bella, pero no era Victoria, Edward mencionó que tal vez eran los Vulturi. Pero nadie estaba completamente seguro. Lo curioso es que Charlie había salido ileso, pero eso significaba que había más peligro para Bella.
Lydia suspiró cansada, sabía que todas esas situaciones de estrés no le venían para nada bien, incluso Carlisle le dirigía miradas de vez en cuando para asegurarse de que estaba bien pues tampoco le gustaba ni un poco exponerla a todas esas situaciones de las que no tenía la culpa pero de alguna manera siempre terminaba involucrada.
Jasper y Emmett habían salido en cuanto Edward dio una rápida explicación para tratar de seguir el rastro del desconocido pero regresaron sólo veinte minutos después mencionando que el rastro se había perdido a algunos kilómetros y no había pista alguna del desconocido.
—Nos turnaremos para cuidar a Bella en su casa —fue Carlisle el que lo sugirió. Lydia lo miró con el ceño fruncido desde su lugar y Rosalie no se quedó atrás cuando reprochó de inmediato.
—¿También la protegeremos a ella? —habló con molestia.
—Rosalie... —
—Ella tiene razón —volvió a hablar Bella, pero Evander la miraba con el ceño fruncido como si no le gustase para nada escuchar su voz— no pueden protegerme a mi, a Charlie y buscar al intruso.
—Y a Victoria —le recordó la rubia.
—Y además alimentarse —Bella comenzó a mover su pierna con nerviosismo.
—No te dejaré aquí indefensa —habló Edward con cierta molestia y a la defensiva.
Lydia le dio una gran cucharada a su helado de chocolate mientras miraba alternativamente a cada una de las personas que iban hablando. La situaciones tensas la ponían nerviosa, y estar nerviosa le producía muchísima hambre. Algo que no podía controlar en lo absoluto. Básicamente comía por estrés y ahora que además estaba embarazada, comía casi el doble o triple.
—No se van a morir de hambre. Además yo estaría protegida. Tengo... —bajó la mirada.
—¿Qué? —le interrogó Edward. Pero todos sabían a lo que se refería.
A los lobos.
Casi nadie estaba de acuerdo con esto, pero si eso significaba que Bella estaría a salvo... podrían soportarlo por la seguridad de Bella y Charlie, este último parecía ser más del agrado de la mayoría de los Cullen que su hija pero en realidad nadie lo mencionó.
Aunque sabían que con los lobos no sería una alianza sencilla en lo absoluto. Las cosas simplemente parecían complicarse cada vez más conforme el tiempo pasaba y Lydia lo odiaba. No estaba segura de poder soportar mucho más estrés.
Todos se quedaron mirando los unos a los otros, Edward casi echaba humo por las orejas pero Lydia decidió que era mejor salir de esa habitación en cuanto antes. Se dirigió a la cocina, donde buscó cualquier otra cosa que pudiera comer en ese momento y tardó más de lo habitual. Al regresar, todos la miraron fijamente.
—¿Me perdí de algo? —sonó casi asustada ante las atentas miradas de todos los presentes.
Carlisle dio un paso al frente.
—Edward quiere pedirte algo. Pero no quiero que te sientas comprometida con esto, aunque sería de mucha ayuda si accedes.
Lo miró con el ceño fruncido pero su vista se dirigió de inmediato a Edward. Bella parecía realmente molesta. Sólo se fue unos minutos y ya era el centro de atención. No le gustó para nada.
—Lydia... yo sé que no estoy en posición para pedirte ningún favor pero realmente apreciaría si... bueno... cuando tengas días libres pudieras acompañar a Bella. Es decir, si ninguno de nosotros estamos cerca y ella tienen que irse con esos lobos.
—¿Quieren que sea su chaperona? —casi se ríe al pronunciar las palabras. Casi. Pero al parecer ella era la única divertida con esa propuesta.
—No necesito una niñera —se quejó Bella mirando a su novio, enseguida dirigió su vista a Lydia— además, Lydia tiene otras cosas que hacer en lugar de estarme cuidando.
—De acuerdo —habló Lydia de pronto. Sorprendiendo a Bella.
Edward le agradeció con un asentimiento de cabeza y enseguida miró a Bella.
—Bella, por favor. Confío en ti, pero me sentiría mil veces más seguro si alguien en quien confío está a tu lado.
La pareja se miró por un largo momento hasta que Bella finalmente accedió. Pero aún así no lucía muy convencida. En realidad odiaba la idea de tener un vigilante pero no tenía muchas opciones. Además Lydia podía aprovechar para encontrarse con esos lobos de los que todo el mundo hablaba.
Carlisle se acercó a su novia para besar su cabeza. Nadie más tenía nada más que decir por lo que ambos se retiraron a la habitación del rubio, donde Lydia simplemente se colocó su pijama y al tocar la almohada no tardó más de cinco minutos en caer profundamente dormida.
Carlisle se dedicó a acariciar con mucha suavidad la cabeza de la chica mientras la miraba dormir. La había metido en tantos problemas que ahora se sentía muy culpable. Sólo quería llevar una vida en completa paz con ella.
¿Era mucho pedir?
: ‹𝟹 todos los votos y
comentarios son muy
apreciados. me animan
a seguir actualizando!
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