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꒰ 017 !

capítulo┊ ✦. :: diecisiete
♡ ﹙los denali﹚ ❋  ˚  ݂ ꛒ

—Es aquí —dijo el rubio deteniendo el auto frente a una bonita casa en medio de un claro lleno de nieve.

Lydia frunció el ceño pero sin dejar de ver con interés. La casa era bastante grande y ahora que había dejado de nevar, el manto blanco relucía con los pequeños rayos de sol que se filtraban entre las nubes.

—Exactamente, ¿dónde es aquí?

Carlisle colocó una mano en la pierna de Lydia, dejando pequeños círculos con su pulgar. Ella lo miró con una sonrisa.

—Digamos que es familia. También son vampiros pero llevan una dieta igual a la de nosotros. Estoy segura de que te van a agradar.

—¿Y qué pasa si yo no les agrado a ellos? —preguntó nerviosa— además, ¿saben que vendríamos?

Él asintió.

—Sí, les dije que llegaríamos hoy por la tarde... —

—¿Y? —pregunto al darse cuenta de que tenía algo más que decir.

Carlisle desvió la mirada por un segundo.

—Tal vez les dije que eras una humana y Eleazar y Carmen estaba muy entusiasmada por preparar algo de comer para ti —Lydia reconoció ambos nombres porque Carlisle le había hablado un poco de ellos cuando aún estaban en Forks. Así que aquí vivían.

Lo miró con las mejillas encendidas.

—Esto es muy vergonzoso. ¿Realmente es necesario que los conozca? No es que no quiera, pero... —

—Eleazar tiene un don que le ayuda a saber las habilidades de los vampiros. Pensé que tal vez él podría ayudar para descubrir por qué otros vampiros no pueden olerte.

Ahí estaba la verdad tras todo esto, no es que no le interesara descubrir todo ese misterio pero tampoco le emocionaba tanto como a Carlisle. No había vuelto a hablar con su madre para pedirle explicaciones, principalmente porque había estado ahogada en trabajo y en realidad no había pensado en nada de aquello. Ahora que tenía tanto tiempo libre, en realidad estaba interesada en descubrir un poco más.

—Pudimos haber ido con mi madre —sugirió en voz baja.

—No te preocupes, será nuestra siguiente parada —quitó su mano de la pierna de la chica y abrió la puerta— vamos, antes de que te de frío. Adentro estará más caliente.

Esperó a que Carlisle abriera la puerta y le ayudara a salir. Ambos caminaron una corta distancia por la nieve hasta llegar al porche. Hacia bastante frío pero era algo que Lydia aún podía soportar. Carlisle golpeó con sus nudillos un par de veces la puerta de madera y en un momento una hermosa chica rubia abrió la puerta.

Lydia no pudo evitar mirarla fijamente por lo atractiva que era, como un ángel. Le recordó un poco a Rosalie, aunque en su opinión, Rosalie era aún más hermosa.

—Kate —saludó Carlisle con una sonrisa. Ella también sonrió y se hizo a un lado para dejarlos pasar sin alejar la vista de la pequeña figura de Lydia.

—Carlisle, creímos que llegarías más tarde pero me alegro que estén aquí —cerró la puerta cuando todos estuvieron dentro— tú debes de ser Lydia. Hemos escuchado bastante de ti.

La nombrada dejó ver una sonrisa blanca pero sus mejillas se encendieron.

—Sí, soy yo. Un placer conocerte.

En un instante, el resto de la familia se reunió frente a ellos. Lydia se sentía extraña pero de una buena manera, todos parecían agradables.

—Lydia, ellos son los Denali —comenzó Carlisle— Eleazar, su esposa Carmen. Kate, Irina y Tanya —presentó a cada uno.

Eleazar fue el primero en dar un paso al frente con una gran sonrisa y la mano extendida. Lydia tardó un momento en reaccionar para tomar la mano del hombre.

—Es un gusto, Lydia. Carmen y yo preparamos algo de comer, espero que sea de tu agrado.

—No debieron molestarse, pero se los agradezco.

Carmen fue la siguiente en dar un paso al frente para darle un rápido abrazo a la chica.

—Espero que se sientan cómodos. Preparamos una habitación para que puedas dormir.

Las mejillas de Lydia se calentaron aún más. Sentía que estaba causándoles muchas molestias pero en realidad todos parecían muy gustoso de tenerla como invitada, casi emocionados.

Kate, Irina y Tanya eran muy parecidas, Carlisle le había explicado hace algún tiempo que ellas eran hermanas de sangre y que a su madre la mataron luego de haber creado a un niño vampiro. Eleazar y Carmen se unieron a ellos un tiempo después pero todos se habían establecido muy bien en Alaska.

—Bueno, pasemos a la sala —dijo Carmen luego de que las rubias saludaran— No creo que se quieran quedar aquí todo el día.

Lydia se relajó, pero sólo un poco. Abrazó con fuerza el brazo de Carlisle para sentirse un poco más segura y al tomar asiento en la hermosa sala, se quedó a su lado. La casa era preciosa, pero para su desgracia, era muy fría y no lograba encontrar el calor que tanto anhelaba junto a Carlisle debido a su baja temperatura corporal.

Todos lo notaron, pero fue Eleazar el que se puso de pie para prender la calefacción, enseguida regresó a su asiento junto a su esposa.

—Lo siento, no sentimos el frío por lo que nunca prendemos la calefacción y es raro que tengamos visitas —miró a una de las rubias que Lydia reconoció como Tanya— le pedí a alguien que prendiera la calefacción hace una hora para que estuviera cálido para ti, pero parece que lo olvido.

Tanya lo miró con ojos de disculpa.

—Lo siento.

—No, está bien —se apresuró q decir Lydia— nunca había estado en un lugar tan frío y me cuesta acostumbrarme pero estaré bien.

Se desarrolló una agradable conversación donde Lydia permaneció escuchando en silencio la mayor parte del tiempo para que Carlisle se pusiera al día con la familia de vampiros. De los cinco, Eleazar parecía el más platicador a comparación de las demás. De vez en cuando Lydia se involucraba en la plática pero prefería mantenerse al margen.

Fue una tarde tranquila, en realidad Lydia se sintió cada vez más cómoda y cuando se dio cuenta ya era casi media noche. No estaba tan cansada pues había dormido la mayor parte del viaje, aunque sí estaba hambrienta pero le daba un poco de vergüenza pedir algo de comer y aún no sabía dónde se encontraba la cocina para ir ella misma a buscar algo de comer.

Sin embargo, el hambre que sentía se esfumó cuando sintió la intensa mirada de Eleazar sobre ella.

—No le creí a Carlisle cuando dijo que otros vampiros no podían percibirte, pero ahora que llevas varias horas en la casa, no sería capaz de encontrarte si te escondieras —habló y los demás estuvieron de acuerdo.

—Normalmente detectamos cuando un humano está en los alrededores por su aroma, pero es cierto. Creí que Carlisle había llegado solo cuando escuchamos su auto detenerse al frente.

Lydia se interesó en el tema. Se acomodó en su asiento junto a Carlisle y miró con interés al vampiro.

—¿Eso qué significa?

Hubo un corto momento de silencio. Carlisle también estaba interesado en esa respuesta. Pasó su brazo por los hombros de la chica y miró a Eleazar esperando una respuesta.

—No estoy del todo seguro —habló con calma— pero mi suposición es qué tal vez no seas cien por ciento humana.

Lydia se sintió aún más confundida. ¿De qué rayos hablaba?

—Me refiero a que tal vez tienes algún ancestro que no era humano. No sé mucho al respecto y no existen muchas personas como tú, pero eso es lo que creo —habló de nuevo pero Lydia siguió con una gran cara de confusión— si fueras un vampiro... apostaría que tendrías un don de estilo camuflaje. Nadie te podría rastrear, podrías ocultarte muy bien.

—Entonces... —habló Lydia con prisa pero se mordió la lengua para no parecer impaciente— ¿por qué Carlisle si puede?

Eleazar negó mientras se encogía de hombros.

—En realidad no lo sé. Lo siento si no fui de mucha ayuda.

—Lo fuiste —se apresuró a decir Lydia— supongo que tendré que hablar con mi madre al respecto. Ella sabe algunas cosas pero luego de la boda de mi hermana, no hemos hablado de nuevo.

Eleazar asintió con una pequeña sonrisa.

—Tal vez quieras ir a descansar o comer algo —fue el turno de Carmen para hablar mientras se ponía de pie— el tiempo pasó muy rápido y no te he mostrado la casa. Ven, te daré un recorrido rápido y mañana te puedo mostrar unos lugares de afuera.

Lydia miró a Carlisle antes de ponerse pie. Él le sonrió y ella se alejó junto a Carmen. Ahora tenía más preguntas que antes, pero podría soportar la duda un poco más, tal vez llamaría a su madre por la mañana para tener algo de donde comenzar. Pero por ahora se relajaría y disfrutaría de esas pequeñas vacaciones fuera del drama.




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