꒰ 016 !
capítulo┊ ✦. :: dieciséis
♡ ﹙despedida﹚ ❋ ˚ ݂ ꛒ
Lydia está muy concentrada escribiendo algunas notas de unos pacientes cuando siente una mano deslizarse por su cintura. Sonríe sin dejar de escribir y cuando termina, voltea a ver a Carlisle.
Ha pasado casi una semana desde el incidente con Bella y las cosas han estado bastante extrañas. Hasta donde Lydia sabe, Jasper y Alice se fueron quien sabe a dónde, Emmett y Rosalie también se fueron de la ciudad y según explicó Carlisle, Esme y Evander también iban a tomar unas vacaciones lejos de la ciudad, probablemente lejos del país.
Carlisle no se lo había dicho, pero Lydia ya imaginaba lo que estaba pasando. Luego del incidente de Bella, Edward no quería que corriera más peligros estando rodeada de vampiros. Pero Lydia no sabía que pasaría entre ella y Carlisle. Supuso que ningún Cullen se quedaría en el pueblo. Pero, ¿donde quedaba ella en todo eso?
—¿Lista para ir a casa? —preguntó Carlisle con una sonrisa, dejando un beso en la cien de la chica.
—Sí. Sólo llevaré estas hojas a la sala de urgencias para los médicos de la noche.
—De acuerdo. ¿Está bien si te veo en el estacionamiento?
—Por supuesto.
Lydia le dirigió una sonrisa antes de caminar rumbo a la sala de urgencias. Estaba nerviosa por lo que pudiera pasar en las siguientes horas. ¿Carlisle terminaría con ella? ¿Le pediría mantener una relación a distancia? ¿Simplemente desaparecería como si nada? Para ser sinceros, tenía miedo. No tenía ni idea de qué esperar y por supuesto que no estaba lista.
Se encontró con Carlisle en la entrada del estacionamiento. No dijo nada y subió en silencio al auto del rubio. No dijo ni una sola palabra en todo el camino y tampoco cambió la estación de radio cuando comenzó a sonar esa canción actual que no le había gustado para nada. Él tampoco dijo mucho, sólo se concentró en el camino frente a él pero reposando su mano en la rodilla de Lydia y dando suaves círculos con su pulgar.
En cuanto el auto se detuvo junto a su casa, no esperó a Carlisle y abrió la puerta para salir corriendo. El rubio no entendía lo que ocurría pero la siguió de cerca hasta el interior de la casa.
—Dilo de una vez —le dijo Lydia sin mirarlo, casi gritando.
—¿De qué hablas? —frunció el ceño.
Dio media vuelta para mirarlo, sus ojos estaban rojos y cristalizados.
—Que vas a terminar conmigo. Sé que toda tu familia se fue del pueblo luego de lo que pasó con Bella y está bien pero no hagas que esto sea más difícil. Sólo vete y... y déjame en paz.
Él negó, aún confundido y con el ceño fruncido.
—Lydia —se acercó pero ella retrocedió.
—Está bien, Carlisle. Ellos son tu familia y entiendo que debes ir con ellos. En serio lo entiendo pero no hagas que esto sea doloroso.
Él se acerca y aunque ella retrocede, él es más rápido. La tomó de las mejillas uniendo sus frentes.
—Tu también eres mi familia, Lydia. Y no pienso dejarte atrás. Nunca.
La chica siente su corazón lleno de calidez. Un intenso alivio la invade. Pero aún así las lágrimas acumuladas se deslizan por sus mejillas muy lentamente. Se siente tonta, pero aliviada.
—En serio me siento como una completa tonta por todo esto —soltó un bufido que sonó como un intento de risa— al final, ¿sólo imaginé que ibas a terminar conmigo?
Él sonríe, presionando un poco más el cuerpo de la chica contra el de él.
—Nunca pasó por mi cabeza terminar contigo —deja un rápido beso en sus labios— te quería pedir que vinieras conmigo. Aunque no estaba muy seguro de cómo preguntar.
—Suena demasiado cursi incluso para mi —toma la mano de Carlisle para dejar un suave beso en sus nudillos— pero te seguiría hasta el fin del mundo sin pensarlo.
Una gran sonrisa se extiende por el rostro de Carlisle.
—Haré algunas llamadas al hospital. Has tus maletas y nos iremos ahora mismo. Viajaremos en carretera hasta que amanezca.
Lydia nunca lo había escuchado tan entusiasmado.
—De acuerdo —suspira— no me arrepentiré, ¿cierto?
—Jamás.
—Confío en ti.
Carlisle se separa de la chica con una sonrisa y saca su celular del interior de su saco.
—No te arrepentirás. Ahora ve mientras yo llamo.
Lydia corre escaleras arriba. Saca una maleta que había guardado y mete toda la ropa que encuentra junto con otras cosas que pudiera necesitar. No tiene ni la más remota idea de a dónde van, pero justo ahora es lo que menos le importa. Jamás había hecho una locura como aquella.
Carlisle está a su lado unos minutos después, le ayuda a meter más ropa y a cerrar la maleta. Ella está a mitad de las escaleras cuando Carlisle se adelanta para guardar la maleta y regresa junto a ella para cargarla en sus brazos y besarla.
—Tal vez nunca regresemos.
Lydia no puede dejar de sonreír.
—Está bien. No me importa mientras esté contigo.
La sube al auto pero él regresa para apagar todas las luces y cerrar correctamente la puerta. Cuando todo está listo, él entra al auto y comienza a manejar. Coloca una mano en la pierna de la chica mientras una sonrisa se extiende por sus labios.
Ya sabe cuál será su primera parada.
🫀
Carlisle miró a Lydia que se había quedado dormida a eso de las cuatro de la mañana luego de haber dado un concierto de dos horas. Detuvo el auto junto a la carretera y rápidamente salió para abrir el maletero y buscar una cobija. No quería que la chica se enfermara y aunque adentro estaba la calefacción, era mejor no arriesgarse. Luego de cubrir a Lydia con una manta, siguió con su camino y no se detuvo hasta que dieron poco más de las nueve de la mañana frente a una pequeña cafetería junto a la carretera. Seguramente Lydia estará hambrienta al despertar y aunque Carlisle no necesitaba descansar, quería estirar las piernas un rato.
Lydia despertó con un fuerte dolor en el cuello. Definitivamente dormir en el auto no era una buena idea para nada. Se estiró un poco, tirando sin querer la cobija que la cubría. Luego se dio cuenta de que estaba completamente sola en el auto.
Levantó el respaldo para mirar a su alrededor. Carlisle estaba afuera llamando por teléfono. Dejó salir un gran bostezo y finalmente abrió la puerta del auto, tomando la cobija para cubrirse del frío que hacía afuera. Era como si la temperatura hubiera bajado drásticamente aunque eran casi las once.
El rubio miró a Lydia con una sonrisa y le hizo una señal de que esperara un momento. Eso hizo, caminó un par de pasos en dirección contraria a donde estaba Carlisle para mirar donde se podrían encontrar pero en realidad no tenía ni idea. Todo lo que veía era un profundo bosque y carretera. Más adelante había un pequeño edificio, que supuso era un café de carretera.
—Lo siento —Carlisle se acercó a ella— ¿estás bien?
Asintió.
—Hace frío. ¿A dónde vamos?
—Casi llegamos a nuestro destino. Vamos rumbo a Alaska, quisiera que conocieras a unas personas.
Lo miró con el ceño fruncido pero de pronto volvió a bostezar.
—De acuerdo. ¿Falta mucho para llegar?
—No realmente. Tal vez cuatro o cinco horas más si aumento la velocidad. No quería que te despertaras en la madrugada y fui un poco más lento.
—Duermo como una roca. Pero gracias por ser tan considerado.
Carlisle sonrió.
—¿Tienes hambre?
—En realidad sí.
—Vamos, sube de nuevo al auto e iremos al café que está más adelante.
Hizo lo indicado. No estuvieron mucho tiempo en el café pues Lydia comió muy rápido y pronto estuvieron de regreso a la carretera. Esta vez con la chica bebiendo una malteada de chocolate y cantando como si estuviera dando un gran concierto.
Carlisle realmente se sentía más vivo estando a su lado. Sentía la energía que emanaba la chica y esa felicidad tan contagiosa. Nunca se iba a cansar de ello.
: ‹𝟹 todos los votos y
comentarios son muy
apreciados. me animan
a seguir actualizando!
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