01
🎞️CHAPTER 01🎞️
"The night guard advertising"
REBECCA MIRABA EL RELOJ DE LA PARED Y LAS MANECILLAS PASAR, NO SABÍA realmente que estaba sucediendo hasta que sintió que le estaban jalando hacia abajo y se dejó caer, dejando de disociar.
—Rebecca, joder...—escuchó a su compañera de trabajo que la estaba sacudiendo, gritando en susurros con pánico— si no fuera porque te acabo de jalar, te hubieran disparado.
—¿Qué?—ella preguntó tratando de poner los pies sobre la tierra— ¿a qué te...
Y silencio. Clara, su compañera le tapó la boca mientras que disparos sonaban, gritos de horror y la caja registradora trataba de ser abierta, haciéndola ver entre algunas rendijas de la cocina como unos asaltantes estaban tratando de robar el dinero.
—Oye, la cocina esta lejos de la caja...—Rebecca susurró confundida— ¿cómo iban a...
—Shhhh...—su compañera le calló, sacando su teléfono almeja para marcar al 911.
Rebecca estaba harta de los trabajos de medio tiempo, de los clientes mediocres y ahora, de los ladrones... supuso que estaba por cometer alguna estupidez, pero aún así, analizó al ladrón.
—¿Si sabes que es una pistola a fugueo?
—¿Qué es una qué?
—Que dispara pero no te mata, hace daño con postones y no es con balas, básicamente.
—Oh si, estás loca, Becca.
Sin embargo, la chica suspiró y se puso de pie, saliendo de las cocinas para ponerse tras el mostrador y detuvo a su compañero que con dificultad no podía abrir la caja registradora, sabía que estaba siendo tonta pero no le importaba en lo absoluto.
—¡Apúrate con el dinero!
—Y-yo... n-no—el chico siguió intentando abrir la caja registradora.
—Henry, a la cocina—Chambers le ordenó a su compañero al llegar a la escena— y no, no hay dinero, amigo.
RYAN, SU JEFE HABÍA DECIDIDO DESPEDIRLOS Y CERRAR SU HAMBURGUESERÍA LUEGO DEL ROBO FRUSTRADO, Rebecca sujetaba contra su frente la bolsa de patatas pre-fritas congeladas debido a un golpe con la pistola del asaltante y miraba el cheque sobre la mesa y los veintiún dólares con diez centavos que había recibido.
—¿Vas a renunciar a todo?—Jack, su pequeño hermano preguntó curioso y ansioso— creo que ya es hora.
—No, Ryan me despidió y tuve que pelear por el cheque porque tuve que hacerle entender que esa hamburguesería no funcionaba si no fuera por mi—ella dejó el paquete de patatas congeladas en la mesa— los demás...
—Deberías renunciar Becca, creo que esto ya es suficiente.
—Jack, necesitamos dinero y....
—Becca...—el chico lanzó de la rabia el diario al suelo y empezó a pisarlo con frustración, como si fuera una especie de rabieta.
—Espera... detente—Ella recogió el trozo de diario arrugado al agacharse frente a él — Freddy Fazbear's Pizzeria, ¡buscan guardia de seguridad nocturno!
—¡No!—el pequeño chilló de cólera.
—Jack, tu cumpleaños esta en menos de un mes y no puedo comprarte el sable de Star Wars que querías sin dinero.—Becca trató de jugar con la psicológica con su hermano.
—Pero no quiero—el se cruzó de brazos.
—Jack.... Amabas ese lugar cuando éramos más jóvenes.
—A ti te gustaba—le apuntó de manera acusadora.
Rebecca y Jackson se llevaban por doce años, por lo que, ella pasó su adolescencia yendo a esa pizzería con su hermano en cada fin de semana o celebración, incluso después de clases o porque sí.
—Pero íbamos porque tu lo pedías, Jack, no por mí—ella levantó sus brazos con inocencia, aún agachada junto a su hermano— no me culpes.
—Te gustaba Foxy y lo disfrutabas.... Yo solo quise hacerte el favor de verte feliz porque no lo eras—el pequeño cruzó sus brazos frustrado— a mi me daban miedo.
—Solo son cinco noches, Jack... la paga es buena—ella trato de no seguir peleando.
—Cinco noches y lo dejas—el pequeño hizo un puchero.
—Lo prometo—ella le mostró su meñique— ¿pinky promise?
El pequeño entrelazo su meñique con el de ella y sonrió.
—Ahora ve a lavarte las manos, vamos a cenar mac&chesse y papas fritas.
—¡Eso es asqueroso pero quiero!
REBECCA ESTABA ESPERANDO A QUE LA LLAMARAN, ERA PRIMERA VEZ QUE IBA A UNA OFICINA a buscar empleo, pero había llamado esa mañana para el trabajo y le habían enviado esa dirección, su ropa era medianamente formal y su cabello estaba acomodado en una media coleta.
—Número 17.
—Soy yo—ella se puso de pie— ¿dónde...
—Oficina 5.
Rebecca se dirigió a la oficina mientras acomodaba su ropa y revisaba sus papeles en su currículum, tocando la puerta para entrar y sentarse frente al escritorio.
—Soy Rebecca, llame esta mañana por el anuncio del diario —ella mostró el trozo del periódico y le dio su currículum— ¿sigue disponible?
—Vaya Rebecca, un gusto, soy Steve... —el apuntó su placa y analizó sus papeles, deteniéndose en los datos personales— tienes un gran repertorio de empleos, ¿cuántos años tienes de casualidad?
—Tengo 20, he trabajado desde los 15–ella comentó mientras su pie se movía frenéticamente.
—Bueno, a pesar de que el ser guardia de seguridad en la pizzería no tiene ningún requisito previo, me sorprende ver que... esta carpeta tiene más páginas que un diario de vida de un infante—comentó como si fuera una broma de papá.
—Oh bueno, gracias... supongo.
—¿Puedes empezar hoy?, solo debes cuidar que nadie se meta a la pizzería y pasar las noches.
—Si, no hay problema.
—La verdad es que la pizzería no ha cerrado por completo porque el dueño tiene cierto aprecio por el local y bueno, buscan remodelarlo o algo así—Steve rascó su nuca con confusión.
—Si, no hay problema... solo necesito...
Sin embargo, un golpe en la puerta la hizo voltear y notó a un chico de cabello negro, algo desaliñado.
—Llegas tarde, Mike—el hombre de gafas sonrió y la apuntó— Rebecca ya tiene el empleo.
—Por favor, lo necesito....—el chico la miró— puedes buscar otro empleo.
—Lo siento pero yo llegué primero.
—Pueden optar ambos por el puesto, de por si la paga es pésima—aclaró— pero pueden dividirse la paga de manera que tú, tengas el 60% Rebecca y un 40% Mike.
—¿La paga es mala?, pero el diario....
—Es publicidad engañosa, sino, nadie optaría por el puesto—dijo con un deje de obviedad y los miró a ambos—¿qué dicen?
El chico se agachó junto a ella y la miró en silencio con ojos de cachorro, como si buscara persuadirla pero no la tocó.
—Por favor—rogó.
Chambers se tomó unos minutos para pensarlo, a pesar de que no esperaba pasar cinco noches en la pizzería que se fue a la quiebra tras la desaparición de cinco niños y una mordida de un animatronico, pudo ver que él estaba tan desesperado como ella.
—Bien, lo haré... pero a la primera que lo arruines, renuncias.
—Hecho, ¿me das tu teléfono?
—¿Disculpa?
—Pueden hacer vida social fuera de mi oficina, ya tienen el trabajo—el mayor sonrió y aplaudió— ¿te molesta si me quedo con tus archivos —el leyó su nombre y eso la hizo sentir extraña— Rebecca Chambers?
—Eh... si como sea.
Ambos salieron de la oficina —sin antes ella recibir las llaves— y Mike la siguió como si se tratara de un cachorrito que asumió un nuevo dueño.
—¿Me lo vas a dar?, si vamos a trabajar juntos, necesito saber tu teléfono y... bueno, tu nombre ya lo escuché, Rebecca—él extendió su mano— soy Mike, Mike Schmidt.
—Rebecca Chambers—ella suspiró y rebuscó en sus bolsillos una pluma—¿tienes un papel?
—No...—el revisó sus bolsillos y sacó una servilleta— pero tengo una servilleta, no esta usada pero esta sucia.
Ella anotó su teléfono y firmó su nombre con un Rebecca C. :).
—Es un teléfono de casa, no tengo teléfono propio y usualmente trabajo durante la mañana y parte de la tarde.
—Entiendo... ¿cómo a qué hora podría llamarte?
—En casa estoy normalmente cerca de las cinco.
Mike cortó la servilleta y le quitó el lápiz para anotar su teléfono junto a un Mike S. :/, realmente trato de poner una cara feliz pero sus nervios le estaban fallando un poco.
—Yo estoy durante la mañana y la tarde, si es que no salgo—el aclaró— ¿empezamos hoy, verdad?
—Sí, estaré ahí antes de la medianoche, espero que seas puntual, Mike—ella palmeó su hombro— nos vemos.
Y se marchó, sin esperar respuesta de su nuevo compañero de trabajo.
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