Llegué a casa hecha todo un desastre, tal vez piensen que soy torpe y tenga mala suerte, tal vez sí lo sea. Si les contara, pues soy la típica persona que puede estar hablando con alguien y chocarse con un poste, puedo comprar un libro en la librería y al llegar a casa acordarme que me he dejado la mochila. Soy esa persona que puede comprar en la tienda una galleta he irme sin ella, como también entrar al baño de chicos sin darme cuenta, era la más distraída, y la más torpe. Esa era yo.

—¿Pero qué te ha sucedido niña?

—Un accidente que paso en la escuela, ¿saldrá esta mancha? — Le dije a Rosa señalando la tela de mi blusa

—¿Qué es?

—kétchup

—Muy difícil que salga, sácate la blusa para lavarla, antes que se percuda.

Luego de almorzar me sentí inquieta, por todo, cuando revisaba las tareas que había dejado la maestra no me pude concentrar, decidí entonces salir y dar un paseo con Indomable, saqué la silla de montar se lo puse, justo como me había enseñado Guille.

Salimos y nos adentramos en el profundo bosque.

—Indomable llevaba a donde tú quieras—le dije.

Indomable comenzó a trotar en pasos lentos, luego aumento la velocidad cabalgué como veinte minutos sin rumbo alguno.

Poco a poco salimos del inmenso bosque de Griffin, al salir divisamos un prado enorme nunca había estado por estos lugares, el caballo comenzó a galopar, el viento hacia revolotear mi cabello, el soplo me calmaba me hacía olvidar de todo. el día, el sol, las flores.

Encontramos más adelante un campo lleno de margaritas, me recordó a las pinturas del abuelo, Indomable debió traerme al mismo lugar bajé del caballo y cogí algunas margaritas

Mire el cielo, con las nubes blancas. Y empecé a llorar, El abuelo estuvo aquí, debió pintar estas mismas flores.

Indomable  desearía mucho ser esta flor, esas montañas ese cielo, aunque pases días y siglos siempre seguirán siendo los mismos, nunca de los nuncas podrán cambiar. Gracias abuelo.

¡Zack! Hermano, soy una tonta verdad, por quejarme y por ser amargada, sabes, si hubiera una sola oportunidad daría mi vida por ti, hermano la cambiaria sin dudar.

Zack sé que ya no sufres, ni lloras, estas en un lugar mucho mejor. Hermano, trataré de cambiar, te lo prometo. Yo estoy bien, no tienes que preocuparte por mí, de repente una briza corrió haciendo levantar algunas hojas secas y dientes de león. Mi sonrisa se amplió y las lágrimas salieron. Me limpié el rostro. Y disfruté del paisaje que me comía viva.

Cabalgamos más y más hacia el norte, no sé por dónde me llevaba Indomable, de repente vimos un manzanal, al bajar del lomo de Indomable arranqué uno para dárselo.

caminamos y al adentrarnos divisamos muchos campos de manzanos.

Al voltearme Indomable no estaba, ¿dónde se habrá metido?

— Indomable—grité, vi su cola negra, caminé hacia donde estaba y lo vi mordisqueando unos manzanos caídos del árbol— Indomable, no comas más.

Salimos del bosque de manzanos y vimos una casa inmensa con balcones y una chimenea, la arquitectura era sorprendente.

Sabes Indomable mejor será irnos, le jalé de la cuerda, pero este no se movía, camino en dirección contraria hacia el porche, pero a dónde vas, no podía jalarlo era muy fuerte, mientras discutíamos los dos, algo se paró encima de mi cabeza al agarrarlo vi que era un avión de papel

—¿pero ¿quién me tiro esto? — mire hacia arriba, mis ojos se toparon en ese instante con unos ojos azules, era una chica, me miraba fijamente.

—Hola, ¿Qué haces? —me dijo con una sonrisa de oreja a oreja

— nada, mi caballo, se metió por estos lados

—¿cómo te llamas?

—Nevada, pero me puede llamar Ada

—mmm no entiendo te llamas Nevada y Ada

—mi nombre es Nev-ada, de cariño me dicen Ada

—Ahhh, soy Rebeca, sabes mejor ven aquí para platicar— mencionando esto se metió

—espera, nooo puedo— le dije cuando ella ya se había ido. De la casa salió un señor, este llevaba un traje negro, parecia un mayordomo.

—La señorita pide su compañía.

—disculpa, pero no puedo entrar

—Por favor hágalo por la señorita, la espera

—Bien, solo un momento—le dije dudando— podría, cuidarlo por favor— le dije agarrando a Indomable de las riendas.

—Trajo un caballo— mencionó sorprendido.

cuando entré en la inmensa casa no lo podía creer, parecía la casa de un aristócrata, en el techo colgaba un candelabro de cristal, cuadros del siglo XVIII, armaduras, un piso con azulejos y baldosas de orquídeas. ¿Dónde estaba entrando?

—Se acerco una sirvienta y me dijo que la señorita Rebeca me esperaba en su habitación.

Nunca imaginé que podría encontrar un lugar así en todo Griffin, sé que había casas alejadas del pueblo, pero nunca pensé encontrarme con una casa tan peculiar. La acompañe hasta la segunda planta. Ella tocó la puerta con cuidado.

—Puedes entrar  Marta—dijo una voz alegre

Laura abrió la puerta y me hiso pasar. Cuando entre me encontré con una habitación amplia las paredes eran de papel tapiz.

—Hola, no seas tímida, creo que tenemos la misma edad, pues dime que estabas haciendo afuera.

—nada, a Indomable le gustan las manzanas

—¿tu caballo se llama Indomable?—dijo la chica

—sí

—puedes sentarte ahí—me indicó

Me senté en un sofá, la chica era muy hermosa tenía el cabello rubio y muy largo lo sujetaba con un lazo verde, llevaba un vestido color palo rosa que hacía juego con el lazo.

—¿Quieres algo de tomar un café o té?

—El té está bien gracias — Vi como tocaba una soga que estaba atada a una campanita el tintineo, basto para que la sirvienta entrara.

—Marta tráenos dos tés, por favor

—Enseguida señorita

—Me gustaría mucho cabalgar tu caballo, como está el clima afuera, hay flores. —me quedé callada

—sabes me gustaría salir, pero no puedo— me dijo.

la chica no podía montar ni salir, ni correr, porque estaba sujeta a una silla de ruedas.

—pues hace un calor terrible—mencioné. Ella sonrió ante mi comentario

—soy Rebeca Cartier.

—Nevada Williams —Pero me puedes llamar Ada.

—Bonito nombre

—gracias—Aunque no se lo había contado a nadie mi padre fue quien me lo puso, a mi madre no le agradado el nombre y comenzó a llamarme Ada.

La chica no dejaba de mirarme, se notaba lo emocionada que estaba

—y dime cuantos mides

—medir, mmm pues unos 1.73

—ohh, pero con tacones pasas los 1,75— no entendía por qué la chica me preguntaba eso

—¿por qué quieres saber mi estatura? —la chica empezó reírse

— ah es algo que tengo en mente, ven sígueme, te lo enseñaré

Al lado contiguo de la habitación había un estudio en el centro una mesa amplia, en las paredes había muchos dibujos de ropas, varias telas enrolladas que estaban apiladas en una esquina

Rebeca empujo las ruedas de las sillas y se dirigió hacia un maniquí que tenía encima un vestido de terciopelo azul, tenía una sola manga era liso hasta suelo, y tenía una abertura hacia los costados.

—Podrías probártelo, por favor quiero ver cómo le queda en una persona

—¿eres diseñadora?

—no lo soy aún, pero quiero serlo. Por favor— insistió

Acepte probármelo. Cuando salí del baño ella me observaba sorprendida

—wow te sienta muy bien

—gracias, pero no es mi estilo

—¿Cuál es tu estilo?

—Pues los vestidos largos hasta los pies, me gusta mucho los bordados y no me gusta enseñar demasiado— en eso vi una imagen de un vestido de noche con cuello cuadrado y rayas horizontales rojas y amarillas con mangas en forma de rosas —algo así mencioné

—Ahh eso es un diseño Delpozo, amo al diseñador Josep Font hace arte con la ropa y hay más mira esto— me dijo sacando un libro de uno de los cajones.

Mientras me contaba sobre el vestido con mucha emoción vi sus ojos brillar, me di cuenta en ese instante de que esa chica amaba mucho la moda, pero a la vez sentí lastima por ella, era hermosa, pero estaba postrada en una silla de ruedas.

—Ada— me dijo

La mire—Seamos amigas—Al ver que no respondía ella comenzó a hablar.

—Te haré un vestido de raso lazo liberty que te fascinará

—¿Cuál es tu color favorito?

—El rojo— respondí, luego de decirle eso ella busco un cuadernillo y se puso a dibujar un boceto, lo hizo rápido cuando lo termino me lo mostró

—Me gusta, es perfecto— respondí

Ella sonrió ante mi comentario, tenía una sonrisa angelical, además era impresionante como ella solita hacia el corte y el patrón de las telas, la ayudé a sostener la tela e hicimos juntas el vestido solo faltaba las mangas, ella me enseñó muchas cosas que desconocía como los tipos de corte, los colores, para mi eran todos iguales, pero cada tono de color tenía su propio nombre, al igual que los hilos.

¿Creo que ya debes irte pronto oscurecerá? — me dijo

Es verdad, me olvidé por completo.

—¿Vendrás mañana?

—Claro— sonreí y nos despedimos.

ESPERO QUE LES GUSTE ESTE CAPíTULO, PUEDEN COMENTAR QUE LES PARECIO ESTA HISTORIA, SI GUSTAN PUEDEN HACERME ALGUNA PREGUNTA.

Algunos diseños del diseñador Joset font  ;)

Lo que le caracteriza es la simetria y tambien la geometria de las prendas  y la paleta de colores vividos que mezcla.♥♥♥♥♥♥