Antes de que se marchara mi madre, me hizo recordar que nos quedaban solo dos semanas para irnos de Griffin, no sé si quería irme tan pronto, además, aquí no le caigo nada bien a Estela, tampoco a Dominik.

A veces pienso que pareciera que se burlara de mí, pero lo que le escuché decir en la cabaña del abuelo Zacarias es lo que en verdad piensa de mi, que soy una creída, caprichosa, niña de ciudad esa es la pura verdad.

Ya eran las nueve de la mañana y Rosa aún no llegaba, le habrá ocurrido algo pensé.

En eso tocaron la puerta, fui abrirla

—Rosa por qué...—pero me detuve al ver el rostro de alguien, nunca en mi vida pensé verlo, aquí, jamás.

—Hola, tienes algo que hacer hoy, o estas ocupada.

—No, ¿por qué? —Dije ruborizándome, Dominick llevaba una camiseta sin mangas que dejaban ver sus desnudos brazos.

—Te voy a pagar, pero necesito que me hagas un favor—me dijo, nunca le había visto en estas circunstancias y suplicando.

A su lado apareció su pequeño hermano.

—Hola, traje mi monopolio—mencionó con una sonrisa

—Podrías cuidar a mi hermano por favor, me surgió un trabajo, y mi madre tuvo que ir a la ciudad.

—Te voy a pagar las horas, por favor.

—Está bien.

—Gracias, me salvaste, estaré por aquí en la tarde— diciendo esto se marchó.

Lucas y yo la pasamos muy bien jugamos tres rondas con el monopolio y luego le enseñé a hacer origamis, a mi hermano le encantaba mucho, era todo un experto en el doblez del papel.

A Lucas le enseñe como hacer una rana, él aprendió muy rápido, luego le quitamos la cocina a Rosa e hicimos galletas con chispas de chocolate, y así paso la tarde, estábamos sentados en el suelo de la sala, devorando las galletas, mientras jugamos, a congelados.

Era muy divertido, este pequeño me sacaba una sonrisa, al igual que algunas lágrimas, que logré disimular bien, pasar ratos con él era como estar con Zack.

Rosa entró en la sala—Vino tu hermano— mencionó

—¡NOOOOO! ¡No quiero irme! —hizo un puchero

—Voy a traer las galletas, para que la compartas con tu mamá—le dije saliendo de la sala.

Eché en una bolsa algunas galletas, también las figuritas de origami que hicimos, cuando salí, su hermano estaba en la sala, lo vi conversar con Rosa y reírse de algo. Me lo quedé mirando, los chicos guapos tienen ese efecto, no quitarles la mirada. No me digan que nunca hicieron eso, aseguro que sí. Cuando volteó me vio. Y me sonrió. Me acerqué hacia Lucas y le di la bolsa.

Le acompañé hasta afuera —Lucas ve al auto— le dijo

Entonces se volteó hacia mí—¿Cuánto es?

—¿Qué cosa? ah, no, no tienes que pagarme

—Te quite tiempo, tal vez harías algo importante hoy

—No enserio. Esta bien así—siendo sincera conmigo misma iba quedarme en casa leyendo un libro o cepillando a Jackie. Qué aburrido suena eso ¿no?

—Gracias, te debo una.

—No tienes, nada que deberme—repuse

—Siempre eres así

—¿Cómo?

—Terca, bueno adiós—se marchó,

Lucas agitaba su mano por la ventana, y yo hice lo mismo.

—Terca, por no recibir su dinero en verdad es un tonto

El día siguiente, ocurrió lo mismo, cuidé a Lucas, me la pasé bien, Dominick, esta vez quiso pagarme a la fuerzas, pero me negué. Entonces, puso el dinero en el suelo cerca a mis pies y salió corriendo hacia el vehículo.

—Oye eres un tramposo—grité recogiendo el dinero

A veces pensaba si le caía bien o mal.

—o—

Una mañana me dirigí al pueblo a comprar champú, tomé la bicicleta del abuelo que encontré en el sótano este era muy vieja y tenia la pintura salida en algunas partes.

No pasé por el restaurante porque ya sabía con quién me iba a encontrar, en el pueblo había algunos niños que estaban jugando "mundo" con una piedrecilla.

Cerca de la pileta había algunas carretas de caballos, y unos turistas que me preguntaron por un lago llamado Dunker, no le pude ayudar porque no sabía dónde se encontraba. Iba de camino a casa hasta que paso una camioneta y se detuvo, alguien llamó mi nombre.

Frené, la bicicleta, el que me llamó fue Lucas, del auto salió su madre.

—Hola—me saludó

—Buenos días, Señora

—Llámame Carla

Cuando miré por detrás del auto estaba al volante Dominik, tenía el rostro serio y al parecer estaba algo molesto, por el contrario de su hermano que me sonrió con sus pequeños dientes.

—Te gustaría venir al rio con nosotros—comentó su madre

Me quedé perpleja al escucharla.

—lo siento, pero me dirigía a casa

—Entiendo, pero solo será un rato, quiero agradecerte por cuidar a Lucas estos días preparé sándwiches—Mencionó con una sonrisa

—yo...me iba negar, hasta que del auto salió Lucas gritando

—¡No, digas que nooooooooooooo!

—¡Ven, por favor, vamos a atrapar conchas, y peces!

—Lo pensé por unos segundos, y acepté. Mi bicicleta lo pusieron en el maletero, me senté en la parte trasera, con el pequeño Lucas. Comenzamos el desempate de quien se sabía más nombres de animales Marinos.

—Bien, comencemos

—Pez gato

—Pez espada

—Tiburón

—Piraña

—Leviatán,......

Al final, gané yo.

Me quedé mirando la ventana, a los árboles que bailaban con la briza, luego mi mirada paso al espejo retrovisor, y justo ahí tenía esos ojos esmeraldas observándome, pensé que iba sonreír, pero no lo hizo, desvié mi mirada nerviosamente. ¿Por qué estará así? ¿acaso no quiere que vaya con su familia? ¿hice algo malo? ¿me odia? Claro, que no le caía nada bien, no quiere que me acerque a su familia, debe ser eso, si apenas me conoce.

Me sentía deprimida. Hasta que llegamos al rio. Ayudé a llevar la cesta, tendimos unas mantas. Cerca al rio había rocas inmensas acumuladas. Donde algunas chicas estaban tomándose fotos, y otras estaban dentro del agua.

Lucas enseguida me jalo del brazo. — Vamos hacia halla y atrapemos peces— me dijo. Llevaba en su mano una cubeta. Lo seguí, me subí a una de esas rocas enormes y me senté mientras que Lucas veía si había peces cerca.

Me fijé que la madre de Dominick estaba sacando el paraguas. Pero él no estaba por ningún lado.

Hasta que oí unas risitas eran esas chicas que salían del agua donde se les veía sus trajes de baño, bikinis muy provocativos, y cerca de ellas estaba Dominik, estaban conversando, él sonreía, una de ellas le tocó el brazo al parecer se divertían. No sé por qué en ese instante sentí tanto celos, quería que estuviera cerca a mi lado.

Esas chicas eran muy bonitas, seguro turistas. Mientras que yo estaba con una falda hasta el suelo y una camiseta que tenía la imagen de pequeñas fresas. Mi vestimenta era horrible, desde muy chica no me importaba como iba vestida, me ponía lo que me gustaba. Pero al mirarlas, cuanto desearía haber traído otra ropa.

—No encuentro peces —dijo Lucas decepcionado. En eso volví a mi realidad.

—¡Venimos por unos peces y no hay! —dijo molesto sentándose en la roca y cruzando los brazos

—Lucas no te pongas así

—¡Haaaaaaa! —gritó de repente aferrándose en mí

—Vi algo escurridizo se metió sobre esa roca —exclamó con miedo

Agarré una rama que encontré por ahí, e hice rodar la pequeña roca, de ahí salió una lagartija color verdoso amarillento.

—¿Te da miedo esta lagartija? —Dije con el ceño fruncido y riendo

—No, claro que no ¡Vamos a casarla! —dijo emocionado

En eso su madre llamó—¡Acérquense a comer!

—Vamos a comer—le dije

—¡No! yo quiero cazarla.

Pero la lagartija más astuta y escurridiza, hábilmente se metió entre las rocas.

Fuimos a comer los sándwiches. Pero Dominick seguía sin aparecer.

—Dónde se metió este chico— dijo su madre quejándose

Tal vez mi presencia le incomode y por eso me está evitando. De repente sentí la vibración de mi teléfono, lo saqué del bolsillo de mi falda, observé que era otra llamada perdida de mi padre, me estaba llamando estos días últimamente, no le devolvía la llamada porque estaba enojada con él desde que se casó sin avisarme, además me pidió que fuera a vivir con él. Desde ese día no le hablo, ni cojo sus llamadas.

Vi a Dominick despedirse de las chicas, y dirigirse hacia acá. Quería irme, no quería toparme con él, me inventé una excusa.

—Señora Carla, discúlpeme ya me tengo que irme, mi madre me acaba de llamar

—NOOOO dijo lucas—interrumpiendo

—Está bien cielo, descuida, otro día será, te traje inesperadamente para la próxima te invitaremos, con anticipación.

—Adiós y muchas gracias.

—No te vayas.

—Ya Lucas, déjala, tiene que irse.

Saqué mi bicicleta del maletero y me dirigí a casa

En eso una voz me llamó

—"Nevada"

Esa palabra me dejo en un trance profundo, no la había escuchado en meses, me molesté con mi padre y dejé de hablarle. Zack eres tú, me giré sorprendida y no era él.

Era Dominick

—¿Ya te vas? —preguntó

Si hablaba y va a oír mi voz temblorosa, respiré profundamente, y mentí

—Sí, mi madre me está llamando— emprendí la marcha

—Espera—su voz se lo llevó el viento pedalee rápido hasta llegar a casa.

ESPERO QUE DISFRUTEN DEL CAPITULO:) ME AYUDARIA MUCHO SUS VOTOS Y COMENTARIOS☻♥