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( 005! ) ━━ hades y perséfone .


number five, hades y perséfone

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FAN MADE ONE SHOT,          hecho por pandanemia21 !!

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soulmates







Se suplantará el nombre de Perséfone por Percy.

Cuando en la antigüedad un ser era concebido, era conocido por un nombre, un nombre que todos pueden pronunciar; pero su alma también tiene un nombre, un nombre que nadie conoce y nadie puede pronunciar. Solo existía un motivo por el cual otra persona podía pronunciar el nombre de otra, eso solo ocurría cuando una persona le decía su nombre a otra, ésta podía pronunciarlo y aunque otros lo escucharan de esta persona, ellos no podrán producir sonido alguno al intentar pronunciarlo, siquiera podrían escribirlo.

Pero todo tiene un precio. El verdadero nombre, el nombre del alma, no es algo que se le podía decir a cualquiera, pues, cuando una persona decidía confesar su nombre a otra: su cuerpo y alma le pertenecían a aquella persona y pasaría la eternidad a su lado, sin poder separarse... Es el compromiso de amor del alma...

Incluso los dioses antiguos tenían un nombre secreto...

                    DEMÉTER ERA UNA MADRE ORGULLOSA, PARA ELLA NO EXISTÍA NADA MÁS más preciado que su pequeña flor. Su amor era tan grande que llegaba a ser sofocante, temía tanto por su pequeño que lo mantenía encerrado en su casa, escondido en un bosque donde no podían entrar los mortales, escondido de los otros dioses pues temía que se lo llevaran por su belleza y que ella quedara sola.

Pero no siempre podía permanecer al lado de su flor, cuando Zeus la llamaba tenía que acudir y para Perséfone no existía mejores días, pues siempre su madre se ausentaba por varios días; días donde con ayuda de las ninfas que lo cuidaban bajo órdenes de su madre, podía salir de la casa y recorrer el bosque y poder jugar al aire libre.

Fue en uno de esos días, donde su madre se tenía que ausentar por mucho más tiempo que el común (al parecer algún drama de Afrodita estaba entre los problemas del consejo) que estaría al cuidado de las ninfas por un mes; un mes de libertad que se dispuso a disfrutar al momento de la partida de la diosa al Olimpo y salió, corrió, rió y jugó hasta llegar cerca de un lago en medio del bosque donde se detuvo a descansar mientras se tiraba al pasto riendo y a su espalda llegaban jadeantes las ninfas, que se quedaron cerca de él pero dejándole su espacio. Fue tendido en el suelo que sintió una mirada fija en él; sintió su cuerpo temblar con una emoción que no reconoció, pero se mantuvo tranquilo, fingiendo que no sabía de la presencia misteriosa en el bosque. Sabía que no era un mortal, debía ser un dios y tenía curiosidad, quería conocer al dueño de esa mirada profunda, pero sin malas intenciones.

κάτω κόσμος και άνοιξη

Hades siempre estaba en el Inframundo, vivía ahí desde que sus hermanos lo dejaron a su suerte; aunque realmente no podía quejarse, siendo las destino la razón detrás de aquello. Después de tantos años allí, su piel antes bronceada se apagó hasta el punto en que no podía recordar cómo era al inicio, acostumbraba a pasear por los prados de asfódelos, el Erebo y el Tártaro, vigilando y custodiando a todos los que vivían en su reino, manteniendo el equilibrio.

Pero tanto tiempo haciendo lo mismo lo aburría, así que aprovechaba cada vez que su hermana Deméter salía para escabullirse por las grietas del suelo al bosque donde el aire era fresco y había paz; lejos de los mortales o cualquier otro ser. Y esta vez no era diferente, sabía que ella tenía una reunión en el Olimpo y siempre se tardaba, así tenía más tiempo para poder relajarse, aunque no por mucho tiempo..., su presencia siempre sería rechazada por las creaciones de su hermana.

Salió esta vez en su lugar favorito cerca de un lago en el centro del bosque, estaba dormitando cuando lo sintió llegar. Extrañado se asomó a ver quién se acercaba, él sabía que su hermana vivía sola y esas risas que se escuchaban era de un joven hombre; se ocultó usando su poder con las sombras y quedó prendado del pequeño joven que venía riendo y bailando, su cuerpo se quedó estático y su cuerpo sin aliento, solo se le quedó mirando.

A orillas del lago estaba el ser más hermoso que había visto en su inmortal vida, con un pelo negro azabache (aunque no como el de él, si no más claro, como si tuviera vida) con leves ondas y una corona de flores adornando su cabeza, piel cual porcelana pura y brillante, y sus ojos... Oh, sus ojos eran la cosa más hermosa de la tierra —y Olimpo. Eran como dos piedras preciosas, similares a un zafiro, pero brillaban igual que la noche llena de estrellas. Simplemente se olvidó de todo y se quedó mirándolo todo el día hasta que se fue y sin darse cuenta siguió viniendo a la misma hora, escondiéndose para seguir observándolo.

Ya al tercer día, Percy se armó de valor y caminó hacia la presencia que llevaba días sintiendo, pero los nervios lo traicionaron y dio un paso en falso. Cerrando los ojos esperaba la caída que nunca llegó, unos fuertes brazos detuvieron su caída. Lentamente y con suavidad le ayudaron a reincorporarse

—¿Te encuentras bien, Percy? —Dijo el hombre suavemente mientras lo colocaba lentamente en el suelo—. Debes tener más cuidado.

Levantó la mirada y asustado retrocedió un paso, frente a él estaba un hombre alto, vestía completo de negro, su pelo de un negro cual carbón indomable, su piel pálida (no como la suya, más bien como se pone la piel que antes estaba bañada al sol al frío y nunca saliera de ese lugar) y sus ojos de color esmeralda—: Sí, gracias, Hades.

Al escuchar la confirmación a su pregunta se dio vuelta para irse, ahora que había sido descubierto era mejor irse antes de, posiblemente, escuchar algo que le rompería el corazón

—Espera —tomó su mano deteniéndole— ¿Eres tú el que me ha estado vigilando?

El más alto trago saliva, no era su intención haber actuado de esa forma, pero temía que al acercarse huiría y no lo volvería a ver nunca más—: No te vigilo...

El de ojos azules levantó una ceja— Entonces, ¿por qué he sentido tu presencia estos días?

Mirándolo, Hades suspiró, supo desde ese momento que siempre se rendiría ante Percy—: Estaba aquí hace 3 días cuando tú llegaste. Te vi tan radiante y lleno de vida que no pude evitar observartele confesó sin titubear, mirándolo a los ojos, deseando tocar su mano otra vez pues ya lo había soltado.

El rostro de Percy se tornó rojo como los tomates de su madre y se cubrió con sus manos la cara. La forma en que lo miraba Hades era...

—Lamento haberte molestado —dijo un divertido Hades, trataba de grabar en sus recuerdos este momento, Percy se veía tan hermoso sonrojado y tímido— Es momento de que te vayas, ya está anocheciendo —exclamó mientras trataba de reanudar su marcha, siendo detenido otra vez por la mano de Percy.

—Espera, creo que sabes que no poseo muchos amigos..., y bueno, en verdad quisiera convivir con alguien más aparte de ellas —hablaba atropelladamente sin mirarlo directamente, sus ojos vagaban desde las esmeraldas del contrario al piso.

—Vendré mañana lo más temprano que pueda —le contestó mientras resistía el impulso de tocar su cabello, sabía que no podía pedir más—, en este mismo lugar. —Aclaró al final mientas hacía aparecer un tallo con flores blancas de seis pétalos y con forma de estrellas, y se lo tendía al joven frente a él que observaba con curiosidad la hermosa flor.

—Gracias, te veré mañana entonces —se despidió mientras lo veía desaparecer por una grieta en el suelo.

Ambos volvieron a sus hogares. Uno a una prisión y otro a un lugar lúgubre que ya no lo parecía tanto, pero ambos deseando que llegara el mañana.

κάτω κόσμος και άνοιξη

—Me gustó mucho la flor que me regalaste ayer —admitió Percy mientras se sentaba junto a Hades. En su interior bailaban miles de mariposas, estaba tan feliz de ver a Hades esperándolo, que corrió y se lanzó a sus brazos. Al separarse se disculpó por casi botarlo y sorprenderlo, éste se excusó diciendo que no estaba acostumbrado a que la gente lo toque y mucho menos que le salten encima, dijo al final revelando una pequeña sonrisa que hizo que el corazón de Percy se detuviera por unos segundos y luego tomaron asiento, escondiéndose de sus cuidadoras—: Nunca la había visto —señalaba la flor que adornaba una nueva corona de flores.

—Eso es porque solo crecen en mi reino —le contestó—. Los humanos no dejan que crezca en la superficie pues están relacionadas con el Hades.

—Es una lástima, son muy hermosas —lo miró y se acercó más a él con una sonrisa—. ¿Me podrías regalar más asfódelos? Me encantaría poder plantar algunas en este campo, en un lugar solo para mí.

Hades tomo su mano con suavidad y en su palma colocó una pequeña bolsa— Con esto puedes plantar tantos como quieras, las semillas nunca se acabarán.

Sonrió ampliamente, agradeció y tomó la bolsa para sacar unas cuantas semillas y las plantó a orillas del lago. Las cubrió de tierra y de ella brotaron unos bonitos asfódelos de color blanco— Si no me equivoco, los asfódelos son sinónimo de soledad.

—¿Lo son? —inquirió viéndole.

—Sí, ¿te sientes solo Hades? —preguntó tomando una de las flores y volviendo a su lado.

Hades sin mirarle asintió lentamente— El Hades no es un lugar para visitas.

Yo iríarespondió rápidamente mirándolo fijamente, tratando de buscar alguna sombra del ser que siempre describen, pero que hasta el momento Percy nunca había visto

—Tu madre no te dejaría salir, además no soy de su agrado.

—¿Pero dejarías de venir a verme si ella te lo ordena?

—Solo dejaré de venir si tú me lo pides, vendré siempre que pueda en tanto tú quieras ¿está bien eso? —preguntó sonriendo levemente

—Sí —sus ojos brillaban en lágrimas no derramadas y aparecía una sonrisa sincera en su boca, que parecía alejar incluso las sombras de su ropa—. Gracias.

Así pasaron las semanas; todos los días, Percy se escapaba de las ninfas y llegaba al claro junto a Hades, donde con flores hablaban y coqueteaban. Percy, acostumbrándose a la frialdad de la piel de Hades, trenzaba su cabello y lo decoraba hermosamente con las flores que él le pedía y luego le preguntaba su significado; significado que Percy estaba seguro de que conocía pero que le preguntaba solo para verlo hablar y sonrojarse.

—Dime Percy, dime qué significan estas flores —dijo mientas levantaba una y se la mostraba mientras éste la lleva a su cabello para adornar el peinado.

—Esa, mi señor, es una orquídea que significa belleza suprema —murmuró mientras veía pasar flor por flor frente a sus ojos—. La pascueta es belleza inocente, las prímulas (no esa mi señor) son sinónimo del primer amor y la reseda (sí, esa) es amor oculto y finalmente las peonias rosas son sinceridad y la lavanda es... amor respetuoso.

—Te falta esta —dijo mientras le tendía otra flor, pero esta no era para su cabello— la gerbera rosa.

El de ojos azules tragó saliva mientras sostenía la flor en sus manos, ahora estaba de frente a su señor, aún en el piso ambos frente a frente— Lune dijo... que cuando se le regala a alguien una gerbera rosa es porque esa persona es considerada según el dador... como la persona más hermosa.

—Bueno, esa es una gran coincidencia —dijo Hades mientras acariciaba su mejilla y Perséfone lo miraba.

—¿Qué es una coincidencia? —exclamó curioso, acercado más su rostro a aquella mano.

—Para mí, eres la más hermosa creación que existe en este mundo.

—No diga eso mi señor, existen bellezas más hermosas que yo, la misma Afrodita es un ejemplo.

—Sí, puede ser. Pero su belleza se ve opacada por su arrogancia y desprecio hacia todos. Tú, por otro lado, eres un ser puro, tierno y bello, que hace que todo lo que tocas cobre viva, así como yo lo hice al conocerte.

Percy tragó saliva, su corazón brincaba como nunca antes... ¿Era posible que su amor fuera correspondido?

—¿Me amas Hades?

El mencionado solo lo observó y suspiró. Acunó su rostro entre sus manos y en su rostro apareció una sonrisa llena de sinceridad, la misma sinceridad que se reflejaba en sus ojos y que hizo a Percy aún más anhelante de su respuesta.

—Sí, Perséfone, te amo. Te amo desde el momento en que te vi y se me hace imposible no amarte cada día más, aunque nos conozcamos hace 3 semanas y realmente no espero que me correspondas —finalizó mientras observaba su rostro con todo el amor de su corazón—. Solo no me pidas apartarme de tu lado pues ya no puedo recordar los días sin ti.

Percy sintió como el aire llenaba sus pulmones se esfumaba y en su interior solo agradecía a Eros por su amor— Mi señor, nunca le pediría que se apartara de mi lado. ¿Como podría? ¿Cómo podría hacerlo ahora que sé que mi amor es correspondido, que mis sueños se han cumplido y que no solo tengo un amigo, sino que tengo un amor?

¿En serio me amas mi querido Percy?habló, limpiando con sus dedos las traicioneras lagrimas que salían de los ojos de su adoración mientras sonreía.

Hades, yo también te amo dijo antes de saltar a sus brazos y esconder su cara el cuello del más alto. Sentía como esos brazos fuertes lo envolvían y apretaban contra él, sintió el beso que depositó en su cabeza y cómo se agachaba a susurrarle algo al oído.

—Perséfone, mi amor. Te amo como nunca había sentido y si algo tengo claro es que desde el momento en que hablamos es que pertenecía a ti. Y como muestra de mi amor, te voy a decir mi nombre.

—Mi señor ¿está seguro? —Lo detuvo, mientras se separaba de él sin romper el abrazo— Si usted lo hace, tendrá que permanecer conmigo y tiene un reino que cuidar. Si lo hace, yo también lo haré.

—No, no lo hago para que me digas el tuyo y tampoco quiero que me lo digas aún. Eres un alma que desea la libertad, eres libertad. Y yo no te voy a negar lo que deseas, vendré todos los días solo para verte y estar cerca de ti —se acercó a su oído y con una voz casi inaudible confesó— Mi nombre es Albus.

Albus —susurró Percy mirando al dios frente a él, en su interior había un huracán de emociones, pero sobre todo había amor, mucho amor. Cerró los ojos mientras juntaba su frente con la de él, y mientras respiraban el mismo aire proclamó— Mi señor, Hades, Albus, no importa cómo te llames y no importa si no quieres saber mi verdadero nombre; solo ten certeza que, aunque me hayas mentido no tiene importancia. Pues te amo, te amo tanto que podría dejarlo todo si me lo pides, podrías destruirme y no pondría resistencia alguna. Ahora sé tu nombre y me perteneces, pero tú no sabes el mío y cada parte de mi es tuya, solo tuya. Te amo Albus

Ambos permanecieron juntos sin moverse, solo sintiendo al otro hasta que llegó el momento de separarse, ya mañana podrían estar juntos otra vez.

κάτω κόσμος και άνοιξη

Esa mañana, Percy se despertó con una hermosa sonrisa mientras recordaba todo lo ocurrido hace unas horas. Se levantó y se dirigía a buscar a Lune y Rose para desayunar, las buscó y cuando no las encontró se dirigió a la sala. Fue en ese momento donde su felicidad menguó.

¡Sorpresa! gritó una emocionada Deméter.

¡Mamá! —alcanzó a decir mientras era envuelto en un fuerte abrazo— ¿Qué paso? ¿Por qué volviste antes?

—Bueno, resulta que no podía pasar un momento más sin ti, así que solo me escape. Descuida, Zeus no hará nada si sabe lo que le conviene.

Perséfone estaba devastado, se excusó con su madre diciendo que estaba cansado y volvió a su cuarto, donde, sentado en la ventana, se quedó todo el día deseando poder enviarle a Albus un mensaje, deseando estar en sus brazos solo un momento más. Fue en esa posición que le encontró Lune, una de las ninfas que lo cuida y su gran amiga. Desesperado, le pidió ayuda y luego de comprobar que Hades decía la verdad (en el momento que Lune no pudo pronunciar el nombre de Hades, algo en el interior de él revoloteó de alegría), la mandó al lago con un mensaje y un regalo.

Hades estaba esperando como siempre a su querida flor cuando vio acercarse a una de las ninfas que cuidan de él y la esperó.

—Hades —empezó la ninfa haciendo una reverencia antes de continuar— Mi nombre es Lune y vengo con un mensaje y un presente de mi señorito: él lamenta no poder venir, pero su madre, lady Deméter, volvió antes de lo esperado y no puede salir —terminó de decir mientras le tendía una flor.

Hades observa la flor. Era hermosa y tenía un leve resplandor debido a la magia impregnada en ella.

—Es un tulipán blanco, señor. Eso significa amor puro y sincero, así como también a veces se usa...

—... Para pedir perdón —termina por ella. Era la manera de Perséfone de disculparse por no poder estar con él luego de todo lo que pasó ayer y recordarle que lo ama.

—Así es —confirma la ninfa—. Percy dijo que encantó la flor para que pueda vivir en el Inframundo.

—Lune, ¿podrías tú...?

Y es así cómo Lune fue su conexión; todos los días la ninfa entraba y salía de la casa cargada con flores que eran enviadas por los amantes, era su forma de comunicarse y expresar todo lo que sentían. Pero aún con su comunicación, ambos sufrían enormemente la ausencia del otro.

Un día Hades en la espera de la ninfa, al verla llegar juraba que sus ojos lo estaban engañando; a su lado venía su Percy, que al verlo levantarse corrió hacia su lado.

—¡Al! —exclamó antes de saltar sobre él. El mencionado, sorprendido por el apodo, pero por sobre todo porque aún no terminaba de creer que estaba en sus brazos, lo apretó contra su cuerpo mientras enterraba su cara en su cabello y se dejaba envolver por su olor.

—Oh, mi amado Percy —exhaló separándose lo suficiente para besarlo, lentamente, expresando todo su amor y cuánta falta le hizo. Al separarse lo observo más claramente; su piel estaba más pálida que de costumbre, más delgado y habían unas horribles bolsas negras bajo sus ojos—. El que está atado aquí soy yo, ¿cómo es que te ves tan mal?

—¿Acaso crees que podría estar bien si estoy lejos de ti? Además, tu aspecto no difiere mucho del mío —le respondió inflando las mejillas, quejándose de igual forma de las bolsas mucho más marcadas que de costumbre bajo sus ojos. Estaba consciente de los problemas de Albus a la hora de conciliar el sueño, habían descubierto que la única forma que él lograba conciliarse con Hipnos era si Percy estaba a su lado velando su sueño. Sus pómulos más marcados por no comer y las claras señales del sufrimiento que causaba la separación a la conexión, hacía temblar su corazón— ¿Realmente te encuentras bien, Al?

—Cada minuto de sufrimiento lejos de ti es compensado con saber que te volveré a ver pase lo que pase —dijo, acunando el rostro de su amor con su mano.

—Hablaré con mi madre, no podemos estar lejos del otro.

—Bueno, en parte me alegro de que no me hayas dicho tu nombre (ouch, me dolió, tienes mano pasada). Quiero decir, me alegra que no sufras el dolor que sufro yo al no estar a tu lado.

—Mi señor, tengo que decirle algo —hablo el menor mientras se acercaba a la oreja del mayor, y con voz suave y clara dijo—: Nunca dejaré que sufras en soledad otra vez, Hades y Perséfone, Albus y Luca, siempre estaremos juntos mi señor.

—¿Luca? ¡¿Percy, acaso tú...-?! —espetó el dios, separándose abruptamente de él y mirándolo incrédulo a los ojos.

—Sí, Albus, ese es mi nombre. Vamos, dilo. Déjame escucharlo, déjame escuchar mi nombre ser pronunciado por tus labios —tembló su voz al decir eso. Un poco de miedo surgió en el fondo de su corazón, temiendo el enojo del dios al desobedecer sus deseos de no saber su nombre por el momento.

—Luca, ¿acaso existe un nombre mejor para ti, amor mío? Eres la luz de mi vida y tu nombre significa luz. Oh, mi pequeño Lou, esto solo demuestra lo que antes desconocíamos: fuiste creado para mí, como yo fui creado para ti —finalizó todo con beso y luego otro y otro.

—Mañana hablaré con madre. Hasta entonces, disfrutemos el tiempo juntos antes de separarnos una vez más.

κάτω κόσμος και άνοιξη κάτω

Hades esperaba tranquilo frente al lago alguna señal de Perséfone, pedía a Eros que le diera claridad a Deméter y no intentara algo contra su pequeño en su locura de mantenerlo prisionero.

Pero sus ruegos no fueron escuchados. De un momento a otro sintió un fuerte dolor en el pecho, tan fuerte que casi le hace soltar un alarido de dolor. Se para rápidamente temiendo por Luca; algo iba mal, tenía que llegar rápido con él. Sabía que tenía que llegar rápido, así que expandió la grieta en el suelo y emergió su carrosa, era la única forma de llegar rápido a la casa de su hermana. Espérame Lou, voy en camino.

Por otro lado, Luca estaba enojado y asustado. Esa mañana se despertó temprano y esperó a que su madre llegara de su reunión. Estaba muy nervioso, conocía a su madre, así como su desprecio por Hades; no tenía idea de cómo iba a reaccionar.

Estaba tan sumido en sus pensamientos que cuando sintió que tocaban su hombro saltó y lanzó un pequeño grito, al voltear vio la mirada preocupada de su madre.

—Percy, cariño ¿te encuentras bien? ¿Acaso estás enfermo? —inquirió al mismo tiempo que tocaba la cara de su hijo buscando algún signo de malestar.

—Madre, por favor detente. Solo escúchame ¿puedes? —la frenó Luca, dando un paso atrás. Entre más lejos de las manos de su madre estuviera, podría hablar— En tu ausencia te desobedecí, sali de casa.

—¡Perséfone, eso fue muy peligroso!

—¡Madre, déjame hablar! anonadada por el arrebato de su hijo, Deméter decidió permanecer callada.

—Salí de casa y conocí a alguien. Durante estos últimos días he estado junto a él y nosotros nos enamoramos.

—¡NO! ¡TÚ NO ME PUEDES DEJAR, ERES MI HIJO! ¡TE PROHIBO VOLVER A VER A ESE HOMBRE!

—¡Madre que sea tu hijo no quiere decir que sea tu prisionero! Y TAMPOCO PODRAS SEPARNOS MADRE, LO AMO Y ÉL ME AMA. AMBOS CONOCEMOS NUESTROS NOMBRES.

—¡NO! —Deméter se llevo las manos a la boca para suprimir el grito— Tengo que llevarte con Eros, quizás haya tiempo aún y pueda disolver el vínculo —dijo agarrando el brazo de su hijo y tironeándolo para que caminara.

—¡No! —Luca, asustado de que el plan de su madre funcionara y lograra separarlo de Albus, logró liberarse del fuerte agarre. Se encerró en su cuarto y salió por la ventana tratando de escapar de las garras de su madre. En su mente llama a Albus, suplicando que lo rescatara.

En ese momento vio una carrosa negra que se acercaba a gran velocidad con Albus conduciendo, estiró su mano y cuando Albus lo alcanzó, lo sujetó fuerte subiéndolo a su lado y se sumergieron en la tierra justo cuando Deméter les daba alcance.

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Albus estaba asombrado de la facilidad a la cual Luca se adaptó al inframundo, era tal que todos sus súbditos lo adoraban, se preocupaban por él y lo aceptaban como el esposo de su señor y seguían todas sus órdenes como si vinieran de él. Dormían juntos, pero habían pasado de eso. Eran compañeros de alma al ambos saber el nombre del otro, pero para estar casados en su totalidad debían consumar el matrimonio; todas las mañanas al despertar pasaba minutos mirándolo dormir, velando su sueño antes de tener que levantarse a cumplir sus deberes.

—¿Quieres acompañarme a la superficie a buscar fruta para ti? —le preguntó Albus mientras le daba caricias en su cabello. Ese día no tenía pendientes por lo que se quedaron hasta tarde en la cama, sintiendo el calor del cuerpo del otro.

—¿Por qué no puedo comer la fruta de aquí? —curioso preguntó, ya que todos cuidaban que no comiera bocado alguno de todas las delicias que preparaban en los banquetes.

—Una vez que comas la fruta del inframundo, no podrás salir de aquí. Y como ya te dije una vez, tú amas la libertad y no te privaré de ella —le respondió suavemente mientras le besaba la frente.

—Te amo. No existe otro lugar en el cual quisiera estar en este momento, si no es en tus brazos. —Luca dijo al separarse y acomodándose en el pecho de Albus—. No entiendo como los mortales te temen.

—Los mortales tienen miedo a la muerte, creen que al venir aquí estarán destinados a sufrir. Pero al final terminan viviendo una vida muy parecida a la que ya llevan, excepto aquellos que tengan algo que pagar. Pero aun así siguen comportándose mal.

—Son incongruentes, ojalá pudiera mostrarles...

—No, déjalo así, mi amor. Ya podrán verlo con sus mismos ojos cuando llegue el momento.

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Luca estaba asombrado de lo rápido que pasó el tiempo, ya cuando se dio cuenta llevaba unos cuántos meses en el inframundo. Los mejores meses de su vida, donde al despertar lo primero que veía era a Albus y pasar cada momento del día con él lo hacía enormemente feliz.

Despertar temprano envuelto en sus brazos, sentir sus besos recorriendo su cara, ver las sonrisas que eran dirigidas sólo para él, su escasa risa que parecía una melodía que las mismas musas sentirían envidia... Estaba muy feliz, tanto que una parte de él no podía pensar que pronto pasaría algo que opacaría su felicidad y antes de que todo explotara necesitaba tenerlo todo.

Sintió a Albus apretar su agarre y volvió en sí, estaba perdido en sus pensamientos, cuando lo escucho hablar con un tono que hizo vibrar cada molécula de su ser— Buenos días, Lou, ¿dormiste bien?

—Sí, Al, ¿y tú?

—Ciertamente muy bien, porque estás aquí a mi lado —le besó levemente y lo vio apartar la mirada sonrojado— ¿Qué quieres hacer el día de hoy, amore?

—¿De verdad quieres saber? ¿Cumplirías con mi petición? —preguntó con una extraña mirada que Albus no supo calificar.

—Lo que digas.

—Quiero llevar tu tacto en mi cuerpo. Quiero que me tomes y que dejes en cada parte de mí todo de ti. Finalicemos la unión, Al, quiero permanecerte completo, sin más demoras o retrasos.

Albus tragó y lo miró directo a los ojos tratando de controlar algo que no sabía que existía dentro de él— ¿Estás seguro de esto, Luca? Una vez que empiece, dudo mucho ser capaz de detenerme ¿seguro que es eso lo que deseas?

Besándolo cortamente, respondió— Sí, Albus, es lo que deseo. Llevo deseando esto desde el momento que te dije mi nombre. No, incluso antes de eso. Solo tuyo.

—Solo tuyo —concordó besándolo y dejándolo suavemente bajo de él.

Así lentamente Albus recorrió el cuerpo de Luca, tenía una piel tan suave como los pétalos de las flores, un delicioso aroma a rosas y era tan sensible a su tacto que parecía derretirse bajo el. Se encontró besando y tocando su cuerpo y cada temblor le indicaba que iba por buen camino.

Los sonidos que salían de su boca eran pecado, era pecado puro que componía y solo sería escuchado por él. Los suspiros acompañaban a las caricias, los suaves gemidos que soltaba cuando besaba algunas partes antes escondidas por la ropa sólo lo alentaban cada vez más.

Estaba fascinado por cada nueva faceta que descubría, la tímida, la atrevida, la sumisa, la dominante... le dedicaba juramentos y bellas palabras de amor ayudándole a olvidar cualquier temor que pudiera surgir o quedar.

Ese día lo amo una y mil veces. Se dedicó a grabar su nombre en todo su cuerpo, a amarlo prometiéndole felicidad y amor eterno. Después de todo ¿acaso podría existir alguien que podría superar a Luca? ¿A su otra mitad? ¿Podría vivir en un algún punto sin él a su lado?

Finalmente, cuando sus cuerpos se fundieron en uno y sus almas se unieron formando un lazo tan hermoso nunca antes visto que todas las criaturas de la tierra incluyendo los dioses sintieron una fuerza extraña recorriendo su cuerpo para luego solo dejar la sensación de paz. Los amantes sin darse cuenta de eso solo sintieron sus calores combinarse y olores mezclándose, no existía nada más para ellos que lo que ocurría dentro de la habitación: su amor sincero y la dicha de pertenecerse por completo.

κάτω κόσμος και άνοιξη

Extrañado, Hades miraba a su hermano menor que estaba frente a él, hacía siglos que él no se presentaba allí y si lo hizo ahora, era porque algo realmente grande pasaba allá arriba— Habla Zeus, ¿qué es lo que ocurre? —preguntó, aburrido de la indecisión de hablar.

—Necesito que Percy esté presente, ¿podrías traerlo? —se tensó y apretó los puños, si se trataba de Percy lo más seguro es que era algo que ver con Deméter.

—Espera aquí —dijo antes de pararse y dirigirse a sus aposentos en busca de su esposo.

Su hermosa flor estaba durmiendo y realmente no tenía intenciones de despertarlo. Gentilmente lo despertó y al verlo restregarse como un gatito no pudo evitar besarlo.

—¿Qué sucede? Te ves tenso, Al.

—Zeus esta aquí, quiere hablar con los dos... creo que se trata de tu madre.

—Vamos a tener que buscar otra manera de poder vernos, mi señor —se quejó abrazando fuertemente a su esposo, sabiendo que lo más seguro es que Zeus estaba aquí para llevarlo con su madre.

—Tengo una idea, pero debes pensarlo muy bien antes de decir qué hacer ¿de acuerdo? —le dijo mientras se levantaba de la cama y se dirigía a un frutero donde había una granada.

Curioso se acercó mientras terminaba de vestirse.

—Sabemos muy bien que él viene con la intención de llevarte y no podemos hacer nada para evitarlo. Si llevas esto podrás volver cuando quieras aquí, pero debes pensarlo bien porque si la comes no podrás salir en la superficie en mucho tiempo. Cada semilla equivale a un mes. Sé que dirás que quieres estar todos los meses aquí —lo detuvo al verlo querer decir algo— pero debes pensarlo muy bien, porque sé que me amas y sé que amas a tu madre ¿de acuerdo?

—De acuerdo —aceptó mientras escondia la fruta en su ropa y ambos se dirigían a la sala del trono donde esperaba Zeus.

Éste contuvo el aliento antes de soltarlo y empezó a contarles lo que sucedía en la superficie. Parecía que Deméter, cegada en ira y pena dejó sus deberes de lado por la búsqueda de su hijo. Las tierras dejaron de ser fértiles, los frutos y flores murieron. Las condiciones que imponía la diosa para volver fértil la tierra era tener una vez áas a su hijo con ella.

—No debería dejar su majestad que ella lo manipule de esa forma.

—Es mejor hacer lo que dice, pequeño. Por favor no lo hagan más difícil y ven conmigo de regreso.

Luca quiso negarse y quedarse junto a su esposo, pero con susurros de este a su oído lo calmó apaciguando su ira y prometiéndole que solo sería por poco tiempo antes de volver a estar juntos.

Hades vio a su hermano llevarse a su esposo que lo miraba con una expresión tan triste que por momento pensó en detenerlo y borrar esa horrible expresión de su rostro que nunca antes había visto. Tenso su mandíbula mientras sujetaba su pecho en la altura del corazón; dolía, dolía más que aquella ocasión que se separaron luego de que él le dijese su nombre.

κάτω κόσμος και άνοιξη

Encerrado solo entre esas cuatro paredes que alguna vez llamo su hogar, se sentía abrumadoramente solo y triste. Deméter estaba convencida que Hades había puesto a Percy bajo algún hechizo y el único motivo por el cual no iba a exigirle que lo liberara era por temor a que se volviera a escapar y algo malo le pasara.

También su madre castigó a Lune y Rose por haber dejado pasar todo esto y no cuidar a su pequeño; ambas estaban encerradas en sus formas de árbol, así que estaba completamente solo en la casa bajo el cuidado extremo de su madre.

Deméter entró con cuidado a la habitación de su hijo con una bandeja de comida, últimamente se comportaba como un prisionero y no quería comer. A duras penas se despegaba de la venta donde pasa todo el día mirando el bosque, sin dirigirle mas de las palabras necesarias luego de la pelea que tuvieron el día que Zeus la devolvió a sus brazos.

—Tienes que comer bebé, te hace mal estar sin comer y dormir tanto tiempo.

—¿Cuándo vas a dejarme ir?

—No sé de qué hablas Percy, ya volviste. ¿Por qué quieres irte otra vez luego de que ese hombre te raptó?

—Madre, Hades es mi esposo. Lo amo y quiero volver a casa.

—¡Nunca vuelvas a decir eso! ¡Él te ha engañado! Además, este es tu hogar, esta es tu casa.

—Mi casa está donde está mi esposo, este no es mi hogar ¡déjame ir! Mi esposo me espera, tú solo estás interrumpiendo nuestra felicidad.

—¡Perséfone! ¡Detente, deja de decir tonterías! ¡Tú no lo amas!

—¡Lo amo! Lo amo como no tienes idea. Él es maravilloso y pasaré la eternidad a su lado te guste o no. Y si no me dejas ir, entonces partiré con él a mi manera.

—Percy —exclamó su madre horrorizada por lo profetizado por su hijo— ¿Cómo puedes ser tan egoísta?

—No eres la persona mas indicada para hablar de eso, madre.

Cegada por la ira, Deméter alzo la mano dispuesta a pegarle a su hijo, pero antes de llegar a ponerle la mano encima escuchó que Zeus la llamaba en la sala.

—Quédate aquí y no te muevas —advirtió antes de salir y cerrar la puerta para dirigirse hacia la inoportuna llegada de Zeus.

Al llegar a la sala, se dio cuenta que al lado del padre de su hijo estaba Hades y antes de llegar a gritarle, Zeus trató de calmarla.

—Deméter —hablo Hades cansado de escuchar ese pleito entre sus hermanos—: he venido por Percy.

—¡No! No te lo puedes llevar.

—Sí puede, Deméter —la interrumpió Zeus—. Percy comió de la fruta del tártaro, sabes muy bien lo que eso significa.

El rostro de la mujer se deformó de una forma horrible mientras enrojecía de ira— ¡No, no puedes llevártelo otra vez! —miró a Zeus—. Seguramente lo engañó, haz algo.

—Le pertenece, Deméter, no puedo hacer nada, además...

—¡Albus! —escucharon los dioses una voz jovial llena de vida, interrumpiendo las quejas de la mujer. Deméter y Zeus vieron como se iluminaba el rostro de Hades mientras abría los brazos y recibía una pequeña figura que saltó a sus brazos riendo y besándolo— te extrañé.

—Luca, mi querido Luca, yo también te extrañe —tomó su mentón para que lo mirara—. Estás muy delgado, ¿no has comido verdad? —resopló ante la negación del menor—. No lo vuelvas a hacer, te haces daño ¿qué quieres comer en casa?

—No sé, ¿qué tal si...?

—Percy, vuelve aquí en este instante —interrumpió Deméter.

—Mi lugar es junto a Albus —dijo firme mirando a su madre mientras su esposo lo dejaba en el piso— si no te parece entonces olvida que yo soy tu hijo.

—Deberías escuchar a nuestro hijo Deméter, escúchalo antes de que lo pierdas para siempre —interrumpió Zeus lo que iba a decir su hermana.

—Tú deberías quedarte conmigo, Perséfone —dijo. Luego de tratar de decir el nombre que pronunció su hijo y no poder, frustrada se dio cuenta que ya nada podía hacer—. Tú nunca me dejarías sola —finalizó mientras se desplomaba de rodillas al suelo y contenía los sollozos que brotaban de su boca.

Luca miró a Albus. Éste último asintió, dándole un apretón de manos para darle fuerza.

—Madre —dijo acercándose y agachándose para quedar a su altura— Nunca te dejaría sola, pero debes dejarme volver con él... No comí toda la fruta —esperanzada Deméter levantó la mirada para ver fijamente los ojos azules de su hijo— Comí 6 granos; 6 meses pasaré a tu lado y 6 meses pasaré junto a mi esposo. Ese es el trato, ambos estamos de acuerdo. Mamá dime, ¿aceptas el trato? Si lo rechazas, nunca más volverás a verme.

—No me dejas muchas opciones ¿o sí? —rió secamente mientras se secaba las lágrimas— ¿Cuándo creciste tanto, hijo mío?

—Cuando conocí el amor —le sonrió a su madre—. Dime, madre, ¿aceptas el trato?

—Vete, vete antes de que me arrepienta —respondió. Luca abrazó y besó a su madre por última vez antes de volver a los brazos de su esposo. Era hora de volver a casa.

κάτω κόσμος και άνοιξη

—Al, dime Al, ¿estaremos juntos por toda la eternidad?

—Sí, Lou y los meses de separación solo harán que nos amemos aún mas.

—Al, somos Dioses, somos inmortales y supuestamente no podemos morir... Pero Pan murió. ¿Cuando Hades y Perséfone mueran, volveremos a estar juntos?

—Luca, amore, en esta eternidad u otra vida, si no puedo estar a tu lado vendría a mi reino mil y una vez para volver a intentarlo hasta poder estar juntos y poder volver a nuestro hogar...

κάτω κόσμος και άνοιξη

—¿Luca? —Frente suyo, el rostro resplandeciente de Albus le roba el aliento por un instante.

—¿Sí? —su voz suena temblorosa.

Soltando una risita Albus se acerca a su cara— Cállate.

Y Albus lo besa.

Y Luca simplemente siente que ha vuelto a su hogar.

POR FIN

SABEN DESDE HACE CUANTO ME MANDO CATA ESE ONE SHOT????

DESDE HACE COMO UN AÑO AKDNJDJA

PERO YA, POR FIN LO EDITÉ VAMAAAAAAA

espero que lo hayan disfrutado

sofs

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