number one, speaking of angels and demons

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en donde,          albus es un supuesto chico problemático parte de una sociedad inmunda y luca valutto es el nuevo estudiante que llega a iluminarlo todo siendo un ángel.

dynamics, bad boy!albus && angel!luca

ALBUS POTTER ES, EN ESENCIA, UN ROMPEDOR DE REGLAS, UN REBELDE, UN ANARQUISTA. Albus Severus Potter siempre tiene el poder y el control, desde que llegó a Hogwarts ha dejado en claro cuál es su lugar, el jodido Rey de las Serpientes lo llaman los demás, y no se equivocan.

Albus Potter siempre tiene lo que quiere sin excepción alguna, por lo tanto, lo confunde de sobremanera el hecho de que se sienta con todas sus fuerzas atraído al inocente corderito nuevo de Ravenclaw y no lo tenga.

Un manipulador, controlador, egoísta, antipático, selectivo, rudo, que posee una fluidez fantástica en la ironía; aquellas palabras lo definen a la perfección, Albus Potter es, en realidad, un chico malo, un problemático, un imbécil que siempre logra librarse de sus problemas a costa de la manipulación y un falso encanto.

Albus es el de la ropa negra y los tatuajes, el del cabello desordenado y las mordidas de labio, el del cigarrillo entre los dedos y al mismo tiempo los libros de poesía escondidos.

Una jodida coartada. Falso. Todo falso.

Albus Potter, el que nunca va a clases y nadie sabe cómo tiene de los mejores promedios, el que jamás viste el uniforme y siempre termina con honores, al que nunca han visto con un libro en la mano y aún así es incomprensible para la población de Hogwarts sus exámenes con puntajes perfectos.

Albus Potter, el de la vida falsa.

Albus no es idiota, la cuestión es más difícil. Todos fingen, todos creen saber que conocen todo de ti, el ser humano es una creación abominable, una sociedad repugnante basada en la superioridad e inferioridad, en el mínimo desliz que puedas tener, las personas que has considerado tus amigos te apuñalarán sin pensarlo dos veces. La multitud que aplaude tu coronación, pronto se reirá ante tu perdición; y Albus no es que precisamente le guste sentirse sin poder, vive en un sistema basado en cuánto poder tienes, por lo que le gusta burlarse del sistema teniendo poder para arrebatar poder.

Es un poco complejo de explicar, sin embargo, tiene sentido. Todo es una coartada, las malas notas, la rebeldía, la coartada problemática es perfecta para esconder su opuesto; Albus tiene una razón para usarla, le hace tener poder. Todo el mundo cree conocer a Albus Potter, por supuesto, y el poder que tiene con su corazón de hielo, comentarios llenos de sorna y miradas de desdén, Albus hace parte del sistema dañado de superioridad e inferioridad porque es el Rey de las Serpientes, él aporta a la estructuración errónea del sistema siendo de los que tiene poder, él le da poder al sistema.

No obstante, eso es lo que Albus quieren que crean los demás, a Albus le gusta sentir que tiene el control, le gusta burlarse, y qué mejor forma que hacerle creer a las personas que es el rey de la cadena cuando en la realidad la está quebrando desde adentro; le hace creer a los demás que tienen algún poder sobre él al sentir que lo conocen, cuando en realidad nadie lo conoce y es él quien juega con la mente de los demás y se burla del sistema indirectamente mientras lo quiebra desde adentro.

La sociedad siempre se ha visto reinada por estereotipos, así que nada es mejor que confundir sus mentes rompiendo el estereotipo de chico problemático sin que las demás cabecillas lentas puedan percatarse de ello.

Ah, todos son idiotas, todas son almas perdidas, corruptas; Albus opina que no hay nadie que verdaderamente valga la pena, que sea mínimamente interesante, que no se crea especial o esté corrompido bajo los deseos inmundos de una sociedad rastrera. Por lo cual, es una sorpresa cuando conoce a un cordero, a una blancura dentro de las tinieblas. Un cordero con orbes cristalinos y mejillas rosáceas, un ángel disfrazado de águila.

Recuerda bien la primera vez que lo ha visto, a inicio de su Séptimo Año, cuando fue seleccionado a la casa de las águilas competitivas y falsas; las que se vuelven tus amigas solo para conocer tus debilidades y destruirte sin que puedas percatarte de ello, un caballo de Troya.

No sería una sorpresa que aquel chico fuera un caballo de Troya, la belleza es el arma más letal que se puede tener y aquel joven ha de contar con una mortífera. Cuando los esmeralda de Albus recayeron por primera vez en el corderito sentado pacientemente en el banquillo esperando ser seleccionado, lo supo: Dios ha mandado un ángel a la Tierra para hacer sufrir a Albus con la tentación de tocarlo y el terror a quemarlo. Un ángel con exuberantes alas coruscantes a unos metros del mismísimo Lucifer, demasiado tentador y doloroso al mismo tiempo.

Albus no pudo evitar maldecir en voz alta, y es que parece un chiste de mal gusto, le mandan un ángel a su cuidado cuando todo lo que él sabe es quebrar y rasgar. Recuerda haberse quedado sin aliento por unos momentos cuando observó su nívea piel, sus labios amaranto apetecibles acompañados de sus mejillas tan carmesí que es posible compararlas con el mismísimo crúor, orbes cristalinos que aparentan albergar en su interior las entradas al paraíso, su sonrisa repleta de candor cuando el Sombrero le ha seleccionado como miembro de Ravenclaw y las águilas falsas indignas de su presencia lo aplauden entusiastas.

Albus no puede evitar reír entre dientes con sorna al pensar que todo esto debe ser un mal chiste, el aura del niño es tan empírica que aquel que se ose a negar que es un ángel camuflado entre los sucios hombres, es merecedor de un test de inteligencia.

Las semanas posteriores no son más fáciles, sin embargo; el cordero azul no parece tener el típico intrigue que todos demuestran hacia él, lo cual interesa aún más a Albus, quien se ha esmerado en desviar su atención del ángel ya que en el momento en que sus garras toquen sus alas, todo estará perdido para él.

No obstante, Albus lo observa desde lejos, se resigna a deleitarse contemplándolo estudiar concentradamente; el ángel pasa el mayor de su tiempo solo, siempre estudiando arduamente. Albus se aterra así mismo al ver que lo ha observado tan intensamente que tiene plantado en su memoria sus gestos; cómo frunce el ceño cuando no comprende algo y lee varias veces en voz alta hasta que la idea principal hace eco en su cabeza y después suelta risitas melifluas mientras en su dulcísona voz se reclama de una estúpidez que Albus sabe es inexistente; cómo siempre carga el mismo pesado libro de astronomía en sus brazos como si fuera su más preciado tesoro; cómo muerde su labio cuando se siente nervioso y acomoda la corona de flores en su cabello negro (porque, por supuesto, como si no fuera suficiente, el ángel lleva de tocado coloridas coronas de flores).

Y el Potter se siente contrariado, con honestidad. Se ve tentado al acercarse al celestial ángel que extrañamente no demuestra ningún interés hacia su persona, y al mismo tiempo se odia por desearlo y manchar su candorosa alma con su venenosa presencia. De esta forma, tiene un debate interno poderoso que lo atormenta durante cuatro meses.

Es en Pociones, que su debate interno se rompe cuando Slughorn interrumpe su observación diaria del corderito, alegando que solo es un chico problemático y obliga a un tal Valutto a sentarse con él para "ayudarlo con su actividad".

A Albus no le importa quien jodidos sea el tal Valutto, hasta que observa con un ceño fruncido cómo el cordero Ravenclaw se levanta de su mesa y se acerca hacia él con los libros en sus pequeñas manos.

Albus sonríe de una forma casi macabra y se gira con rapidez al asiento a su lado, en donde el ángel se sienta calladamente y empieza a trabajar. De cerca, Albus puede observar las pecas y lunares plasmados en su piel nívea, el azul de sus ojos luciendo aún más claro bajo la luz natural que aportan las ventanas del aula y sus mejillas de un tono tremendamente amaranto que Albus muerde su labio pensando en que aquello no puede ser normal.

Potter frunce el ceño cuando el ángel parece ignorarlo cuando supuestamente lo han puesto a su lado para que lo ayude a hacer la actividad (cómo si necesitara ayuda alguna, claro). Por lo que aclara su garganta y remoja sus labios, soltando las siguientes palabras:

—Umh, se supone que te pusieron a mi lado para ayudarme, Ángel, ¿dónde está la ayuda, cariño?

El célico ser a su lado, voltea a verlo y Albus muerde su labio regañándose internamente al pensar profanidades cuando observa sus labios entreabiertos y ojos sumisos.

—No necesitas de ninguna ayuda —musita dulcemente y Albus no sabe si es un castigo o una bendición la presencia del ángel—, tienes que dejar de engañar a todo el mundo, ¿sabes?

Albus frunce el ceño y se cruza de brazos, instintivamente. Puede ser un ángel, ¿pero quién se ha creído que es? Al mismísimo Lucifer no se le puede deducir, ¿cómo siquiera se osa a hablarle de ese modo?

—No hables de lo que no te corresponde, precioso —espeta venenosamente y espera el silencio del ángel ante esto. Sin embargo, el ojiazul se ve reacio a dejar de hablar.

—¿Entonces lo estás admitiendo?

Astuto. Ahí está, el caballo de Troya. Mierda.

Albus se hace el desentendido y le sonríe descaradamente de lado— ¿Admitir qué, Ángel?

El ángel frunce el ceño y se acerca tanto a él que Albus pude observar con claridad las diminutas pecas en el final de su nariz. Huele a flores y suavizante, huele a todo lo que un ángel debería oler, a frescura y dulzura.

—Deja de hacerte el desentendido, tú y yo sabemos la falsedad en el asunto.

Maldito ángel.

—¿Falsedad? Aquí lo único falso debe ser la belleza tan pura que tienes.

El ángel no parece caer a sus encantos, y Albus entra en pánico al ver que Lucifer está siendo dominado por un puto ángel.

—Yo te demostraré qué puede hacer esta belleza cuando tú dejes de hacerte el desentendido y hagas el trabajo —exclama inocentemente, y seguidamente le brinda una sonrisa tan resplandeciente a Albus que el Potter se siente ciego por unos instantes—. Y mi nombre es Luca, no Ángel.

El Potter suelta un suspiro y le observa con una ceja alzada— ¿Si hago el trabajo recibo una recompensa, Ángel?

El ángel le sonríe nuevamente, dejando pasar el hecho de que Albus haya ignorado totalmente su corrección— ¿Una buena nota no es recompensa suficiente?

Albus se inclina en su silla y ríe entre dientes con burla— Vamos, Ángel, dame más que eso.

El ojiazul le sonríe brillantemente y Albus muerde su labio— Me lo pensaré si primero terminas el trabajo.

Albus suelta una risa en voz baja sin poder evitarlo, el ángel tiene agallas. Con un suspiro, voltea su rostro hacia el papel en el escritorio y blanquea sus ojos al darse cuenta de que son preguntas tan estúpidas que podría resolver con los ojos cerrados, está rodeado de ineptos, huh.

Veinte minutos después, Albus ya ha terminado el papel entero y el ángel a su lado le observa con una enorme sonrisa, cuando Slughorn se acerca a su mesa con una ceja alzada y una mueca amargada. Albus blanquea sus ojos y ni siquiera se molesta en quitarse la chaqueta de cuero que lleva encima del uniforme. Odia a ese idiota, tiene un complejo de desprestigiar enormemente a sus estudiantes a menos que sean genios pocionistas, por lo que Albus intencionalmente jamás entrega algo en su clase aunque los temas vistos le parezcan absurdamente fáciles.

Slughorn toma su papel bruscamente sin decir palabra alguna y Albus se burla de él en su interior al notar su mirada disconforme. El viejo se voltea a su ángel y exclama con un ceño fruncido:

—Señor Valutto, lo he puesto al lado del señor Potter para que lo ayude, no para que le haga todo el trabajo.

¿Y este hijo de puta quién se cree que es? Albus frunce el ceño y prepara su lengua venenosa para hablar, cuando es interrumpido por la dulce voz de su ángel.

—Él lo ha hecho todo solo, Profesor, ni siquiera ha necesitado de mi ayuda —musita suavemente y Albus le sonríe con sorna al "Profesor".

Slughorn le mira odiosamente— ¿Señor Potter?

Albus se inclina en el asiento y musita asegurándose de marcar con insolencia cada una de las palabras—: Pruébeme si es tan imprudente de su parte.

Slughorn frunce el ceño en su dirección, Albus ríe a carcajadas en su interior al observar el odio plasmado en sus ojos. Que lo odie cada vez más, se dice, es un simple viejo con aires de grandeza. Idiota.

—No, confío en el señor Valutto.

Albus ríe entre dientes— Por supuesto.

Slughorn tira sin importancia alguna su papel al suelo y se despide del ángel antes de desplazarse a otra mesa. Albus blanquea sus ojos y ni se molesta en recoger el papel.

—Una gran recompensa por entregar el papel, ¿no es así, Ángel? —murmura con sorna y sus manos queman por no tocar al Ravenclaw cuando éste se acerca a él sonriendo grandemente.

—Aún no ha llegado tu recompensa, Albus Potter —murmura y Albus jura que quiere besarlo ahí mismo en el justo instante en el que su nombre abandona sus labios.

El ángel hace ademán de decir algo más, pero es antes interrumpido por el grito de Slughorn anunciando el término de la clase y el caótico ambiente que se desarrolla después de eso. Albus contempla con interés cómo el Ravenclaw recoge tranquilamente sus cosas.

El ojiazul se levanta de su asiento, dejando los libros en la mesa y se acerca a él, posando una mano en su mejilla y la otra desenredando sus ondas azabaches desordenadas. El ángel sonríe enormemente seguramente al visualizar la sorpresa en la expresión de Albus, y sin esperarlo, deja un rápido beso en la mejilla del Potter.

El ángel recoge velozmente sus cosas y se aleja de él, dejando atrás un suspiro de— Adiós, Albus Potter.

Albus maldice en voz baja y suelta una risa entre dientes repleta de incredulidad ante los sucesos que acaban de ocurrir. El Potter sonríe de lado y posa su vista en el Ravenclaw saliendo rápidamente del aula sin chance alguna de alcanzarlo.

Maldito ángel.

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KAJDJKS HOLA

primer one shot qué emoción

¿que les pareció? yo amé describir a un "bad boy albus", fue lo máximo

MIREN ESTE MEME QUE HIZO UNA AMIGA DESPUÉS DE LEER EL ONE SHOT AJAJAJAJJAA

where's the lie tho

NO ME MATEN POR ESCRIBIR ESTO Y AÚN NO ACTUALIZAR EN INTERSTELLAR ONDA QUE YA TENGO LA MITAD DEL CAPÍTULO LO PROMETO AKJFKDA

díganme qué otros one shots quieren leer, hagan sus pedidos ahre

los amo de aquí a andromeda y de vuelta,

sofs