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Amiga, Date Cuenta.

Allí estaba yo, en el apartamento de Mitch DiMartino. empapado de sudor porque, bueno, él es Mitch Ricolino DiMartino, el papi más sabroso de la uni, con dos entradas para una doble función de Ninfomaniac y un sueño: que me den como cajon que no entra y me quiten el virgo de una vez por todas.

Y pienso: "esto va a ser fácil. Es la bicicleta del campus; todo el mundo se monta encima de el. del campus." Claro, tuve que reunir el coraje para realmente hablarle al hombre en primer lugar, porque tiene unos abdominales como un rallador de queso y un culo esculpido por el propio Miguelangelo. El escultor, no la tortuga.

Es tan rico como el aceite de oliva y casi igual de sabroso. Claro, se ríe como chico malo de Wattpad y tiene una mirada sin pestañear que es más Furby que humana, pero puta madre, bendito los ojos que lo ben. Que dios me bendiga ese culo.

Me estoy llendo por las ramas. Volvamos a la historia. Así que allí estaba yo, sentado en su cocina, que estaba asquerosa, por cierto, como si no supiera lavar un puto plato, y la película debía comenzar en media hora. El teatro estaba a quince minutos en autobús, más quince más para comprar algo de picar. Estábamos justos de tiempo. ¿Y qué estaba haciendo este pendejo? ¡Estaba duchándose!

Wey, ¿qué tan maleducado es no estar listo a tiempo? El sabía cuándo empezaba la película porque se lo recordé unas cinco veces ese día, y siempre enviaba un sticker de gatito como respuesta, así que estoy seguro de que lo sabía.

No haces esperar a Lars Von Trier. Tienes que disfrutar con anticipación mientras el tiempo avanza hacia el momento de gloria.

Esta noche se suponía que sería la noche. La noche en que finalmente me volaban la espalda. ¿Sabes lo patético que es que todavía sea virgen en mi último año de universidad? Y no ha sido por falta de intentos. Me he lanzado a chicos desde que dejé la escuela secundaria, pero nadie me recoge. ¿Que pasa conmigo? Soy pequeño, fácil de transportar y estoy bien limpiecito como un sol. Soy cero kilometros. ¿La gente no prefiere un carro cero kilometros acaso?

¡Vamos, soy un partidazo! ¡Meteme el acelerador!

Vaya. Me distraje de nuevo. Lo siento. ¿Donde estábamos?

Entonces, se está duchando, y se está tomando su laaargo tiempo, y despues de toda esa parsimonia, me lanza una bomba: ¡está en una relación! Que suerte la mia que el mayor putangano de la ciudad tiene novio.

Eso está... bien. Podríamos ser amigos. Tampoco soy bueno haciendo amigos. ¡Podría ser una cita de amigos! Sólo dos bro, sentados uno junto al otro, siendo gays, pero no pareja. Pero es difícil ser amigo de un trozo de mármol esculpido cuando sale del baño sin nada más que una toalla alrededor de su cintura.

Trimardito. Él es como una vatea con patas, y yo soy un campesino esperando lavar mi ropa encima.

Pero No. tenemos que ser amigos. Que mierda, ¿verdad?

—Sí, es algo relativamente nuevo —dijo, moviendo la cabeza hacia atrás para quitarse un mechón de cabello negro azabache de la frente. Dios, parecía un Superman mediterráneo. Lástima que lo siguió con su estúpida risa—. Pero las cosas están un poco complicadas en este momento.

—Ajá, claro. Cosas pasan, pasan cosas —dije, queriendo acelerar las cosas. Quedaban 28 minutos. Íbamos a perder el autobús.

En lugar de captar la indirecta y, ya sabes, ponerse algo de ropa, la perra siguió y siguió.

Se ajustó la toalla y me sonrió. —La cosa es que tengo una libido bastante alto, ¿sabes? A veces no me pueden seguir el ritmo.

—Sí. Entendido —dije, sin entenderlo. Soy virgen, ¿recuerdas?—. ¿Podemos hablar en el camino? Llegaremos tarde, así que...

Siguió invadiendo mi espacio personal, elevándose sobre mí. Quiero decir, mido 1.68 cm, soy un tipo pequeño, me asusto fácilmente. ¿Quieres arrinconarme? Voy a morderte el tobillo. Mamá solía llamarme "niño mapache" porque mi primer instinto es morder cuando estoy acorralado. Pobre enfermera, solo quería vacunarme. Eso fue antes de que mamá se pudriera la mente con basura en Facebook y creyera en la ciencia.

—Tengo la mala costumbre de engañar a mis novios —dijo casualmente, como si no fuera un completo idiota. Debo admitir que me dio asquito en ese momento. No digo que la monogamia sea la unica forma de expresar amor, ¿pero ponerle cuernos a tu pareja? Eso es de gilipollas.

Hablando de pollas, pude ver la suya en primer plano mientras caía su toalla, revelando el cetro de carne más grande y carnoso que jamás haya visto. Era como si un fuet y una morcilla tuvieran un bebe junto. Un bebe venoso y venenoso.

¿Y qué dijo luego de dejar caer su toalla.? —Ups.

Ups.

Mira, puedo soportar ser amigos e incluso puedo soportar los cachos agenos, hasta cierto punto, pero teníamos una cita -- una cita con un amigo, aparentemente -- y él estaba cagando en todo eso. Estábamos a 25 minutos del inicio de la película, el autobús saldría en un minuto y todo se iba a la mierda.

Todo lo que quería era pasar una agradable velada discutiendo los temas de la compulsión sexual y el autodescubrimiento mientras me perforaba como empresa petroquimica buscando petroleo blanco. Se suponía que iba a ser sencillo. Se supone que iba a ser fácil. Pero en lugar de perder mi virginidad, estaba perdiendo la paciencia con este engañador en serie que hizo la peor cosa que una persona podia ser para secarme la polla y bajarme el libido: ser impuntual.

Entonces, se me presentó una opción: esperar a que se vistiera, o correr al cine y conseguir bocadillos esperando que llegara por su parte cuando esté listo.

Elegí lo último.

—Mira, baby, ya vamos muy tarde —dije, creando tanto espacio entre él y yo. De alguna manera, parecia desconcertarlo—. Voy a adelantarme para comprar nuestros bocadillos. Vístete y ponte al día mientras puedas, ¿vale? ¡Adiós!

No tuve tiempo de esperar una respuesta antes de salir corriendo. Por suerte llegué a tiempo. Y pensar que casi me pierdo el inicio de la peli.

Pero espera, se pone peor. Estoy sentado en el teatro, un cubo de palomitas de maíz, vasos de Dr. Pepper, y el tipo no se presenta. Le envío un mensaje de texto para ver qué pasa y él me bloqueó. ¡A mí! Había sido un pendejo toda la noche y tiene la audacia de bloquearme. No señor. Se supone que deberías ser bloqueado por mí.

Y ahora estoy en el teatro, polla en mano, $30en deuda porque las palomitas de maíz ahora son jodidamente caviar, supongo, y me duché el culo por nada. Esta noche fue un completo y absoluto desastre.

¿Qué tan difícil puede ser para un tipo moderadamente neurodivergente perder la virginidad? ¿A quién le tengo que chupar la polla para chupar una polla por aquí?

Lo entiendes, ¿verdad? Entiendes lo grosero que fue conmigo, ¿verdad? Porque mi compañero de cuarto no lo ve así.

 —Amiga, date cuenta que  te lo queria meter enterito —dice Noah, sin levantar la vista de su videojuego. Mírenlo, todo desplomado sobre un puf, usando la misma sudadera con capucha durante una semana seguida, oliendo a grasa y queso. Sin embargo, su cabello está perfectamente peinado como siempre. Dios tiene favoritos, supongo.

—Si, claro, aja —digo, resoplando. No debería haber hecho eso. Ahora tengo un pedazo de cereal metido en la natiz—. Él estaba haciendo lo contrario. Estaba tratando de joderme la paciencia.

¿Qué sabe Noah del integro baile del cortejo sexual? Es una masa asexual de indiferencia y tan virgen como yo. Es una ameba.

Ni siquiera pausa el juego antes de hablar. Maleducado. —Papu, el man salió como solo una puta toalla, hablando de su libido, dejando caer dicha toalla para que le miraras el cirulo. Incluso estabas sentado, a la altura ideal para chupar pollas. Quería que probaras el arcoíris. No cogiste la indirecta, y por eso, no cogiste, punto.

—No sabes nada sobre relaciones —digo exasperado—. El sexo es un baile mágico y, como cualquier otro baile, se trata de cortejo. No puedes ser tan directo y agresivo asi no mas.

—Parece como si alguien nunca hubiera estado en un club de ambiente —dice Noah con su voz ronca y monótona—. Simplemente mueves el bote y dejas que suceda lo que debe suceder.

—Creo que alguien nunca ha estado en un baile de quinceanos —digo, invocando mi mejor acento sureño—. Todo es protocolo, bebe.

—A ti te criaron en casa, wey. Nunca has conocido a una quinceanera —dice Noah.

Ojalá tuviera un ladrillo para lazarle. En su lugar, le lancé uno de mis peluches.

—No. Por favor. Duele. Oh, no —dijo con voz monótona antes de señalarme con el dedo. El que tiene el anillo que dice "Vete a la mierda." Tiene un anillo de mierda. Es el tipo de persona lleno de piercings in tatuajes que no tienen significado alguno mas alla de verse cool y vagamente obsceno. Menos mal que esta estudiando ingenieria informatica, asi nadie le vera la cara de pendejo.

—Dios, estoy en celo y caliente —digo, dejándome caer de nuevo en la cama. Si no viviéramos en una residencia universitaria y él no estuviera a cinco pies de distancia, me haria una paja.

—Hazte un paja y ya, man —dice Noah, desplomándose hacia adelante mientras se concentra en su juego.

—No me voy a masturbar contigo en la habitación. Eso es inapropiado.

—No lo es. Lo hago todo el tiempo —dice sin perder el ritmo.

¿Él hace que?

—Man, ¿cuándo carajo lo haces? ¡Eso es asqueroso!

—Cuando estás durmiendo —dice como si no fuera la cosa más asquerosa.

—Bueno... ¿no lo hagas mas? ¿Es asqueroso e inapropiado?

Me lanza una sonrisa que no se traduce en sus ojos. —No puedo evitarlo. Yo también me siento frustrado aveces, ¿sabes?

No me hables de frustración. Esta noche no ha sido más que una gran provocación sin pago al final. Sólo quiero cerrar los ojos y llorar por el ciclope. Pero no, Noah tiene que hacerlo raro.

Por una vez, pausa el juego, se desploma hacia atrás y se señala la boca. —Si quieres, puedo darte una mamadita de simpatía.

Ja ja. Muy divertido. Sólo por eso recibe un peluche en la cara.

—Vamos. Lo digo en serio —dice, lamiéndose los labios—. ¿Ben-Ben quiere una mamada? Prometo que no usaré los dientes...

Odio cuando me llama Ben-Ben. O Ben Diez. O todo sobre el Bendejo. O Ben-adryl cuando lo estoy aburriendo hasta la muerte, lo cual, por cierto, ¡no puedes! Ojalá la gente dejara de decir eso. El aburrimiento no mata. Excepto mi tío Jerry. Estaba aburrido y trató de ver qué sucede cuando disparas un cohete a un tubo de escape. No es bonito. Que descanse en paz.

—Deja la webonada —le digo.

Por un segundo, veo a Noah ponerse muy serio, luego enojarse y luego volver a su estado habitual e inexpresivo. —Pos ya no quiero.

—¡Sabes que no me gusta que se burlen de mí!

—Sí, sí —dice, colocándose un par de auriculares con cancelación de ruido. Esa es su señal para dejarlo en paz.

Honestamente, odio que siempre juegue con tener sexo conmigo. Él sabe que estoy luchando y eso es simplemente cruel. Es como darle una coca a alguien cuando quiere Dr. Pepper. No hagas eso.

¿Pero sabes que? No voy a dejar que me afecte. Mañana es un nuevo día. No dejaré que esto me afecte.

Pero necesito hacer un plan de acción. Me gusta hacer planes. Es como una pequeña lista de cosas por hacer.

Lo primero en la lista es que necesito encontrar una pareja dispuesta. Alguien que tenga intereses similares a los míos. Ningún cabrón inculto entrará en mi palacio anal. Alguien que ama las películas, la buena mesa y Dr. Pepper.

Sólo hay un lugar donde encontraré a alguien así: La Biblioteca. Un bastión de conocimiento donde sólo pueden entrar aquellos que buscan lo prohibido. Y los que tengan carnet de biblioteca.

Yo, Benjamin Hayman, echaré un polvo antes de graduarme de este infierno, ¡o moriré en el intento!

Quizás no esa última parte.

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