Desde el momento en el cual salí de la casa de Yoongi di por terminada nuestra relación. Sin embargo, mamá, en su ignorancia de lo que había sucedido entre nosotros, siguió preguntando por él y diciéndome constantemente que lo invitara a cenar, a lo que yo solo fingía escucharla.

Por otra parte, esta era otra semana y por ende, solo faltaban dos exámenes más para determinar quién era el ganador. Di aquellas pruebas con éxito, pues me había estudiado prácticamente todos los libros que se encontraban en la biblioteca y cuales tenían que ver mucho con los temas propuestos.

Con respecto a mi ex novio, prácticamente no lo veía. Según escuchaba en los pasillos, él seguía estudiando, e incluso, que aprovechaba los almuerzos o recesos para ir a la biblioteca y ocupar una computadora para investigar mucho más por un medio virtual. Aquello me preocupaba, Yoongi no podía descuidar su salud por un estúpido examen que podía conseguirlo de otra manera.

Y fue ahí cuando me di cuenta que de verdad era una estúpida beca, unos estúpidos exámenes y que fue estúpido lo que hice. Sí, había dañado a Yoongi, es por esa misma razón que él también trató de dañarme, y estaba seguro que sí de verdad me consideraba el chico inteligente con 140 de IQ, tenía que hablar con mi ex novio y solucionar este problema.

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Era miércoles, hoy seleccionarían a la persona que por sus notas y méritos logró ganarse la beca. Estaba seguro que posiblemente no era yo, y que tal vez Yoongi y su esfuerzo habían logrado alcanzar su tan preciada meta. 

Llegué a la universidad como cualquier otra mañana, observé a muchos de mis compañeros y chicos de otros semestres agrupados en cierta zona del lugar, exactamente al frente de la librería. Todos cuchicheaban entre ellos y se retiraban de a poco al no encontrar lo que posiblemente buscaban.

Cerré mi casillero y mordí mi labio inferior al pensar que posiblemente había ocurrido algo malo, comenzando a correr hasta dicha zona en busca de algún herido, sin embargo, cuando iba apartando y disculpándome con algunos de mis compañeros, pude percatarme de lo que sucedía.

Resultados y ganador de la beca a Harvard decía bien en grande en aquel anuncio de tamaño A4 e impreso por decanato.

Muchos ya comenzaron a retirarse al no encontrar sus nombres en la lista y tampoco al ser el ganador.

Miré desde abajo hacia arriba y no dejé de sonreír mientras mi mirada pasaba de apellido en apellido, sin embargo, ese gesto se borró de mi rostro al ver el nombre del ganador.

—Kim Namjoon. —musité al asegurarme de no estar confundido o de haber mirado mal. 

Nam, el mismo que había hablado con mi ex novio sobre el sabotaje a su prueba y sobre embarazarme para quedarse con la beca, ahora era el ganador de la misma.

Dirigí mi mirada de inmediato a la sección de puntajes, encontrando a Namjoon con 1.500.345 puntos, un puntaje completo para ingresar a Harvard, dejándonos atrás, tanto a Yoongi como a mí. Estábamos por debajo de él con dos puntos y diez puntos menos.

Ya no tenía nada que hacer ahí, solo me di la vuelta, esperando tener el camino libre para ir a mi clase y esperar hasta el receso para ir en busca de Yoongi y así arreglar nuestras diferencias. Pero aquello no iba a poder ser, pues él se encontraba delante mío, sosteniendo su mochila con ambas manos y tratando de mirar a otro lado. Hoy no traía anteojos y podía jurar que se veía aún más guapo que cuando los utilizaba

—Escuché que Namjoon ganó. —fueron sus primeras palabras al comenzar a caminar en mi dirección.

Me aparté y observé el letrero y el nombre de Nam en letras grandes y cursivas. Yoongi hizo lo mismo y luego se detuvo, justo estando a mi lado.

—Me alegro por él, merecía la beca, también se esforzaba y quería una gran vida al igual que nosotros.

Asentí, Yoongi y yo habíamos estado tan concentrados en el otro que no miramos a ningún otro lado, nunca nos percatamos de que alguien más quería esa beca, de que alguien más también se esforzaba por conseguir buenas notas y por llegar a lo más alto.

Nam pudo haber ayudado a Yoongi a arruinarme, pero él se lo merecía.

El silencio se prolongó, mis manos comenzaron a sudar de los nervios y no sabía qué hacer ni cómo entablar una conversación, sin contar que ya había arruinado mi perfecta asistencia a la clase de la profesora Grimeldi.

—Lo siento. —dije rápidamente, pero no era el único. Yoongi también lo había mencionado al mismo tiempo y aquello nos hizo reír.

Negué con la cabeza y bajé la mirada de a poco.

—Lo siento. —nuevamente dije, mientras miraba el suelo.

Él, en cambio, alzó mi rostro tomándome del mentón con dos de sus dedos y sonrió.

—Yo también lo siento. Sé que no fue algo adecuado, y tampoco muy bonito el tratar de embarazarte para ganar una tonta beca. Mucho menos lo fue el haberte engañado diciéndote que haríamos el amor cuando mis intenciones eran otras. Perdón, Jimin.

Para ese momento ya me encontraba totalmente cohibido y temeroso de lo que podría pasar. Podía sentir el arrepentimiento de mi ex novio con tan solo mirar sus ojos, con tal solo sentir cómo acariciaba mi piel con la yema de sus dedos, y al ver la intención por sobre todo.

Sonreí y mi diestra rodeó su cuello para así besarlo. Era mejor demostrarle por acciones el perdón que por un simple "te perdono". 

Él se acercó un poco, y no era por arruinar el momento, pero sus besos no se sentían igual, ahora parecía un poco más desconfiado que antes. Lo detuve y me separé.

—Nos conocemos hace mucho Yoongi, y sé que la relación que mantuvimos no era una relación parecida a la de los demás, pero no me importaba mientras te tuviera a ti, sin embargo, cuando me dijiste sobre hacer el amor, yo... yo pensé que era un gran paso… —suspiré y mordí mi labio inferior antes de proseguir. No esperaba decírselo, pero tenía que devolverle aquella confianza que perdimos por una tontería—. Tengo que admitir que me dolió, jamás lo creí de ti, pero yo también cometí un gran error al jugar sucio, al sabotear tu prueba y hacerte sentir miserable —él trató de hablar, pero coloqué uno de mis dedos por encima de sus labios y negué—. Sabía lo importante que era esa beca para ti, para mí también lo fue, y de verdad lo siento, mi amor. Jamás quise hacerte daño, pero lo hice sin pensar y me arrepien... —ahí quedaron mis palabras al sentir sus labios por encima de los míos.

Su confianza había regresado y mis ganas de corresponderle también. Esta vez ya no eran besos cortos, esta vez eran verdaderos besos, una unión de bocas que sí tenía movimiento. Un verdadero beso.

Al separarnos, él sonrió, y yo también lo hice.

—Te amo, Jimin.

Ese preciso momento y esas precisas palabras fueron las que quedaron grabadas por siempre en mi mente. Yoongi y yo apenas nos decíamos un "te quiero" cuando éramos pareja, y que él... que él me lo dijera tan directamente en estos momentos me hacía sentir especial, no obstante, luego recordé todos esos libros que leí en busca de tener un tema interesante para mi asignación de Psicología evolutiva.

—Siendo hipotéticos, el amor no existe y psicológicamente tampoco, según investigaciones dicen que el amor es comparado con el trastorno obsesivo com...

—Ahg, solo di que me amas. —medio gritó, colocando una cara de pocos amigos pero sonriendo al final.

Reí. Siempre terminaba por "cansar" a Yoongi con mis hipótesis y demás temas psicológicos, pero él también era parecido, siempre me andaba hablando sobre casos o leyes que tenían que ver mucho con su carrera de Derecho. 

—Te amo, Yoongi. —susurré antes de sellar nuestra reconciliación mediante un beso.

Ahora ya no importaba ninguna beca, ahora ya no importaba discutir o sabotear al otro. Ahora solo éramos nosotros, dos simples nerds que se amaban.

Fin.