III
Dolor, demasiado dolor, mi pierna dolía horrible; pero al menos ahora sentía que estaba acostado en algo cómodo, esa chica era mi nueva enemiga.
Tenía que huir de este lugar, pero lo primero que tengo que hacer es abrir los ojos.
Lo primero que vi fue el techo de madera; miré hacia la izquierda y vi un elegante ropero de roble, sus patas de metal eran doradas y gruesas; sus manillas eran plateadas; estaba decorado de engranajes dorados de distintos tamaños y encajados perfectamente, era tan hermoso y a la vez tan irritante.
Nunca podré apreciar ese amor por el engranaje, son útiles en muchas cosas, pero en Ciberpunk, no son lo más relevante.
En Ciberpunk lo virtual y la tecnología más avanzada es lo verdaderamente importante, lo otro es irrelevante.
Yo no soy muy fan de la realidad virtual, sé todo sobre ella, pero me parece tan aburrida, tal vez porque no me interesa la interacción con seres humanos y no tengo amigos.
¿Qué es mejor? Crear inventos que faciliten la vida de los humanos o algo falso, que solo sirve como medio de entretención.
Prefiero crear prótesis y robots... además de otros inventos, aunque esos no son muy buenos que digamos.
Sonreí al recordar mis inventos; observé al otro lado, logré ver mis zapatillas rojas voladoras, no las habían lanzado y no parecían haber sido revisadas. Que lástima por ellos de haberlas dejado en ese lugar, con ellas puedo largarme de Steampunk sin problemas, dudo que aquí tengan zapatos voladores... ¿Cierto?
Mi estomago sonó, tenía hambre y la pierna me dolía; solté un suspiro y sonreí, este dolor y hambre no era nada.
Jamás me han disparado, pero si apuñalado varias veces para robarme o como saludo, odiaba cuando Toga llegaba con Shigaraki, debía esquivar sus cuchillas, supuestamente ella deseaba demostrarme su amor.
Maldita psicópata, la única mujer que a sido buena conmigo durante mis 24 años de vida, a sido mi madre... y ella me abandonó cuando tenía 7 años, la vara de medir está un tanto floja.
Aguanta el dolor Izuku, debes pararte... nuevamente hablando en tercera persona, estoy demasiado mal.
1... 2... y... 3
Me levanté y mordí con fuerza para evitar gritar; me acerqué a las zapatillas y las recogí, creo que voy a vomitar por el dolor; me senté en la cama, solté un suspiro y me las coloqué, me dolía la cabeza.
Debo ignorar el dolor, lo que he aprendido en estos años, es que solo el más fuerte sobrevive, así es Ciberpunk y estoy orgulloso de ese lema, porque gracias a él he sobrevivido.
Nuevamente me levanté, forcé una sonrisa, pero luego se borró al darme cuenta que estaba en bóxer, sentí mis mejillas arder, me habían visto en ropa interior. Al menos es la negra.
Me percaté de que la gaza que me vendaba la herida estaba cada vez más roja. Abrí el ropero deseando encontrar pantalones; para mi suerte había unos pantalones holgados color beige, agarré un enorme abrigo marrón, ya que estaba solo con mi polera verde sin mangas, no me importaba mucho, la sudadera apestaba a mil diablos.
Me miré al espejo con una sonrisa, tal vez me ayudaría a pasar desapercibido cuando salga de este lugar...
Sentí una gran vergüenza al verme, parecía un niño vestido con la ropa de su padre, el dueño tenía que ser alto y de contextura gruesa... fue un golpe directo a mi metro sesenta y cinco de altura.
Tengo 24 años y mido lo que debería medir un adolescente, creo que soy de las personas más bajas que he conocido en mi vida, la herencia de mi madre pegó bastante bien, lo bajo se habría eliminado si mis padres hubiesen hecho lo usual...
Alterar al jodido feto en el embarazo, podría medir 1.85 como papá y no tener que pedir ayuda para sacar los instrumentos de las tiendas. Cabe señalar mi contextura delgada, me veo delgado, pero soy rápido y fuerte, si supieran cuantos kilos de metal sólido soy capaz de levantar con una sola mano o que si quisiera te puedo partir la cara con un puñetazo.
Fruncí el ceño, ahora estaba molesto y tenía que huir por mi vida.
Me acerqué a la puerta y la abrí con delicadeza, asomé mi cabeza y miré un extenso pasillo solitario, las paredes eran de metal, ¿Su amor por el metal era tan grande como para tener paredes de este material?
Salí intentando de ignorar el dolor y que sentía húmeda mi pierna; si no escapaba terminaría desangrado. A esa tal Ochako la odio, por qué las guapas terminan siendo las más locas.
Como Toga, ella es guapa, nunca me interesó ella, pero no es fea y siempre aparece con sangre en su cara... además le resta puntos su inteligencia, mi chica ideal debe ser inteligente o me aburriría con una cara bonita.
Un momento, estoy divagando mucho, creo que la pérdida de sangre me está afectando.
Subí las escaleras a tropezones ignorando algunas puertas, aunque una de metal me llamó la atención, había un letrero rojo que decía no pasar.
No pasar suena tan tentador para mi curiosidad.
Quería llorar por el dolor, sentí un golpe en la cabeza, malditas emociones fuertes, maldito químico.
Al llegar al último escalón sonreí, el aire chocó de golpe en mi rostro, ¿Esa loca me había encerrado en el jardín?
Me fijé en el suelo, era de metal sólido, esto ya estaba dando miedo; caminé preocupado, me extrañé al ver que estaba sombreado, de seguro era techo, eso debía ser; decidí subir mi mirada y sentí que toda el hambre se había esfumado de golpe.
Era un dirigible, me di la vuelta y vi el cielo azul, corrí hacia la reja de metal que evitaba una posible caída; al estar al lado, decidí mirar hacia abajo, a duras penas se veían las casas por la altura.
Las zapatillas eran inútiles en estos instantes; me fue imposible no vomitar, me sentí un grandísimo hijo de puta por haberlo hecho hacia abajo.
¿Salto o no? Ya no quiero morir, pero no sé que me hará esta tipa en la nave, no deseo que encuentren mi cadáver con esta ropa tan fea.
-¡No saltes!- Gritó una voz masculina a mi espalda, inmediatamente me di la vuelta y me topé con un hombre corpulento, que medía 1.80 o un poco más... ese tipo de seguro de un puñetazo te quiebra la quijada.
El hombre aparentaba un par de años más que yo, tenía su piel bronceada; cabellos azules, cubiertos por una gorra gavroche color marrón, ésta cargaba unas gafas similares a las de Ochako; sus ojos eran azul oscuro y poseía unas gafas redondas de cristal con un marco dorado que tenía la forma de un engranaje.
Él vestía una camisa blanca con una extraña corbata del mismo color que sobresalía un poco de ésta; chaleco marrón con botones dorados con la forma de engranajes, del cual colgaba un reloj plateado; pantalones holgados color café a cuadros; botas negras hasta las rodillas con varias correas y con punta de metal, se veían bastante pesadas y si no me equivoco sobresalían unos tubos por detrás; guantes negros de cuero; ambos brazos tenían cubre antebrazos de metal, uno de ellos tenía un reloj y el otro estaba decorado con engranajes... putos engranajes; poseía dos pistoleras de hombro con pistolas y una espada en su cinturón de cuero. Ese tipo se veía fuerte y más encima está armado...
Fruncí el ceño y le dije -¿Qué te importa si salto o no? No planeo dejar que la loca esa me vuelva a disparar, mejor me mato yo solo.
-Midoriya, Ochako es a veces un poco impulsiva...- Dijo el hombre intentando sonar calmado, pero lo interrumpí.
-¿Impulsiva? ¿Un poco?- Sonreí por lo estúpido que había sonado -La loca le disparó a un tipo atado, te creo un puñetazo, pero a alguien que no se puede mover es de ser bastante desgraciado.
El de lentes extravagantes me vio y dijo -Estuvo mal, pero ya no lo hará, yo no lo permitiré.
Reí por lo dicho y dije -¿Crees que soy idiota? Ella es tu amiga, no te va a importar si me mata, ni siquiera sirvo para rehén.
Unas fuertes pisadas se escucharon, crucé los dedos para que no fuese ella, pero desgraciadamente la vida es cruel.
Ahí estaba Ochako junto con su gato robot, tan hermosa y aterradora a la vez.
-Lo siento Midoriya- Dijo la castaña, se veía tan sincera -Fui una idiota y no pensé antes de actuar, pero la solución no es tirarte.
-¿Quieres que no me lance para así sacarme información?- Dije con seriedad -Porque siendo sincero prefiero matarme antes de ser torturado.
En realidad no quiero morir, pero es la tortura o la muerte, lo último es más tentador.
-No te torturaré- Dijo con una dulce voz -Déjanos curar tu herida, estás sangrando demasiado.
Miré mi pierna, estaba manchada debido al sangrado.
-Soy médico, te puedo ayudar- Dijo el de cabellos azulados -Midoriya, déjame ayudarte.
Evalué la situación, en todas iba a morir tarde o temprano.
Mi cabeza dolía, coloqué mi mano en la frente, estaba ardiendo, desearía retroceder el tiempo y no haber creado esa cosa. Ahora debería estar en Ciberpunk haciendo mis prótesis y robots, uno que otro invento loco que termina explotando.
No sabía cuándo, pero el de lentes estaba cargándome en sus brazos; me sentía avergonzado y débil, odiaba depender de otros para sobrevivir.
Odio que las personas me ayuden, porque de esa forma terminaré tomándoles aprecio, a excepción de Ochako, esa loca me disparó... ella debería ser la que me cargue, es lo mínimo.
¿Cómo funcionan las relaciones entre hombres y mujeres en Steampunk? ¿Serán unos conservadores en ciertos aspectos? ¿Seguirán algún credo? Hay ciudades en Ciberpunk que son bastantes devotos a la religión.
La religión es algo inútil, creer que un tipo todo poderoso solucionará las cosas es de imbéciles, si fuera tal cual como dicen, el famoso lema de que solo sobreviven los más fuertes en Ciberpunk no existiría.
Llegamos a otra habitación, había una especie de camilla, el chico que me sostenía me acomodó en ésta y me pidió que me sacara el pantalón para revisar mi jodido muslo.
A regañadientes me lo saqué, no hay nada más cómodo y que desee en el mundo, que sacarme los pantalones para que un supuesto médico cure la herida de bala que me hizo su compañera.
Al ver la gaza completamente roja me asusté, no me esperaba que fuese tan grave.
-Me llamo Tenya, soy el médico de la nave- Dijo el hombre mientras sacaba de un botiquín, unas tijeras, gazas, una botella con ¿alcohol?, algodón, una jeringa y un frasco de vidrio con un extraño líquido.
Se acercó a mi pierna y dijo -Tienes que estar tranquilo, solo voy a cortar la gaza y desinfectarte.
-No tengo miedo, me he clavado hojas de metales oxidadas- Dije sin más, los precios de vivir entre la chatarra.
Vi como cortaba con cuidado la gaza, parecía acostumbrado a hacer estas cosas; hice una mueca al ver los puntos rotos, era peor de lo que imaginaba; creo que vi gatitos voladores cuando comenzó a limpiarla, dolía más que la mierda, pero no iba a demostrar dolor alguno, desgraciadamente me inyectó algo al lado de la herida y no pude evitar gritar.
Tenya comenzó a saturar nuevamente la herida, intenté pensar en cosas bonitas, en gatitos, ellos siempre ayudan.
-Anoche estaba peor, logré parar el sangrado - Dijo Tenya mientras limpiaba la sangre -Por favor no vuelvas a hacer esa locura o no mejorarás -Lo que te inyecté te ayudará a calmar el dolor y la fiebre.
-Gracias por salvarme- Susurré, él no era el culpable de lo que hizo esa loca.
Tenya sonrió con amabilidad y dijo -Por un par de semanas no podrás caminar, al menos hasta que te saque los puntos.
Semanas, iba a estar semanas postrado en un lugar que no conozco, con personas de Steampunk.
-Vamos a buscar ropa de tu tamaño cuando lleguemos a la estación Hollow, porque dudo que te quede la de Shinso.
Mis mejillas ardieron y creo que no era por la fiebre, no sabía quién era ese tal Shinso, pero de seguro era o más alto que yo o contextura gruesa.
-Gracias, ¿Puede ser algo sencillo?- Pregunté, no quería engranajes -Sin tantos engranajes...
El médico sonrió y dijo -Vamos a ver, no te prometo nada, usualmente todo tiene engranajes.
Mierda y más mierda.
-¿Midoriya está bien?- Preguntó Ochako, sonaba preocupada.
-Pasa Ochako- Respondió Tenya.
Se abrió la puerta, la observé molesto, no iba fingir que la apreciaba, sí, Ochako es linda e inteligente, pero tampoco soy un baboso que se arrastra por una mujer que recién la conoció y además le disparó.
-Midoriya, enserio lamento haberte lastimado- Dijo con rapidez -Fue una estupidez de mi parte, simplemente no pensé antes de actuar.
Se veía tan sincera y parecía que en verdad lo sentía, a si que solo asentí, no deseaba odiar a alguien.
-Solo no vuelvas a lastimarme- Dije sin más, luego sonreí y dije -Si te digo el motivo real del por qué me lancé, terminarás muerta, es mejor vivir bajo la ignorancia.
La expresión de Tenya cambió, ya no parecía alguien amable.
-Interesante Midoriya, ahora me da más curiosidad- Dijo con una sonrisa gatuna -Pero tranquilo, ya te sacaré la información sin tener que usar mis armas.
Esa sonrisa lo decía todo, ella estaba segura de que lo conseguiría, es triste aquello, Ochako no sabe el tipo de persona que soy.
-Hagamos un trato- Dijo con una sonrisa ladina -Si en 3 meses quedas sin cicatriz me deberás decir los motivos del porqué te lanzaste, pero si yo pierdo te debo un favor.
Abrí los ojos interesado, más allá del favor, me gustaba ganar en lo que sea, demostrar que yo siempre termino ganando.
Y no me equivoco, en mi vida no estoy acostumbrado a perder, siempre me salgo con la mía.
Si yo deseo algo, lo consigo, lamentablemente a veces mis principios y moral se interponen en mis inventos.
No puedo experimentar con seres vivos, cómo podría finalizar mi controlador de mentes sin algún ser vivo. En casi todos mis experimentos, soy yo la rata de laboratorio.
Eso me diferencia entre la mayoría de los inventores de Ciberpunk. Aunque es una moral cruda y sin sentido, creo armas y no me siento mal por construirlas.
No asesino, pero yo causo los asesinatos y todo por el vil y sucio dinero.
No soy y jamás seré el héroe.
Sonreí por la propuesta y dije -Acabas de hacer un trato con un desconocido, eso es tener agallas.
-Tranquilo, si quieres hacer algo que tenga ese tipo de connotación... ahí no te mato, te la corto.
Me quedé callado pensando, me sonrojé y dije -Me refería a asesinar u obligarte a construir un arma letal.
Soy enamoradizo, pero no un tipo que piensa en esas cosas y mucho menos si es por una apuesta.
Sonrió con diversión y dijo -Lo sé, pero las amenazas ayudan.
-Créeme que no soy tan idiota para no saber que cumples con tus amenazas- Respondí, no era una mujer que solo decía palabras, la herida lo demuestra.
Tenya tosió y lo miramos extrañados.
-Ya que dejaron de coquetear, es hora de comer- Dijo el más alto.
-¡Tenya!- Exclamó Ochako sonrojada, aquello me hizo reír.
La puerta se abrió de golpe e ingresó un chico de cabellos índigo bastante revueltos, éste utilizaba una máscara de gas negra, que solo le cubría la parte inferior de su cara.
El chico tenía unos 20 años aproximadamente, era pálido, delgado y medía casi lo mismo que Tenya; sus ojos eran color purpura y debajo de éste tenía oscuras ojeras.
El chico se vestía bastante ¿Curioso?, tenía una camisa oscura con las mangas desgastadas y con marcas de quemadura; se apreciaba un poco un chaleco negro, ya que usaba un delantal de cuero hasta las rodillas, obviamente decorado con engranajes, éste tenía varios bolsillos con herramientas y otros con pequeñas botellas de cristal con líquidos de distintos colores en su interior; guantes gruesos de cuero, uno de ellos tenía un reloj; pantalones plomos con hebillas de cuero en las piernas; bototos marrones que llegaban un poco más arriba de los talones, sus suelas eran gruesas y de metal cobrizo... ¿No le pesan?; y sobre su cabello tenía las mismas gafas que Ochako, pero más gruesos los marcos.
-Hola- Dijo con voz apagada, mientras estaba registrando una caja.
-¿Qué buscas Shinso?- Preguntó Tenya al chico.
-Algo para el dolor de cabeza- Respondió sin más.
Me incomodaba Shinso y su forma tan apagada, me era inevitable no recordar las máscaras de la policía de Red Stone.
Esa policía eran los perros, ni en la Capital existía policía tan cruel cómo ellos, es por eso que son los favoritos del Presidente.
-Están en el mueble- Señaló Tenya un mueble blanco.
Cuando encontró las pastillas, Shinso se sacó la máscara y tragó la pastilla sin agua.
-¡Shinso!- Exclamó molesta Ochako -Te he dicho miles de veces que debes tomarlas con agua.
Él sonrió y se colocó nuevamente la máscara.
-Bienvenido a la nave- Dijo Shinso, no podía ver su boca, pero sus ojos demostraban que sonreía -Para la próxima toma prestada mi ropa, te quedará un poco grande, pero al menos no parecerá que le robaste la ropa a tu papá.
Auch, directo en mi orgullo.
-No seas cruel- Dijo Ochako, su cara lo decía todo, estaba aguantando la risa.
Me mordí la lengua para no insultarlo, no podía defenderme en este estado.
-Ajam, déjame anotarlo en mi cuaderno- Dije con una sonrisa -Para la próxima quitarle la ropa al mapache.
El chico frunció el ceño, mierda, me gané un enemigo nuevo en esta nave, pero luego soltó una carcajada.
-Eres valiente para responder en ese estado, mis respetos- Dijo, eso me extrañó -Soy Shinso, ¿Cómo te llamas brocheta?
Decidí ignorar lo último y dije -Midoriya Izuku.
-Luego te quiero hacer unas preguntas si no te molesta- Dijo, podía apreciar curiosidad en su mirada.
-Si se trata del motivo del porqué terminé aquí, no te lo diré, en cambio si es por Ciberpunk puedo hablar- Dije directo al grano, no deseaba una nueva amenaza.
-Sin ánimos de ofender, pero ¿Y a mi por qué me debería interesar eso?- Dijo con seriedad, me agradaba ese chico.
-Bien dicho, ¿Puedes decirme qué quieres saber?- Pregunté, soy demasiado curioso y no puedo esperar hasta más tarde.
-Armas y tecnología- Dijo sin más, para luego dirigirse a la puerta.
-Hablas con la persona correcta- Dije sonriente, no estaba acostumbrado a hablar con las personas sobre este tipo de cosas, los clientes solo pedían su pedido y las personas que preguntaban eran Shigaraki y Dabi.
A esos dos, nunca les dije cosas como tal, porque venían de parte del Presidente.
"Jamás vayas a la Capital o trabajes para el Presidente, tu inteligencia y el mal, no pueden estar de la mano"
El maestro decía eso, no lo comprendía, pero ahora está claro... si el Presidente me hubiese educado, Ciberpunk tendría muchos muertos.
Mi curiosidad iba de la mano con la sangre y el sufrimiento de muchos.
A veces creo que me engaño a mí mismo y niego la realidad, yo también soy un monstruo.
Mi sueño es crear algo que ayude a las personas, pero en Ciberpunk todo lo útil está creado y no soy un médico para crear la cura de alguna enfermedad.
-Soy inventor, te aseguro que sé demasiado sobre esas cosas- Continué con una sonrisa, Ochako me miró extrañada.
Shinso se fue y quedamos nuevamente los tres.
-Te iban a arrestar por crear un arma letal, ¿Cierto?- Dijo con una sonrisa, estaba bastante alejada de la realidad y a la vez no.
-Nop, sigue participando Ochako- Dije burlesco y luego sonreí -Si creara un arma letal, la policía no me arrestaría, vendrían empresarios para invertir en mi producto.
Me llamaba la atención Steampunk, ¿Habían desquiciados como en mi país o todo era bonito y feliz?
-Creo que te llevarás bien con Shinso- Dijo Tenya acomodando sus gafas.
Tenya me ayudó a bajar y me guio a otra habitación, estaba cansado física y mentalmente.
Me recostaron en una cama y me trajeron una bandeja con comida; no se veía distinta a un plato de comida normal, al parecer no había diferencias alimenticias entre Steampunk y Ciberpunk.
Creo que tomaré esta situación para investigar este nuevo mundo en el que me he envuelto, es eso o nada, y no soy el tipo de persona que le gusta estar sentado sin mover un músculo, me volvería loco.
Ochako se quedó a mi lado comiendo, era un momento incómodo, pero bueno, así eran las cosas.
Probé el primer bocado y quise llorar, estaba deliciosa la patata rellena, hace mucho de que no comía comida caliente y todo por culpa de mi amor por inventar... siempre la dejo para el último momento.
-¿Te gusta?- Preguntó curiosa.
Asentí varias veces y dije -¡Está deliciosa!
-¡Genial! Yo la hice- Dijo emocionada -No estoy acostumbrada a que nuevas personas coman de mi comida.
Ella es guapa, inteligente y sabe cocinar, ¿Por qué tenía que dispararme?
El gran problema en esta situación, es que termine con el síndrome de Estocolmo, ojalá no sea una chica amable o ya me perdieron.
-Aprendí de mi madre, ella era una excelente cocinera- Dijo con una sonrisa -Y al ser la única que no quema o le echa demasiada sal a la comida en esta nave, quedé yo como la cocinera.
No pude evitar reír, ¿Quiénes serán los que trabajan aquí? Hasta ahora sé de Tenya y Shinso.
-¿Quiénes trabajan en esta nave? ¿A qué se dedican?- Pregunté curioso, no sé qué tipo de trabajo tienen las personas que andan en dirigibles.
-Trabaja Tenya, Hatsume Mei quien pasa la mayoría del tiempo haciendo que funcionen las calderas, sin ella estaríamos en picada a tierra firme- Sonrió con diversión por lo último -Y Shinso construye muchas cosas, entre ellas armas para defendernos de los piratas, es el más joven del grupo, pero es un genio en todo lo que hace.
-Guau, son pocos y la nave no es muy pequeña que digamos- Dije extrañado, no tenía sentido.
-Nos dedicamos a entregar productos a otros en tierra firme, por eso somos pocos y en nuestro trabajo, es mejor pocas personas, pero de confianza- Dijo esas palabras con una sonrisa, pero su mirada decía otra cosa.
-¿Qué planeas hacer una vez que te cures?- Preguntó cambiando el tema de golpe, una excelente pregunta.
-No lo sé, mi plan oficial era renacer como granjero en algún imperio extranjero, tal vez buscando aventuras, al final de seguro un dragón me devoraría- Dije con diversión, ella sonrió.
-No creo que la muerte sea la solución, no sé de qué huías, pero con matarte no ganarías nada- Dijo con una dulce voz.
Por favor, no seas amable, que ganas más puntos.
Solté un suspiro y sonreí -No ganaría nada, pero créeme que Ciberpunk ganará más si yo no existiese.
Incluso Steampunk puede salir afectado si sigo vivo...
Ella me miró extrañada y dijo -Bueno, cuando gane la apuesta lo descubriré.
Una sonrisa se formó en mi rostro, me atraía Ochako y eso me asustaba.
-Aunque ya no quiero morir, no soy útil en un lugar como éste- Dije con leve molestia -Soy un excelente inventor, pero no sé usar instrumentos a vapor, eso no se usa en Ciberpunk.
-Puedes aprender en esta nave- Dijo con una enorme sonrisa -Shinso, Mei y yo somos expertos en lo nuestro, aunque el primero es más peligroso en sus inventos.
¿Aprender? Nuevamente tendría a alguien que me enseñara, nuevamente me sentiré dependiente a alguien. Aunque la idea de aprender más, suena divertido.
Amo saber más, aunque de seguro usaré esos jodidos engranajes para todo.
-Primero debes conocer a Mei, ella es un amor, le encanta inventar, estoy segura de que aceptará- Dijo alegre, luego frunció el ceño y continuó -Es la pareja de Tenya, a si que nada de coquetear con ella, Mei te ignorará, pero yo soy capaz de golpearte.
Tragué nervioso, jamás coquetearía con una persona con pareja, además Tenya se ve muy fuerte, de seguro me partiría la cara.
-Tranquila, no soy un hombre que se dedica a coquetear con la primera chica que ve y mucho menos a quienes tienen pareja- Dije un tanto avergonzado, sí, soy enamoradizo, pero coquetear estaba a otro nivel, la vergüenza me supera.
Nunca seré el que tome la iniciativa, soy un cobarde de primera con las chicas y bueno, al final si yo soy el que da el primer paso siempre termina muy mal.
-Me alegro, pero ¿Qué opinas de ser mi aprendiz de robótica?- Preguntó Ochako con una hermosa sonrisa.
Dudo que me atraiga una chica por un buen tiempo.
-M-me encantaría- Dije nervioso, Ochako me ponía nervioso y no sabía que hacer.
Lo que he aprendido en mi vida es todo gracias a mis padres y al maestro, sin ellos no habría sobrevivido en Ciberpunk. Los 3 me educaron con cariño y al final me abandonaron a mi suerte.
No debo encariñarme con nadie de esta nave, al final me abandonarán, aunque sería gracioso si eso pasa, nuevos maestros también me abandonan.
Al menos, estoy preparado para que eso suceda.
Nota
*Arreglé el capítulo dos, coloqué que Ochako tiene unos 23 o 24 años.
Pobre Izuku, ¿Qué clase de invento habrá construido? :)
Hasta la próxima :3
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