Diecinueve
Y empieza el sufrimiento.
Akira está ahí, sentado en su moto, con el casco en sus manos. Coge aire y bufa.
-Leo... -murmura el azabache.
-Ya ya. -se peina el pelo hacía algún lado. Se pone la capucha y después el casco de la moto.
-No.
-¿No que?
-No voy a llevarte así a ningún lado.
-¿Así como?
-¡Con la capucha y encima el casco Leandro, no seas ridículo, son... ¿tres minutos de viaje?, quítate la estúpida capucha!
-¡Y una mierda, el pelo se despeina y no me hace ni puta gracia! -Akira gruñe y cierra sus ojos.
-Vale, lo que digas. Sube ya a la puta moto. - el moreno sube y suspira.
-Ni que hubiera matado a alguien...
-A mi paciencia.
-Si te encanta. - el azabache rueda sus ojos y deja que Leandro se acomode. En cuanto siente sus manos en su cintura, arranca hacia el Altea's Rocket.
Dentro del despacho de Shiro se encuentra Adam, abrochando Los botones de su camisa rápidamente.
-No me vuelvas a hacer el lío. -murmura el castaño de gafas.
-No me vuelvas a tentar.
-¿Me estás diciendo que agacharme es tentarte?
-Entiendeme, Adam. Entiendeme. -el de gafas niega sonriendo y rueda sus ojos.
El local ya está lleno. Siempre lo está a esas horas. Que por que vayan a reunirse no significa que no se pueda ganar dinero. Siempre se puede ganar más dinero.
Allura se pronuncia tras la puerta.
-Han venido Pidge y Hunk. -Shiro suspira.
-Vale. Salimos ya. -el de gafas suspira.
-¿Estoy... bien, no? Quiero decir... no se nota que ha pasado algo ¿no? - Shiro niega sonriendo.
-Estas perfecto. -deja otro beso en sus labios y sale junto al castaño.
Son segundos los que tardan en desplazarse a uno de los sofás del local.
Y después de 3 minutos, aparecen Akira y Leandro.
-Corán. -Akira se apoya en la barra. -¿Han venido?
-Si, están allí. -con el dedo señala al grupo.
-Vente con nosotros, seguro que te va la marcha aún. -Corán ríe ante la ocurrencia de Leandro.
-Déjate de tonterías. A mi no me emborrachais con mariconadas de vodka y ron. -Leandro ríe y sigue a Akira, quien se acerca al sofá.
-Mira, la parejita. -murmura Adam sonriendo.
-Ja ja. -ríe irónico Leandro. Y se fija en su cuello. -¿¡Que te han hecho!? Vaya chupetón. -Adam mira a Shiro de reojo. El hombre sólo puede sonreír y coger un vaso.
-Va, ya que estamos todos, un brindis ¿no?
Y es en un choque de copas donde empieza todo. La música es ensordecedora. Acaban riendo entre ellos, hablando y demás.
Salen a bailar la mayor parte de ellos, ya con algo de alcohol en el cuerpo y la adrenalina por las nubes.
Se pegan, se rozan y se manosean. Entre ellxs o con otrxs. Es igual, la noche es jodidamente joven.
-¡Otra ronda de chupitos! -corea la albina.
Y la cabecita de algunx de ellxs tiene una idea.
-¡Vamos a jugar a la botella! -y tanto Leandro como Allura como Shiro o Akira claman por jugar.
Allura coge una de las botellas vacías y la pone en el centro.
Leandro comienza a rezarle a sus antepasados, sus predecesores y sus antecesores que por favor, por una vez en la vida la luz ilumine su camino y le brinde un beso de la diosa de piernas eternas y cabello como la nieve. Uno más por favor. Sólo uno más.
Pero la fortuna es avariciosa.
Los primeros en jugar son Shiro y Allura. La albina sonríe y apoyándose en la mesa con una mano, coge el mentón de Shiro. Deja un beso corto pero que da a la imaginación. Entre silbidos y risas se separan.
Siguiente vuelta.
Leandro reza de nuevo por que le toque a él y a esa reina.
No es el caso.
El pico señala a Adam y el final de la botella a Hunk.
No se va a quedar atrás. El samoano cierra sus ojos y con una sonrisa besa al castaño. Nada de celos ni de tonterías. Todo el grupo sabe de sobra que Hunk no cambiaría a su pareja por nadie y menos un tío, ni si quiera son su rollo.
Otro par de vasos. Comienzan a perder la poquita razón que poseen. Ahora las risas son más multitudinarias y las mejillas rojas también.
Y otro giro.
Leandro se rinde ya en rezar a los dioses.
Y la luz ilumina su camino.
Allura y él. ¡Si, joder!, piensa.
Se acerca a la albina y tuerce su cara. Deja un beso que, la verdad, ojalá se hubiera alargado más.
Y otro girito.
Y ahora toca la parte más divertida.
Una punta señala a Akira y la otra a Leandro.
El coreano mira a su compañero. Está un poco bebido, pero sabe como hacerle reaccionar. El cubano sonríe. Ambos ladean su cabeza.
Akira coloca su mano en su nuca, y sin mucho cuidado comienza a comerle la boca. Los silbidos y los coreos se hacen con el control de la situación.
Akira cierra sus ojos. Leandro sólo puede sujetar su mejilla y seguir el pito beso que... que madre mía. Le está calentando mucho.
Y ahora llega la lengua, señoras y señores. Leandro ronronea al sentirla y juega con la ajena a ver quien es el rey de la pista.
Se separa de él cubano una vez muerde su labio. El moreno mira la boca de Akira y recobra el aire que le ha robado.
Joder... vaya viaje le ha dado. Vaya.. vaya forma de besar dios mio. Probablemente sea el alcohol pero... es que está cachondo.
El de la melena sonríe y le guiña un ojo. Leandro sonríe.
Y son un par de besos tontos con el resto los que acaban con el juego.
Y de nuevo a la pista. Akira es el primero que sale a la mencionada. Le habría flipado subir a una tarima pero... están ocupadas por sus queridxs compañerxs que trabajan en el local por dinero. El lo hace simplemente por desfogue.
Leandro observa bailar a Akira. Saldría a bailar pero... demasiados chupitos.
La mesa está plagada de vasos vacíos, y las luces de neón traspasan el cristal. Además de chupitos y botellas, hay alguna cachimba que ciertas personas han probado. Por ciertas personas metemos a Allura, Leandro, Akira y Shiro. Y bueno, Shiro un poco...
Akira vuelve al sofá. Observa a Leandro.
-Estas bebido...
-Como tú... apestas a vodka...
-Y tú a ron, gilipollas. -ambos se echan a reír. Akira saca de su pantalón un cigarro. Lo enciende y tira el humo hacía arriba. Se deja caer en el respaldo del sofá y mira a Leandro. Le pasa el cigarro. -¿Te ha molado el beso, eh? -Leandro sonríe. Tira el humo mientras ríe y se acerca a él. Se acerca a su oído y susurra.
-Me la ha puesto dura... -Akira muerde su labio. Realmente ninguno está en sus cabales. Leandro da una calada y mira los labios de Akira. Allí mismo tira el humo. -¿Me das otro?
-¿Cigarro? -el azabache sonríe y se hace de rogar.
-Beso, cretino.
-¿Tantas ganas tienes?... - susurra el coreano.
-No lo sabes, bebé... -puto acento de mierda.
Tira el humo en su boca y con una sonrisa vuelven a unir ambas.
Pidge gira su rostro hacia el sofá y riendo llama a Hunk.
-¡Tío tío! -agarra su ropa y le señala la escena.
Leandro sobre sus muslos, agarrando el cuello de su camiseta, comiendole la boca a Akira como si se le acabará el tiempo.
Mientras en el exterior un hombre respira de forma agitada debido al miedo.
Va a meterse en la boca del lobo.
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