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Unas horas antes.

Taehyung gritó eufórico cuando terminaron la partida de badminton en el club al que solían ir. Casi nunca le ganaba a Hoseok pero cuando lo hacía, celebraba como un niño que acaba de meter su primer gol en un partido.

  — ¿Sabes que te he dejado ganar, no? —Dijo Hoseok dejándose caer en el suelo, estaba sumamente cansado y el sudor le corría por el rostro. Taehyung le lanzó una toalla y este empezó a restregar su cara con ella.

 — Siempre dices eso hyung, te duele admitir que el alumno pronto superará al maestro —Dijo Tae muy orgulloso sentándose a su lado mientras abría una botella de agua y le ofrecía.

Hoseok sonrió y Taehyung notó que dentro de aquella sonrisa, la tristeza se hacía notar.

  — ¿Sabes quién es realmente malo en esto? —Preguntó el mayor.

Tae sonrió de la misma manera.

— ¿Recuerdas la primera vez que lo trajiste al club?

— Sí, no sé cómo demonios hizo para que esa pelota le rebotara en la frente.

— ¡Creímos que había muerto! —Dijo Tae con una expresión que mezclaba diversión y horror.

— Nunca había visto a una persona desmayarse así, cayó como un tablón en el suelo —Hoseok ya empezaba a reírse con su estruendosa risa que lo caracterizab a—No nos quiso hablar por una semana.

— ¡Había olvidado esa parte! —Dijo Tae pasándose la toalla por la frente —Hasta que se enteró que tenías apendicitis y salió corriendo al hospital a pagar todas tus cuentas.

— Y se enojó porque ya estaban pagas —Recordó Hoseok con melancolía —Cielos... Yoongi.

Ambos se quedaron en el suelo rememorando distintas cosas que involucraban a su amigo. Sabían que siempre había tenido una vida dura y que a pesar de eso se preocupaba por ellos, los cuidaba y de alguna forma los amaba. 

Yoongi siempre tan incomprendido, el que es visto como si de piedra estuviese hecho, cuya mirada advierte que no te acerques demasiado casi pareciéndose a un gato pero quien realmente al ser observado de cerca es la persona más blanda de corazón que conocerás.

Pero nadie se tomaba el tiempo de mirar si de verdad había tanta oscuridad tras esos ojos negros o solamente eran lágrimas acumuladas que se habían tintado de todo el dolor contenido en su corazón.

  — ¿Has sabido qué trama?

Tae negó.

— Ya sabes como es, no quiere que me involucre para que no salga perjudicado. Simplemente me dice que todo va bien y finge estar ocupado cada vez que voy a su oficina.

Hoseok se mordió el labio inferior pensativo.

— ¿Y Sae Wa?

— Ella está... bien —Dudó al decir la última palabra.

— ¿Bien?

— Jimin y yo cuidamos de ella. Ahora mismo está en su apartamento, se queda la mayoría de las noches con él. Creo que no está tolerando bien la soledad.

— ¿Y quién lo haría? —Respondió el mayor mirando sus zapatos deportivos mientras pensaba —Espero que todo acabe pronto. Que Yoongi pueda liberarse de Min y que esté con Sae Wa sin importarle nada más.

— Quisiera lo mismo, es lo mínimo que merece. Después de tanto dolor...

Los recuerdos de Yoongi cuando era un niño agarraron desprevenido a Taehyung. Las veces que lo veía llorar a escondidas y fingir que todo estaba bien, las otras que intentó escapar de casa sin éxito o las tantas que maldecía a su madre con odio fingido por haberlo abandonado. 

Las noches que despertaba gritando por su hermana.

  — Pase lo que pase vamos a estar con él, ¿no es así? —Preguntó Taehyung con voz temblorosa. 

Hoseok le palmeó el hombro suavemente para hacerle sentir que estaba seguro a su lado, que los tres pasarían por este momento como lo habían hecho en el pasado.

— Somos como los Tres Mosqueteros y esta es sólo una pequeña prueba que debemos superar —Le sonrió gentilmente y el corazón de Taehyung se sintió un poco más tranquilo.

— ¿Estamos haciendo lo suficiente, Hoseok?

— Estamos haciendo lo necesario, te lo aseguro —Dio leves palmadas en el hombro de su amigo y finalmente le ayudó a levantarse del suelo —Si te cambias rápido, las cervezas de esta noche las brindo yo.

— ¡Igual debías hacerlo, tú eres quién perdió!

Hoseok rodó los ojos y lo alejó con su mano.

 — Iré a buscar el carro en el estacionamiento, te espero frente al club. No tardes, campeón de una noche —Se burló haciendo que Taehyung le sacara el dedo corazón.

Fue a los vestidores para buscar una ropa limpia y no irse sudado, siempre hacía eso al contrario de Hoseok que terminaba con las camisas sudadas yendo a algún bar a tomar con Taehyung. El menor siempre le recriminaba que por eso no atraía chicas cuando salían a beber luego del badminton. 

Cogió su móvil y verificó que su buzón de mensajes y llamadas estuviera vacío. Nadie lo había llamado pero tenía un mensaje de Jimin reportando que Sae Wa estaba bien y que esa noche cenarían fideos con carne, todo había sido idea de Sae.

Ya se pasaría en la mañana a saludarlos y llevarles el desayuno.

Cogió sus cosas y dejó la ropa sucia en el casillero, salió hasta la entrada principal del edificio y esperó por Hoseok quien ya debía venir en camino con el auto. Pensó en los tragos que beberían esa noche y que si su amigo bebía demasiado tendría que conducir él. Demonios, estaba exhausto no tenía ganas de conducir.

Una camioneta negra se estacionó frente a él y a Taehyung le molestó que bloquearan su vista, ahora tendría que moverse de allí unos metros y esperar a que Hoseok lo viera.

Eso hizo. 

Su amigo se tardaba, le dolían los pies por lo que empezó a pasar su peso de un pie al otro.

¿Será que el maldito carro no encendía otra vez?

Escuchó los pasos de su amigo tras él.

— ¿Te han robado el auto o qué, hyung? —Preguntó divertido.

Pero los dos rostros que lo miraron eran todo menos divertidos.

— Kim Taehyung —Dijo el más mayor de los dos.

Taehyung sintió que sobre él caía un balde de agua fría y que su cabeza empezaba a dar vueltas cuando vio las esposas.

— Está usted detenido.

Ya no vería a Sae Wa y a Jimin por la mañana. Ya no podría responder los mensajes de Yoongi y mucho menos iría esa noche a beber cerveza con Hoseok.

Mañana no sabría qué sería de él. 

Y esta noche tampoco cuando lo metieron en la camioneta negra con las manos esposadas y la promesa de que iba a pagar por el crimen que había cometido.   

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