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22


Si alguien le hubiese dicho a Yoongi en el pasado que en algún momento despertaría abrazado a una chica mientras esta le acariciaba el cabello hubiera dicho que era totalmente ilógico y que algo así nunca sucedería. Pero ahí estaba, frente a frente con Sae Wa con el torso desnudo mientras la admiraba como si fuera porcelana.

— Buenos días —Dijo ella sonriéndole mientras enredaba sus dedos en el cabello negro del chico —Min Yoongi —Quiso saborear el nombre de él entre sus labios y guardarlo para siempre.

Yoongi sonrió y suspiró suavemente.

— Buenos días Sae Wa.

Anoche Yoongi había vivido tantas cosas que tanto su cuerpo como su cerebro y su corazón habían quedado exhaustos pero al mismo tiempo se sentía vivo por primera vez. 

¿Así se sentía estar enamorado? ¿Era esto lo que llamaban amor? Porque desde que se despertó en la madrugada sin que Sae Wa se diera cuenta había estado pensando en ello y en lo bonita que se veía la piel de la chica con pequeños destellos de la luz nocturna posados sobre su piel.

— ¿Todas las chicas lucen así en la mañana? —Preguntó.

— ¿Cómo?

— Más radiantes que el sol.

Sae Wa se derritió en una sonrisa cuando lo escuchó e intentó ocultar su rostro con la almohada pero Yoongi no la dejó.

— No te cubras, no deberías privarme del placer de verte.

¿Era su imaginación o Yoongi estaba más suelto? ¿Más feliz? 

— Desde que te despertaste no has arrugado el ceño.

— Desde que me desperté no has parado de ser hermosa, Sae Wa.

La chica se volvió a sonrojar y le provocó lanzársele encima y comérselo a besos pero algo la detuvo de pronto. Una pregunta. La pregunta que acababa de hacer Yoongi sobre las chicas en la mañana.

¿Nunca había visto a su esposa por la mañana? Sae Wa quiso ser imprudente.

— ¿Tu esposa luce así en las mañanas?

Yoongi apretó los labios y por primera vez en ese día frunció el ceño pero no quiso ser grosero con Sae. Sabía que ella aún tenía cientos de preguntas.

— Nunca he amanecido con ella para verla en las mañanas, siempre me levanto antes. 

Sae se mordió el labio inferior y se quedó mirando a la nada por segundos.

— Ustedes dos se llevan realmente mal, ¿no es así?

— Ella me quiere, creo —Dijo sin interés —Pero yo a ella no y es algo que no puedo disimular.

— ¿Ni un poquito? —Yoongi la miró serio y Sae Wa se asustó.

— Ni un poquito —Afirmó mientras era él ahora quien le acariciaba el cabello.

— ¿Entonces por qué... por qué se casaron?

— ¿De verdad quieres hablar de eso ahora mismo? —Yoongi empezaba a enojarse de verdad pero no con ella sino con él mismo pues si le revelaba la razón de su matrimonio tenía que destapar su oscuro y asqueroso pasado. 

No quería ofrecerle ese pasado a Sae Wa. No cuando ella irradiaba el cuarto con tanta luz en la mañana.

— La verdad no... —Ella hizo un ligero puchero. 

— Te prometo que la próxima vez que regreses a esta casa te lo contaré —Dijo el pelinegro dándole un beso en la frente para luego levantarse e ir a tomar un baño.

A pesar de que la noche anterior había sido mágica era hora de volver a la realidad. Y esa realidad dictaba que en el trabajo Sae Wa y Yoongi no eran más que jefe y empleada por eso para cuando llegaron a la compañía él tomó las escaleras y la obligó a ir por el ascensor para que nadie notara que habían llegado juntos.

— ¡Buenos días, sol radiante! —Gritó Taehyung cuando vio que Sae cruzó la puerta.

— Buenos días, Tae —Ella le regaló una sonrisa tan cálida que Taehyung tuvo miedo de que algo estuviese mal con ella pues por lo general Sae le sacaba el dedo corazón.

— ¿Anoche follaste bien? —Se burló el chico.

Pero había dado en el clavo y Sae Wa no quiso negarlo, sólo pasó de largo con una sonrisa de oreja a oreja hasta la oficina.

— ¿Y no lo niegas? ¡Hey! —La siguió —Quiero saber ahora,  Sae... —Pero cuando ambos entraron en la oficina de Yoongi fueron testigos de como su esposa lo abofeteaba y este se quedaba en blanco.

— ¿¡Dónde mierda estuviste anoche!? —Yoongi todavía tenía el rostro desviado hacia el lado de la bofetada. Estaba inmóvil —¡Respóndeme, maldición!

— Sae, vamos... —Dijo suavemente Taehyung al oído de la chica pero esta no hizo caso y en lugar de ello caminó hacia el centro de la oficina haciendo que los otros dos notaran su presencia.

— ¿No te enseñaron a tocar la puerta, empleada? —Preguntó la señora Min casi a punto de estallar su cólera sobre Sae Wa.

Pero si la señora era perra, Sae Wa tenía maestría en ello.

— Dios mío... —Murmuró Taehyung así mismo cuando vio la mirada de odio que Sae le daba a la señora.

Yoongi sólo miraba inmóvil la escena.

— ¿Es usted un animal para golpear a otro ser humano así? 

Sae Wa no midió sus palabras y por eso ella también se ganó una bofetada pero al igual que Yoongi no reaccionó, se quedó inmóvil sólo que sus labios no hicieron lo mismo.

— Ya ve por qué el señor Min quizás no pasó la noche en casa —Soltó con sarcasmo y Taehyung quiso enterrar la cabeza en el suelo —Porque ¿quién querría estar con una mujer tan violenta como usted?

— ¿¡Quién demonios te crees!? ¿¡Quieres que llame a seguridad!?

Ahí fue donde Yoongi reaccionó.

— Sae Wa sal de la oficina ahora mismo —Ordenó haciéndole señas a Taehyung de que la sacara.

— No, no puedo dejar que haya tanta violen... 

La señora Min estaba colérica.

— ¡Que salgas ahora mismo! —Gritó Yoongi y Sae Wa se heló.

¿Cómo el mismo hombre que la había admirado esta mañana le gritaba de esa forma y la miraba tan sombríamente como si no fuera más que una intrusa?

— Llamaré a seguridad si no sacas a esta chica ahora mismo de aquí.

— Vamos Sae, vamos... —Dijo Tae tomándola por un brazo para sacarla de allí.

Y Yoongi se arrepintió en lo más profundo de su ser por haber actuado así pero Sae Wa no tenía ni la menor idea de lo peligrosa que podía ser la familia de su esposa.

Nunca se perdonaría ponerla en peligro. Nunca. 

***


— Qué idiota —Dijo Sae Wa en la terraza del edificio a donde la había llevado Taehyung luego del incidente.

Estaba dolida con Yoongi.

— Es un idiota, definitivamente.

Taehyung la miraba en silencio con el ceño fruncido.

— Dime algo, ¿tú y Yoongi tienen algo no es así? —Preguntó el chico rompiendo su propio silencio.

Sae Wa tenía miedo de responder, ya una vez Taehyung le dijo que no jodiera a Yoongi.

— Si respondo que sí ¿vas a salir con eso de que no lo joda?

Tae negó lentamente con la cabeza.

— Si respondes que sí me veré en la obligación de investigar que está pasando con mi amigo.

— No Taehyung, tú no lo entiendes. No está pasando nada... Lo único que sucede es que Yoongi no es feliz en ese matrimonio y por eso ahora está conmigo.

— ¿Entonces si tienen algo? —Dijo cruzándose de brazos mientras sonreía pícaramente.

— Mierda —Dijo ella girando el rostro hacia la ciudad —Sí, tenemos algo. Creo. Aunque luego de gritarme así...

— No le des importancia, Yoongi siempre nos grita a mí a Hoseok y aún así nos quiere. 

— ¿Tú crees? —Preguntó afligida.

— Créeme que si tiene algo contigo es porque de verdad le importas y por eso mismo te sacó de la oficina a gritos.

Sae frunció el ceño confundida.

— ¿A qué te refieres? 

— A que... —Tae se mordió el labio inferior —Sae Wa, ¿de verdad estás dispuesta a quemarte?

— ¿Qué?

— Digo... Yoongi no es más que un infierno ambulante.

— ¿Pero qué dices? 

— Que si lo amas debes estar dispuesta a quemarte junto a Yoongi. Arder con él y todo lo que eso implica. 

Sae tragó duro y asintió lentamente.

— No sé de que sombras está huyendo Yoongi pero prometo poner luz en todas ellas —Dijo decidida —Y por eso la primera sombra que pienso asesinar es a esa desagradable mujer.

Taehyung soltó una carcajada seca y su mirada se tornó triste.

— Ten cuidado, Sae. 

Si es que ella no te mata primero a ti.

***


Sae Wa pasó el resto de la tarde en la comisaría terminando algunos asuntos sobre el asalto de la otra noche y para cuando todo el papeleo estaba listo su hermano la llamó para hacerle saber que la estaba esperando en casa. 

La chica le hizo saber que en breves minutos estaría con él y que esperaba que le hubiese cocinado algo delicioso a lo que Jin respondió que definitivamente hoy le cocinaría algo bueno como el hermano grandioso, talentoso y hermoso que era.

— ¿Disculpe, sabe dónde es la sesión de hoy? —Una chica se le acercó mientras Sae tecleaba algo para Jin en su teléfono.

— ¿Sesión...? —Preguntó confundida —No, no trabajo aquí.

— Ah, ¿en serio? ¡Lo siento! Debieron ser las gafas —Dijo la chica apenada.

Era muy bonita.

— Me dijeron que la guía usaba gafas y... —Se sonrojó.

— ¿Guía? No sabían que aquí daban sesiones de...

— Autoayuda —Dijo la extraña bajando la mirada —Es algo así como alcohólicos anónimos pero los problemas de la gente aquí no tienen nada que ver con alcohol —Rió nerviosamente —La comisaría ha abierto un espacio de ayuda psicológica y terapia grupal así que... —La chica apretó los labios.

— ¡Oh! —Sae Wa dio un aplauso —Eso es genial, en serio. No tenía ni idea —Le sonrió sinceramente e hizo una reverencia —Mi nombre es Hong Sae Wa.

La chica le correspondió la sonrisa y la reverencia.

— Mucho gusto, Sae Wa. Mi nombre es Yoonmi. 

***


— Así que Jin está en Seúl —Dijo Jimin quien había pasado recogiendo a Sae Wa por la comisaría para llevarla a su casa —En estos días iré a visitarlo entonces.

— Estará encantado, así alguien podrá escuchar sus chistes y ayudarlo a peinarse —Se burló.

Jimin rodó los ojos y se despidió de Sae con una abrazo cuando la dejó frente a su casa. 

— Nos vemos pronto.

— Sí... 

Sae Wa no había vuelto a su casa desde el incidente pero aunque estaba un poco nerviosa sabía que Jin estaría allí adentro para protegerla y hacerle comida deliciosa. Ella amaba la comida de su hermano más que nada en el mundo y por eso estaba muy contenta de pensar en lo que le había preparado.

Hubiese corrido directamente hasta la puerta a abrirla con energía de no ser porque un intruso estaba delante de ella recostado con el rostro escondido bajo un tapabocas negro y una gorra del mismo color.

— ¿Yoongi? —Preguntó la chica con sorpresa cuando se acercó a él.

El nombrado levantó la vista y sus ojos parecieron iluminarse cuando la vio.

— Sae Wa —Dijo suavemente deslizando el tapabocas hacia abajo —Estás más bonita que en la mañana, ¿cómo haces eso? —Dijo apretando la nariz de la chica con los dedos de su mano derecha.

Sae quería abrazarlo y hundirse en él pero todavía le dolía lo que había pasado en la oficina, no sólo por el grito sino por la forma en la que se dejó golpear.

— Siento mucho lo de hoy —Continuó él sacando una flor que tenía escondida en su mano izquierda ofreciéndosela a Sae. Era una flor amarilla muy bonita y grande —Quería disculparme.

Ella la recibió con ambas manos mientras la admiraba para luego regalarle una sonrisa tímida a Yoongi.

— Me alegra que te guste —Dijo él lentamente mientras suspiraba cansado —Y también vine a pedirte algo.

El corazón de Sae se sacudió con brusquedad y temió lo peor cuando lo escuchó pronunciar aquellas palabras.

— ¿Quieres escuchar un poco de mi historia? —Sae Wa se tranquilizó y ahora el miedo era reemplazado por sorpresa y conmoción.

Era el mismo Yoongi quien la estaba invitando a entrar en su vida.

— Y me gustaría que la escucharas en mi casa por eso... ¿Te gustaría venir de nuevo y pasar la noche comigo, Sae Wa?

Y en la mente de ella sólo había una respuesta.

— Sí. Sí quiero, Yoongi.


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