21
Ser querido por alguien puede tener muchas interpretaciones y significados para cada persona. Para unos puede ser que le preparen el desayuno, les dediquen una canción que les gusta, le acaricien el cabello mientras duermen o le tomen de la mano al cruzar la calle, mientras que para otros pueden ser cartas de amor, miradas furtivas o sonrisas de complicidad.
Hay muchas formas de sentirse querido y todos tienen la suya en particular.
Incluso Yoongi se había sentido así cuando era pequeño y su madre lo llevaba al parque o cuando su papá le compró aquel balón de basquetbol. También experimentó el amor cuando conoció a Hoseok y Taehyung y ellos le regalaron una amistad sincera y bonita.
Pero hoy estaba a punto de experimentar una querencia distinta, la que jamás pensó que podría tener luego de todo lo que había sufrido en el pasado. Sae Wa se iba a encargar de eso.
Y era extraño, era tenebroso y le hacía temblar.
— Yoongi —Murmuró ella cuando le tenía el rostro tomado entre las manos y lo miraba como si fuera lo más hermoso que sus ojos habían visto.
El silencio invadía la casa pero minutos después fue reemplazado por el repique de las gotas en las ventanas y el techo.
Una noche lluviosa para la tormenta que estaba a punto de desatarse.
— Por favor, no murmures mi nombre... —Dijo él cerrando los ojos y pegando la frente con la de Sae.
— ¿Por qué? —Ella también cerró los ojos y se inundó de la presencia de Yoongi.
Tenerlo allí así era tan irreal que estuvo a punto de pellizcarse para comprobar que no estaba soñando.
— Si es el nombre más bonito que he escuchado —Le dijo ella y Yoongi sonrió ligeramente con vergüenza.
¿Qué clase de sensación tibia era esa que sentía en el pecho ahora mismo?
— Y es tu nombre, con que lo tengas tú ya es imposible no llamarte... —Sae Wa pasó sus brazos alrededor del cuello de Yoongi y ahora se miraban fijamente como retándose con la mirada a ver quién daba el primer paso, quién movía el primer músculo e iniciaba la partida a un mundo completamente inexplorado por el pelinegro.
— Sae Wa... —Si ella lo llamaba por su nombre entonces él también quería hacer lo mismo. Tomar su nombre y grabárselo en la boca.
— Tú me puedes llamar como quieras, mi nombre no es tan especial —Bromeó la chica —Esta noche seré yo quien te nombre, así que... déjame —Dijo atrapando los labios del pelinegro con suavidad, a paso lento como si se tratara de una tarea diligente que había que hacer con cuidado.
Los labios de Yoongi se ajustaban bien a los suyos pero los de este último estaban fríos como si nadie nunca antes se hubiera tomado la tarea de volverlos tibios y húmedos.
Sae Wa no quería avanzar muy rápido, notaba que Yoongi se tensaba con tan sólo un beso y se preguntó ¿por qué?
— Deja de pensar tanto —Le susurró cerca del oído —Yo hoy soy la que debe quererte y no debes estar nervioso por ello —Le dio un abrazo y las defensas del pelinegro bajaron por completo dejándose reposar sobre los brazos de la chica —Yoongi, quiero quererte hoy. Sólo déjate.
Él asintió aún recostado en el hombro de la chica y luego se separó un poco para recibirla de nuevo en su boca y dejarse llenar cada espacio por la suave y húmeda lengua de Sae que exploraba con ahínco.
Se sentía realmente bien, los labios de ella chocando contra los suyos como dos suaves almohadas, su lengua adentro de él haciéndole sentir cosas extrañas en la parte baja de su abdomen.
Yoongi gimió suavemente cuando ahora los labios de Sae Wa se atrevieron a tocar su cuello delgado y blanco.
— Sae Wa —Dijo inconsciente con los ojos cerrados. Llevó sus manos hacia la espalda de la chica y la apretó contra ella para que lo besara más.
Su piel se erizaba con los besos que repartía de lado a lado hasta bajar a sus clavículas.
— Ven —Le dijo ella tomando su mano y llevándolo hacia el pasillo de las habitaciones —¿Dónde...
Yoongi señaló una de las puertas y dieron con la habitación principal.
— Debe hacerse como es —Dijo ella al hecho de que no quería hacerlo en el piso o en el sofá, si iba a poseerlo sería en la cama para que ambos estuvieran cómodos.
El pelinegro dio un paso al frente cuando Sae lo jaló hacia el dormitorio pero de repente se congeló.
— ¿Qué sucede? —Preguntó preocupada.
Recuerdos y más recuerdos lo invadieron.
— Yoongi —Se acercó de nuevo hasta su rostro y depositó un casto beso en sus labios —Confía en mí.
Sae Wa se seguía preguntando por qué Yoongi avanzaba y retrocedía, quería pero no quería... Despejó esos pensamientos de su mente momentáneamente y lo llevó hasta la cama. Yoongi se sentó en el borde de la misma y ella se colocó delante de él y le tomó el rostro para volver a besarlo.
Desde allí las gotas de lluvia se escuchaban lejanas.
Sae se hizo paso entre las piernas de Yoongi mientras este le rodeaba la cintura con las manos y la miraba penetrante cuando ella le acariciaba la nuca y le besaba el cuello. Luego de unos minutos así Sae Wa se fue inclinando sobre él hasta dejarlo tendido en la cama mientras ella se colocaba sobre su cuerpo sosteniendo su peso con los brazos.
— Un poco más arriba —Pidió para que ambos quedaran en el centro de la cama y se pudieran mover con mayor facilidad. Ella sentada sobre sus piernas con Yoongi a su merced.
Las manos expertas de la chica se pasearon de arriba hacia abajo en el tórax del nervioso pelinegro cuya respiración estaba agitada. La camisa se le pegó al cuerpo a causa del sudor y Sae se deleitó con la vista del torso marcado de Yoongi bajo la tela. Los nervios lo tenían sudando pero se veía tan sensual de esa forma que la chica se mordió el labio para evitar tirársele encima y comérselo sin piedad.
Quitó el primer botón y Yoongi hizo el intento de levantarse pero Sae lo empujó de nuevo hacia atrás con delicadeza.
— Cierra los ojos —Le pidió suavemente.
Yoongi la miró por escasos segundos antes de dejarse caer por completo y hacer lo que pedía. Se llevó un brazo a la cara por lo avergonzado que estaba mientras iba sintiendo los dedos de Sae Wa quitar uno a uno los botones y dejar su torso descubierto.
— Ah... —Gimió cuando los labios tibios y húmedos de ella pasearon por toda su piel y lo invadieron de escalofríos, uno tras otro.
La lluvia de besos que la chica le regaló lo empezaban a hacer retorcerse en la cama, tanto que varias veces se mordió el labio inferior sobre todo cuando los labios de Sae se acercaban peligrosamente a su pelvis.
Los besos se detuvieron y Yoongi se sintió tan curioso que abrió los ojos. Sólo ahí se dio cuenta que Sae se estaba quitando la camisa y ahora sólo la cubría un sostén color lila que dejaba ver su hermosa piel por encima de él, sus pechos abultados y sus lindas clavículas ligeramente delineadas.
Yoongi admitió internamente que aquella imagen era muy hermosa.
— Vaya... —Rió Sae tímidamente cuando sintió la erección de Yoongi entre las piernas —Esto está funcionando —Dijo para inclinarse sobre él y besarle en la boca.
— Sae... ¡Wa! —Soltó de imprevisto cuando la chica abrió un poco más las piernas para que el miembro ya erecto de Yoongi la rozara. Ahí fue cuando empezó a moverse lentamente de atrás hacia delante y un remolino de sensaciones se escurrieron por todo el cuerpo de Yoongi haciendo que se erizara por completo.
— Cierra los ojos —Pidió ella de nuevo saboreando los sonidos que él le regalaba.
Siempre quiso escucharle decir su nombre entre gemidos.
La chica se movió hacia un lado para deshacerse del resto de su ropa quedando sólo con la ropa interior. Yoongi la miró hacer aquello con pena pues sabía que en ese caso debía ser él quien le removiera las prendas.
Pero no se atrevía, sólo la miraba y le gustaba lo que veía pero aún así no podía dejar de sentirse inútil.
— ¿Segura que estás bien con esto?
— ¿Por qué lo dices? —Dijo trepándose de nuevo en él.
Estaba mejor que nunca.
— Porque no estoy... haciendo nada.
— Yoongi —La obligó a mirarla —Hoy déjame a mí —Dijo antes de empezar a bajar hacia la pelvis del pelinegro y deshacerse de sus pantalones.
Sae se mordió el labio al ver el ajustado bulto debajo de los bóxers de Yoongi, tenía todas las ganas del mundo de resolver ese problema que tenía entre las piernas y darle al chico el placer más grande de su vida.
No tuvo que preguntarse si a Yoongi le estaba gustando lo que hacía pues nada más al empezar a meter la extensión del chico a su boca, una buena tanda de gemidos roncos empezó a invadir la habitación.
— Dios... Sae, Sae Wa... —Repetía entre gemidos mientras apretaba las sábanas con fuerzas.
La chica estaba delineando el miembro de Yoongi con su lengua de abajo hacia arriba para finalmente meterlo a su boca y succionar con delicadeza. Lamió y succionó un buen rato dejando toda la extensión humedecida y a Yoongi con la respiración acelerada, las mejillas rosadas y la garganta casi ardiéndole de las veces que trató de reprimir los gemidos.
¿Siempre se debió haber sentido así de bien?
Yoongi la miró desde arriba mientras lo devorada con suma devoción. Ella hizo contacto visual con él mientras lamía por última vez su miembro y Yoongi sintió en ese momento algo que nunca antes había experimentado.
Le dieron ganas de follársela.
Sae Wa se quitó la ropa interior con prisa quedando totalmente desnuda delante del pelinegro que no daba crédito a lo que sus ojos admiraban.
La chica era realmente hermosa de punta a punta, desde su nariz respinga, pasando por sus clavículas, paseándose por sus pechos rosados hasta dar con sus muslos bien proporcionados y su feminidad oculta.
Sae supo que la deseaba.
— Ven aquí —Dijo la chica sentándose sobre él mientras tomaba su falo y lo trabajaba con la mano unos segundos antes de llevárselo a su entrada y rozarla con él.
— Dios... mierda, mierda, mierda —Gimió él cuando la humedad de Sae Wa lo cubrió.
— No tenemos condones pero yo me cuido —Aclaró —Así que... —Dijo ella haciendo círculos en su entrada con el miembro de Yoongi —Así que... —Gimió por el placer que aquello le producía.
— No importa —Dijo él con la respiración entrecortada y con el deseo a flor de piel —No... importa.
Ella también tenía la respiración acelerada y el cabello desbaratado.
— Yoongi.. —Lo llamó y él se tensó —Yoongi, mírame —Le pidió mientras iba introduciendo poco a poco y lentamente el miembro dentro de su cavidad —Mírame —Gimió con fuerzas y Yoongi estaba a punto de perder la paciencia y la cordura.
Lo estaba torturando. Nunca antes deseó tanto entrar en alguien pero estaba aquí y ahora rezando para que Sae Wa lo tomara.
— Yoon... gi —Suspiró cerrando los ojos cuando terminó de meterlo dentro de ella.
— Maldición —Masculló él cerrando los ojos con fuerzas cuando Sae Wa se movió por primera vez hacia delante y hacia atrás cabalgándolo pero luego se detuvo —Maldición, sigue...
Ella lo hizo por segunda vez y Yoongi soltó otra maldición.
— Mírame —Pidió ella moviéndose sin parar con lentitud.
A Yoongi le gustaba lo que sentía, todo su cuerpo lo estaba disfrutando y Sae Wa también estaba al borde del clímax.
— Sae Wa, sigue... sigue así —Ella se movía cada vez con más rapidez y con cada nuevo movimientos ambos gemían y sudaban —Así, así...
La primera vez de Yoongi estaba siendo muy buena para ser verdad, jamás se imaginó que tener sexo con alguien fuera tan... Increíble.
— Yoongi —Empezó a murmurar cada vez con más frecuencia Sae Wa cuando sus movimientos eran rápidos y ambos estaban en esa fase en la que era cuestión de segundos para tener un orgasmo.
Yoongi no le quitaba la mirada de encima, se aferró a las caderas de la chica y echó la cabeza hacia atrás cuando una oleada de placer lo empezaba a invadir desde las piernas hacia su pelvis.
Jamás había tenido un orgasmo. Jamás.
— Sigue así, Sae Wa muñeca —Dijo frunciendo el ceño mientras la sensación aumentaba y lo tensaba —Oh, por Dios...
Sae aceleró el ritmo y sus paredes vaginales se contrajeron bruscamente abrazando el miembro de Yoongi cuando el orgasmo llegó a ella. Todos sus fluidos se corrieron sobre el pelinegro quien estaba al borde del colapso cuando esa extraña y agradable sensación explotó dentro de él o mejor dicho dentro de Sae Wa para llenarla por completo.
— ¡Joder! —Masculló cuando llegó y todo su cuerpo se tensó, su mente se nubló y por escasos segundos se le cortó la respiración cosa que intensificó el placer.
Sae se dejó caer sobre un lado de la cama y los cubrió a ambos con la manta mientras que Yoongi aún se recuperaba y su respiración se iba calmando poco a poco. La chica se abrazó a él quedando sus pieles unidas nuevamente y el repique de las gotas se hizo presente de nuevo.
El mundo se había detenido durante ese rato en el que estuvieron juntos y ahora volvían a cobrar el sentido de la realidad.
— Sae Wa —Dijo por décima vez Yoongi antes de girarse hacia ella y mirarla.
— ¿Qué sucede? —Preguntó con timidez mientras le regalaba una sonrisa.
— ¿Qué acaba de pasar? —A Sae le causó gracia la pregunta y a pesar de que no sabía a qué se refería el pelinegro respondió algo que Yoongi nunca había vivido y que hoy le había cambiado la vida para siempre.
— Pues que te acabo de hacer el amor, Yoongi.
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perdonen si quedó muy soso :(
aún no lo edito por si hay errores, lo haré en un momento.
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