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06


Sae se sentía como la mierda y ¿cómo no? Había dicho el nombre de Yoongi mientras Jimin se la follaba en su mueble. Cuando aquello pasó el chico no reaccionó de inmediato, de hecho nunca reaccionó tan sólo terminó el asunto y se quedó mirando a Sae con la expresión vacía. 

Ella tampoco dijo nada, se puso la ropa rápidamente y luego de tomar sus gafas salió despavorida de allí.

— Debo irme —Fue lo único que dijo dejando a Jimin en medio de su soledad y un profundo sentimiento de impotencia.

¿Qué mierda tenía Min Yoongi para ofrecerle a Sae? Él no podía quererla como se merecía pues además de estar casado tenía un corazón de piedra.

En cambio Jimin... él sí que podía quererla.

***


Hoy no había llegado al trabajo con su ánimo de siempre, sabía que tarde o temprano tenía que darle la cara a Jimin y eso era algo que la asustaba. Nunca lo había visto mirarla de aquella forma como lo hizo luego de que saliera de ella y se subiera los pantalones.

La miraba con dolor.

¿Jimin sentía dolor a causa de ella? Por supuesto, a nadie le gustaba que dijeran otro nombre cuando la estaban haciendo llegar al orgasmo.

— Buenos días, Hong —Yoongi la sacó de sus pensamientos cuando se asomó a su pequeña oficina —Mierda, ¿te estás preparando para Halloween o qué? —Le preguntó.

Sae no entendía mucho el humor matutino de su jodido jefe que hoy se le había ocurrido la brillante idea de vestirse con un traje negro que lo hacía ver como un pecado ambulante. 

— ¿Qué? —Fue lo que alcanzó a responder.

Él se acercó hasta su escritorio y depositó un vaso de café en él.

— Eso... en tu cara —Hizo círculos en el aire con su dedo índice.

Ojalá me los hiciera en... 

— Tus ojeras, Hong. Las ojeras, pareces un mapache o algo así.

— Ah... —Ella desvió la mirada hacia el café y arrugó el rostro.

— ¿Qué? Te lo traje especialmente para ti.

Sae lo miró confundida.

— Está bien concentrado, hoy tenemos mucho trabajo y te necesito lo más concentrada posible —Yoongi empujó ligeramente el vaso hacia ella —Ahora tómatelo. 

La chica se acomodó las gafas y luego tomó el vaso para sorber un poco de la sustancia que la inundó de calidez. Yoongi tenía razón, le hacía falta estar recargada esta mañana sobre todo si quería enfrentarse a Jimin.

— Yoongi ~ —Se escuchó la voz de Taehyung desde el pasillo —¿Dónde estás? ~

— Llegó mi espina en el culo personal —Dijo con una leve sonrisa —Entonces, ya sabes Hong. Te quiero despierta —Y dicho esto cerró la puerta tras él y la dejó de nuevo en las cuatro paredes de su oficina.

Sae Wa intentó distraerse durante toda su jornada de trabajo pero la mirada de Jimin seguía rebotando en aquellas paredes como un recuerdo doloroso que no la dejaba concentrarse del todo. Tenía tanta pena por lo que había hecho que incluso se saltó la hora del almuerzo para no tener que verle la cara.

¿Qué le iba a decir?

En aquella oficina no había ventanas a menos que se asomara al despacho de Yoongi así que el paso del tiempo era algo que Sae Wa desconocía.

— ¡Mierda! —Dijo Taehyung abriendo la puerta de golpe.

— ¿Qué pasa? —Brincó ella de su asiento. 

— Creí que Yoongi te había matado, ¿por qué no has ido a almorzar con nosotros hoy? 

— No he tenido tiempo —Mintió.

— Pues tendré que hablar con el cara de culo ese, no te puede esclavizar y él andar de fiesta.

— ¿Disculpa? ¿Qué mierda estás diciendo Tae?

— Que mientras tú estás aquí tu jefe se fue de copas con unos empresarios, ¿no le viste el traje de sodomita que traía hoy?

Sae hurgó un poco entre sus oscuros pensamientos sexuales y le pareció que sodomizar con Yoongi no le vendría nada mal.

— Seguramente es por negocios, además ese no es mi problema. Él es el jefe —Dijo indiferente mirando la pantalla que tenía en frente. 

— Bueno... —Se encogió de hombros —¿Sabes qué le pasó a Jimin? Hoy ha estado muy raro, no ha hecho ni un chiste sexual. ¡Ni uno!

— No lo sé, Tae —Mintió soltando un suspiro —Mañana hablamos ¿sí? Ya es mi hora de salida y estoy muy cansada.

— Está bien pero tienes que saber que mañana vendré a buscarte para el almuerzo. Así te tenga que amenazar con tocarte el culo para que comas —Dijo levantándose de la silla y saliendo de la oficina con una gran sonrisa infantil.

— Cielos... 

Hoy estaba realmente cansada, se la había pasado todo el día trabajando, el hambre la estaba matando y la culpa la carcomía por dentro. Ahora gracias a Taehyung se le había sumado otra angustia en su pecho.

Yoongi de fiesta.

Se lo imaginó con aquel traje negro yendo de la mano de su esposa mientras la presentaba ante todos como el amor de su vida. Incluso se imaginó que la follaba en algún rincón de la fiesta de forma clandestina pero inmediatamente sacudió la cabeza para apartar esos pensamientos que le dolían.

— Qué idiota soy —Murmuró para sí misma ya en la entrada del edificio.

Él que disfrutaba de su vida y ella que se esclavizaba así misma en aquellas cuatro paredes teniendo fantasías que nunca se le iban a hacer realidad. Se maldijo a si misma por ser infeliz sola puesto que Yoongi no tenía la culpa de nada. Era ella y su estúpida obsesión.

— Sae Wa —La voz de Jimin la hizo dar un respingo.

La estaba esperando en el mismo lugar de la noche anterior solo que esta vez sin un café para ella. 

— Jimin —Lo miró con tristeza y se sintió a morir. Lo había evitado durante todo el día y ahora no sabía qué decirle —Yo... —Desvió la mirada —Lo de anoche.

— Fue mi culpa. Yo te incité a hacerlo, no debí pero...

Ella lo miró buscando una respuesta. 

— Maldita sea —Masculló llevándose las manos al cabello —Sé que no debí Sae pero... no pude evitarlo.

— ¿A qué te refieres Jimin?

Jimin la miró con el ceño fruncido y el labio tembloroso.

— ¿De verdad no te has dado cuenta?

— ¿De qué? Jimin de verdad no quise anoche...

— ¡De que me gustas, tonta! —La tomó por los hombros y la sacudió un poco.

Estaba desesperado, quería hacerle entender que ella le gustaba y que no soportaba que sus labios sólo suspiraban cuando nombraban a Min Yoongi.

— ¿De qué mierda hablas? Suéltame, me haces daño —Le pidió enojada —Una calentura no significa que te guste, Jimin.

— No es una calentura —Apretó sus hombros de forma inconsciente y Sae se quejó —Me gustas desde hace tiempo y yo...

— Jimin me haces daño, mierda.

— Pero necesito que me escuches. Odio ver que te gusta ese imbécil que nunca te va a corresponder, odio que vayas a Neon a tirarte a cuanto tipo pensando en él, odio que ahora te tenga lejos y que estés en esa oficina a su merced, odio...

Sae Wa estaba sorprendida. Jimin estaba sacando de su pecho todo lo que desde hacía tiempo quería decirle. Con razón las últimas veces que le hablaba de Neon y Yoongi el chico no bromeaba y en lugar de eso se quedaba mirando la nada con el ceño fruncido.

— Mierda Jimin, tus dedos...

— Te ha dicho que la sueltes, enano —Un manotazo retiró la mano de Jimin de los hombros de la chica.

Sae sintió que las piernas le flaquearon cuando escuchó la voz severa de Yoongi.

— ¿Qué estás haciendo, Jimin? Hong te ha dicho que le haces daño. ¿Estás borracho?

Jimin estaba tan estupefacto como la chica.

El olor a alcohol le impregnó las fosas nasalas a Sae y notó que Yoongi tenía el mismo traje que esta mañana sólo que ahora tenía el cabello un poco más desordenado.

— Lo siento —Dijo Jimin sin enfrentar a su amigo. Después de todo Yoongi era amigo de él —Me dejé llevar.

— Eso pude ver, esta chica es de mi propiedad ¿está bien? —Bromeó el otro y Sae abrió los ojos como platos —Le pago con cafés su trabajo de esclava, ¿no, Hong?

El comentario le cayó como una patada a los otros dos pero Yoongi no se percató de ello.

— Nos vemos mañana —Dijo Jimin dando media vuelta y alejándose con rapidez de allí.

— ¡Ya, mocoso! ¡No me dejes hablando solo! —Gritó Yoongi.

Se quedaron los dos mirando como Jimin se perdía calle abajo y Sae Wa estuvo a punto de dejar escapar unas lágrimas de ira.

— ¿Qué sucede con ustedes dos? ¿Pelea de novios? —Dijo Yoongi poniendo una mano en el hombro de la chica pero esta se movió violentamente quitándola de su piel.

— Nada que te incumba —Respondió olvidando que Yoongi podía ser un gran hijo de puta a veces.

— Hey Hong —Dijo tomando su mentón para obligarla a mirarlo.

Sae sintió miedo de repente, aquellos ojos negros la miraban con tanta indiferencia que podían penetrarla si se lo proponían.

— No te equivoques —Le dijo tan cerca que el aliento de él chocó contra su rostro —Todavía soy tu jefe. 

***


Sae Wa llegó a Neon con su antifaz de siempre y el corazón herido. 

Jimin y Yoongi, Yoongi y Jimin. Los dos se las habían ingeniado hoy para joderle el día y el alma. Cada uno a su manera.

— Katrina, ¿qué pasa? —Le dijo la barista cuando la vio llorar sentada en la barra tras haber follado con el primer tipo de la noche.

Sí, Sae Wa no sabía resolver sus problemas maduramente. Trataba de amortiguar sus frustraciones siendo follada por desconocidos.

— Ese maldito —Dijo —Y ese otro hijo de puta tonto que viene a decirme que le gusto...

La barista no entendía nada. 

De repente alguien tocó el hombro de la chica haciendo que esta se girara. Era un chico de tez morena y cabello castaño hacia un lado que deseaba meterse a una habitación con ella y hacerlo hasta el cansancio.

— ¿Vienes? —Le preguntó el chico —Me llamo Rap Monster, es mi pseudónimo aquí.

— Pues... —La barista miró a Katrina -o más bien a su antifaz- y frunció el ceño —Yo soy Katrina.

La chica se levantó y se fue agarrada de la mano del chico hacia una de las habitaciones.

Iba a olvidarse de todo el asunto sí o sí, así que luego de desnudarse y comerse a besos a Rap Monster le trepó encima como una fiera y se empaló a si misma con su miembro soltando un gran gemido de placer.

— Fóllame hasta que se me rompan las putas cuerdas vocales.

Ella no entendía que lo que no se sana en el corazón es imposible de sanar abriendo las piernas.





¡hola bonitxs! la universidad me tiene ocupada,

trataré de actualizar las historias. empecé una nueva, se llama lights,

creo que les encantará, estoy probando cosas nuevas. 

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