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Gatito

Las luces, las voces, los sonidos, junto el viento y la fuerte lluvia que azotaba esa noche hizo que se refugiara en la entrada de un edificó.

-¡Largo de aquí!

Temblando de frío, huyó del edificio antes de que lo golpearan. Cruzó rápidamente la calle y se refugió en la esquina. Rezaba para que Dios se apiadara de él y por lo menos detuviera esa infernal lluvia. No tenía familia ni casa a donde ir. Tenía mucha hambre.

Había sido muy mala idea revelarse ante su última familia.

Siempre era lo mismo.

Sintió el mareo y comenzó a cerrar los ojos.

.

Ronroneo al sentirse cálido... Calidez que no sentía desde hace semanas.

Lentamente abrió los ojos y todo a su alrededor era blanco y suave. Estiro sus brazos y bostezo.

-Despierta dormilón.

La voz fuerte y algo autoritaria provoco que se le erizara la piel y se pusiera en guardia.

-Tranquilo.

Ronroneo al sentir su cabeza y orejas siendo acariciadas.

-Sé que eres Nekomata. Cambia.

Asustado arañó la mano blanquecina y cayó al piso. Intento huir por la primera puerta que vio pero un gato rojo se cruzó en su camino y no lo dejó pasar.

-Bien hecho, hijo - sostuvo al gatito castaño -. Nosotros también somos Nekomatas. Así que cambia, confía en nosotros.

Miró al gato rojo pero ya no estaba. En cambio, estaba un joven de piel blanquecina de ojos y cabello rojo con oreja y cola de gato; desvió la mirada al ver que estaba vistiéndose.

-Vamos, confía en nosotros. No te vamos hacer daño.

-... ¿De verdad?

-Te lo juro por mi difunta esposa.

Salto de la mano del pelinegro directo a la cómoda toalla que antes lo había abrigado... y regresó a su forma humana.

-Soy Akashi Masaomi y ¿Tú?

-Kōki- respondió mientras se cubría con la toalla -Siento haberlo arañado.

-Kōki...- El castaño tenía el cabello largo, hasta la cintura; sus orejitas gatunas sobresalían de forma adorable, y su cintura... -Eres un Nekomata omega.

-Sí- murmuró con miedo.

Los Nekomata omegas estaban en peligro de extinción. Eran nekomatas  con la capacidad de dar a luz. Eran muy pocos los que quedaban. Lo más afortunados tenían familias que los protegían de las ventas clandestinas pero otros no corrían la misma suerte.

-¿Tú familia?

-Huí de casa hace años.

Frunció el ceño -¿Por qué?

-Me quisieron vender- dijo bajando la mirada. Seguía sin creer lo que le trataron de hacer.

-...- ambos se miraron sorprendidos -¿Qué?

-Cuando cumplí 10 años comencé a sentirme mal. Lo olores de otros nekomatas me daban asco. Entonces me llevaron al doctor y descubrimos que era un nekomata omega. Durante unos meses todo estaba bien... pero un día, en la escuela, no aguante los olores de los nekomatas machos y me enviaron de regreso a casa y fue cuando lo escuche... estaban hablando de dinero y venderme - sollozó -Entonces huí de casa. Desde entonces no he regresado.

-¿Cuál es tu apellido y de dónde eras?

-Furihata. De Osaka.

-Seijūrō ve por ropa, son de la misma complexión -El pelirrojo asintió y abandono la habitación -. Kōki, toma un baño caliente y enviare a alguien para que te traiga la cena.

Ante la mención de la cena, su estómago gruño. Avergonzado, sus orejitas decayeron.

-Anda. El baño esta en esa puerta.

Observó al pelinegro abandonar la habitación, y luego miró alrededor, todo era lujoso. Se levantó de la cama y se dirigió a la puerta que el pelinegro le había indicado. El baño era bastante espacioso. Dejó la toalla a un lado y corrió a la regadera.

El agua salió fría, retrocedió y cerró la llave que había abierto para luego abrir la otra... Ronroneo al sentir la calidez del agua. Tenía dos semanas que no se bañaba en su forma humana.

Cuando salió del baño, ropa estaba sobre la cama. Tomo la ropa y comenzó a vestirse. El pantalón y la camisa le daban ligeramente grandes pero no le importó. 

-Kōki.

Saltó al escuchar su nombre de pila. Miró a la entrada y allí estaba el joven pelirrojo-. ¿S-Sí?

-Te traje la secadora. En esta habitación no hay.

--¿E-Eso cómo se utiliza? - preguntó tímidamente. El pelirrojo lo ponía nervioso.

-Ven- El castaño lo siguió al baño, y notó que observaba cada uno de sus movimientos -. Aquí la conectaras y de aquí la harás funcionar, y luego...

El pelirrojo le jaló y posiciono frente al espejo del baño,de inmediato comenzó a sentir caliente su cabello.

-Sí lo tuvieras corto te tomaría menos de 5 minutos- dijo mientras le tendía la secadora al castaño -.Hazlo, voy a ver que paso con la cena.

Se quedó solo y secó su cabello. Cuando salió del baño, la comida estaba sobre el buró. Olfateo la comida y olía deliciosas, su estómago gruño y no espero más, devoro la exquisita comida. Nunca había probado algo tan delicioso... ¿o era a causa de no haber comido en mucho tiempo?

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- ¿Qué piensas, Seijūrō?

-Parece un buen Nekomata.

--¿Estás de acuerdo?

-Sí él no se opone, está bien.

-Vamos entonces.

Se dirigieron a la habitación que estaba el castaño y abrieron la puerta...

-Tiene que estar agotado... Vamos. Regresemos mañana -Un gatito castaño yacía profundamente dormido entre las cómodas sábanas.

-Sí...

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Un gato negro y de ojos rojos vigilaba la puerta entre abierta de la habitación del castaño. Había algo que le inquietaba, la razón de porque descubrieron que Kōki era un nekomata omega: Kōki no soportaba el aroma que desprendían los nekomatas machos, pero con Seijūrō ni él había actuado extraño.

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Corrió a la puerta entre abierta y entro sigilosamente. Trepó la cama y miró al gatito café. Ronroneo y se acomodó al lado del gatito, quien al sentirlo se aproximó a él.

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Entro a la habitación y los vio. Su hijo, en su forma gatuna, estaba acostado con Kōki y sus colas se encontraban entrelazadas.

-hmmm esto será interesante...

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Abrió los ojos lentamente y vio una habitación ¿Qué hacia allí? Estaba nervioso pero poco a poco comenzaron a regresar los recuerdos.

Oh cierto... Akashi-san me rescató.

Miró a un lado y ropa yacía en el bordo de cama. Se levantó y se dirigió al baño. Tomaría una larga ducha, no sabía cuándo sería la siguiente. Ahora que era época de lluvia tenía que buscar una escuela o alguna casa con niños, ellos siempre eran buenos con él, o alguna estación de bomberos.

Una vez que se vistió y ocultó su cola y orejas, abandonó la habitación. Recorrió los largos pasillos hasta llegar al inició de las escaleras, las descendió lentamente hasta llegar al nivel inferior. A sus ojos, todo eso era lujoso. Temía tropezar y romper algo. Por más que buscaba al pelinegro para agradecerle, no lo encontraba, y no quería marcharse sin agradecer que le salvara de esa fuerte lluvia, le alimentara y le diera un techo donde dormir.

-Kōki...

Saltó y su cola y orejas salieron a relucir.

-Lo siento. No quise asustarte.

-Fue mi culpa por estar distraído- dijo mientras intentaba controlar los latidos de su corazón.

- ¿Qué hacías?

-Lo estaba buscando - hizo un reverencia -. Muchas gracias por salvarme y dejarme dormir...

Frunció el ceño -K...

-Agradezco su amabilidad. Muchas gracias. No volveré a...

-¿Kōki te vas?

- ¿Eh? ¿Sí?

- ¿Dónde vivirás?

-Buscaré algún lugar- respondió mientras se frotaba la mejilla.

-¿Qué lugar?

-Pues... - movió su cola de un lado al otro, y decidió decir sus ideas -, una casa con niños o alguna estación de bomberos, ellos siempre son amables con los gatos.

- ¿Yo te he dado permiso de irte?

- ¿Eh? - miró confundido al pelinegro.

-¿Acaso te dije que te marches? - El castaño negó rápidamente -. Sígueme.

¿Hice algo mal? Fue la pregunta que cruzo su mente al verlo enojado.

Siguió al pelinegro y llegaron a una biblioteca ¡Era enorme!

-La mayoría eran de mi Shiori- comentó al ver la cara de fascinación del castaño -. Puedes leerlos.

Asintió torpemente.

-Siéntate- el castaño obedeció -Estuviste durmiendo todo el día, ya son las 4 de la tarde.

- ¿Qué? - Miró el reloj y vio que era cierto.

-Mientras dormías hice esto.

Tomó el folder que el pelinegro le entregaba y comenzó a leer -Pero...

-Ahora eres mi hijo adoptivo.

- ¿Por qué? - preguntó Kōki en un susurró mientras delineaba con sus dedos el nombre: Akashi Kōki.

-No puedes estar solo toda la vida.

-Pero... ¿Adoptarme? ¿Está seguro?

-Sí.

- ... ¿Qué tengo que hacer? ¿Cómo puedo pagárselo? ¡Conseguiré un trabajo. Le pagaré todos los gastos!

-Eso no es necesario. Solo compórtate y obedec. Tú única obligación será aprobar tus cursos en la escuela...

Kōki asintió confundido ¿Lo estaba adoptando sin nada a cambio? ¿Lo enviaría a la escuela?

-Ven, el desayuno será servido- abandonaron el despacho -Seijūrō ya nos está esperando. Terminando el desayuno iremos de compras. No puedes usar para siempre la ropa de Seijūrō.

Cuando llegaron al jardín el pelirrojo ya los esperaba - ¿Y?

-Iremos de compras después de desayunar.

- ¿Le digo a Tetsuya?

-Sí.

Masaomi y Seijūrō sonrieron al ver al castaño comer felizmente; su cola se movía de forma energética.

Una vez que terminaron de desayunar y subieron a cambiarse, salieron rumbo al centro comercial. Kōki miraba sorprendido el lugar, nunca había estado en esa zona de Tokio.

- ¿Te gusta la vista?

- ¡Es muy bonito! Nunca había recorrido estas calles.

-Oculta tu cola, Kōki.

-Sí- rápido la desapareció al igual que sus orejitas. Nadie sabía que los Akashi eran Nekomatas, era un secreto que han mantenido por años, de generación en generación. Pues al parecer, los Akashi eran muy importantes... y ricos... Vaya, no se lo esperaba pero debió imaginarlo por tanto lujo en la habitación que había dormido.

Descendieron de la camioneta en el estacionamiento subterráneo y abordaron el elevador.

Observaba maravillado el lugar. Todo era hermoso.

-Vamos, iremos a buscar a Tetsuya.

- ¿Tetsuya?

-Es mi amigo- respondió Seijūrō -Es como tú...

- ¿Cómo yo?

-¡ENANO!

El pelirrojo chasqueo la lengua al reconocer la voz, miró en aquella dirección - ¿Qué hacen todos aquí?

-Queríamos conocer a tu nuevo hermano, Akashicchi- miró al castaño y sonrió -Mucho gusto Akashicchi. Soy Kise Ryōta ¿Cómo te llamas?

En cuanto lo vio, supo quién era. La chica con la que vivió dos años antes tenía su habitación tapizada de imágenes del rubio.

-K-Kōki- se aferró del borde la playera del pelirrojo, no solo por la impresión sino por el fuerte olor que el rubio poseía.

Cada uno se presentó con el castaño. Kōki estaba sorprendido al ver a tantos nekomatas omega, y todos eran bonitos: Kuroko Tetsuya, era peliceleste de piel blanquecina y ojos celeste. Takao Kazunari era pelinegro y facciones aniñadas. Sakurai Ryōta, era castaño y tez morena clara. Himuro Tatsuya era pelinegro y tenía los ojos grises. Mientras que Kasamatsu Yukio era de ojos color azul.

- ¿Estas bien, Kōki-kun? - El castaño había pedido que lo llevara a un baño, pero todos los omegas fueron con él.

-Sí, lo siento.

-¿Estas enfermo?

-Es que... no soporto los olores de los nekomatas macho. Me dan nauseas -Confesó Kōki apenado.

-A mí también.

- ¿Todos? - Todos asintieron.

-Sí. Es normal.

- ¿Normal?

-Sí. Mira Kōki-kun, es como una especie de "identificación"- El castaño le miró confundido -Sí, el único nekomata que no me enferma es Kise.

- ¿Kise-kun?

-Sí... De hecho es mi pareja.

-Shin-chan.

-Kagamí-kun.

-Atsushi.

-Aomine-san.

- ¿Akashi-san y Akashi-kun no te provocan nauseas? - preguntó Tetsuya. Había notado que el castaño estaba bien al lado de los Akashi.

Ahora que lo pensaba, no le enfermaban - Akashi-san huele extraño pero no me enferma.

- ¿Akashi-kun?

-No -¿Por qué no se sentía mal al lado del pelirrojo?

- ¿No sientes un aroma en él?

-Fresas... ¿Qué? - preguntó al ver los sonrientes.

-Eso significa que Akashi es tú pareja.

- ¿Mi pareja? - ¿Akashi Seijūrō era su pareja?

-Sí. Akashi-san huele raro porque es padre de Akashi-kun, por eso no te enferma. Lo mismo nos pasa con la familia de nuestras parejas.

-Imposible.

-Akashi saldrá a la defensa ante cualquier nekomata macho que se te acerque. Así que si se vuelve posesivo, no te preocupe, es normal.

-... No creo que sea verdad- ¿De verdad era su pareja? No, era imposible.

-Bueno, conforme convivan lo verás.

-Vamos que iremos de compras.

-Kise-kun ha de estar vuelto loco escogiendo ropa para Kōki-kun- murmuró con pesimismo Tetsuya.

Sí, efectivamente eso había pasado. Cuando salieron del baño el rubio jaló al castaño y le hizo probarse todo lo que había escogido.

- ¿Cuál me llevó Akashi-san? - pregunto viendo entre dos conjuntos que le había gustado,

-... Déjame pensarlo- tomó las prendas - Ve a medirte los zapatos.

-Sí - corrió al lado de los chicos para ver los zapatos.

-Carguen todo- entregó la tarjeta a la chica.

- ¿T-Todo?

-Todo lo que se probó. Excluya las camisas verdes y naranjas- había notado la mirada de Kōki cuando Kise y Takao le obligaron a probarse esos colores.

-S-Sí.

Después de ir de compras, y de que el castaño se percatase de que las cosas habían sido llevadas por varios hombres, se dirigieron a una cafetería a tomar el almuerzo.

-¿Qué hacemos ahora?

-La estética.

- ¿Estética?

-Es donde te hacen muchas cosas ¡Aquí hay una que nos atiende a nosotros! ¿Vamos?

La mayoría asintió, y Kōki se le quedo mirando a Akashi mayor y le asintió. Pero antes de que se dirigiera a la estética, Masaomi habló con Kōki.

-Está bien- accedió a la petición del pelinegro, después de todo tenía razón.

-¡Sei-chan! - El pelinegro se lanzó a los brazos del pelirrojo.

Kōki miró atentamente aquello ¿Eran pareja?

- ¿Qué haces aquí, Reo?

-Vine por un corte- sonrió y luego saludo a los demás - ¿Quién eres?

-Es mi hijo. Akashi Kōki - respondió Masaomi.

-Ya veo- Miró inseguro al castaño, no se parecían - ¿Vinieron a cortarte el cabello? No te ofendas, pero ese corte es horrible Kō-chan.

-¡Mibuchi-san! - reprendieron varios.

Sus mejillas se ruborizaron por la humillación que sentía ¿De verdad se miraba tan mal?

El castaño miraba el piso. Aquello le hizo enfadar -REO.

-Lo siento... - retrocedió, su mejor amigo le había dado miedo.

-Chicos.

-Momoi-san/ Momoi/ Sat-chan/ Satsuki- saludaron a la joven pelirosada.

-Pasen. Mamá los espera -sonrió a todos y luego miró al pelirrojo - ¡Akashi-kun me dejaste esperando!

-Lo siento, Momoi. Me quede dormido - respondió desviando la mirada.

-Ya no importa. Senpai me ayudo. Ahora le debo cientos de paletas heladas.

-Lo siento.

Iba a responder pero su visa se enfocó en el castaño, el aroma de cierto nekomata apenas y se notaba - ¿Eres novio de Akashi-kun?

- ¿E-EH? - tartamudeo todo rojito, el color de su rostro competía con el del cabello de Kagami.

-Es mi hermano- respondió Seijūrō algo inquieto. Al parecer Satsuki fue la única que se dio cuenta...

-Huele a Akashi-kun- comentó la peli rosa y todos voltearon a mirarlos.

-Trae mi ropa...

Masaomi tosió para disfrazar la risa. Ellos, al ser nekomatas jóvenes, aun no percibían por completo las feromonas. El que Seijūrō durmiera con Kōki en su forma gatuna y entrelazaran sus colas, era signo de aceptación de pareja. En ese momento ambos intercambiaron cierto grado de feromonas. A Seijūrō apenas y se le sentía las feromonas de Kōki, mientras que el castaño se le sentía un poco más las de Seijūrō.

Ese pequeño intercambio se usaba para decirle a otros nekomatas que esa persona ya le pertenecía  alguien y no podía acercársele si no querían problemas.

- Ah... Bueno, ¿cómo te llamas? Yo soy Satsuki Momoi. Puedes llamarme onee-san.

-Kōki.... Onee-san- un rubor se instaló en sus mejillas.

-Kyaaaaa- gritó emocionada y abrazó al castaño -Eres tan lindo, Kō-kun.

-N-No.. res...

-Satsuki, suéltalo.

El moreno la jaló bruscamente -Dai-chan, malo.

Suspiró aliviado... Momoi tenía grandes pechos.

-Pasen. Necesitamos cerrar la cortina.

Entraron y una mujer pelirosa les recibió -¿Quiénes a corte? - Alzaron la mano algunos - ¿Cambió de look?

-¡Akashicchi! - Kise empujo al castaño.

Lo último que vieron fue al castaño desaparecer a través de una cortina

-Tranquilo, esto no te dolerá. Akashi-san ya me explicó lo que quieren.

Asintió nervioso.

Ya había transcurrido cerca de dos horas. Kise, Mibuchi y Takao ya estaban listo con su corte de cabello nuevo. Mientras que Himuro y Kuroko acaban de salir de un exquisito masaje.

-¿Por qué tardan tanto?

-No seas tan impaciente, Akashi.

-No estoy impaciente.

-...- Aquella cola moviéndose de forma impaciente decía lo contrario.

-Ya ha quedado listo -Anunció Satsuki mientras jalaba la cortina, dejando ver aun Kōki completamente diferente.

- ¿Tan mal me veo? - preguntó inseguro por las caras de los demás.

-Mejor mírate en el espejo, Kōki-kun- sugirió Satsuki señalándole espejo.

Se acercó lentamente al espejo y se sorprendió al verse ¿Ese era él?

-Te ves increíble, Kō-chan- concordaron Reo y Kazunari.

Había pasado por la manos varios nekomata's y ese era el resultado final: manicure y pedicura, masajes, tratamiento facial y... el corte de cabello. Ya no era largo ni se miraba maltratado. Era suave al tacto, le llegaba a la nuca y un flequillo revuelto caía sobre su frente.

- ¿Te gusta, Kōki? -Preguntó masaomi.

-Sí. Gracias- Feliz, sus orejas y cola salieron a flote, esta última se movía de un lado al otro. Cierto nekomata tuvo que contener sus impulsos para no lanzarse sobre el castaño.

- ¿Qué les parece si llevamos a Kōki-kun al parque? -Propuso Tetsuya una vez que salieron de la estética.

-Sí.

Kōki miró al pelinegro.

-Vayan. Los espero en la casa - sonrió al castaño -Hijo, llama al chofer para que los recoja.

-Sí, padre.

Todos vieron alejarse al pelinegro, Kazunari sujetó al castaño de la mano y lo arrastro hacía la salida -Vamos chicos.

--------------

Cuando regreso de las compras, fue directo a la ducha.

Mientras se vestía recordó la sonrisa feliz de Kōki... Nunca le diría lo que hizo.

Dos horas antes de que Kōki despertara.

-Akashi-sama es Mayuzumi-san.

-Hazlo pasar - dejó los papeles a un lado.

-Permiso.

- ¿Hubo suerte, Shiro?

-Sí, firmaron sin dudar.

-... ¿Al menos preguntaron por su salud?

-No. En cuanto vieron los ceros del cheque, firmaron -rebuscó en su maleta y sacó un folder -Legalmente Furihata-kun ahora es Akashi Kōki... su hijo mayor.

- ¿Mayor?

-Tiene 16... es un mes mayor que Seijūrō-kun.

-Creí que tenía unos 14.

-Así son los nekomata omega, no representan la edad que tienen.

-Ahora que lo mencionas, Kuroko-kun parece menor...

-Sí.

- ¿Tendremos problemas?

-Para nada, todo está en regla. También está inscrito en la escuela con su hijo. El tutor llega mañana.

-Gracias, shiro.

Aún seguía sin creer que ellos fueran capaces de vender a su hijo.

Los nekomatas omegas y nekomatas mujeres eran muy solicitados en el mercado negro, ya que los usaban como esclavos sexuales. Normalmente los nekomatas padres defendían a sus crías... era instinto natural, pero el castaño no corrió con esa suerte.

Solo esperaba que ahora fuera feliz... No olvidaría como encontró el castaño, fue una señal del destino.

Era una noche lluviosa, había estado en una cena de negocios, cuando le pareció ver en la acera de enfrente un cabello largo y rojizo muy familiar. Volteó rápidamente y la vio... Sin importarle la lluvia y los automóviles corrió detrás de ella, era su esposa, estaba seguro; usaba su vestido y bufanda favorita.

La siguió un par de calles hasta que ella se detuvo frente a un hotel, pero el grito del portero: ¡Largo de aquí! Le hizo mirar y vio a un gato escabullirse entre los carros hacía la acera de enfrente. Regresó la mirada hacía su esposa y la vio corriendo hacia la acera de enfrente -¡Shiori!

La volvió a seguir y la vio doblar en la esquina, para cuando llegó al callejón ella ya no estaba. Solo escucho un maullido lastimero y vio al mismo gato, cerca de él estaba la bufanda.... Se acercó a él y lo cargó, su pulso era lento y estaba frio, muy frio para un gato normal. Tomo la bufanda y enrolló al castaño con ella. Miró una vez más el callejón y no había nadie.

-Shiori...- murmuró, su esposa lo había guiado al gatito.

Llamó al chofer para que lo recogiera y fue directo a casa.

-Bienve...

-Toallas calientes. Leche tibia. Una jeringa. Rápido.

- ¿Qué pasa, padre?

- Trae tu manta eléctrica. Corre- ordenó mientras iba a la habitación vacía, como siempre estaba cerrada hacía calor en ella.

-Es...- observó a su padre terminar de secar al gatito y colocarlo en una toalla seca.

-Es un nekomata, estoy seguro.

-Se ve mal.

-Si... esperemos que sobreviva.

-Lo hará- aseguró antes de convertirse en gato y escabullirse entre las toallas, se apegó a él brindándole su calor.

Después de varios minutos se escuchó un ronroneo.

Seijūrō se alejó y corrió al buró para observar al gatito despertar.

-Akashi-sama.

- ¿Qué sucede?

-Tiene una cena en 2 horas con los Kuroko.

-Lo había olvidado. Qué Kazehaya esté listo para partir en una hora - regresó al closet, ahora tenía que cambiarse por un traje formal. ¿Cómo pudo olvidar la cena?

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-Wohhh - admiraba asombrado jugar los chicos. En cuanto llegaron al parque sus nuevos ¿amigos? Se habían sorteado y formado dos equipos; a excepción de Mamoi, Reo y él.

¿Podrá pasarlos?

Akashi había sido bloqueado por Aomine y Murasakibara, por la altura era imposible que lo hiciera... O eso había pensado hasta que el pelirrojo burlo a ambos, haciéndolos caer misteriosamente al suelo, llegó a la canasta y encestó -Increible.

Reo y Momoi se miraron. Las orejas y la cola de Kōki se movían energéticamente mientras observaba al pelirrojo.

Él no era tonto. Había notado las feromonas de su amigo en el castaño, y no era porque el castaño portara la ropa, como lo quiso cubrir el pelirrojo. Algo había sucedido entre ellos. Además, dudaba que fueran hermanos, no se parecían en nada. Tenía que investigar que pasaba allí -¿Sabes algo, Sat-chan?

-Nada. Apenas lo conocí hoy.

- hummm esto esta raro.

- ¿Pero es muy lindo, no crees?

-Sí. Ese corte de cabello no le favorecía.

-Sí- rio divertida -Parecía que hace años no se lo cortara.

-Lo mismo pensé. Tengo una idea. Kōki-chan.

-¿Sí? - miró al pelinegro.

-¿Cuál es tu relación con Sei-chan? Sé perfectamente que no son hermanos. Y de ser así, mi padre lo sabría.

Bajó la mirada y jugueteo con sus dedos -Me adoptaron... Akashi-san me adopto.

-...- Reo y Satsuki se miraron, y luego sonrieron -¡Te ayudaremos a conquistar a Sei-chan/ Akashi-kun!

Sus mejillas se tornaron rojas -¿Q-Qué dicen? Yo no...

-Puedo oler a Sei-chan en ti, y no es precisamente por su ropa. Han intercambiado feromonas.

-¿Intercambiados feromonas? ¿Qué es eso?

-¿No sabes? - el castaño negó -Significa que lo has aceptado como pareja. Cuando se "casan" el nekomata macho marca a su pareja en el cuello. Pero en aceptación de parejas enlazan sus colas, en ese momento hay un intercambio de feromonas. Sirve para que otros nekomatas no se te acerquen.

-Cómo los demás son jóvenes no se han percatado de ello, pero Satsuki y yo ya nos dimos cuenta.

Sus mejillas estaban rojas -P-Pero nosotros no hemos entrelazado nuestras colas.

-¿Estás seguro?

-Si... Bueno, ellos me rescataron. Al despertar y tratar de huir, Akashi-kun me detuvo... luego me duche y cene. Desperté hoy en la mañana.

-Así que adoptado.

Asintió -Si. Antes de ir centro comercial, Akashi-san me lo ha dicho. Me adoptó legalmente.

-Bien- Reo le sonrió a Satsuki -. Es hora de comenzar.

-Kōmin- la peli rosa atrajo la atención del castaño -No me siento bien ¿Me comprarías un agua?

-Claro ¿Dónde lo compro?

Reo tendió el dinero -En esa esquina. Yo intentaré soplarle...

Kōki se levantó, y se dirigió rápidamente al puesto indicado -Me da una botella de agua, por favor..

-Pero que lindo Neko.

Abrió los ojos sorprendido al ver al chico del puesto con unas orejas grises.

-Soy Shugō, ¿Cómo te llamas?

-Fu...- recordó su nuevo nombre -.  Kōki.

-Kōki ¿Qué te parece si tenemos una cita?

Negó.

-Vamos, cariño. Acepta- para ese momento el peligris estaba acorralando al castaño contra el puesto.

-Déjeme.

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Todos sus sentidos se pusieron en alerta. Algo le pasaba a SU Kōki.

Sacó las orejas y escuchó atentamente.

-Por favor, déjeme ir.

Giró y lo vió. Maldito.

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Kōki jamás esperó que unos brazos rodearán su cintura y sentir un fuerte olor a fresas de su nuevo hermano.

-Alejate. Mío- advirtió, cual felino a punto de saltar a la yugular.

Alzó las manos -Tranquilo. Nada más le estaba preguntando su nombre.

Gruñó pero sintió el miedo del castaño -Vamos.

Kōki no entendía que sucedía, pero sentía una tranquilidad y ganas de abrazarte y frotarse contra el pelirrojo.

Seijūrō se sentó y jalo al castaño sobre su regazo. Olfateo el cuello moreno y lo lamió.

Kōki se tenso pero no se separó, se sentía muy bien. Sus mejillas se tornaron rojas al ver a sus nuevos amigos mirarlos.

Midorima se acerco -Akashi.

Abrazo al castaño y miró desafiante al peliverde -Mío.

Shintarō acomodó sus anteojos -Estas impregnando el lugar de tus feromonas. Los chicos se ven mal.

Ambos miraron. Los Nekomatas omegas estaban temblando y vaciando sus estómagos.

-Así que tranquilízate. Ya llamé a tu chófer para que los lleve a casa.

El pelirrojo asintió y no dejó de abrazar al castaño. Siguió lamiendo el cuello.

Kōki se sentía cada vez más diferente. Esa sensación jamás la había tenido. Se sentía extremadamente cómodo en los brazos de su nuevo hermano, y el olor fresas le hacía sentir diferente.

El auto arribó al parque en pocos minutos. Seijūrō y Kōki abordaron el auto.

Kōki intentaba alejarse del pelirrojo. Cada vez más se sentía el aroma a fresas y se comenzaba a sentir extraño.

-A-Akashi-kun.

-Seijūrō- dijo antes de morder el lóbulo de la oreja derecha.

-Aghhh~ - avergonzado cubrió su boca.

Intentaba alejarse de su nuevo hermano pero el pelirrojo se lo impedía. Los besos en su cuello lo estaban volviendo loco.

Sentía un calor inexplicable recorrer su cuerpo.

En cuanto llegaron a la casa el pelirrojo arrastró a su habitación al castaño.

Kōki se sentía avergonzado y expuesto, pues el pelirrojo lo había desnudado. Sola una almohada lo cubría.

—¿POR QUÉ HACE ESTO?

—mío— dijo antes de comenzar a besar las piernas del castaño. Fue subiendo lentamente.

—No— se removió pero el pelirrojo no le dejaba.

Seijūrō omitió cualquier excusa  por parte del castaño. Siguió besando hasta llegar al semi erecto pene.

Kōki gimió y  sujeto los cabellos del pelirrojo para separarlo pero este se negó ¿QUÉ ESTABA PASANDO? -No. No.. mghh no..

Seijūrō subía y bajaba lentamente. Las feromonas de Kōki comenzaban a surgir en él.

—Me hago pipí— dijo asustado por a la sensación —. Espera.

Pero el pelirrojo no espero continuó.

Kōki gimió fuertemente al sentir un  escalofrío en su cuerpo, y sus caderas se sacudieron bruscamente ante las sensaciones.

Seijūrō se separó y miró fijamente al castaño. Las preciosas orejas sobresalían. Sus ojos estaban nublados de placer y su respiración era entrecortada.

—Lo siento. Yo... Me orine.

Seijūrō sonrió y lamió su labio. Se acercó al castaño y lo beso.

Kōki se sorprendió por el beso; su primer beso. Y no solo por eso, sino por el sabor y olor diferente.

—Es semen.

Kōki abrió fuertemente los ojos al saber que era aquello. Tenía que alejarse.  Intento alejarse pero el pelirrojo se lo impidió.

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Masaomi regreso a la casa ya algo tarde. Pero desde puso un pie dentro de la casa, lo sabía.

Subió rápidamente a las escaleras y se dirigió a la habitación de su hijo. Abrió lentamente, ambos yacían hecho un desastre. Kōki estaba profundamente dormido entre los brazos de su hijo, tenía bastante marcas de mordidas y el pelirrojo lo miraba fijamente, mostrándole sus colmillos.

-Mañana vendrá el doctor a revisarlo. Son muy jóvenes para las crías, Seijūrō... - la mirada rojiza no se le apartaba -. Bien. Ya cierro.

Cerró lentamente la puerta y soltó un suspiro.

Sus suposiciones eran correctas. Seijūrō y Kōki estaban destinados. Ese era el motivo del porque el castaño no había tenido malestares con ellos. 

Por lo que ya se esperaba eso, pero no tan pronto. Algo debió pasar.

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Kōki Akashi despertó algo desorientado. Miró al rededor y vio a su "hermano". Todo lo que habían hecho regreso a su mente ¿Cómo pudo? Tenía que alejarse de él... De ellos.

Se bajó de la cama, baño, vistió y salió huyendo.

-¿A dónde crees que vas?

La voz del mayor le hizo saltar -Y-Yo... Yo...

-Tranquilo- le revolvió el cabello -. Ya me lo suponía pero no tan pronto. En un rato vendrá un doctor de confianza. Para revisaré y darte medicamentos. Son muy jóvenes para crías.

-Lo siento... Yo... Lo defraude. Yo.. su hijo...

-No te preocupes. Ya lo veía venir.

-Akashi-san- sollozó abrazo al mayor.

-Tranquilo. No pasa nada. Eso es normal entre una pareja.

-Pero yo...

-Lo sé. Algo tuvo que molestar a Seijūrō para que te tocará.

-Un Nekomata me estaba molestando. Queria que tuviera una cita con él. Su hijo me defendió. Dijo que yo era suyo.

-Ya veo. Tranquilo. Mantendré a Seijūrō a raya- prometió...

Unos días después Masaomi se arrepintió de haberle prometido aquello al castaño. Su hijo no dejaba a sol y sombra al castaño.

Ahora no solo tenía que cuidar de un nuevo hijo, sino también protegerlo de uso propio hijo.

-Shiori.. Dame paciencia- pensó al ver la escena.

El pobre Kōki había regresado a su forma Nekomata y Seijūrō intentaba bajarlo de la lámpara colgante. No tenía idea de cómo terminó allí.

-Seijūrō. Deja de molestar a Kōki. 

Fin

Espero les haya gustado. Deje el final muy abierto para su imaginación.

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