16.
Tercera persona.
Todo era felicidad en la mansión Xavier. Al menos, superficialmente.
La primera vez, que Charles y Erik se besaron frente a los demás, todos quedaron atónitos, sin embargo, lo aceptaron.
Los gemelos, y Lorna, eran los más felices por la relación de los adultos. Wanda disfrutaba estar con ambos y Lorna, amaba compartir a su Charlie con Erik.
Durante la noche, ambos dormían en la habitación de Charles, abrazados y demostrando cuanto se amaban.
En la mañana, se levantaban juntos, en el día, la pasaban juntos, en la noche, estaban juntos.
Todo el día, estaban unidos, y Charles sentía que aquello le ayudaba aún más en su tratamiento.
Erik, por otro lado, sentía que Charles estaba más sano, nadie se lo había dicho, pero esa era su percepción de las cosas.
El tiempo siempre les ha jugado en contra y esta no fue la excepción.
Un mes pasó, un mes de alegría y amor, cuando Charles tuvo que ir a una revisión médica.
-es el momento preciso para la operación- hablo el doctor luego de examinarle- sin embargo, esta operación es riesgosa y tiene un alto índice de falla, es su decisión si desea hacerla o no.
Charles le mira unos segundos para luego apretar la mano de Erik entre las suyas.
-lo haré- habla seguro, aunque el alemán, mejor que nadie, sabe que está asustado por dentro.
Planifican la operación para 4 días después, Charles les cuenta a todos en la mansión y son sus pequeños quienes más lloran preocupados por la noticia, junto a Hank, eran un mar de lágrimas que el intentaba calmar.
Terminan de comer esa tarde y, junto a Erik, se retiran a la habitación.
Sólo es ahí, cerca de media noche, en la soledad de la habitación y abrazado a su amado, que Charles puede llorar.
Llora de miedo, miedo y terror de perder a quien más ama, mirando de dejar atrás a todos sus niños, a sus amigos, su sueño.
Erik le consuela con pequeñas palabras de cariño mientras acaricia su espalda, le dice que todo saldrá bien, que todo estará bien, que nada pasará, pero Charles no puede dejar de llorar y Erik no puede evitar tener miedo también.
Se duermen abrazados esa noche. Como si fuese la última, aunque no lo quieran pensar, se besan con tanto amor que no desean separarse y no lo hacen hasta que la mañana llega.
Charles comienza a organizar todo lo que puede en la escuela mientras la presión del día le hace sentir nervios.
Alex, Logan y Erik, deben donar sangre en caso de ser necesaria para Charles, y cuando regresan, el rubio exhibe la marca orgulloso, mientras su esposo intenta no llorar nuevamente.
Charles se queda toda una tarde hablando con Hank, de sus proyectos y las cosas que deberá hacer cuando regrese y Hank le sonríe.
Porque Charles no se esta despidiendo, no, Charles esta tomando esto como un traspié antes de continuar su vida, su sueño.
Los demás días, habla con los niños, les promete ir de día de campo más adelante, les lee y los gemelos, en particular Wanda, no dejan de abrazarle, mientras Lorna sostiene su mano con cariño.
Habla con Logan y este se niega a escuchar su discurso de ''despedida'', pero le promete hablar con el luego de que se recupere.
El día anterior a la operación, Charles hace el amor con Erik, ambos se besan y tocan como si se fuesen a romper o fuese una ilusión que se rompería en cualquier momento.
-te amo...- susurra Charles con pequeñas lágrimas en sus ojos mientras Erik le mira fijamente.
-te amo...- repite para llegar al orgasmo junto a su amado, ambos abrazados y sin intención de separarse por nada del mundo.
En la mañana, se despide de sus amigos y del trío de pequeños, que hicieron un esfuerzo por levantarse, antes de ir a la clínica.
Deciden tomar un taxi mientras van tomados de la mano. El castaño esta nervioso y no puede quedarse quieto.
-sabes... deberíamos adoptar a Lorna- habla Erik para intentar desviar sus pensamientos- podríamos ser 5 Lehnsherr Xavier- susurra acariciando la mano de Charles.
-¿Lo dices en serio?- pregunta con pequeñas lágrimas en sus ojos, a lo que, Erik besa sus manos.
-muy enserio- susurra con cariño- nos casaremos de nuevo y adoptaremos a Lorna, cambiaremos el apellido de los chicos y seremos muy felices...
-es una promesa- susurra Charles con pequeñas lágrimas en sus ojos, dejando un beso en sus labios.
Ambos entran de la mano y el doctor le relata acerca del procedimiento a ambos, les explica en que consiste, como se hará y cuanto durará.
Charles se cambia de ropa a la horrible bata del hospital mientras que Erik le ayuda en todo lo que puede, de quedan juntos todo lo que pueden, incluso cuando Charles ya está en la camilla.
-te estaré esperando aquí- susurra Erik acariciando su mano.
-volveré pronto- sonríe levemente mientras acaricia su mejilla- no te olvides comer ¿Si? Serán varias horas y no puedes sobrevivir sólo de café.
Erik suelta una pequeña risa, ese era su Charles, su amor.
-bien, comeré algo mientras te espero- habla mirándole con una sonrisa- cuando salgas, les pediré que me dejen darte algo de comida decente.
Es Charles quién ríe levemente ahora.
El médico, junto a un enfermero, aparecen para llevarle a quirófano. Erik camina a su lado hasta donde logra acompañarle y luego le ve irse detrás de esas puertas.
Camina a la sala de espera mientras susurra en voz baja en alemán, implorando a todo a quien conoce, que ayuden a su amor. Se lo pude a su madre, a su padre, a Magda... a Nina...
Las horas pasan y Erik siente que el lugar se hace pequeño, camina de un lado a otro, moviéndose inquieto, sin dejar de pensar en Charles.
Su corazón se detiene cuando ve al doctor salir del quirófano...
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