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13.

Tercera persona

¿Sorprendido? ¿Asustado? ¿Enojado?

¿Cómo podía etiquetar aquel sentimiento que crecía en su interior?

Esa noche no logro dormir nada, no pudo dejar de pensar en las palabras de Erik.

¿Le amaba? ¿Por qué?

Se había encargado de borrar todo rasgo amoroso de su memoria, de quitar hasta el más sutil guiño que hubiesen tenido.

Entonces ¿Por qué volvía a pasar?

Charles no lograba comprenderlo.

Esa mañana, le pidió a Logan que le ayudará a levantarse, que le llevará el desayuno y le acompañara a la quimioterapia.

Sabía que Erik no se opondría, no luego de lo sucedido la noche anterior.

Y no hubo quejas.

Todos estaban extrañados al notar como el alemán le daba su espacio a Charles, y como Logan, se hacía cargo de todo.

Nadie salía de su asombro, nadie lograba comprender que había pasado. Nadie excepto Hank.

Hank comprendía a la perfección lo que había sucedido, y no necesitaba ser un telepata para entender la respuesta de ambos.

-Alex- susurra a un lado de su pareja.

- ¿Qué pasa? ¿El bebé ya viene? - pregunta levantándose asustado a lo que el chico le obliga a sentarse.

-no, bobo, sólo ve a hablar con Erik...- susurra para que el nombrado no me escuchara.

- ¿Por qué? - pregunta confundido a lo que el castaño suspira.

-porque lo digo, sólo ve- le mira serio para que el rubio acatará la orden.

Una vez que Charles y Logan se fueron a la quimioterapia, el rubio se acercó a Erik.

Le vio mirando la antena que había movido hace ya tantos años.

Miraba con seriedad la misma mientras el rubio se acercaba.

- ¿recordando viejos tiempos? - pregunta intentando sonar algo divertido, pero Erik no esta de animo para juegos.

-no, solo pienso... que esto es extraño...- murmura mirando alrededor- es como si algo faltara...

-no se ha quitado nada de aquí, desde... desde nunca, creo- murmura mirando alrededor, pero Erik no tiene muy claro que todo sea así.

Se siente diferente, recuerda aquel día claramente, pero algo es distinto... y le molesta no saber que sucede.

- ¿necesitas algo? - pregunta aun intentando descifrar que es lo que necesita aquel lugar para volver a ser como en aquel momento.

-Algo así...- murmura el rubio parándose a su lado- ¿estas bien? Con Hank hemos notado que estas algo extraño hoy y bueno, con tantos adolescentes alrededor, no necesitamos que el gran "Magneto" haga aparición de nuevo.

Erik quiere mirarle mal para decirle cuan idiota suena eso... pero mejor que nadie comprende que aquella es una gran posibilidad en su estado anímico actual.

-Le dije a Charles que lo amaba- confiesa mirando el paisaje.

-wow...- murmura el rubio sorprendido, dentro de todas las parejas que pasan por su mente, nunca fue la de Erik y Charles una de las mas frecuentes- ¿y que respondió?

-me pidió espacio, me dijo de manera muy adecuada que me fuera a la mierda, que no siente lo mismo y no quiere que este cerca, porque le pone incomodo- suspira pensando en aquello, no fue literal, pero así lo sintió.

-y... ¿Qué haces aquí?- pregunta el rubio a lo que Erik le mira como si prácticamente le hubiese salido una segunda cabeza- no me mires así, cuando le dije a Hank que quería salir con él, no hizo nada mas que tirarme una silla por la cabeza y llamarme idiota- ríe un poco por el recuerdo- pero aquí estamos, a la espera de nuestro primer hijo- sonríe- mi punto es... si todo fuese tan fácil ¿para qué molestarse?

Son palabras como esas las que hacen sentido en la cabeza de Erik una vez que esta en su habitación.

Recuerda vagamente haber hablado del amor con su madre, nada muy concreto, pero lo que persiste en su memoria es la expresión de su madre al hablar de su padre.

Siempre que ha escuchado la palabra amor, ha recordado aquello, que a su parecer es el rostro del amor.

Pero ahora, solo y confundido, daría lo que fuera por verla de nuevo y pedirle consejos infinitos con respecto a como conquistar al castaño que le tiene completamente a sus pies.

A la mañana siguiente se levanta mas temprano de lo usual, si alguno de los habitantes de la mansión le conociera tan bien como Charles lo hace, podría notar que emana un aire de alegría y optimismo, pero lo único que los pocos presentes a esas horas logran notar, es que Erik esta haciendo algo en la cocina y no quiere que nadie se acerque.

Luego de algunos minutos horneando, Erik está feliz con su creación.

Recuerda conversaciones con Charles en las que le relata acerca de un postre típico ingles que comía de pequeño, Trifle, un pequeño pastel a base de capas de fruta, crema, gelatina y biscocho, para hacer el postre mas delicioso, decide agregar algo de chocolate a la mezcla.

Prepara un té, de esos que el castaño adora desde siempre, y pone todo en perfecto orden en una bandeja, camina a la habitación mirando cauteloso que nadie más vaya a entrar.

Una vez ingresa, ve al chico durmiendo tranquilamente, nota como su piel se encuentra pálida pero saludable, al menos eso quiere creer.

Deja la bandeja a un lado de su cama con una pequeña nota y solo dos palabras.

Sabe que Charles va a reconocer su caligrafía, sabe que quizás se molestara, pero que no le recriminara nada.

Deja todo a un lado y da una suave caricia a la mejilla de Charles antes de salir.

Cerca de una hora después, Charles despierta y abre aquel sobre, lee la pequeña nota y siente sus lagrimas acumular se en sus ojos.

El "Te amo" escrito en aquel papel le trae mas recuerdos de lo que pensaba, además de dolor.

Recuerda aquello a la perfección, al igual que el sabor del postre que le acompaña, porque nada se compara al buen gusto que tiene Erik al momento de preparar aquellas delicias.

Sabe que continua, pero no tiene el corazón de detener aquello.

Porque ama a Erik... y prefiere estar escondido en la incredulidad de saber que todo terminara bien en algún momento, a volver a interrumpir sus recuerdos... también porque no se cree capaz de manipular a nadie en el estado que se encuentra.

Lo deja pasar... aunque aquello solo hace que su corazón se oprima más y más.

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