10.
Seguía mi vida sin mayor problema. O al menos eso quería pensar.
Lorna estaba cada vez más apegada a mi, y lo agradecía, era una niña increíble.
Había pasado cerca de un mes y una semana desde que Erik y yo nos habíamos separados definitivamente.
Las cosas habían estado agitadas por lo que no estaba durmiendo bien, y comenzaba a notarse en mi andar.
Ese día no era diferente, había despertado temprano debido a un grito de Jean, luego, Lorna estaba inquieta moviéndose por lo que no pude dormir.
-Charles ¿Estas bien?- pregunto Hank en el desayuno a lo que yo asentó bebiendo mi té.
-sólo estoy cansado, las chicas han tenido crisis casi a diario...- solté un pequeño suspiro para comenzar a comer.
-Charles- la voz de Erik me hizo dar un pequeño salto, y cuando me gire, los vi.
Dos chicos, un hombre y una mujer, de no más de 12 años, estaban parados a un lado de Erik mirando todo alrededor.
-lo siento, no pude hablar antes contigo- habla mirándome un poco apenado.
-no te preocupes- sonríe para ver a los chicos- Hola pequeños, mi nombre es Charles Xavier, y este es nuestro hogar- hable poniéndome a su altura- ¿Cuáles son sus nombres?
La chica me miró y se escondió detrás de su hermano, mientras el chico me vio de pies a cabeza para luego sonreír.
-¡yo soy Pietro!- habla mirándome con una gran sonrisa- ella es mi hermana Wanda, somos Maximoff- sonríe mientras me miraba feliz.
-son nombres muy bonitos- hable acariciando su cabeza- ¿Desayunaron? Aquí hay de todo lo que quieran, quizás tostadas, quizás waffles, solo pidan- el chico se emocionó al escuchar mis palabras para luego en un parpadeo estar sentado en mi silla.
-quiero Waffles ¡Con mucha miel!- habla sorprendiendo a todos los que se encontraban en el lugar.
-Wanda ¿Quieres Waffles también?- pregunte mientras le miraba con una sonrisa a lo que la chica asintió tímidamente- de acuerdo, siéntate junto a tu hermano, yo les llevaré su comida.
Nuevamente ella sólo asintió para caminar y sentarse a un lado de Pietro, camine a la cocina siendo seguido por Erik de cerca.
-no tienes que hacerles el desayuno, yo lo haré- habla tomando las cosas, pero yo las tomó de sus manos.
-yo dije que lo haría, así que ve con ellos- sonreí para comenzar a preparar la comida, pero el no se fue.
Me miraba cocinar en silencio, sin mencionar ni comentar nada.
-estas muy apegado a esa niña- habla de la nada mirándome con los brazos cruzados.
-¿Lorna?- le mire levantando una ceja- es una niña increíble
-no es tu hija, Charles- habló serio y ese comentario me dolió más de lo que había pensado.
-lo se- respondí dándole la espalda para continuar con lo que hacía- pero es una niña que necesita amor... Y si puedo ayudarla lo haré.
-Charles... yo...- cuando me voltee Erik me miraba de una manera extraña.
-¡Charlie! Hay unos niños nuevos aquí- grita Lorna entrando a la cocina- ¿son niños como yo?
Tome a la pequeña entre mis brazos con una gran sonrisa.
-así es, pequeña, son niños con habilidades increíbles como las tuyas- sonreí y la niña se abrazo a mi.
-¡entonces voy a hablar con ellos!- sin más, salió corriendo mientras yo tomaba las cosas para los chicos.
Los tres se llevaban sorprendentemente bien, para alivio de todos, así que estuve toda la tarde en el patio viendoles jugar, cuidando que no se dañaran mientras se mostraban sus habilidades... y Erik estuvo junto a mi todo el día.
No decía nada, solo miraba a los chicos fijamente y luego me veía como si quisiera decir algo, pero sólo callaba sin pronunciar nada.
En la noche, cuando Lorna se fue a dormir, me quedé en la cama con insomnio de nuevo, mientras acariciaba sus cabellos, sonreía al pensar en cómo había sido su dia.
Lorna era una gran niña, y cada vez era más feliz, y me encantaba saberlo. Los chico eran un poco tímidos en un comienzo pero habían hablado libremente conmigo al final del día. Pero...
Erik estaba extraño... ahora con los chicos aquí parecía aún más ansioso y preocupado por algo.
Estaba perdido en mis pensamientos cuando alguien tocó la puerta.
-¿Hank?- pregunte al abrir la puerta y el estaba inquieto.
Caminamos hacia mi estudio, el movía sus piernas nervioso y yo no comprendía que le sucedía
-sabes que no leeré tu mente para saber que pasa, Hank, así que debes contarme- hable sirviendo una copa de Whisky en un vaso para sentarme frente a él.
-es... es complicado- habló mientras sus manos temblaban.
-Hank, lo que sea que pase, puedes decirme y podemos buscar una solución- tome su mano y el me vio con ojos llorosos.
Por mi mente pasaron muchas cosas, peleas con Alex, intenciones de divorcio, infidelidad...
-creo que estoy embarazado...- susurro sin levantar la cabeza dejándome en completo shock- me había estado sintiendo mal, pero nunca pensé que fuese eso... Me hice los exámenes y las hormonas... -habló moviendo sus manos nervioso.
-Hank, está bien, es una gran noticia- susurre acariciando su espalda- Alex estará muy feliz- hable mirándole.
-lo se... es sólo... estoy asustado- susurra y me mira- es una vida, creciendo dentro de mi... debí saberlo con las náuseas y el insomnio... y aumento de apetito...- murmura.
-¿Cuando se lo dirás?- pregunte y Hank rió.
-supongo que ahora que le pediste que viniera- reí junto a él para levantarme.
-mis trucos ya no están funcionando como antes...- palmee su espalda- suerte.
El rubio entró y decidí darles privacidad, sentía malestar en mi abdomen desde que escuche la noticia, por lo que camine hasta la cocina por un poco de agua.
-Charles- susurro una voz a mi espalda.
-Erik... ¿Que... Que haces aquí?- pregunte sosteniendome de uno de los muebles.
-vine por algo de beber ¿Estas bien?- pregunta acercándose mientras yo me aleje.
-si... yo...- sostuve mi abdomen para luego sentir como todo se ponía oscuro.
*
Bueno, tengo noticias, como saben, estoy en periodo de tesis, de hecho, la fecha de entrega es el 22, por lo que aún no puedo estar tan seguido aquí.
Siento mucho la demora y mucho más todo lo que deberán esperar, no suelo tardar tanto y prometo que saliendo de esto, seré más constante.
Muchas gracias por el apoyo y nos leemos pronto!
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